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Entrevista a Wladimir Painemal, subdirector del periodico Mapuche Azkintuwe

La escritura como herramienta

Fuentes: Argentina Indymedia

Semanas atrás Wladimir Painemal y Pablo Díaz, subdirector y reportero gráfico del periodico Mapuche Azkintuwe, respectivamente, iniciaron un viaje por diversas zonas de Puelmapu (territorio mapuche en Argentina). El objetivo era conocer más de cerca las diferentes realidades que se viven en esta parte del territorio mapuche y promocionar el periódico, una herramienta forjada al […]

Semanas atrás Wladimir Painemal y Pablo Díaz, subdirector y reportero gráfico del periodico Mapuche Azkintuwe, respectivamente, iniciaron un viaje por diversas zonas de Puelmapu (territorio mapuche en Argentina). El objetivo era conocer más de cerca las diferentes realidades que se viven en esta parte del territorio mapuche y promocionar el periódico, una herramienta forjada al calor de las movilizaciones. En pocos días y con una agenda apretada pasaron por Neuquén, Río Negro, Buenos Aires y Capital Federal.

En su itinerario dieron charlas para presentar esta experiencia periodística y también estrecharon lazos con diversas organizaciones mapuche, medios alternativos y organismos de derechos humanos. Antes de partir rumbo al sur y al oeste Painemal hizo un balance para Indymedia Argentina del año y medio que lleva Azkintuwe en las calles.

– En octubre de 2003, Pedro Cayuqueo – director del periódico – me explicaba por qué Azkintuwe (El Mirador) y no otro nombre, como suelen ponerse, más aguerridos, más de confrontación. Planteaba que esperaban que el periódico fuera un lugar que le permitiera a la gente observar mejor lo que ocurre con el Pueblo Mapuche. A más de un año de la aparición de Azkintuwe, ¿ese objetivo se está cumpliendo?

WP: Creemos que sí y que se está cumpliendo con una fuerza, con una llegada, que a nosotros mismos a veces nos sobrepasa. Nos sobrepasa por un tema recursos, nos sobrepasa por un tema de cubrir todos los lugares en los cuales se está produciendo la noticia. Y también respecto de una serie de expectativas que se generan en distintos lugares, de las organizaciones que están en distintos lugares, que a través del periódico se han podido comunicar. Son ellos quienes han levantado las actividades que hemos hecho esta semana en distintas ciudades. Eso para nosotros es un hecho muy interesante.

Entonces lo que buscamos ahora, con esta venida, es fortalecer ese proceso, tratar de que en esta búsqueda de mirarse y de mirarnos se pueda ir conociendo una mayor cantidad de gente y cubriendo la mayor parte del territorio. El que hayamos venido a Buenos Aires significa que nuestra mirada también va a llegar acá y que la gente de Buenos Aires también va a poder mirar lo que sucede con nuestro pueblo, con nuestro territorio. Con eso estamos cumpliendo con nuestro objetivo que es mirarnos, reconocernos.

– En cierta medida el nacimiento de Azkintuwe respondió a la necesidad de tener un órgano de prensa propia a raíz de cómo la prensa chilena abordaba la lucha mapuche. ¿Esa situación ha cambiado? ¿La prensa, con la aparición de Azkintuwe, ha tomado mejor el tema? ¿Molesta a la prensa chilena que haya un Azkintuwe?

WP: La presencia de Azkintuwe en diversos kioscos en las distintas ciudades, en lugares que son estratégicos para nosotros, donde circula mucha gente, con títulos sugerentes respecto de lo que sucede con nuestro pueblo, ha significado que de una u otra manera los medios de comunicación comiencen a introducir dentro de su agenda de trabajo, dentro de sus preocupaciones, el tema mapuche. En muchos casos uno puede encontrar secciones «zona mapuche», y en esas secciones encuentra cantidad de noticias que de una u otra manera ya no son solamente visiones de periodistas de esos medios, sino que han tenido que incluir dentro de esas noticias las que nosotros hemos elaborado. El que de una u otra manera se considere como referencia de noticias al periódico, es para nosotros un avance.

Sin embargo, lo que es el impacto en los medios de comunicación, todavía es algo que está lejano. Nosotros entendemos que detrás de los medios hay poderes económicos y esos poderes económicos van a estar permanentemente presionando para que la información que salga deje a los mapuche en una situación de deslegitimidad frente a la sociedad chilena o argentina. Deslegitimar, por ejemplo, todo lo que es el proceso de recuperación de tierras y movilización. Por lo tanto, no vemos que haya habido un cambio ahí y eso obviamente nos anima a seguir trabajando en esta misma perspectiva.

Tenemos que hacer doble esfuerzo para seguir apareciendo, para que de alguna u otra manera los medios puedan entender que van a haber miradas distintas y en esas miradas la gente va a tener que empezar a decidir, a considerar que existen otras voces que van a entrar en este concierto y eso al menos nos tiene a nosotros con harta expectativa de futuro. Sabemos que este combate es desigual, que en esta lucha no contamos con los medios financieros que tienen ellos, pero las posibilidades de poder influenciar a una cantidad de población de gente no mapuche es importante.

– En la Facultad de Filosofía y Letras planteaste que uno de los desafíos es que en Azkintuwe aparezcan las diferentes voces mapuche sin pretender que sea el canto armonioso de un coro, sino que estén y que también haya críticas. Al interior del Pueblo Mapuche ¿cómo se toman las críticas a las organizaciones? Porque las críticas a una pueden adjudicarla al vínculo de ustedes con otra. ¿Cómo manejan eso?

WP: Para nosotros hay una idea que es central dentro de lo que es el proceso político que se lleva a cabo. Tiene que ver con que las ideas de autonomía y de autodeterminación, que están en el fondo de lo que hacemos, deben tener un correlato en una práctica política que vaya en esa misma dirección. ¿Qué significa eso? Que vamos a privilegiar a todas aquellas organizaciones mapuche que trabajen de una manera crítica respecto de lo que son las políticas de los Estados. Eso no lo podemos soslayar, no podemos hacer vista gorda respecto a eso.

Por otro lado también tenemos que hacer una distinción al respecto de lo que son las buenas relaciones que tenemos que mantener, sin caer en una búsqueda de estar bien con todos. Esa idea de estar bien con todos, esas «relaciones públicas», tienen un límite para nosotros cuando las organizaciones mapuche comienzan a tener visiones sectarias respecto de lo que es nuestra construcción de Nación, nuestra construcción política como Pueblo. Por lo tanto vamos a ser críticos respecto de ese tipo de posiciones, obviamente con el respeto que todos se merecen. Entendemos además que la situación del Pueblo Mapuche no necesariamente tiene que ver solo con la acción del Estado, también las organizaciones han abierto ciertos flancos para que el Estado pueda entrar con mayor facilidad y pueda hacer daños con mayor facilidad.

Por ejemplo, vemos que en la construcción de la represa Ralko en la zona del Alto Bio-Bio, que en las construcciones de las carreteras, nos cabe una responsabilidad a todos también como Pueblo. Pero principalmente a aquellos dirigentes políticos mapuche que se han arrogado la misión de establecer mínimos niveles de conducción hacia el interior de nuestro Pueblo. Ahí también hay una responsabilidad que tienen que comenzar a asumir y si nosotros tenemos que recordarle esa responsabilidad, lo vamos a hacer. Y en lo posible, trataremos de fomentar un debate al respecto. Nos parece que esa es una de las misiones del periodismo, y de las ciencias sociales en general, al interior de una sociedad democrática.

– Una crítica que escuché varias veces es que por el tipo de redacción, el periódico no podría ser leído (entendido) en muchas zonas rurales.

WP: Hay una visión crítica respecto de lo que es la escritura. Hay visiones acerca de que como los mapuche tenemos una cultura que es oral, el tema de la escritura es algo que no está contextualizado a lo que es la realidad mapuche. Nosotros entendemos que la realidad mapuche hoy día es diversa. Tenemos que luchar para que nuestras comunidades puedan leer, no nos podemos quedar en que no nos van a entender o pensar que las comunidades vayan a ser ignorantes respecto de lo que son procesos como el periódico.

A los hermanos que nos han hecho esa observación, les decimos: aquí la propuesta no es que la gente no lea en las comunidades, sino que la gente pueda leer. Porque en definitiva no sé si sea algo preferible que la gente se quede sin leer, sin generar un hábito de lectura y que no pueda conocer lo que sucede en otros lugares de nuestro territorio. Estos son instrumentos que tenemos que ir asumiendo. Son ciertas capacidades que tenemos que ir fortaleciendo también. No por nada Lautaro tomó el caballo y pudo a través de eso derrotar a los españoles. Nosotros entendemos que tomar el periódico y la palabra escrita como una herramienta de lucha es muy necesario en estos días.

Hoy día la escritura es una de nuestras herramientas y la tenemos que aprovechar al máximo y si eso significa que nosotros tenemos que generar hábito en la gente, hábitos de lectura, lo vamos a hacer. De hecho, en muchos períodos históricos nuestro pueblo desarrolló mucha capacidad de generar documentos escritos. Muchos líderes, como Manuel Augusto Panguilef, lo hicieron. Él escribía sus sueños y esos sueños nos llegan hasta el día de hoy. Creemos que eso no lo hizo menos mapuche. De hecho, dejó registrado en la historia el valioso proceso que él llevaba adelante a través de su organización. Y eso a las nuevas generaciones nos sirve para poder construir nuevas propuestas incorporando los éxitos que ellos tuvieron en su tiempo y también, obviamente, los errores. Eso nos va a permitir crecer.

Al mismo tiempo hay otro elemento muy importante. La memoria histórica de nuestro pueblo está quedando en libros que hoy hacen personas no mapuche, antropólogos, sociólogos, todos los ‘ologos’ que conocemos y obviamente que esa es una interpretación que no nos es preferible, ya que es una interpretación ajena. Uno de nuestros objetivos también es que nosotros mismos empecemos a escribir nuestra historia y que esa historia se transforme en la búsqueda de una memoria histórica. Hay muchos hechos de la historia que hoy día están ocultos, nosotros los queremos revelar. Y en definitiva, ese ejercicio de memoria nos va a permitir tener mayor capacidad en el futuro para enfrentar lo que pueda venir.

– Yendo al ámbito de la comunicación mapuche, específicamente al periodístico. ¿La aparición de Azkintuwe generó cambios?

WP: Hasta antes de Azkintuwe, la comunicación mapuche, considerando lo que son las nuevas expresiones, nuevas herramientas de intercambio y comunicación, estaba centrada en lo que es Internet, que es un trabajo interesante. De hecho, de ahí también surge la experiencia de Azkintuwe. De todas maneras, para nosotros Internet era algo que estaba orientado mucho a una elite, a cierto tipo de estrato social que podía llegar a acceder a la red, ya sean profesionales, estudiantes universitarios, etc. Entonces la aparición del periódico lo que hace es colocar a mano de más personas las informaciones. De una u otra forma, democratiza el acceso a la información.

No somos los únicos, por cierto. Entendemos que a partir de la experiencia de Azkintuwe se comienzan a generar otras experiencias de periodismo mapuche, que a nosotros nos parecen muy saludables. Un ejemplo de ello es la aparición, al alero de la Farmacia Makewe, del periódico quincenal «Mapuche Kimvn» en Temuco y que da a conocer principalmente noticias locales, periodismo informativo, y que se distribuye gratuitamente. Ojalá pudiéramos nosotros tener esa capacidad para circular con mayor periodicidad y colocar noticias más específicas y locales. Pero son experiencias distintas y nuestro trabajo va más allá de lo local, involucra a todo el territorio mapuche y desde una posición política nacionalitaria.

Esta última característica nos parece que cambia el tema de la comunicación. Lo coloca en un nivel en el que ya no es un intercambio meramente de noticias, sino que también incluye una construcción social y política. Tejer nuevamente este witray que tenemos, esta manta que teníamos antiguamente y que hoy día está rota en distintos lados. Nosotros esperamos que existan otros medios en el futuro y que puedan llegar a todo el territorio. La existencia de Azkintuwe ya nos coloca en una situación en que la comunicación ha cambiado, el mismo lenguaje, el discurso ya no es el mismo de antes. Puelmapu, Gulumapu… hoy se habla de ambos territorios como partes de un mismo pueblo. Hasta hace un tiempo, las organizaciones mapuche no lo entendían así. Hoy se está hablando de eso. Y a nosotros nos parece que ese es un tema de comunicación, de lenguaje, de incorporar conceptos. Este es, desde mi punto de vista, uno de los mayores aportes que ha hecho la aparición del periódico.

– Que puedan estar Ralko y Benetton juntos.

WP: Claro, en un mismo periódico y de alguna u otra manera entender que somos un solo Pueblo y que también estamos siendo amenazos por el mismo enemigo. Benetton con Endesa son grandes transnacionales que transitan bajo un mismo modelo económico neoliberal. Ese es un dato que nos saca un poco de esa tradicional mirada de lo que es el enemigo tradicional. Hoy, los enemigos de nuestro pueblo ya no son solamente los Estados chileno o argentino en particular. Obviamente que el Estado tiene un rol de facilitar la llegada de estos capitales, responsables de los procesos de usurpación de tierras mapuche. Pero queda mucho más claro todavía que hay un poder económico que es el que nos invade desde Canadá hasta el extremo del continente. Y a otros continentes también.

– Ustedes empiezan a tener una relación más estrecha con Puelmapu a partir de un encuentro de pensamiento mapuche que se hizo en Bariloche el año 2001. ¿Qué cambios produjo ese encuentro?

WP: Las experiencias que tuvimos en Bariloche definieron una posición personal y también el poder ir afirmando ciertas cuestiones de tipo político, de construcción política. Esto en el sentido de que cualquier iniciativa que se pudiera generar en Gulumapu, ya sea con los estudiantes, ya sea con los jóvenes, ya sea con las mujeres, tiene un correlato territorial. Eso en primer lugar. Y luego se convierte en un espacio para compartir ideas. Y en el hecho de compartir ideas vemos que hay muchas cosas en común, que hay procesos políticos que también se estaban generando y que hoy día, en este momento, se siguen desarrollando. El poder conocer a hermanos de este territorio y que también a nosotros nos pudieran conocer, significó aprender, ganar experiencia.

En Gulumapu, por ejemplo, tenemos procesos de recuperación de espacios en la ciudad que son bien interesantes. Mucha gente va conociendo entonces esa realidad. Hay mucho movimiento de jóvenes en la zona urbana. Ocurre en Santiago, ocurre en Temuco, ocurre en distinto lugares de nuestro territorio. Eso también nos va acercando respecto de ir conociendo nuestras realidades. Y asi la visión tradicional respecto de que lo mapuche estaba centrado en la comunidad rural comienza no a ser eliminada, sino a ser enriquecida por las expresiones de lucha que tienen otros sectores de nuestro pueblo. Esos elementos se van agregando, se van incorporando a un discurso y a una práctica también en Puelmapu.

Los jóvenes están buscando sus orígenes, ya sea en una población en Neuquén, ya sea en la ciudad de Temuco, ya sea al alero de la Iglesia Católica, ya sea al alero de una organización mapuche en particular. Y existe algo que está uniendo a todos esos sectores y es el que somos parte de un mismo pueblo. Somos mapuche. Y el eje que nosotros tenemos y tratamos de fortalecer para ello es la comunicación, que va en forma paralela con otro eje relacionado con procesos de identidad, de fortalecimiento cultural y de construcción política. Este eje es el que nosotros esperamos en un futuro se pueda desarrollar con mayor rapidez, de tal forma que podamos enfrentar algún día a los Estados como pueblo. Y no como mapuche chilenos ni como mapuche argentinos.