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La máscara humanitaria de la explotación: los comunistas liberales de Porto Davos

Fuentes: www.lahaine.org

En la última década, Davos y Porto Alegre han surgido como las ciudades mellizas de la globalización. En Davos, la elite global de directores de empresas, hombres de estado y personalidades mediáticas, se reúnen bajo una fuerte protección policial, intentando convencernos a nosotros (y a sí mismos) de que la globalización es su mejor remedio. […]

En la última década, Davos y Porto Alegre han surgido como las ciudades mellizas de la globalización. En Davos, la elite global de directores de empresas, hombres de estado y personalidades mediáticas, se reúnen bajo una fuerte protección policial, intentando convencernos a nosotros (y a sí mismos) de que la globalización es su mejor remedio. En Porto Alegre, la contra-elite del movimiento antiglobalización se reúne, intentando convencernos a nosotros ( y a sí mismos) de que la globalización capitalista no es nuestro destino; como dice su slogan: «otro mundo es posible».

Últimamente, sin embargo, las reuniones de Porto Alegre parecen haber perdido su ímpetu ¿Dónde fueron las brillantes estrellas de Porto Alegre? ¡Algunas de ellas se fueron a Davos! Es decir, el tono predominante de las reuniones de Davos viene del grupo de empresarios que el periodista Oliviar Mainuit menciona irónicamente como los «comunistas liberales» que no aceptan la oposición entre Davos (capitalismo global) y Porto Alegre (los nuevos movimientos sociales y su alternativa al capitalismo global). Afirman que podemos tener la tarta global capitalista (prosperar como empresarios con beneficios) y a la vez comérnosla (apoyar las causas anticapitalistas de responsabilidad social, ecologístas, etc.). No se necesita Porto Alegre, dicen, ya que Davos puede convertirse en Porto Davos.

¿Y quiénes son estos comunistas liberales? Los sospechosos de siempre: Bill Gates y George Soros, los CEOs [consejeros delegados] de Google, IBM, Intel, eBay, así como filósofos de la corte de Thomas Friedman. Lo interesante de la ideología de este grupo es que se está volviendo indistinguible de la de Antonio Negri, quien alaba el capitalismo digital posmoderno; el cual, dice, se está convirtiendo en algo imposible de distinguir del comunismo. Según Negri, ambas, vieja derecha -con sus ridículas creencias en la autoridad, el orden y el patriotismo parroquial- y vieja izquierda -con su gran lucha contra el capitalismo-, son los conservadores de hoy, totalmente fuera de onda (…)

Gates -magnate del software y filántropo- es icono de lo que llamo «capitalismo sin fricción», la sociedad post-industrial en la que somos testigos del «fin del trabajo», en que el software está venciendo al hardware y donde el joven empollón ha sustituido al gerente con traje. En el nuevo cuartel general de la compañía hay poca disciplina externa y los (ex) hackers dominan el terreno, con largas jornadas y disfrutando de una bebida gratis en entornos de peluche (…) La noción subyacente aquí es que Gates es un hooligan subversivo y marginal que ha tomado el control y se viste como un directivo respetable.

Los comunistas liberales son grandes ejecutivos reformando el espíritu de la lucha, gente contra cultural que tomó el control de las grandes corporaciones. Actualizan la mano invisible de Adam Smith: el mercado y la responsabilidad social pueden utilizarse juntos para un beneficio mutuo (…)

Como comunistas liberales son pragmáticos: odian la ideología. No hay una clase trabajadora única y explotada hoy, tan sólo problemas concretos que hay que resolver, como el hambre en Africa, la situación de las mujeres musulmanas o la violencia religiosa fundamentalista. Cuando hay una crisis humanitaria en Africa (los comunistas liberales aman las crisis humanitarias ¡sacan lo mejor de ellos!), en lugar de emplear una retórica antiimperialista, consideran que deberíamos analizar qué es lo que realmente resuelve el problema: «contratar» a la gente, a los gobiernos y a los negocios dirigiéndolos hacia una empresa común, aproximarse a las crisis de formas creativas y no convencionales. Los comunistas liberales aman también el Mayo del 68 ¡Qué explosión de energía juvenil y de creatividad! (…)

Por encima de todo, los comunistas liberales se ven a sí mismos como verdaderos ciudadanos del mundo, buena gente que se preocupa. Ven las «causas profundas» de los problemas de hoy, la masiva pobreza y la falta de esperanza que engrendra el terror fundamentalista. Así que su objetivo no es ganar dinero, sino cambiar el mundo (y de paso ganar más dinero). El truco es que para poder dárselo a la comunidad primero hay que tomarlo (o como ellos dicen, crearlo), tienes que tener los medios para hacerlo. Y como la experiencia nos enseña, luego de esa experiencia fallida y lúgubre de todos los estados centralizados y las aproximaciones colectivistas, la iniciativa es de lejos la forma más eficiente. Así que si el estado quiere regular sus negocios o ponerles demasiados impuestos, está socavando su objetivo oficial (hacer mejor la vida para la gran mayoría).(…)

Esto es lo que hace a la figura de Soros tan problemática éticamente. Su rutina diaria es una mentira personificada: la mitad de su tiempo lo dedica a especulaciones financieras y la otra mitad, a actividades humanitarias (financiando actividades culturales y democráticas en los países poscomunistas, acuñando términos peyorativos como «fundamentalismo libre de mercado»), que combaten los efectos de sus propias especulaciones. De forma parecida, las dos caras de Gates: un cruel hombre de negocios que destruye o compra a sus competidores y busca un monopolio virtual, usando todas las trampas posibles para sus propósitos… y el mayor filántropo en la historia.

En la ética del comunista liberal, la persecución despiadada de la ganancia se contrarresta a través de la caridad; es hoy la máscara humanitaria que se esconde tras la explotación económica. En un chantaje gigantesco, los países desarrollados están «ayudando» constantemente a los no desarrollados (créditos, ayudas), evitando por tanto la cuestión central: es decir, su complicidad y co-responsabilidad por la situación miserable de los no desarrollados. Lo mismo sucede con la oposición entre las aproximaciones listo [smart: vivo, inteligente] y no-listo. La noción clave es la subcontratación. Subcontratando, exportas el (necesario) lado oscuro; salarios bajos, prácticas laborales duras y polución, a lugares no-listos en el Tercer Mundo (o lugares invisibles dentro del Primer Mundo). Etienne Balibar distingue las dos formas opuestas pero complementarias de violencia objetiva «estructural» que es inherente a las condiciones sociales del capitalismo global (es decir, la creación «automática» de excluidos y dispensables, los desempleados, los que no tienen seguro ni techo), y la violencia subjetiva de los nuevos fundamentalismos étnicos y/o religiosos.

Mientras que combaten la violencia subjetiva, los comunistas liberales son en si los agentes de la violencia estructural que crea las condiciones para tales explosiones de violencia subjetiva. Dado que ellos quieren resolver todos estos problemas secundarios, son la personificación directa de lo que hay de erróneo en el sistema. En cualquier alianza táctica necesaria que uno tenga que hacer con los comunistas liberales al combatir el racismo, el sexismo o el oscurantismo religioso, deberíamos recordar: son el enemigo de toda lucha progresista hoy en día.

* Slavoj Zizek, sociólogo y filósofo, nació en Ljubljana, Eslovenia. Profesor en la Universidad de París VIII y en las Universidades de Minnesota, Columbia y Michigan, actualmente reside entre Buenos Aires, París y Ljubljana. Es uno de los críticos más rigurosos del capitalismo y la cultura dominante. Autor de más de cincuenta libros traducidos a varios idiomas, la obra intelectual de Zizek aunque polémica, es una referencia ineludible del pensamiento crítico. El texto que presentamos fue tomado de la Revista de Cultura Ñ (Clarín, Buenos Aires 6-5-06), es una versión resumida del publicado en London Review of Books.

original inglés se puede encontrar en www.inthesetimes.com/site/main/article/2574/ Discusion sobre el artículo en inglés http://www.inthesetimes.com/site/main/discuss/2574/