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La Guerra que no podemos perder

Fuentes: Rebelión

Hoy nos encontramos en un mundo caótico, bárbaro, asfixiante, confuso (los anti valores hoy son considerados los valores a alcanzar). La caída de la URSS con todo el bloque de los países socialistas de Europa Oriental, sumió a el mundo en la obscuridad salvaje del hombre-bestia. En la desesperanza. Se perdió el equilibrio fugaz entre […]

Hoy nos encontramos en un mundo caótico, bárbaro, asfixiante, confuso (los anti valores hoy son considerados los valores a alcanzar). La caída de la URSS con todo el bloque de los países socialistas de Europa Oriental, sumió a el mundo en la obscuridad salvaje del hombre-bestia. En la desesperanza. Se perdió el equilibrio fugaz entre la izquierda y la derecha y sobrevino la avalancha destructora sistémica del capitalismo. Vivimos en un mundo sin leyes. Para una gran mayoría de la izquierda en México y en el mundo, la desilusión desembocó en una orfandad ideológica, en tristeza, inmovilidad, miedo, apatía, conductas típicas cuando se pierde el sentido de los ideales superiores que deben regir la vida de los hombres.

Intelectuales de izquierda, analíticos del mundo y la realidad objetiva dotados con un pensamiento crítico se hicieron a sí mismos, preguntas que les permitieran entender y comprender el papel que deberían jugar en un nuevo entorno. Lo que sucedió ¿invalidaba por completo la teoría marxista? ¿Continuaría existiendo la izquierda? He leído en muchos escritos la pregunta angustiosa ¿que significa hoy ser de izquierda? Muchas de las respuestas son vagas y es explicable, algo tan reciente (diciembre de 1991) no puede verse en toda su dimensión en los primeros años después de ocurrido el fenómeno. La izquierda no sabe aún que hacer, incluso agrupaciones de izquierda con aspiraciones políticas evitan nombrar en sus propuestas la palabra socialista porque consideran que eso los dejaría fuera de la contienda electoral. ¿Se perdieron todas las posibilidades? Desde luego que no. Se realizó un ensayo importante de una parte de la teoría marxista y posteriormente se desvió en un capitalismo de estado. Se cometieron errores y hoy en todo el mundo vivimos las consecuencias. Reflexionemos, uno de los aspectos más importantes de la teoría, es el humanismo, y la teoría marxista propone la creación de una nueva sociedad sin clases, igualitaria, justa, que dé satisfacción a todas las necesidades de los seres humanos, propone trabajar para la creación de un hombre nuevo sensible responsable y preocupado por los demás, el capitalismo es todo lo contrario, su objetivo principal y único, es la ganancia no importando la manera en como lo logre: asesinando, esclavizando, ultrajando seres humanos, destruyendo tierras, agua, aire, otras especies, poniendo en peligro la vida de millones de personas. Al comparar hoy a la URSS socialista con la nueva Rusia capitalista, nos damos cuenta del gran deterioro en que cayeron y los grandes logros perdidos. Qué lejos se ve la grandeza de lo que fueron.

Aunque el capitalismo actualmente está en crisis, no podemos subestimar a nuestro enemigo, posee mucho poder y puede hacer mucho daño. El 1% más rico del planeta es el que ha implantado desde hace 30 años las políticas mundiales y teniendo como base la teoría neomalthusiana planean exterminar al 80% de la población mundial (Russia Today. «El Club Bilderber quiere reducir la población mundial». 6 junio 2013. sección Actualidad). Controla todos los organismos internacionales como la OCDE, BID, ONU, OEA, UE, OMC, FMI, intervienen en todos los países comprando gobiernos, autoridades, medios de difusión masiva, pequeños y medianos empresarios. El control ideológico es fundamental para su permanencia y poseen casi la totalidad de los medios de comunicación, A través de la OCDE impone los planes y programas educativos impregnados de la ideología capitalista en todo el mundo para asegurarse en el futuro su permanencia. En la actualidad en México la CNTE son los únicos maestros en el mundo que están luchando por sus derechos laborales, por una educación pública humanista, sustituyendo los valores del mercado, consumismo y competencia, por el respeto a los derechos de los demás, la solidaridad y el cuidado de la naturaleza.

Es el momento de definiciones y no cometer errores ya que la humanidad se encuentra en un momento crítico y peligroso. La guerra que actualmente luchamos no sólo es en el campo de las ideas, sino también en el terreno de la vida diaria. Los seres humanos necesitamos reinventarnos y reencontrarnos en los otros, pues solo eso nos dará la fuerza necesaria para vencer este momento tan difícil.

Es necesario cambiar lo que nos destruye a todos. Para lograrlo, necesitamos que la gente tome conciencia, que comprenda que todo lo malo que vivimos es por culpa de un sistema que debemos cambiar, que nada es eterno y que existen otras formas de vivir; en solidaridad con los demás sin egoísmos, con respeto. No estoy hablando de reformar este sistema sino de un cambio revolucionario completo y profundo al socialismo. Porque sabemos que la única forma de salvarnos es con todos; ojalá que el pueblo pronto despierte y se salve y nos salve.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.