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Entrevista a Joaquín Miras Albarrán sobre "Praxis política y estado republicano. Crítica del republicanismo liberal" (VIII)

«La misma apropiación del saber de forma operativa solo puede darse una vez se comience a constituir un sujeto organizado»

Fuentes: Rebelión

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano. *** -Con esto acabamos esta parte primera parte del capítulo. La política, afirmas, describiendo la posición que criticas, es en consecuencia una […]

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano.

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-Con esto acabamos esta parte primera parte del capítulo. La política, afirmas, describiendo la posición que criticas, es en consecuencia una actividad de carácter científico, epistémico, dado que se fundamenta en el conocimiento científico de la realidad objetiva existente. Más allá de este dualismo sujeto-objeto que también criticas, ¿no podría ser aquí que ocurriera lo que señalaba Lenin sobre el marxismo y sus fuentes, así, en plural? Decir que la política debe fundamentarse en el mayor conocimiento posible no implica forzosamente afirmar que sea su único fundamento.

-Política es actividad organizada que crea nueva realidad social humana, a comenzar por el propio sujeto social creado, auto creado, y su nuevo hacer; crea nuevas capacidades en las personas que obran organizadamente, que son nuevas condiciones de posibilidad,etc. Todo lo que se crea, obra de la voluntad organizada en este caso, es imprevisible. Lo inexistente, no predecible, no es objeto de la ciencia.

-Criticas también aquí la teoría de la consciencia exterior, del partido de vanguardia de la clase obrera. El leninismo, para ti, ha sido entonces un grave error histórico. ¿Es también una teoría de élites?

-Sí, es una elaboración, procedente de la socialdemocracia, y que se basa en el positivismo. Y sirve para legitimar las decisiones adoptadas por una minoría sobre la mayoría de la sociedad, en nombre de un saber reservado a pocos. Eso es el leninismo, acuñado como tal a la muerte de Lenin, con el objeto de emplearlo para derrotar al rival en el debate político. Otra cosa es lo que fue aprendiendo Lenin, quien, desde luego, comenzó como socialdemócrata. Por ejemplo a tirar por la borda el programa agrario que habían elaborado, y en cuya elaboración dentro del partido bolchevique, se habían sacado los ojos unos a otros, y a adoptar las exigencias del campesinado como programa, etc. Hubo varios conatos de «leninismo», debidos a los diversos dirigentes bolcheviques, que, a la muerte de Lenin, se declaran sucesores del mismo y tratan de elaborar una codificación que les permitiera legitimar su posición política y ser sucesores de Lenin. No eran muy distintas unas de otras variantes. Dentro de estas ideologías legitimadoras, siempre se declara que es la ciencia la que las orienta, y ésta tiene indefectiblemente como consecuencia que se concluye de ella, la adopción de determinadas medidas políticas, las que ellos quieren adoptar.

-Por lo demás, ¿también entraría en este apartado que criticas la concepción del «príncipe moderno» de Gramsci? ¿No hay también aquí la formación de una vanguardia?

-Creo haber dicho ya anteriormente que Gramsci elabora una crítica muy dura de la consciencia exterior.

-Tienes razón, de acuerdo.

-El partido, el príncipe, si se quiere, es el propio bloque social que se va autogenerando mediante su actividad organizada. Los cuadros son los individuos que en cada situación concreta y actividad capilar, en cada microorganización estable operante, dan continuidad a su microproceso y tratan de articularse con otros. Surgen del hacer y lo son mientras obran así. La homogenización entre ellos sucede desde la praxis, la experiencia, y desde la búsqueda de otros individuos que hacen lo mismo, para organizarse, debatir la experiencia y ponerse de acuerdo. Por eso, el inicio de un proceso de organización capilar de gentes que promueven actividad, y tratan de buscar a los que hacen lo mismo, todo ese arranque de constitución de lo que, de llegar a ser miles de microrganizaciones activas que generan actividad inmediata, comienzan a constiuir el Sujeto Bloque Social. El inicio de eso, es comparado con Gramsci con la cacofonía de una orquesta en la que cada cual ensaya para conocer su propio instrumento, sin saber de lo que hacen los demás; la cita va en el libro que he escrito. La parte más intelectual del partido, tiene la tarea de proporcionar a los demás los instrumentos intelectuales que sirvan a todos los individuos activos. Tarea ancilar, de servicio. La tarea es tanto más eficaz cuanto más se es capaz de descubrir lo que Vigotsky denomina la zona de desarrollo próximo: servir el saber que desde la nueva experiencia de la gente organizada, puede ser apropiado por ellos, pueda ser elaborado por ellos y fertilizar su actividad creadora. Redes de revistas, de periódicos, de libros, que favorezcan una opinión pública propia. La utilización de ese saber cultural, en el sentido convencional del término, no puede ser elucidada por adelantado, tampoco ésta. Y desde luego, no es un saber para la elite dirigente del proceso político, para el «estado mayor», sino para la comunidad práxica. Su modelo sería el de La Vanguardia, periódico al servicio de la burguesía. Si se quiere estatuir un Soberano, y una democracia, eso no se consigue minorizando y ninguneando, otra vez, a los subalternos, proponiendo hacerle los deberes a cambio de un cromo. Las necesidades intelectuales las marcan los subalternos activos. Gramsci reflexiona sobre las necesidades de las masas campesinas luteranas del siglo XVl, que eran, de entrada, escasas, pero fueron creciendo hasta sentir la necesidad de apropiarse del legado humanístico.

-Más aún, continuó con mis cosas. ¿No fue Engels quien escribió la transformación del socialismo utópico en socialismo científico?

-Sí, Engels escribió ese folleto. El título declara que de un programa científico de investigación se puede concluir un programa político de praxis. De un «es» (la ciencia estudia el mundo que es, tal cual éste es. De lo contrario, no es ciencia, y la técnica aprovecha ese saber para utilizar lo que es, de forma que sea útil, pero no para cambiar la realidad) Engels pretende poder concluir un «deber ser» y hacerlo científicamente, derivándolo more científico. Bueno, yo creo que eso es disparatado. Una vez dicho esto, creo que conviene leer el folleto, porque, una vez metido en harina, su contenido no va por esos cerros, es comedido, y usa la ciencia para poner en claro cuáles son las contradicciones del sistema, que según él, crean condiciones de posibilidad de su desaparición.

-Te vuelvo a citar: «Variantes diversas de esta teoría son compartidas por la inmensa mayoría de los grupos de ultraizquierda, rojos, autonomistas, negros, etc, tal como hemos vuelto a ver en la actuación de estos grupos durante la movilización que denominamos 15M». ¿Negros, por qué negros? ¿También los autónomos estaría en este marco de las élites? ¿Cómo debemos entender la referencia al 15M? ¿Podemos estaría incluido en tus críticas?

-El comportamiento de todos estos grupos, durante las acampadas, en las asambleas, tratando de dirigirlas, fue el propio del vanguardismo, el de la elite. Ir de una asamblea a otra, ir todos juntos, etc…grupuscular y elitista. También autonomistas, espontaneístas, negros, iban en furgonetas, de una a otra asamblea, «todos juntos en unión» a «iluminar». Sobre Podemos, debemos leer sus declaraciones: pretende ser una fuerza de representación y pretende basarse en elaboración teórica. El giro lingüístico etc… pero creo haber respondido ya sobre estas cosas. No deseo reiterarme en críticas en un momento en que va a recibir bastante leña de todos los demás.

-Por lo demás, en la historia del movimiento obrero, ¿qué grupos o colectivos han representado-practicado la posición que defiendes?

-En todas la revoluciones la posición ha sido expresada por los revolucionarios, esto es, las gentes que se ponen a actuar. No ha existido ni un solo proceso revolucionario que haya estallado por la acción propagandística de una elite, ni por que esta haya elaborado previamente un programa movilizador. Y lo que expreso de una revolución, vale para todo movimiento histórico de masas, y todo cambio social real. Hacer inventario de las fuerzas políticas es ya más complicado porque habría que ir de caso en caso, y no soy historiador. Los robespierrianos, por ejemplo, actuaron así; Robespierre aprende con las fueras sociales subalternas que está constituyéndose una «nueva aristocracia» en el seno de la revolución, y que ésta trata de aplastar a los subalternos; va aprendiendo y expresando lo que las masas democráticas perciben experiencialmente. Fuerzas de la democracia del 48 estuvieron en esa línea. Los movimientos de masas democráticos, estudiados por Arthur Rosenberg…El Lenin que asume las iniciativas del campesinado, y que declara la paz contra todo el partido porque es lo que la gente quiere. Evidentemente, las fuerzas que se impusieron, a la larga o de inmediato, fueron las que no practicaban estas ideas. Lo vemos. En todo caso, las consecuencias históricas son achacables a los modelos empleados, no a la praxeología.

-Te vuelvo a citar: «Los mismos fines a alcanzar, los principios axiológicos, su definición, prelación, etc, son decididos por la razón teórica a la luz de la ciencia». ¿Quiénes defienden estas posiciones? ¿Los objetivos de una organización, de un movimiento, decididos a partir de la ciencia?

-Estas frases son atribuidas por mi a quienes sostienen estos modelos, yo no las comparto. La descontextualización pudiera hacer creer al lector lo contrario. Bueno, eso es lo que significa socialismo científico, no lo digo, yo, lo dicen los corpus doctrinarios de las teorías políticas al uso. La consciencia exterior, se declara esclarecedora porque dotada de un saber superior que es ciencia -hoy ya no es tan posible declararse infalible por ser religión-.

-Sostienes que una explicación científica de los problemas de la realidad no genera o concluye cambios, ni avala, añades, la bondad de unos y la perniciosidad de otros. No siempre desde luego. ¿Pero no puede ocurrir así en ocasiones? Por ejemplo, las ciencias biológicas, las cosas que van aportando, ¿no pueden señalar que el racismo, el etnocentrismo y demás variantes no tienen base teórica alguna, que son contrarios a lo que conocemos científicamente sobre el ser humano?

-Como he dicho, las ciencias pueden ayudar al debate ideológico, crítico, esto no cabe duda. Como ya expuse, es lo que hace Marx en El Capital, o Forrester y Meadows con Los límites del crecimiento.

-Hablas del euro y de un sector de la izquierda que ha descalificado como ignorantes e irresponsables a quienes estáis por la salida del euro. ¿A qué sector te estás refiriendo? Por lo demás, en tu comentario citas a gentes como Sapir, Montes, Tafalla,.. y señalas sus aportaciones científicas documentadas al tema. Luego, por tanto, el saber científico puede tener un papel político relevante. A los hechos, a tu propia reflexión me remito. Por ejemplo dices: «Tampoco es posible considerar como científicos los vaticinios sobre las consecuencia catastrofistas futuras que quienes critican la salida del euro auguran para el caso de que eso ocurriera». Luego, por tanto, la batalla de ideas también se ubica en el ámbito de lo que es científico o no.

-La batalla de las ideas debe ser rigurosa. Pero la política es la actividad organizada de la gente. Puede haber una excelente literatura ecológica, y puede haber una magnifica difusión de la misma. Eso no es política. Es más, la misma apropiación del saber de forma operativa solo puede darse una vez se comience a constituir un sujeto organizado, que haga sentir a la gente que leer esas «novelas de terror» que encogen el corazón, no es un acto inútil y gratuito, porque ya sufre uno bastante. Sólo en la medida en que se genere un poder hacer cotidiano, organizado, que demuestre experiencialmente que se pueden hacer cosas, el intelecto puede aceptar dotarse de saber y la imaginación puede plantearse qué nuevo hacer creado en común le sugiere lo que conoce. Las leyes de la termodinámica en si, no dicen nada en ningún sentido.

-Otra sorpresa que quiero comentarte. Las ciencias, afirmas, sirven como medio intelectual para tratar de ayudar a la reproducción de la realidad existente. No siempre. Por ejemplo: los científicos que nos alertan, y son muchos, de los peligros del cambio climático, ¿no ayudan más bien a la no reproducción de la realidad existente?

-Las ciencias son neutras. El uso que se les dé, no dependen de ellas. Sirven para lo uno y lo otro. Incluso en su uso tecnológico, que es propiamente tecno científico. Para crear bombas de cobalto, y para crear bombas atómicas. Pueden ser instrumentadas en uno u otro sentido, desde luego.

-Escribes: «El nuevo acuerdo comercial negociado -TTIP- no es una necesidad inmanente a la actual realidad social capitalista, revelada por la ciencia». Evidentemente. ¿Quién afirma o puede afirmar lo contrario?

-Quien considere o quien quiera hacernos creer que las medidas a adoptar son resultado del estudio científico de nuestras necesidades, y por tanto, nos acusa a quienes no estamos por la labor de asumirlo, de zoquetes ignorantes que nos metemos en asuntos de especialistas. Pero eso, precisamente, es un buen argumento para mostrar que todas estas actividades políticas no son científicas.

-Las ciencias, en tu opinión, no pueden pronosticar el porvenir. Por supuesto también. Pero ¿no pueden hacer prognosis que señalen caminos no transitables? Por ejemplo, el maltrato permanente que de la Naturaleza hace el sistema capitalista de explotación y beneficio puede conllevar en tres o cuatro décadas una pérdida importante de la biodiversidad en el planeta y la contaminación química y plástica, incluso radiactiva, de nuestros océanos.

-Un individuo dotado de conocimiento científico sobre la naturaleza, puede elaborar modelos matemáticos, usando de esta otra ciencia, -Meadows- que, sobre la condicional «si las cosas siguen como ahora» permita hacerse una idea -terrorífica, ciertamente- de lo que, aproximadamente, va a suceder; donde «aproximadamente» no hace referencia que quizá «exagera», sino a que una nueva situación -esa la habrá, de seguir las cosas como sigue, y será drásticamente nueva en lo que hace las condiciones de posibilidad de existencia de nuestra especie- no puede ser conocida ex ante. Pero sobre esto, sobre el uso retórico sensato de la ciencia, sobre la creación de discurso a partir de la ciencia, ya me he expresado.

-Los fundamentos intelectual de la forma de hacer política que criticas, sostienes también, están en el pensamiento cientifista, positivista y neopositivista. Sin embargo, algunos destacados filósofos de esas tendencias que citas fueron activistas sociales y políticos que se la jugaron en varias ocasiones. Te pongo dos ejemplos: Otto Neurath y, entre nosotros, Miguel Sánchez Mazas, por no hablar de Manuel Sacristán o de Eduard Rodríguez Farré.

-No me cabe la menor duda. Pero el impulso no fue la ciencia, si la ciencia impulsara, los científicos constituirían la vanguardia social moral. Las personas que citas, eran, son, gente moral, adscrita por convicción a proyectos emancipatorios, que, además, da la casualidad que sabía o sabe ciencia o filosofía analítica. El contrargumento sería poner en nómina todos los analíticos, neopositivistas y científicos que han metido la cabeza bajo el ala en esas mismas situaciones.

-La última, no abuso más: «La libertad es mejor que la esclavitud, la igualdad es mejor que la desigualdad, la democracia es mejor que el autoritarismo. Esclavitud, desigualdad y autoritarismo son principios tiránicos. Pero la argumentación que evalúa y defiende la excelencia de unos principios y la maldad de otros no es de base científica, ni depende una racionalidad superior e independiente de las axiologias». De acuerdo en esa no dependencia pero ¿por qué no va a depender en cierta medida, no digo totalmente, la argumentación que señales de los conocimientos y adquisiciones científicas? ¿Cómo puede construirse en caso contrario esa argumentación que indicas?

-Los logros de la ciencia, de eso que llamamos ciencia, que es lo que se constituye desde Galileo a Newton, han ido parejos a las mayores atrocidades de la historia. La ciencia, incluso, las ha posibilitado. La ciencia es neutra, sirve para todo: hasta para ayudar a extinguirnos como especie. Toda objetivación humana, sea saber o sea objeto, desde que se la produce, queda desvinculada de su contexto genético, y de la intencionalidad con la que se la creó. Es un instrumento en manos de las personas. La ciencia puede mostrar que todos somos de la misma especie, y puede demostrar que el mundo es desigual. Ambas demostraciones son ambiguas, si todos somos de la misma especie y, a la par, no somos iguales, si el mundo es desigual…¿no es eso prueba de…¿qué? El aristocraticismo supremacista y el igualitarismo democrático pueden argumentar usando esas realidades puestas en luz por la ciencia. Las frases son como los palíndromos de doble lectura de un lado y del otro…la relación de la ciencia con la moral y la política, es cuando se usa desde la política y la moral, argumentativamente. Ya no estamos en el campo del positivismo sino en el del «uso público de la razón», y el de la Retórica, que se hace desde axiologías previas, etc.

-Creo que está muy bien por hoy. Seguimos con el próximo apartado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.