Casuales, integrados en un complot o ejecutados por terceros los hechos, lo relevante de los buenos estrategas es incluir el nuevo acontecimiento en la dinámica que favorezca a tu estrategia. Y eso, vale desde la destrucción de las Torres Gemelas o la aparición de dibujos considerados blasfemos por gente religiosa. Es importante resaltar, en este […]
Casuales, integrados en un complot o ejecutados por terceros los hechos, lo relevante de los buenos estrategas es incluir el nuevo acontecimiento en la dinámica que favorezca a tu estrategia.
Y eso, vale desde la destrucción de las Torres Gemelas o la aparición de dibujos considerados blasfemos por gente religiosa.
Es importante resaltar, en este caso, que cronológicamente se producen antes de las elecciones palestinas y su resultado. Y, lo que amplifica más la polémica, cuando se intensifican por parte de la derecha ataques xenófobos antisemitas, ligados ahora a los árabes en general y a la población inmigrante de ese origen -una vez que el estigma antijudio es infinitamente menor a éstos-, y sus identificaciones islámicas.
El deslizamiento del lenguaje diplomático occidental y europeo en particular cuando se refiere a la ocupación israelí, omitiendo estas palabras, por la técnica de ‘conflicto’, normalmente equidistante -olvidando que hay un ocupante y un ocupado, que uno arrasa y desplaza población, mata y otros resisten- cada vez más abandona el cinismo y la hipocresía de sus expresiones como ‘fronteras seguras’ que significan desplazar las fronteras tácitas de 1967 hacía el este, por ejemplo, al paroxismo de intentar chantajear a los palestinos antes y después de las elecciones recientes exigiendo a éstos y a sus ganadores en particular que cejen en la violencia y reconozcan a Israel o le retirarían las ayudas económicas sin, al menos, edulcorar sus mensajes exigiendo el mismo comportamiento a los ocupantes israelíes [1] . Basta recordar la escasa insistencia europea ante su socio israelí para que se derribe el Muro -tal como establece la Corte Internacional de Justicia- o las recomendaciones que su cuerpo diplomático realizó recientemente ante las continuas ilegalidades israelíes [2] .
Por eso, hay que resaltar el cambio cualitativo de lenguaje diplomático que desvela futuros comportamientos y políticas. Si la diplomacia internacional de los impulsores de la denominada ‘Hoja de Ruta’, con Moratinos y Solana a la cabeza, traslucen que Israel es el socio -haga lo que haga- será fácil de entender como epígonos del atlantismo imperial como Aznar- Presidente de los partidos de la Internacional Demócrata de Centro- reclama que dicha potencia ocupante, con leyes racistas, se integre como socio de los Presidentes Bus y Zapatero en la OTAN. O como, la diplomacia occidental reniegue de incorporar un párrafo en la resolución de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AEIA) dedicada a las investigaciones nucleares iraníes que reclama la creación de una zona libre de armas nucleares en Oriente Próximo (para sin mencionar a Israel, no firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear y poseedor de bombas atómicas, señalar la incongruencia entre un dato real y esencial y otro potencial).
Y en estas, llegan las viñetas. Difundidas por un medio atlantista y cuyo director no oculta su animadversión a lo árabe o islámico.
Y otros que se escandalizan y convierten su repulsa personal en un acontecimiento público y político. Retroalimentándose con sus adversarios que alimentan la estrategia occidentalista.
Adversarios de derechas que saben que es políticamente correcto en su cultura occidental mofarse de lo árabe e islámico pero que, tendrían miedo de ser tachados de antisemitas si hubieran hecho aberraciones antijudías o mofarse de las víctimas de la ocupación hitleriana, con sus desplazados, refugiados, martirizados o asesinados.
Una polémica, la de las viñetas de un líder religioso, que camufla el desdibujamiento del derecho y justicia internacional referidos a la ocupación occidental, sea en Palestina, Siria, Líbano o Iraq. Camaleónicamente incide en pautas de comportamiento y de la esfera personal, borrando la frontera visible de la dominación y el sometimiento. Y si se resisten, quieren grabar en la mente de los pueblos occidentales, narcotizados por los media, que lo hacen porque son bárbaros y no asumen su atraso, pero siempre ocultando la ocupación y la dominación que sus jerarquías pretenden acometer.
Pero también hay que señalar que una vez que las viñetas son lanzadas al ruedo de la ‘agenda mediática y política’, algunas jerarquías árabes, en lugar de fijarse en la luna estratégica, se conforman en ver la mano del dibujante.
[1] Vease, el artículo ‘La asimétrica postura occidental ante la Palestina ocupada’ en http://www.nodo50.org/csca/agenda06/palestina/santi_3-02-06.html
[2] Vease, ‘Jerusalén y Ramallah encabezan el informe de la Misión en Jerusalén Oriental’ en http://www.nodo50.org/csca/agenda05/palestina/jerusalen-ue_informe.pdf