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Heinz Dieterich y Martín Almada en Chile

La entrevista sobre el socialismo del siglo XXI

Fuentes: Polo Izquierdo de la Memoria

Estos días, el mundo progresista y revolucionario de Chile tiene el honor de contar con la visita de dos titanes intelectuales y políticos de los pobres de América Latina. Concertados por la organización Polo Izquierdo de la Memoria y Editorial Quimantú de Chile, entre otros, uno de los principales teórico políticos de los procesos que […]

Estos días, el mundo progresista y revolucionario de Chile tiene el honor de contar con la visita de dos titanes intelectuales y políticos de los pobres de América Latina. Concertados por la organización Polo Izquierdo de la Memoria y Editorial Quimantú de Chile, entre otros, uno de los principales teórico políticos de los procesos que viven los gobiernos pro populares del Continente, Heinz Dieterich, y el Premio Nobel de la Paz Alternativo y luchador inagotable de los derechos humanos, el paraguayo Martín Almada, realizan una serie de foros y debates al calor del llamado Socialismo del Siglo XXI propiciado originalmente por el Presidente bolivariano, Hugo Chávez. En su primera presentación pública organizada en la sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de Contratistas y Subcontratistas -SINTRAC CHILE- tuvimos la oportunidad de conocer sus impresiones sobre la actual y urgente dinámica que vive gran parte de América Latina en distintos ámbitos. Lo que sigue, es el resultado de una entrevista que presenta con lucidez extraordinaria, las miradas de Dieterich y Almada.

¿Cuál es el motivo de su visita a Chile?   Heiz Dieterich: «Yo agradezco a las organizaciones que hacen posible integrar a Chile en el debate mundial sobre una civilización global post capitalista. Por diversas razones, la discusión está más avanzada en algunos países de Europa y América Latina que en vuestro país, y que consiste en el renacimiento de los anhelos de justicia social y democracia real. Esto ha sido, en parte, mérito de la inteligencia científica y obra de los movimientos sociales que no están dispuestos a aceptar no tener lugar en la sociedad moderna. Se trata de los campesinos, los trabajadores, los indígenas, los estudiantes, y los presidentes populares que tenemos en varios países del Continente. Este fenómeno varía de país en país, pero, obviamente, si el Presidente Hugo Chávez, en el Foro Mundial de Porto Alegre el 2005, no hubiera proclamado públicamente trascender el debate en la sociedad burguesa hacia la democracia participativa o Socialismo del Siglo XXI, no hubiéramos avanzado tan rápido en estos conceptos. Como muestra, el 5 de septiembre estuve con el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, y reafirmó que el Socialismo del Siglo XXI es un interés estratégico y parte de un proyecto histórico.»

LAS CLAVES DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI  

¿Cuáles son las fuentes constituyentes de este nuevo proyecto continental y en qué consiste?

H. D.: «Podríamos decir que comenzó a producirse una convergencia de científicos – sobre todo provenientes de la Informática y de la Economía Matemática- con presidentes progresistas y movimientos sociales. Nos parece que esto es una fuerza de gran capacidad de transformación. Y aunque algunos gobiernos no quieren discutir esto, y algunos medios piensen que con su ausencia impedirán que esa plana de transformación prolifere, no lo lograrán. El Socialismo del siglo XXI es una ampliación y profundización de la democracia formal y representativa que tenemos ahora. El ser humano vive en cuatro condiciones sociales básicas: la política, la económica, la cultural y la militar. De esas cuatro relaciones vitales, la burguesía sólo concede democracia en lo político, y la reduce a un acto electoral cada cuatro años. Entonces, el objetivo es ampliar la democracia participativa en las cuatro relaciones constitutivas del ser humano. En segundo lugar, hay que pasar de la democracia formal y elitista que tenemos hoy día, a una de incidencia real. Por ejemplo, el presupuesto nacional debe gradualmente pasar a los ciudadanos. La economía de mercado tiene algunos elementos básicos: la ganancia, y no la satisfacción de necesidades; y la propiedad privada, que permite a los dueños de los medios de producción determinar los precios, que es el mecanismo fundamental de la acumulación, y permite quedarse con el excedente. Todo esto, avalado por un Estado de clase que está al servicio de las élites económicas. Esto se quiere sustituir por una economía basada no en el precio, sino en el valor, donde la gratificación del trabajo no se hace por fuerza de negociación, sino por justicia, a través del principio de la equivalencia.»

LOS CAMPESINOS Y EL MAGISTERIO LUCHAN EN PARAGUAY

¿Qué ocurre hoy en Paraguay?  

Martín Almada: «Nosotros desde Paraguay estamos siguiendo atentamente estas reflexiones. En Paraguay hemos encontrado los archivos de la Operación Cóndor. Aquí tenemos que las consecuencias de un operativo común que se instala en América Latina, a partir de Chile, concluye en el neoliberalismo. O sea, la base del mercado sobre el Estado. Chile, a partir de Pinochet, se convirtió en la vitrina del Imperio como el modelo político, económico y social «exitoso». Yo recuerdo la visita del Ministro de Economía de Pinochet, Hernán Buchi, a Paraguay, donde realizó muchas reuniones con empresarios y universidades vinculadas a las empresas. Y él decía que la solución de todos los problemas era la privatización. Y ahora en Paraguay, después de 40 años de dictadura, el campesinado se levanta contra las políticas neoliberales y las privatizaciones brutales de su recetario. Hoy, gracias a los campesinos, los intereses del Estado siguen siendo del Estado. Por otra parte, nosotros observamos también cómo funciona la educación en América Latina. Y nos damos cuenta que son el Banco Mundial y el Banco Interamericano quienes marcan pautas en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. En Paraguay existe la educación pública y privada -sostenida por el FMI-, que crea los profesionales para dirigir los destinos del país. Y con el atraso del Estado se disminuye la calidad de la educación nacional. Un dirigente de África del Sur decía que «el arma más poderosa en manos del opresor, es la mente del oprimido». Así, interpretando a Paulo Freire y al «Che», con el Hombre Nuevo, tratamos de dar con los ingredientes de cómo debe ser el Socialismo del Siglo XXI en la dimensión educativa. Y decimos que este Socialismo debe despertar al dormido y organizar al despierto para que tengamos acceso a la riqueza y a la sociedad del conocimiento.»

MICHELE BACHELET: IMAGEN CORPORATIVA DE LA EMPRESA «CHILE»  

¿Dónde está Chile en el nuevo contexto de discusión del Socialismo del Siglo XXI?

H. D.:»Existe un desconocimiento en el exterior de la naturaleza clasista del gobierno chileno. Yo pienso que las incipientes protestas sociales en Chile están planteando otra vez en la agenda del país la participación de los de abajo. Cada clase dominante que da un golpe militar feroz como el de Pinochet, sabe que tiene un margen de 30 a 35 años de moratoria, porque el trauma persiste. Ya pasó este tiempo, y las nuevas generaciones vuelven a pensar en querer ser alguien en la vida, y en la Nación de la Patria Grande.»

¿Qué opinión le merece la Presidenta Michele Bachelet?  

H. D.: «Yo creo que Michele Bachelet puede ser una mujer honesta, pero eso no cuenta cuando se es Presidente, porque lo que decide lo que hace un Presidente es la correlación de fuerzas. Michele Bachelet es la «imagen corporativa de la empresa Chile». Pero el consejo de administración de la empresa donde está el poder es el de siempre. Es decir, los militares, el clero y los empresarios. En el fondo, ella no decide nada. La concepción tradicional de que una élite gobierna tras una fachada «socialista y democrática» comienza a tener fisuras, porque al superar paulatinamente los traumas del terrorismo de Estado y al ver que en otras partes de América Latina hay nuevos gobiernos populares, Chile no puede quedarse fuera de esa dinámica continental y mundial.»

EL LUGAR DE LOS TRABAJADORES

¿Cuál es el papel de los trabajadores en estos procesos progresistas que vive el Continente? 

M.A.:»Para hablar de la intervención de la clase obrera, tenemos que volver a la Operación Cóndor. Si en América Latina hacemos un balance del saldo que dejaron los golpes militares, contamos 100 mil vidas. Y primero que nada, fue decapitada la franja dirigencial de la clase obrera. Después, estudiantes, profesores, periodistas, abogados, intelectuales: ¡la clase pensante de América Latina fue decapitada! En la actualidad, hay 6 paraguayos perseguidos por el Imperio que están en Argentina, y hemos tenido relaciones diversas con el nuevo sector dirigencial argentino del mundo obrero. Parece que en América Latina hay una nueva franja dirigencial, porque hasta hace un tiempo, lo que habíamos sentido era la capitulación. En Paraguay ha capitulado la clase media y alta, y la izquierda. No hemos confiado en nuestras propias fuerzas. Fueron los campesinos quienes pararon las privatizaciones. Y ahora, otra vez, fueron campesinos y el magisterio paraguayo quienes detuvieron las políticas neoliberales en Paraguay, que se expresó en un proyecto de ley antiterrorista, y que pretendía criminalizar las luchas sociales. En Argentina se aplicó eso. Ahora la clase obrera argentina está reaccionando ante la Corte Suprema de ese país para anular el proyecto de ley de Busch. Es decir, hoy sentimos un nuevo viento de esperanza en América Latina, con una nueva clase obrera no entreguista y cuestionadora del modelo neoliberal.»   H. D.:»La clase obrera está directamente vinculada a las fuerzas económicas que tienen los trabajadores. Y un elemento esencial del neoliberalismo ha sido la desindustrialización. Si se compara la fuerza industrial manufacturera que había hace 30 o 40 años, hoy ha desaparecido en gran medida. En Ecuador, el único sindicato que quedó es el de los electricistas, porque ha logrado impedir la privatización. En Argentina tienes algunos grandes núcleos obreros, pero casi todo está destruido. Más allá de lo anterior, las políticas desarrollistas de nuestros gobiernos populares y la recuperación de las industrias destruidas, tanto por la renacionalización de los recursos, como por el desarrollo de nuevas industrias, están reconstruyendo ese sector. De tal manera que los núcleos obreros que han quedado y que, a mi juicio, están rehaciendo su inicio político a la luz de este proceso de integración latinoamericana y la formación del Bloque Regional de Poder Popular, siguen siendo un núcleo extraordinariamente importante, junto con otros. La tecnología ha cambiado las cosas. Hoy el poder central está en el sistema de telecomunicaciones. Hoy tenemos diferentes sujetos de transformación como el campesinado, los estudiantes y los obreros. Todos ellos juntos, forman la masa crítica para renegociar con el gobierno cosas que se han perdido en las últimas décadas.»

EL IMPERIALISMO ¿Cuál es la situación del gobierno de Busch en la actualidad?

H.D. :»Lo que caracteriza a la mafia fascista que está en la Casa Blanca es la derrota política militar en Irak, en Afganistán y pronto en Irán. Porque antes que termine fin de año habrá un ataque militar sobre Irán. La lucha dada en América Latina por los presidentes populares, que son expresión de un movimiento de base social fuerte, sin duda, ha influido en la construcción del ataúd del Imperialismo en la Casa Blanca. Pero no hay que sobreestimar lo que hemos logrado. Noto un cierto triunfalismo, sobre todo en Venezuela. Yo creo que esta es una lectura equivocada. En el debate sobre si México debe integrarse al MERCOSUR, Lula y Kichner fueron claros en decir que no van a acomodar sus intereses de acumulación estratégica con el bioetanol, ni sus alianzas geopolíticas con el capital español, gringo, o con el Estado de Israel, por las posiciones de Hugo Chávez. Aquí afirmaron, prácticamente, que «hasta aquí llegamos con las posiciones de Chávez, y nosotros decidimos con quién nos juntamos». Esto es muy importante. Ha aparecido un nuevo factor, hay nuevos presidentes. En un momento fue sólo Fidel quien hablaba. Ahora está Chávez, y la perspectiva propia de Rafael Correa. Y Evo Morales es otra voz. De tal manera, se está desagregando un poco la situación latinoamericana y antiestadounidense. Hay más voces ahora, y diversas posiciones sobre alianzas posibles.»

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EL FACTOR MILITAR

¿Cuál es la función de los medios de comunicación este contexto?  

H.D. : «El papel de los medios grandes, es la de toda empresa grande: hacer ganancias. Y para eso tiene que reducir las iniciativas democráticas y populares. Esto hay que combatirlo desde abajo, y uno de los modos fundamentales es internet. En USA, el 50 % de la información de la gente es obtenida de internet. Por ejemplo, en Ecuador la derecha ya comenzó la contra ofensiva, y allí no teníamos una página web que ofreciera información de inmediato. Recién ahora, con una organización de derechos humanos generamos una página electrónica, que es un poder contra la desinformación de los medios. En Chile, esta es una opción muy importante para divulgar las luchas y crear una red internacional de apoyo.»   M.A. : «En la terminación de contrato de una empresa de comunicación de Venezuela, es el Imperio quien atacó a Hugo Chávez. Yo trabajé 15 años en la UNESCO y fui testigo de la discusión de un documento de esta institución sobre la comunicación y sus medios internacionales, lo que fue lanzado y provocó la retirada de USA e Inglaterra de la UNESCO. Entonces, yo veo que Chávez ha sido el único dirigente político que tuvo el coraje de aplicar esa recomendación de la UNESCO. Existe la necesidad de la formación de la masa crítica para hacer frente a esta manera de alienación colectiva que vivimos y a la entrega de resignación que sentimos. Al respecto, es muy importante el rol de los profesores en este plano. ¿Cómo vamos a seguir tomando Coca Cola y comiendo en el Mac Donald? ¿Cómo vamos a levantar nuestra autoestima? Porque en Paraguay hemos sufrido 40 años de dictadura. Y el resultado fue la desconfianza y el derrotismo. Paraguay es el país que tiene mayor energía y electricidad en América Latina. Pero los pobres cocinan a leña porque la electricidad es cara. Ahora tenemos un candidato que admira a Hugo Chávez, a Evo Morales, a Rafael Correa. Nosotros tenemos elecciones el 2008 y se presenta este candidato que simpatiza con el Socialismo del Siglo XXI. Pero ya vemos a la diplomacia norteamericana, al Nuncio Apostólica y a la burguesía en contra. Lo bueno es que estamos perdiendo el miedo. Eso yo lo siento en Chile. El año pasado con la reacción estudiantil y ahora con la movilización de los trabajadores, lo que para nosotros es un ejemplo en un país espejo del neoliberalismo. En Paraguay creemos que la única solución es la clase obrera en el poder. Ya no podemos confiar en los políticos tradicionales. Nosotros debemos hacer nuestra propia administración.»   

¿Dónde se ubica la variable militar y de comunicaciones en esta versión emancipadora del Socialismo para el nuevo siglo?

H. D. : «Una grave deficiencia de la izquierda es que no estudia la lógica militar. La lógica política en el fondo, no es más que la lógica militar, sólo que la militar es más clara. En la acción militar existe el «principio de masa» que ubica en un lugar sustantivo el papel de los medios. Nosotros tenemos una serie de medios digitales que tienen impacto, como Rebelión que tiene 40 mil accesos diarios. Hay otras. Todos ellos actúan independientemente, y eso es bueno porque así se evita la censura política. Cada grupo tiene su visión propia. Entonces se necesita una multiplicidad de páginas electrónicas para que el espectro de pensamiento -desde los anarquistas hasta los ortodoxos del socialismo- tenga alguna forma de expresión. Pero cuando se produce una situación de crisis, como una batalla militar, necesitas concentrar todas las fuerzas para dar el golpe, para decidir la guerra. Pinochet lo hizo en Chile desde la derecha. Cuando hay una situación crítica de derechos humanos en Paraguay, o de los trabajadores en Chile, tenemos que lograr que el conjunto de medios alternativos junten fuerzas y lancen la información el mismo día y así se tiene un impacto en la opinión pública mundial que ningún medio burgués logra. Y eso es el «principio de masa». Aquí enfrentamos una relación dialéctica: se necesitan distintas páginas electrónicas para que cuando llega un momento de crisis, ellas mismas se coordinan y lanzan el golpe decisivo para defender a la gente.»