«…Bartolomé de las Casas era un buen tipo, protegía a los indios (vale decir a la población aborigen de las Américas), al parecer, el hecho de que tuviera esclavos negros carece de relevancia desde el punto de vista histórico…» J.C.Torres ¿Desde cuándo? La Iglesia Católica Romana ha existido durante unos 2000 años. Es una organización […]
«…Bartolomé de las Casas era un buen tipo, protegía a los indios (vale decir a la población aborigen de las Américas), al parecer, el hecho de que tuviera esclavos negros carece de relevancia desde el punto de vista histórico…»
J.C.Torres
¿Desde cuándo?
La Iglesia Católica Romana ha existido durante unos 2000 años. Es una organización que se ha dado a la tarea de convencer a sus adeptos de ser la poseedora de la verdad. Tanto la verdad acerca de dios, como la de ser el instrumento encargado de cumplir con los fines de dios. Es más, asume como una de sus funciones el lograr a través de la evangelización un mundo en el que todas las personas sean católicos romanos practicantes.
¿Cómo ha sido?
Repasar la historia de la Iglesia Católica es hacer un recuento de atrocidades, desmanes y abusos que han ido acompañados según las diferentes épocas, por ejércitos conquistadores, por gobiernos fascistas, por dictaduras ignominiosas o por poderes económicos. La iglesia en si misma detenta un poder económico abrumador. Posee una de las riquezas más grandes del mundo. El Banco del Vaticano o Instituto de Obras Religiosas es una muestra de ello.
La corrupción también campea en esta organización: El cardenal norteamericano Paul Marcinkus, se hizo célebre con la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano. Marcinkus, según demostró la fiscalía italiana, en su condición de director del Banco del Vaticano, había tejido fuertes lazos con sectores empresariales y de la mafia italiana y norteamericana, como la logia masónica «P-2», a los que le había permitido lavar dinero durante diez años. Una «representación» de estos hechos puede apreciarse en la película El Padrino III. De hecho, en los años 80 una investigación judicial desnudó el financiamiento de la mafia a connotados políticos italianos, en especial a los representantes de la Democracia Cristiana. Por supuesto, Marcinkus fue sometido a una efímera prisión preventiva. Este es uno de muchísimos ejemplos.
Otro efectivo departamento dentro de la Iglesia es el Opus Dei, un ala anticomunista pseudo secreta y muy poderosa de origen español creada por el sacerdote José María Escrivá de Balaguer en 1.928. Su objetivo primordial es acabar con el estado laico, para esto se vale del reclutamiento de adeptos entre las élites empresariales y políticas a quienes una vez dentro, se les prohíbe estatutariamente reconocer su filiación públicamente. La influencia del Opus Dei ha crecido vigorosamente dentro de la Iglesia, en especial durante el papado de Juan Pablo II en cuya elección fue decisivo el papel de esta logia.
La Santa Inquisición, el macabro Tribunal del Santo Oficio, instituciones que aún perduran bajo el llamativo nombre de Doctrina de la Fe, y liderizada en su momento por el actual Papa Benedicto XVI (Ratzinger, mano derecha de Juan Pablo II) son una muestra del verdadero espíritu de esta organización. La teología de la Liberación en América Latina fue aplastada por este capítulo de la Iglesia siguiendo órdenes directas del «santo» Juan Pablo II, otra deidad del Neoliberalismo. Este, no sólo defendía el libre mercado entre otras cosas, sino legitimaba las impagables e ilegales deudas externas de los países del tercer mundo porque «es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas». ¿Dónde quedaría aquello de: perdona nuestras deudas así como nosotros…?
En lo que respecta a la persecución de los simpatizantes con la Teología de la Liberación, Olmedo Belucheen en una excelente investigación nos recuerda en su artículo «Los dilemas de la Iglesia Católica tras la muerte de Juan Pablo II» publicado en la revista movimiento, lo siguiente:
…se recortó la diócesis del cardenal brasileño Arms, que fue el primero en acoger a las Madres de Plaza de Mayo que denunciaban la desaparición de sus familiares a manos de la dictadura, a quienes la iglesia argentina, comprometida con los militares, se negaba a reconocer; se controló al obispo Méndez Arceo de Cuernavaca, comprometido con los movimientos populares, y se le forzó a una jubilación acelerada, cosa que no se hizo nunca con los obispos derechistas.
Cuando el obispo de San Salvador, Oscar A. Romero, fue al Vaticano a denunciar la persecución que sufría fue prácticamente echado por Juan Pablo II y conminado a entenderse con la dictadura salvadoreña; se cortaron los financiamientos y forzó al cierre del Instituto teológico de Estudios Superiores (ITES), de México, por estar comprometido con la Teología de la Liberación.
Otras víctimas notables de la política verticalista de Juan Pablo II fueron: el afamado teólogo brasileño Leonardo Boff, a quien el cardenal Ratzinger ordenó «votos de silencio», forzándolo a abandonar el sacerdocio; el obispo Gustavo Gutiérrez del Perú, a quien se cataloga de «padre de la Teología de la Liberación»; el cura-poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, regañado personalmente por el Papa; y el erudito teólogo alemán Hans Kung, uno de los inspiradores de las reformas del Concilio Vaticano II.
Todos ellos fueron silenciados, vituperados y aislados de la Iglesia. Los más eminentes dirigentes de la Teología de la Liberación y defensores de las reformas, no supieron o no quisieron responder a la persecución montada por el propio Papa, prefiriendo temerosamente reducirse a la obediencia, conscientes de que cualquier resistencia conduciría indefectiblemente a un nuevo cisma.
Rubén Dri, cita la Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo, redactada por Joseph Ratzinger en 1990, para acallar a todos los disidentes dentro del clero. Allí se dice: «No se puede apelar a los derechos humanos para oponerse a las intervenciones del Magisterio», es decir de la Jerarquía. También: «La libertad del acto de fe no justifica el disenso…, de ningún modo significa libertad en relación a la verdad», la cual es monopolio del Papa y sus asesores, a quienes Dios ha transmitido su «infalibilidad».
Sin duda alguna la infalibilidad no sólo del papa, sino de la iglesia toda, se hace presente cuando de someter y manipular gente se trata. Nombre usted alguna dictadura y verá retratada a su lado a la jerarquía eclesiástica. Las peores dictaduras latinoamericanas contaron con el apoyo de la Iglesia Católica justificando sus crímenes y genocidios. Hasta Hitler tuvo un papa, PIO XII.
¿Cómo lo logra?
El cristianismo actual tiene más cosas en común con las tradiciones persas, babilónicas, egipcias y griegas que con las hebreas. La religión católica entonces, está cimentada en una serie de dogmas juntados al mejor estilo del cortar y pegar de la era electrónica y cuenta, con la ignorancia de la gente para continuar sometiéndola ideológicamente. Algunas de las creencias, cultos, religiones o dioses que han sido «plagiados» para formar un todo cristiano son:
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Horus: Dios del antiguo Egipto nacido en el solsticio de invierno alrededor del 25 de diciembre. Su imagen es un niño recién nacido recostado en un pesebre, un dedo en la boca y un disco solar en la cabeza.
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Tammuz: Procedente de Siria y Babilonia, nació de una virgen (¿suena familiar?), murió con una herida en el costado y resucitó en el tercer día dejando su tumba vacía con la piedra que servía de sello a un lado de la entrada.
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Sol Invictus: Consideraba sagrado el día Domingo (día del Sol).
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Mitra: Originario de Persia. Hizo milagros, nació de una virgen, fue perseguido y asesinado y para variar resucitó al tercer día.
Todos los mencionados son anteriores al período de Jesús de Nazareth, por hasta más de seis siglos. Aún más, el cumpleaños de este se comenzó a conmemorar bien entrado el siglo II durante los días 6 de enero hasta que, en el año 345 Julio I instauró el 25 de diciembre como el día de nacimiento de Jesús. ¿Qué tal?
Adicionalmente los famosos libros (Biblia significa libros) permanecieron durante siglos en manos del vaticano, de modo que sufrió de no pocas «ediciones» según la conveniencia del papado de turno. Tan es así, que la Iglesia Católica es la única organización cristiana que no promueve la lectura directa de la Biblia (libro cuya veracidad es altamente discutible) sino que opta por el adoctrinamiento a través de la enseñanza del catecismo y la dogmatización en masa en las escuelas básicas. Movimientos aparentemente inofensivos como Grupos Juveniles, Huellas (en Venezuela), etc., se encargan del adoctrinamiento de adolescentes que en el mejor de los casos se convierten en caricaturas de adultos pensantes.
Dado que la Iglesia ha estado asociada a los factores de poder desde sus inicios, el control de la gente se ha visto facilitado, pues siempre ha ido de la mano de ejércitos y gobernantes como ya se dijo anteriormente.
¿Y qué más hace?
La educación también ha jugado un papel importante en este asunto del adoctrinamiento católico. Aún hoy, en América Latina, es norma de uso común que las instituciones de enseñanza católicas (ya sean de educación básica como universitaria) se caractericen por servir a las clases más ricas, futuras elites de dirigentes del país al cual pertenecen. Verbigracia: Universidad Católica Andrés Bello, que no sólo se sumó al paro petrolero de 2002 en Venezuela sino que continuó cobrando matrícula a sus estudiantes quienes al parecer no se molestaban por ese detalle, o el colegio San Ignacio de Loyola (el pago mensual alcanza y hasta supera el de dos salarios mínimos venezolanos si se accede a actividades complementarias como el fútbol). Estas instituciones, no se ocupan de las clases más pobres como parece sugerir el Evangelio.
Peor aún, miembros de la sección Jesuita de la Iglesia que parecían profesar aquello de la opción preferencial por los pobres, que apoyaban la formación de cooperativas como alternativa a la explotación en las fábricas, que liderizaban trabajos con comunidades indígenas normalmente olvidadas por el gobierno, se han vuelto (sería más correcto decir que han vuelto a sus orígenes) ultraderechistas, justo en el momento histórico en el que por primera vez, se ha instalado en la República Bolivariana de Venezuela, un gobierno de corte izquierdista moderado, que ha hecho pública y práctica su opción preferencial por los pobres, y en el que hasta se cuenta con un ministerio dedicado a los asuntos indígenas.
Está visto que si no se es protagonista (al menos en este caso) lo mejor es prohibir y quemar la película.
En Venezuela se ha llegado a absurdos que se asumen con una naturalidad aterradora:
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Las nuevas tribus (y su labor «misional») instaladas en Tamatama, en el Alto Orinoco, en el Amazonas y otras zonas aledañas, gozaron de un poder ilimitado, convirtiéndose en un Estado dentro del Estado con más de una docena de pistas de aterrizaje ubicadas en el territorio y que incluso, facilitaba sus equipos de comunicaciones al Ministerio de la Defensa, para que este ente, transmitiera resultados electorales. Afortunadamente en una acción audaz del gobierno actual se decidió expulsarlas del país en fechas recientes. Habría que verificar que esto ya se ha cristalizado.
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El cardenal Ignacio Velasco, se atrevió a afirmar, un día después de ocurrida la tragedia, el 15 de diciembre de 1999 (con cientos de muertos a cuestas) que el deslave de Vargas se debió a un castigo de Dios al pueblo venezolano por tener como gobernante al presidente Chávez. Sorprende que con el paso de los siglos, el discurso se mantenga, recuerde el terremoto de 1812 y la célebre frase de Bolívar «…Si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca….», que no era sino una respuesta al obispo de la época, quien también atribuyó a Dios el terremoto como un castigo al pueblo que osaba revelarse a la corona española.
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El Cardenal Castillo Lara apoyó el golpe de estado y constantemente desde su pequeña hacienda de muchas hectáreas de extensión, hace llamados a la rebelión y al desconocimiento del gobierno.
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Este mismo «príncipe de la Iglesia» junto al jesuita Lükert edita una publicación que es distribuida entre los niños y adolescentes de las escuelas católicas de la isla de Margarita en donde se sataniza al proceso bolivariano y al presidente de la república.
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La Conferencia Episcopal venezolana defiende a medios de difusión televisiva que no sólo apoyaron el paro petrolero y participaron activamente en el golpe de estado de 2003, sino que atentan contra la salud del televidente con sus constantes mensajes de odio, la inserción de publicidad subliminal en programas infantiles (denuncia formulada y comprobada en su momento), con su programación chabacana y vulgar, y su irrespeto a la normativa legal vigente.
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En los Institutos de educación católica, lejos de pregonarse la solidaridad, ocuparse de las clases más pobres o fomentar el amor al prójimo, se dedican a fomentar un odio constante al proceso bolivariano y a la inmensa mayoría de la población que lo apoya.
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Adicionalmente, ¿qué hay de los casos de sodomía y pederastia tan celosamente silenciados por la iglesia?, al parecer estos sacerdotes tienen una visión muy particular del significado de la frase «dejad que los niños vengan a mi». ¿Qué hay de los casos de tráfico de drogas, o por mencionar un caso aparentemente menos escandaloso, qué hay de la posición contra el aborto?
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Los «ministros» de esta organización hacen un voto de castidad (risas) y un voto de pobreza (más risas). No hace falta hablar del Banco del Vaticano, en estas tierras, vemos como una figura de la talla de Monseñor Baltasar Porras cambia de vehículo casi tan a menudo como el dueño de un concesionario. Basta darse una vuelta en la hora de almuerzo por la Conferencia Episcopal Venezolana para deleitarse con el servicio que un promedio de dos mesoneros por mesa de cuatro, le confieren a estos hambrientos ministros del señor, amén de los mesones en donde se colocan las cervezas Premium y las botellas de Whisky etiqueta negra. A pocos kilómetros de allí, en barrios de La Vega funcionan casas de alimentación, en las que se alimenta gratuitamente a los indigentes y desposeídos, estas, son patrocinadas por el gobierno mientras, estos «ministros del señor», barriga llena y corazón contento, atacan la gestión gubernamental.
El adoctrinamiento de la Iglesia (posible gracias al apoyo de los gobiernos pasados y presentes) hace que ante situaciones esperanzadoras o exitosas se diga «gracias a dios», y que ante tragedias espantosas se opte por un conformista «es la voluntad del señor» ó «dios sabe por qué hace las cosas». Patrañas y más patrañas. El éxito se alcanza sólo con el esfuerzo y la dedicación acompañado de las circunstancias adecuadas. El fracaso depende tanto de la persona, como del entorno en el que está obligado a vivir. El Dios omnipresente, omnisciente y omnipotente sólo existe en: 1.- Las mentes de aquellas personas que no han sido capaces de desarrollar un pensamiento crítico apegado a análisis lógico-deductivos, que a su vez se apoyan en conocimientos acumulados por la humanidad y disponibles para quien desee aprovecharlos, 2.- Las mentes de todos los pobres sin acceso a la educación, a la salud y al trabajo productivo y sometidos por las élites de siempre, 3.- Las mentes de todos aquellos, quienes adoctrinados desde niños se acogen a la región católica y se sienten cómodos en esta a pesar de sus contradicciones no necesariamente visibles ante sus ojos, 4.- Lo centros de poder económico quienes lo usan como pretexto para justificar sus actos y atrocidades y, 5.- Los miembros de la Iglesia que han realizado una labor extraordinaria, conduciendo al rebaño incauto apoyados siempre por la oligarquía de cualquier época.
Si, la Iglesia es una organización de características espeluznantemente parecidas a las de las organizaciones mafiosas, una suerte de cosa nostra con una negra historia y un siniestro presente.
«La Iglesia argentina jamás reclamó por sus pastores asesinados por la dictadura militar: Monseñor Angelelli, los curas Palotinos, las monjas francesas; ni política, ni jurídicamente. No; si la dictadura los eliminó en «algo andarían», se habrán dicho; «Amén» de Costa Gavras. Pero sí pusieron una millonada de pesos para comprar la libertad del banquero Truso en dificultades con la Justicia; un hombre de ropa limpia y negocios sucios. La Iglesia del «Padrino III», la del banco Ambrosiano.»
Editorial de ¡Ni un paso atrás! Programa del 17-11-05
«Ya no pueden arrancarle la lengua a quien niegue que el Sol gira alrededor de la Tierra. A nadie le importa el Infierno en los casos de divorcio, ni a la hora de la fecundación in vitro con la esperanza de tener un hijo. La barbarie del catolicismo ha sido derrotada en estos asuntos. Pero el poder acumulado, político y económico; su influencia ideológica en miles de seres sugestionables y faltos de conciencia crítica, aún le permite comportamientos medievales, que en pleno Tercer Milenio nos remiten a los días de las hogueras inquisitoriales.»
La iglesia católica es una asociación ilícita. Por Daniel C. Bilbao* 25/08/2006.
Al parecer, la Iglesia da para tener un «rosario» de todo, desde curas obreros, los menos; uno que otro con mente amplia, poquísimos; y los súper santos del Opus Dei y la rama de conservadores, los más.
No debe olvidarse que la Iglesia es vertical y existe el llamado voto de obediencia, de modo que todos suelen ir por el mismo camino en esta institución, y al que no… (preguntémosle a Ernesto Cardenal o a Leonardo Boff, por citar dos casos).
Hace cuestión de días el papa que en sus años mozos perteneció a las juventudes hitlerianas (Benedicto XVI para más señas) hizo renunciar al arzobispo de Varsovia por su relación con los comunistas rusos en la época de la segunda guerra mundial. La persecución nazi es así, trasladada a nuestros días con los matices de la política de Estados Unidos con el resto del mundo.
Bush consiguió un nuevo papa, tan eficaz como el anterior, y la Iglesia de nuestro país ha de seguir la línea de este. O, ¿existe alguna duda?
Afortunadamente, la Iglesia somos todos, ¿somos todos?