Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano. -Sigo abusando. Aprovechando un comentario crítico de Monedero -«Marx era de Ciudadanos» http://www.comiendotierra.es/2016/11/22/marx-era-de-ciudadanos/ («Por envenenar el alma de los jóvenes hicieron beber […]
Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano.
-Sigo abusando. Aprovechando un comentario crítico de Monedero -«Marx era de Ciudadanos» http://www.comiendotierra.es/2016/11/22/marx-era-de-ciudadanos/ («Por envenenar el alma de los jóvenes hicieron beber cicuta a Sócrates. La editorial Santillana se forra por sus contactos con el poder y por escribir estas cosas. Lo de la cicuta es excesivo. Pero seguro que entre eso y no hacer nada… Luego nos llamarán enemigos de la libertad de expresión»), añadiste este comentario (que no es breve):
«Sí; es de ese emporio. Pero ahora quiero aprovechar el comentario crítico del informante periodista para situar que Hegel a penas nunca menciona eso de lo de tesis antítesis síntesis, que está dado por el periodista como propio de Hegel. Y cuando lo menciona es para decir que es un disparate. Creo que es fácil de explicar que Hegel parte del «espíritu» que es denominación idéntica a «sujeto», sujeto social, claro, y sujeto social en interacción social para generar actividad: praxis que crea mundo. Este espíritu o intersubjetovidad activa no tiene proyecto innato y debe crearlo, crear el saber hacer intersubjetivo que oriente la praxis que se objetiva en un mundo histórico, en una civilización, un ethos. Ese mndo es idéntico al sujeto que lo crea. Identidad sujeto objeto.
Bueno ahora un segundo paso:
Existen dos maneras de comprender el mundo creado por el espíritu. Una, propia del sentido común, y de la que parten las ciencias, es como si eso creado no fuera en absoluto producto nuestro, producto que se sustenta en la medida en que proseguimos como intersubjetiviad práxica, produciéndolo y reproduciéndolo -tan creativo, tan creación es la primera creación como las siguientes reproducciones; ejemplo: según los creyentes, dios me crea a mi a cada instante, y no solo «en un principio», cuando insufló mi alma a un adn, porque si dios dejara de pensar un momento en mi yo dejaría de existir, de ser creado y recreado: pues lo mismo: eso es una interpretación «a divinis» de la realidad social creadora, humana, de la creatividad intersubjetiva denominada «espíritu»- Volvamos: Esa otra forma propia del sentido común, sin embargo, en todo lo creado por la comunidad ve cosa, cosas, ve lo que es producto práxico comunitario como naturaleza, como natural. A esa forma de pensamiento Hegel lo denomina ENTENDIMIENTO, forma parte de él l pensamiento ilustrado mayoritario -no Rousseau, que cree que somos volonté general creadora…- el sentido común, tal como he dicho, las ciencias, que adoptan disposición objetivamente naturalizadora -pero que si lo tenemos en cuenta, nos pueden proporcionar buen saber- etc. Y a esa forma de interpretar al mundo como cosa, a ese ver cosa en lo hecho, en verlo como inamovible, a esa forma d e ver la realidad la denomina REALITÄT, con diéresis y la REALITÄT está formada por cosas particulares, y a esas «cosas» las denomina «ding». Ding es la palabra para «cosa» como Piedra, árbol, etc es el uso usual cotidiano de «cosa».
Existe la otra forma de ver la realidad, en la que eso creado es comprendido como creación de nuestra-mi comunidad intersubjetiva religada por una religio de relaciones sociales que es un saber que forma parte de todo el saber hacer que hemos creado para poder hacer. En ese hacer en común también creamos nuestra antropología, la praxis común crea el «fuera» objetivo y el «dentro» subjetivo: identidad subjetividad comunitaria-saber hacer creado-praxis objetivada con ese saber hacer. No hay un dentro y un fuera,lo uno y lo otro es autoidéntico y creado por la misma praxis. A ese pensamiento que comprende que el mundo producido es «nosotros en praxis intersubjetiva», Hegel le llama «RAZÓN -frente a «ENTENDIMIENTO»-. A ESA forma de comprender la realidad que elabora la RAZÓN , a ese comprender que la realidad es nosotros y es actividad nuestra, Hegel le denomina «WIRKLICHKEIT», o sea «realidad verdadera» o «Realidad efectiva». Y la forma que tiene de considerar cada parte de su hacer, es considerarlo como actividad emprendida, como hacer emprendido concreto, que en tanto hacer tiene una objetivdad, pero que no es cosa- piedra, «DING» sino objetividad práxica concreta, «cosa» como objetivación práxica, hacer concreto comunitario en marcha, que es real, y al que Hegel llama «SACHE»
O sea, ENTENDIMIENTO-REALITÄT- DING: nuestro mundo visto como mundo natural ahí enfrente
Y RAZÓN- WIRLICHKEIT- SACHE: nuestro mundo visto como autoproducido por nosotros en comunidad
Ahora, ya podemos ir a lo de TESIS-ANTÍTESIS-SÍNTESIS. Esta forma de hablar de la realidad, del mundo social humano, ¿suena a ENTENDIMIENTO- REALITÄT- DING; o a RAZÓN-WIRLICHKEIT- SACHE?
ES UNA INTERPRETACIÓN EN LA QUE NOSOTROS NO ESTAMOS CONSIDERADOS COMO SUJETO AGENTE, Y QUE OBSERVA INTELECTUALMENTE EL OBJETO DE ESTUDIO PROCESO SOCIAL COMO COSA INDEPENIDENTE DE NUESTRO HACER, Y QUE ESTÁ AHÍ, CO0N UNA DINÁMICA PROPIA AL MARGEN DE LO QUE QUERAMOS NOSOTROS. ES ENTENDIMIENTO, REALITÄT, DING. Es error, equivocación fetichismo, enajenación, ajenidad de nosotros respecto de nuestro hacer en com´ñun que es juzgado como ajeno, cosa, naturaleza. Bueno ahora, ya , si está explicado. Hegel usa muy poco de esa tripleta tesis antítesis síntesis, porque la considera elemento del pensamiento erróneo, cosificador
No solo lo veo y explico yo; cito un autor, Rubén Dri, hegelólogo y marxista: «Esto es lo que ve el sentido común guiado por el entendimiento . hay dos fuerzas de las cuales una actúa sobre la otra (.) Para el entendimiento hay, por una parte, acción frente a la cual, hay otra fuerza que reacciona Se trata de dos fuerzasnque se enfrentan. Tesis y antítesis. La razón interviene para corregir el espejismo del entendimiento. La fuerza que reacciona no es otra fuerza que parece estar afuera, en el exterior. En realidad es la única fuerza [de la subjetividad comunitaria o intersubjetiva] la cual se exterioriza [se objetiva], se expone como exterior (.) en realidad es la misma fuerza que desde sí misma sale (se exterioriza) y vuleve, retorna desde el «exterior». Hegel la doctrina de la esencia. Las contradicciones en el camino de la creación del sujeto y el estado. Biblos Buenos aires, 2015. Bueno, creo que queda claro que Dri piensa eso, que tesis- antítesis-sintesis es error.
-El lector o lectora estará agotado.
-Pues hay más. Cambio de tercio. Ha corrido por la red un comentario que lleva por título «Dicen dicen dicen…». Tampoco es de olvidar tu comentario:
«[este amigo, Errejón, que se atreve a opinar expeditivamente sobre lo que es un partido comunista, sin haber conocido ninguno,] No sabe distinguir entre lo que vive y lo que no ha visto. Un partido comunista tradicional tiene una base que organiza tejido social; Juan Mena en UH. Hay detrás de él, una sociedad, una micro sociedad, la fábrica, con unos trabajadores que son el mundo cotidiano, no el partido. Y un grupo o célula del partido, formada por gente que se ha sumado a la política porque es la que era más activa y constante en la actividad de lucha de la empresa, y era la que daba continuidad a la memoria de la praxis de lucha de la empresa, y llegado el momento, necesitan discutir y poder sostener continuidad de forma estable, con ayuda, con reflexión conjunta sobre lo que viven y han vivido con un grupo que, como el sienta interés en pasar el legado. Entonces, si hay un instrumento interno y unido, continuidad sin ruptura respecto del tejido humano de la fábrica, del órgano fabril denominado asamblea, etc, sea cual sea ese organismo, pues se suman a él. Se llame como se llame, sea el que sea, pero un organismo interno a su microcosmos concreto, que no considere a su mundo como un instrumento que no considere a su lucha como un medio para otra cosa, si se llama PSUC, pues PSUC. La principal fidelidad es con los compañeros de trabajo, sus luchas, la responsabilidad de dar salida a las luchas, sostenerlas, guardar memoria interna -crear ethos, costumbres, «no lo saben pero lo hacen». Esta gente, cuando se relacione con el resto del partido, no va al partido comer de él, a buscar cargo, ni nada de ese tipo profesional. Es más, todo lo que es profesional, politológico, no le sirve, el no trabaja desde las instituciones, ni lo pretende. Cuando discute, no lo hace a partir de una recepción de discurso, el del CC o el del secretario, porque él va a discutir sobre su experiencia, para dar salida y continuidad a una lucha concreta, y busca otras experiencias, y apoyo en otras luchas, y no un blablablá. Un oblato es un miembro de la corporación iglesia, vive de ella, y su futuro está en la estructura de la iglesia, un activista vive en su micro organismo práxico y su fin el sentido de lo que hace está en ese organismo. Cuando discute en la asamblea lo hace con dureza de asamblea y sin fantasías, cuando discute en el partido lo hace con dureza y crítica, porque exige que se le ayude en lo que hace no que se le venga con monsergas. A partir de aquí, se ve que este hombre no ha tenido ninguna experiencia mas allá de juntarse con gentes que son base de estructuras, esos partidos cuyas bases elaboran programas electorales, cuya actividad es los congresos. Y que no sabe qye la palabra partido ha tenido múltiples modelos organizativos. Incluso los PC, las siglas PC, son un nominalismo, no son lo mismo según sea su esquema de organización, ni un PC, -uno verdadero, esto es, uno que esté arraigado a su mundo- de una u otra sociedad, cada una de las cuales posee una composición social determinada, y su propia tradición cultural histórica, particular, dentro de la cual se enmarca una propia, singular, histórica, tradición de actividad social de izquierda, y, también, una historia política -no reductibe a la actividad social de la izquierda, ni, solo, a la política de la izquierda-…sí es lo mismo este amigo y los miembros de un PC que están en el profesionalismo político, cuya carrera, cuyos sueldos dependen de eso…y debería leer un poco a Gramsci…solo un poco, para no cansarse…».
-Ya está bien, no abusemos más de la paciencia -forzosamente limitada aunque generosa- de las buenas gentes.
-La última pregunta, esta vez sí (o eso espero). En un artículo de Santiago Alba Rico («Y en esto se fue Fidel» http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219694), publicado poco después del fallecimiento del revolucionario cubano, encontré esta reflexión sobre la experiencia de un helenista marxista, Luciano Canfora, muy admirado por ti (y por mí). Como hemos hablado del tema a lo largo de estas conversaciones te copio el fragmento -«el impulso revolucionario no se transmite, ni por vía genética ni por vía pedagógica. Simplemente se pierde. Ya que la experiencia a lo sumo se puede explicar, pero no transmitir: es individual e irrepetible. Cuando obstinadamente se intenta prolongar por vía pedagógica su vitalidad de generación en generación, muy pronto esa pedagogía es percibida como retórica y, por tanto, rechazada» y te pregunto: ¿qué te sugiere esta reflexión del gran helenista italiano?
-Creo que el texto nos plantea dos interrogantes, una sobre la intercambiabilidad de la experiencia generacional otra sobre los legados intelectuales, y dentro de los mismos, de un determinado legado intelectual, el legado praxeológico, los legados de las filosofías que han reflexionado conscientemente sobre las praxis del pasado, praxis coetáneas suyas y han elaborado filosofar con consciencia de lo que es praxis.
-Bien visto. Efectivamente, eso creo yo también que plantea.
-La experiencia es un hecho vital, subjetivo, esto es, personal, histórico. Subjetivo porque es la subjetividad la que experimenta; histórico porque no solo hablamos de la subjetividad individual, que es la que lo registra, sino de la intersubjetividad constituida por la interacción de todas las subjetividades individuales, dentro de la cual, dentro de cuya intersubjetividad, está la mía. En ella, de ella, coparticipo yo. Esta subjetividad social, este anudamiento de miles y cientos de miles de acciones organizadas según unas u otras relaciones sociales, en interacción, en proceso de generarse, de afirmarse o de desvanecerse; de ascender, las unas, de ser derrotadas las otras, es lo que denominamos historia, y es el «fondo», el «paisaje», aparentemente fijo, desde el que actuamos y sobre el que actuamos y en cuya interacción generamos nuestra experiencia: en cuya interacción, nos construimos como sujetos práxicos, y generamos una experiencia consecuencia del vivir y hacer en interacción intersubjetiva.
Por tanto, la experiencia es histórica. Y en esto estoy de acuerdo con Canfora.
-Un punto de coincidencia.
-No sé si lo estoy cuando habla del fracaso de los intentos de su transmisión.
-Tus razones.
-En un sentido muy elemental, en primer lugar: no conozco de proyectos que hayan tratado de realizar esa tarea descomunal de transmitir por vía intelectiva una experiencia. Todos lo sabemos: ¿cómo se transmite, como se explica, se cuenta, la experiencia de entusiasmo o de enamoramiento…? Sí conozco, en cambio, proyectos, diversos entre sí, de trasladar, de hacer perdurar legados; en este caso, legados políticos. De diversa índole.
-Por ejemplo.
-«Índole uno»: Sabemos de las fuerzas derrotadas que tratan de preservar un determinado proyecto político tal como fue elaborado en su momento originario. Por ejemplo, los exilados de la república jacobina francesa en la Inglaterra de 1840. Los que preservaban la primera república, y querían instaurar nuevamente eso en Francia. Los que disputaban entre ellos por los cargos en el exilio, dedicaban su tiempo al culparse unos a otros de la derrota, etc. Ese tipo de proyecto político que ha quedado fuera de la actividad política, y por eso se preserva tal como fue, es una inutilidad. Solo sirve para producir rencillas entre los miembros de los círculos que conservan esos elementos. Pero esos elementos, constituciones, presidencias de la república en el exilio, gobiernos en el exilio, no son experiencia, no son fruto de una experiencia.
-¿Qué son entonces?
-Son una elaboración, teórica en parte, en parte institucional, orgánica de una experiencia que pasó y que se conserva fija por estar fuera del proceso experiencial de lucha. Proceso experiencial de lucha, que, de existir, de proseguir, de estar siendo generado por algunos individuos en el mundo donde se originaron esas instituciones en el exilio, precisamente por ser verdadero proceso de lucha, praxis que genera experiencia, dicta a la experiencia viva de los que sigan operando que hay que elaborar otras alternativas, las inmediatamente sugerentes a la praxis que exista en el momento, a la praxis viva, a la experiencia viva.
Muy probablemente lo que se elabore a veces dentro de esa corriente de experiencia en acto, existente -si es que existe, la existente si existe- adolece a veces de ideologismo, de exceso, de fantasía.
-Por ejemplo…
-Por ejemplo, se organiza un partido. Y se le dota de estatutos, de programa, de «estrategia»…se le dota de principios teoréticos, de justificaciones… pero el partido, un partido que sea real, es algo más, algo distinto y algo no recogido en esos textos: es el hacer cotidiano de gentes en sus mundos de vida. Ni tan siquiera un partido institucional que es un sindicato de profesionales de la política institucional, y, por lo tanto, no abarca procesos de acción enraizados con la vida cotidiana de la gente, ni siquiera ese tipo de partido de tan exiguo grosor queda reflejado, está reflejado, se guía por sus normas congresuales, por los acuerdos escritos, por las prescripciones normativas… Esas se escriben…Luego la cosa va por otro lado.
Pero sí creo que existe otro tipo de tradición intelectual.
-Te pregunto a continuación por ese otro tipo de tradición intelectual.
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