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La paz en Colombia de Fidel Castro

La memoria esclarecedora y la paz

Fuentes: Rebelión

El 24 de enero de 1880 José Martí inició su primer discurso en Steck Hall, en Nueva York, en los Estados Unidos, afirmando: El deber debe cumplirse sencilla y naturalmente. Transcurridos 128 años de aquella memorable expresión , Fidel Castro Ruz , después de laborar durante más de 400 horas sobre cientos de notas , […]


El 24 de enero de 1880 José Martí inició su primer discurso en Steck Hall, en Nueva York, en los Estados Unidos, afirmando: El deber debe cumplirse sencilla y naturalmente. Transcurridos 128 años de aquella memorable expresión , Fidel Castro Ruz , después de laborar durante más de 400 horas sobre cientos de notas , informes y documentos hasta ahora reservados , culminó este mes de noviembre de 2008 la obra La Paz en Colombia y cumplió con su promesa con relación a uno de los pueblos más sufridos y laboriosos del mundo , a cuya suerte esta unida la suerte del Sur de América.

Una forma de entender la importancia estratégica del devenir de Colombia con relación a la evolución de los acontecimientos en el Sur de América fue ratificada este domingo 23 de noviembre por el actual Sub Secretario de Estado: Thomas Shannon , quien afirmo que los Tratados de Libre Comercio con Colombia y Panamá representan intereses fundamentales para los Estados Unidos. Tanto el gobierno que termina en los Estados Unidos, como el Gobierno de Colombia, han desplegado un gigantesco y persistente esfuerzo por lograr la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Colombia. Intereses muy poderosos ligados a una forma de comprender la paz regional que alimenta las maquinarias de guerra y a una forma de entender la guerra contra las drogas que sostiene la demanda, la oferta y los precios que arrojan colosales beneficios económicos y réditos geopolíticos, pueden ser los beneficiarios del Libre Comercio que con tanto ahínco se pretende dejar instaurado.

Quienes han tenido alguna noticia de la maquina monstruosa de odio, barbarie y degradación humana , de los ríos de sangre y del laberinto de engaños , instaurados en uno de los territorios con mayor biodiversidad , fertilidad y belleza de la tierra , no ignoran cuan profundamente esta enraizado el anhelo de paz genuina que habita en la mayor parte de una población embarcada en un curso inconcebible de atrocidades desde hace mucho tiempo

En este sentido recibimos la elaborada visión de Fidel Castro con la más profunda gratitud y la plena conciencia de que las ideas plasmadas en su escrito exigen el estudio cuidadoso , la serena reflexión y la más amplia deliberación pública.La Paz en Colombia tiene valor no solo por lo que dice de manera directa , sino por lo que cabe inferir , y también por los significativos silencios sobre una realidad compleja y dinámica que no escapa al designio de estos tiempos en los que los días transcurren como siglos por las colosales variaciones con que están discurriendo.

Sin desconocer los enormes poderes de la propaganda que se hace aparecer como información y de los múltiples ardides dirigidos a manipular poblaciones que han sido investigadas con métodos conductistas para decidir los mecanismos más eficaces en su direccionamiento , es necesario afirmar con claridad rotunda que los intentos de edificar ordenes sociales en los que falta una parte esencial de la verdad : la verdad , en este caso , de las comunidades oprimidas y perseguidas , están condenados en forma irremediable al derrumbe por la verdad que les falta.

En este sentido desde la Introducción del libro de Fidel Castro quedan expresadas tres ideas con infinita potencia en la siembra de la paz genuina en Colombia : la necesidad de contemplar con serenidad el pasado mediato en el que se enraíza nuestra situación actual , sin soslayar el contexto hemisférico y planetario en el que se inscribe este esclarecedor pasado ; el irremplazable valor de la unidad en el acceso a la paz : la unidad , la unidad , la unidad , la unidad , la unidad sincera y fraterna de todos los seres y colectivos que anhelan la paz genuina y no el remedo de paz de los procesos de pacificación que dan continuidad a la confrontación ; y , en tercer lugar , pero no en el último en importancia : el valor definitivo de la ética y la honestidad , del respeto sincero y por principio a la vida , la dignidad de todos los seres humanos y al valor de la palabra , en un proceso de transformación social que nos separe del curso involutivo de confrontación atroz y degradación humana que hasta ahora prevalece , y nos sitúe por fin en una espiral creadora del respeto pleno a la dignidad de todos y cada uno de los habitantes de este territorio.

La necesidad de la memoria para la paz surge en medio de políticas que no solo no han contemplado el derecho a la memoria, sino que han promovido el olvido y la confusión. Una memoria para la paz no es una memoria dirigida a atizar los odios y la confrontación, pero si es una memoria esclarecedora. No basta recordar, hay que abordar un esfuerzo de recordación que permita esclarecer las raíces del desangre y el enfrentamiento fratricida.

No es casual que los primeros capítulos del libro de Fidel Castro sobre la paz en Colombia sean La Primera Declaración de la Habana del 2 de septiembre de 1960, la reunión de Cancilleres de América en Punta del Este del 22 al 31 de enero de 1962 y la Segunda Declaración de la Habana del 4 de febrero de 1962. El contexto histórico y geográfico de estos pronunciamientos es fundamental para comprender la agudización del conflicto en Colombia. Dice Fidel: «Desde un punto de vista teórico y practico, en ningún otro país se desarrollaron en grado tan alto los vínculos típicos del imperialismo de Estados Unidos y el destino de una nación latinoamericana.» 1

Además, la primera Declaración de la Habana se inicia así: «Junto a la imagen y el recuerdo de José Martí….» La serena relectura de esta Declaración dirigida a los pueblos hermanos de indo afro América Latina y aprobada por más de un millón de personas reunidas en la asamblea nacional del pueblo de Cuba en la Plaza de la Revolución José Martí , estremece hoy por la sencillez y la claridad en la comprensión de lo que acontecía , por la sencillez y claridad en los propósitos enunciados , y por la extraordinaria vigencia tanto de la comprensión , como de los propósitos.

La imagen y el recuerdo del pensamiento y la obra antiimperial de José Martí, quien consagró su vida y la ofrendó para sembrar la genuina independencia no solo de la isla, sino de nuestra América tanto  frente al agotado imperio español, como frente al emergente Imperio estadounidense, nos evoca su consagración a «crear hombres rebeldes y cordiales que sacaran a tiempo la patria interrumpida de la nación que la ahoga y corrompe, y le bebe el alma y le clava los vuelos.»

La Declaración de la Habana fue la respuesta de un pueblo unido frente a la Declaración de San José de Costa Rica suscrita por casi la totalidad de los gobernantes del continente convocados por el gobierno de los Estados Unidos en el marco de la OEA, desde el 22 al 28 de agosto de 1960, en el Teatro Nacional de San José, para juzgar y condenar a Cuba, cuando el proceso revolucionario apenas tenía veinte meses de vida. México, en primer lugar, y Bolivia y Uruguay, se destacaron por levantar valerosamente su voz frente al indigno concierto contra Cuba fraguado con sobornos.

En Colombia ya se había puesto en marcha el Frente Nacional , un bochornoso acuerdo de las elites del partido conservador y el partido liberal para turnarse en el poder , repartirse milimétricamente el presupuesto y los empleos estatales, promover el olvido y apaciguar la ira popular que ellos mismos habían desatado , y cesar con un régimen democrático formal el gobierno de facto de la Junta Militar que sucedió por breve lapso al gobierno del Teniente Coronel Gustavo Rojas Pinilla quien en 1953 había tomado el poder en medio del torrente de sangre desencadenado con el crimen del líder popular Jorge Eliécer Gaitán y la decisión del conservador Laureano Gómez – siguiendo el ejemplo franquista – de someter y exterminar la población liberal y los núcleos comunistas que existían en el país , así como de mejorar una raza que consideraba degradada por la sangre india y negra que corría por nuestras venas mestizas.

Gobernaba en 1960 el liberal Alberto Lleras Camargo , quien en abril de ese año había estado en los Estados Unidos entrevistándose con el Presidente Eisenhower , en la sede de la OEA , en varias Universidades , en la Fundación Carnegie , y en el National Press Club , insistiendo en la idea del suministro de recursos económicos estadounidenses hacia los países de la región como «un acto político» dirigido a evitar que el hemisferio se convirtiese de «un ejemplo de orden y de equilibrio , en la zona mas turbulenta del planeta.» El programa, decía Lleras Camargo, «hoy todavía es de los gobiernos, mañana, de no ejecutarse, será el de la revolución».

El nueve de diciembre de 1961 el gobierno de Alberto Lleras Camargo rompió relaciones con Cuba. Un día antes Fidel Castro había denunciado a los gobiernos de Colombia y Venezuela como gobiernos «títeres y cómplices» del Imperio en la tarea de promover la ruptura de las relaciones de los países de América agrupados en la OEA con Cuba: «Dos contrabandistas, dos traficantes en dólares menos en nuestro país, dos chantajistas menos y dos residencias más para estudiantes revolucionarios», afirmó entonces el Comandante Fidel Castro. En 1945, cuando Lleras Camargo culmino el periodo presidencial inconcluso de López Pumarejo, la ascendencia del Estado Mayor Continental con sede en Washington sobre el Ejercito Nacional, se había incrementado en forma notoria.

El triunfo de la revolución cubana se tradujo en un replanteamiento de la Seguridad Continental por parte de los Estados Unidos. Colombia que desde mediados del siglo XIX (Tratado Mallarino – Bidlack) había sido considerada por los Estados Unidos como un territorio con enorme importancia estratégica , primero por su vecindad con el crucial paso interoceánico , y después , en el cambio de siglo , por todo el petróleo de la región norandina y del pie amazonico, junto a otras riquezas naturales , fue objeto de redoblada atención en una atmosfera en la que , por una parte , la llamada «seguridad interna» cobró mayor importancia que un eventual ataque extracontinental , y por otra parte , la inestabilidad política creciente estremeció la mayor parte del territorio nacional.

En la segunda mitad de la década del cuarenta, con Jorge Eliécer Gaitán, Colombia estuvo al borde un régimen político soberano y guiado por ideas que favorecían los intereses vitales de la población humilde. En la Plataforma aprobada en el Teatro Colón de Bogotá en enero de 1947 el movimiento liberal popular liderado por Gaitán señalaba en los puntos X, XII y XIII:

« X El liberalismo proclama su solidaridad con todas las fuerzas políticas de izquierda que en el Continente Americano luchan por hacer efectiva la democracia librándola de los grupos plutocráticos que en lo externo actúan como fuerzas imperialistas y en lo interno como oligarcas que concentran en su excluyente interés los poderes económicos como medio de influencia política y la influencia política como medio de ventajas económicas.»

« XII El liberalismo proclama la urgencia de una unidad real de los pueblos latinoamericanos……»

» El liberalismo es partidario de la solidaridad de Colombia con los Estados Unidos y en ningún caso confunde a las grandes fuerzas democráticas que en esa nación batallan por el mismo ideal de los demás pueblos con los grupos imperialistas , cuya actividad es funesta tanto para la democracia del Norte , como para la de otros países….»

Ideas muy inquietantes para el gobierno de los Estados Unidos en labios de un hombre que en 1947 ya podía ser visualizado como muy probable Presidente de Colombia en las elecciones de 1950 , si se tomaba en cuenta en forma desapasionada la descomunal y fervorosa atracción que su personalidad ejercía en los humildes de de diferente filiación partidaria. En 1947 los Estados Unidos se habían convertido en la primera potencia mundial, su único rival planetario: la URSS, había culminado la segunda guerra mundial con más de veinte millones de victimas en su defensa frente al eje nazi- fascista.

Como se señala en la valiosa obra Grandes Potencias, el 9 de abril y la violencia, editada por Gonzalo Sánchez: «De Gaitán se temía en el Departamento de Estado, la nacionalización de la banca, del petróleo y la implantación de alguna forma de «socialismo de Estado». La reestructuración de las ideas del partido liberal adelantada por Gaitán bajo un signo social y nacionalista, que reivindicaba nuestra memoria ancestral, despertó el fervor de la población en forma mucho más intensa que la predica no pocas veces sectaria del Partido Comunista que llego al punto de desestimar y enfrentar a la UNIR de Gaitán, incurrir en graves errores de apreciación sobre la evolución de la política nacional y naufragar también en «las excesivas luchas internas». ( Ver : Treinta años de lucha del partido comunista , esbozo histórico elaborado por una comisión del Comité Central del Partido Comunista de Colombia, ediciones Paz y Socialismo , Bogotá , 1960).

A Colombia llegaron las ideas de Marx y Lenin en forma mucho más profusa que las ideas de José Martí. Las ideas de Martí, por originarse en circunstancias más semejantes a las nuestras podían haber orientado en sentidos diferentes el decurso del proceso de transformación de un orden social segregador y represivo en el que la dimensión imperial, primero de España y la Santa Sede, y después de los Estados Unidos, ha sido decisiva. Las ideas éticas y espirituales de Martí , su visión de nuestra América , su anhelo y su obrar para que la guerra que llamo necesaria fuese breve , su insistencia en la creación política acorde con nuestra circunstancias y nuestro pasado , su colosal esfuerzo de unidad fundadora que aglutinaba sectores de diversas clases sociales , la tremenda energía desplegada para que la mayor parte de la población de la isla y la migración acompañase al unísono la batalla independentista , el ejemplo de su parábola vital , su consagración durante muchos años a esclarecer los sentidos de la republica que fundaba , todavía encierran vitales significados en Colombia.

El triunfo de la revolución rusa en 1917 multiplico el interés por las ideas de Marx y Lenin en Colombia. En el IV Congreso Socialista, en 1924, un grupo de jóvenes comunistas plantearon la adhesión a la Tercera Internacional y la adopción del nombre Partido Comunista y de un Programa traído desde fuera. Las ideas de Marx y Lenin se divulgaron profusamente en la década del veinte. En 1926 nació el Partido Socialista Revolucionario, la primera organización política que en Colombia difundió las ideas de una nueva sociedad sin clases sociales, sin oprimidos ni opresores. Pero es con la marcha del 17 de julio de 1930 que se considera inaugurado el decurso del Partido Comunista en Colombia con hombre como Ángel María Cano , Jorge del Bosque , David Forero , Leopoldo Vela , el indígena José Gonzalo Sánchez , y la presencia del estadounidense James Harfield por parte de la Internacional Comunista.

Sin embargo, la resistencia popular frente a los poderes opresivos, no comenzó con la importación de las ideas marxistas leninistas. Una larga lucha por la tierra y la dignidad se inicio desde el momento mismo de la Conquista por parte de los asombrosamente diversos pueblos nativos que sobrevivieron al primer embate y no se suicidaron como forma de evitar la bárbara dominación y para consagrar una memoria de dignidad que hoy resucita. La resistencia de los pueblos nativos perseveró en la Colonia en forma de resistencia cultural, y continuó durante la republica cuando los herederos de los poderes coloniales birlaron gran parte del esfuerzo revolucionario de Bolívar. Las ideas de la revolución francesa en la segunda mitad del siglo XIX recogieron muchos de los sentimientos y los anhelos de la población mestiza y humilde que se había fraguado durante tres siglos y que resistía el orden feudal, dogmático, hipócrita del régimen católico-patriarcal-conservador que se consolido con el triunfo de la Regeneración en 1886.El sentimiento antiimperial afloró desde 1903 con la segregación de Panamá.

Pese a que en la administración del Ministro De Guerra del gobierno de Abadía Méndez ( 1926-1930): Ignacio Rengifo , se ordeno el 6 de diciembre de 1928 la masacre de los trabajadores de las bananeras , que estaban en huelga para defender sus derechos frente a los atropellos de la United Fruit Company , y en esa misma administración también se ordenó el seguimiento de las actividades de los socialistas revolucionarios y la detención violenta de la varios de ellos , la más bárbara y sistemática persecución de los comunistas en Colombia dirigida al exterminio acaeció unos años después , primero con base en las ideas anticomunistas y antiliberales propagadas por el eje fascista , de manera muy especial por el franquismo y la intolerante tradición clerical , y luego en el marco de la fanática doctrina anticomunista impulsada por los Estados Unidos.El régimen fascista español y sus discípulos colombianos , que unos años antes habían denostado del imperio angloamericano y las ideas demo liberales , terminaron unidos con el gobierno estadounidense en su campaña anticomunista.

Hasta el mismo gobernante liberal Alfonso López Pumarejo fue acusado de ser agente del Kremlin en la furibunda campaña anticomunista. Fue esta salvaje persecución desatada sobre la población liberal y comunista en la segunda mitad de la década del cuarenta la que se tradujo en la formación de las autodefensas campesinas en 1949. Cuando Laureano Gómez tomo el poder en noviembre de este año en unas elecciones sin contendor , después de permanecer más de un año en la España franquista a donde marcho después del magnicidio del nueve de abril de 1948, el país estaba inmerso en una hoguera de horror y anegado en un océano de sangre. Laureano se encargo de atizar la una y acrecentar el otro.

El 12 de marzo de 1947 Truman había enunciado la Doctrina que lleva su nombre y que se traducía en el apoyo del gobierno de los Estados Unidos a las fuerzas y campañas anticomunistas en todo el mundo. El dos de septiembre de ese mismo año en Río de Janeiro se suscribió el Tratado Interamericano de Defensa Reciproca impulsado por los Estados Unidos. La amenaza de las bases americanas de Turquía sobre los pozos petrolíferos de Bakú suscito la amenaza de Rusia sobre el Canal de Panamá y con ello la reacción de la Secretaria de Estado estadounidense de fomentar la represión anticomunista en todo el hemisferio sur. La doctrina anticomunista en la que se formaron las fuerzas militares se incrementó. La ola represiva del comunismo en 1948 en el continente americano se intensifico al mismo tiempo que se agilizaban las ventas de armamento sobrante de la segunda guerra mundial hacia nuestras republicas para «fortalecer las democracias».

Entre 1949 y 1950 con la deriva dictatorial del Gobierno de Ospina Pérez y la llegada al poder del Laureano Gómez, se impidió toda publicación del partido comunista, la casa del partido en Bogotá fue ocupada por la policía y se expidió orden de captura contra los integrantes del Comité Central. Se incrementaron las atrocidades sistemáticas dirigidas al exterminio , las violaciones , las torturas y los crímenes cometidos con crueldad inenarrable de hombres , mujeres y niños , superaron los trescientos mil asesinatos , la mayor parte de liberales y comunistas «perpetrados por la policía y por bandas de criminales armados , protegidas y remuneradas por el propio gobierno , que fueron la base de la institución de asesinos a sueldo popularmente llamadas de los «pájaros».

En su trabajada obra Historia de las Guerras – en Colombia- , Rafael Pardo , describe así este momento : «En el norte de Ibagué actuaban bandas motivadas por razones no políticas, sino económicas , es decir el robo, el saqueo y la expulsión de partidarios de uno u otro partido para quedarse con las tierras de los desplazados. En el sur, y en las zonas selváticas y aisladas estaban quienes, por motivaciones políticas escapaban a la autoridad y actuaban en defensa propia. Las guerrillas comunistas y liberales actuaban en esas regiones.»

En 1950 Colombia fue el único país del Sur de América que envió tropas nacionales a participar en la intervención estadounidense en Corea. Por distribuir propaganda contra la participación de jóvenes colombianos en esa intervención fueron detenidos y golpeados muchos militantes comunistas, entre ellos un dirigente obrero comunista llamado Manuel Marulanda Vélez, fue torturado hasta la muerte por el detectivismo. Ese fue el nombre que adoptó Pedro Antonio Marin quien con diez y ocho años ingreso en la autodefensa liberal campesina del sur del Tolima, en 1949.

Fidel Castro , recupera en su obra extensos y significativos fragmentos del pequeño libro olvidado Cuadernos de Campaña de Marulanda Vélez , publicado en marzo de 1973 , y del Diario de la Resistencia de Marquetalia , del dirigente comunista Jacobo Arenas , y parte de la obra periodística del historiador Arturo Alape , recientemente fallecido , consignando los testimonios de Marulanda para enfatizar entre otras ideas , dos claves , primera : la dinámica de la violencia que ha arrastrado muchas vidas : » Pero todo eso fue un producto de algo que surgió no por culpa nuestra , algo en que nos vimos arrastrados , incluso contra la voluntad nuestra.» Y segunda: «Por muchos que sean los liberales muertos, los conservadores no son capaces de matarlos a todos, imposible acometer semejante ambición, tendrían que matar al país matando uno a uno a sus hombres. Se necesitan muchas tumbas para enterrar un país.»

El hilo de memoria esclarecedora que presenta en su libro Fidel Castro contiene claves indispensables para relegar los estereotipos que sostienen la larga confrontación y encontrar salidas al laberinto del enfrentamiento fratricida. Muchos de los temas apenas esbozados por el esfuerzo de incluir las claves principales en tan breve espacio ameritan un proceso de indagación y deliberación pública orientada a fortalecer los movimientos hacia la paz genuina.

Colosales transformaciones culturales han modificado el mundo y continúan variándolo en el curso de las pocas décadas que van desde los orígenes de la guerra que nos ha asolado , hasta nuestros días : en especial es necesario tener en cuenta el movimiento cultural poliforme que ha indagado por las raíces de la paz cotidiana , y que esta muy cerca del acervo cultural de nuestros pueblos nativos por su valoración de la fuerza ética , por su manera de habitar la tierra sin devastarla y sin exterminar las otras especies , por su revaloración de la dimensión femenina que durante siglos ha sido aplastada y despreciada , por su valoración de la palabra y la creación de confianza en la disminución del miedo y la agresión , y por su sensibilidad hacia la evolución espiritual y política.

La cruenta confrontación en Colombia ha dejado perdidas colosales e irreparables. Centenares de miles de vidas, en su mayor parte de jóvenes colombianos, han sido mutiladas o sacrificadas en la hoguera del conflicto. El destierro, la miseria, la autocensura, han sido convertidos en el pan cotidiano de más de cinco millones de colombianos. Actos de monstruosidad inconcebible han sido cometidos sumando umbrales impensados de horror al dolor incurable por las vidas arrebatadas. El secuestro como práctica cruel ha horrorizado a casí la totalidad de la población colombiana. La fabricación en serie de seres tempranamente destinados al odio y la guerra ha sido establecida para surtir la demanda de operarios de los millones de toneladas de armamento que han caído sobre el territorio de Colombia. Millares y millares de niños- jóvenes impelidos a realizar monstruosidades han perdido la razón cuando se dan cuenta del horror que han producido. El porvenir de varias generaciones ha sido también sacrificado porque la dinámica de la guerra ha impedido la destinación de los recursos y la creación de condiciones culturales y materiales para que florecieran las miles y miles de personalidades artísticas y científicas que hubiesen podido brotar en un país no atrapado por el odio, la desconfianza, el miedo y las armas. ….

La prolongada confrontación ha producido degradación social y humana , pero ha gestado también un movimiento de dignidad que a pesar de que también ha sido brutalmente golpeado por las fuerzas interesadas en extender el odio y la confrontación , continua sembrando las semillas de un porvenir con paz genuina en múltiples y diferentes intersticios de la vida cotidiana : la cultura de la siembra , los alimentos , las plantas de medicinales , las plantas de conocimiento , el cuidado del agua , la emergencia irrefrenable de los pueblos ancestrales , el tejido de la memoria , las artes , la educación y el amor por la lectura , la comunicación honesta , la justicia y los derechos humanos , y los significados de la paz y de libertad . Las mujeres y hombres que integran este movimiento amplísimo y creciente son parte de la dignidad y el decoro de que hablo José Martí en la edad de oro: En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro hay siempre otros que tienen en si el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.

La mayor parte de las mujeres de Colombia han tenido que hacer frente a una situación social infernal en la que la miseria o la guerra han sido erigidas como escenarios principales en los cuales desarrollar la vida de los hijos que han parido. Junto a ese dilema aborrecible se ha perpetuado un mundo de descomunal violencia: desnuda o sutil, por parte de generaciones y generaciones deformadas en los valores patriarcales.

En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro hay siempre otros que tienen en si el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados