La OMS advierte, en tiempo condicional, a la humanidad de “algo” que “podría” ser 20 veces más mortífero que el coronavirus, otra epidemia internacional grave que “podría” ser causada por un patógeno que actualmente se desconoce
¿Qué clase de advertencia es ésa que no represente más que una amenaza de “algo” para lo que nos es imposible prepararnos si no se nos dice siquiera cuál es su naturaleza? ¿Es una afección respiratoria? ¿es un mal biliar? ¿es una bomba? Porque el ser humano se pasa la historia expuesto a peligros constantes que afectan a grandes porciones de población: epidemias, pandemias, pestes, inundaciones, corrimientos de tierras, terremotos, tsunamis, ciclones, guerras… que siegan innumerables vidas humanas. Todo forma parte de la existencia. Pero, por la forma y los antecedentes de sospechas que tenemos, esa “enfermedad X” tiene todas las trazas de tener un origen artificial, algo que obedece a un plan…
El jefe del organismo, al parecer, intervendrá ante el foro económico en Davos para hablar de este potencial peligro.
La cuestión es que es objeto de debate si una entidad privada debería tener tanta participación en un organismo multilateral que vela (supuestamente) por la salud global.
La Fundación Bill Gates y Melinda contribuye con 591 millones. Más, al parecer, que los Estados Unidos. Una persona que tiene mucho dinero, sabemos positivamente que no tiene una estructura mental parecida siquiera a la de una persona normal. Una persona que tiene demasiado puede llegar a perder absolutamente el norte de la sensatez y sentirse atraída por objetivos disparatados. Una persona que tiene “todo” el dinero que quepa imaginar, lo normal es que tarde o temprano enloquezca, se vuelva loca con cualquier etiqueta de psiquiatría.
Por de pronto, parecer ser que Bill Gates intentó en Suecia la complicidad del Gobierno en su espantosa idea de impedir la luz solar, pero el Gobierno le negó su apoyo. De modo que cualquier cosa se puede esperar de personas cuya vida discurre respecto a las restantes del mundo por otros derroteros tan distantes de estas, que difícilmente podemos creer que la OMS no está virtualmente en manos privadas y no ser un formidable escudo para cualquier idea por descabellada que sea. Máxime teniendo en cuenta la sombría y tétrica disposición de muchos más individuos de los que imaginamos, en Bilderberg y en Foros como el Económico de Davos donde en estas semanas se va a reunir, que intentan que el sistema neoliberal económico occidental no se desplome. “Preocupación”, ésta ya manifestada desvergonzadamente en los años 2008, tanto por el ministro de Finanzas nipón, Aro Taso, como por la entonces secretaria del FMI y actualmente directora del Banco Mundial Christine Lagarde.
Los esbirros del “plan” presunto posiblemente emboscado en la agenda… ahora niegan una noticia con imágenes en televisión que un octogenario como yo nunca podrá olvidar. Dijo textualmente que “nuestra” economía no puede soportar la longevidad y que “hay que hacer algo, ¡y ya!”. En España sólo Carlos Monedero, un notable profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Madrid, respondió a semejantes y fachendosas palabras: “¡muérete tú!”, concitando las críticas y los insultos a que acostumbran tantos españoles necios…
El caso es que los dirigentes occidentales y parte de los orientales que gravitan en un sistema de mercado (falsamente libre) no parecen estar dispuestos a otras soluciones que no sean causar la muerte de cuanta más población mejor, preferiblemente de viejos, con tal de mantener un “modelo” económico, político y social abominable. Son de la especie de esos seres que prefieren hundirse en la ciénaga antes que desprenderse del oro cuyo peso les arrastra al fondo. Aunque en este caso son ellos mismos los que arrastran al fondo de la ciénaga a quienes les estorban para seguir sobrenadando ellos la opulencia.
Por cierto ¿para qué necesita tanto dinero la OMS? ¿Para hacer advertencias de peligros ambiguos de origen desconocido para la salud mundial? Vivimos tiempos para maldecir constantemente el montaje, la trampa y el crimen globalmente instituidos…
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