Recomiendo:
0

Debates en el seno de la izquierda marxista chilena

La organizacion Clase contre Clase denuncia la «trampa de las elecciones municipales»

Fuentes: www.clasecontraclase.cl

Las elecciones municipales del próximo 31 de octubre, se han presidencializado. ¿Qué significa esto de la presidencialización de la que tanto hablan los medios de comunicación? Entre medio de la campaña, y mientras los dueños de la razón y la fuerza se preparan para este festival de los ricos que es la APEC, las luchas […]

Las elecciones municipales del próximo 31 de octubre, se han presidencializado. ¿Qué significa esto de la presidencialización de la que tanto hablan los medios de comunicación? Entre medio de la campaña, y mientras los dueños de la razón y la fuerza se preparan para este festival de los ricos que es la APEC, las luchas de los trabajadores y estudiantes parecen cobrar fuerzas.

La llamada presidencialización de las elecciones municipales no se debe tan sólo a que es un paso en la medición de fuerzas para la gran contienda, las presidenciales del año que viene, que plantea que la derecha acceda a la administración del aparato del Estado en interés de los patrones, relevando de esta tarea a la Concertación. Tampoco se debe al hecho obvio y mediático de que dos de las precandidatas fuertes de la Concertación, Bachelet y Alvear, salieron de sus ministerios para lanzarse a sus respectiva campañas abiertamente. La llamada presidencialización se debe a que lo que comienza a estar cada vez más abiertamente en juego, es el llamado «proyecto país».

Los «proyectos país»

Cuando se habla de «proyectos país» se habla de a dónde va Chile y qué Chile hay que construir. El Chile de hoy, es una continuación perfeccionada por la Concertación junto con la derecha, del instaurado a sangre y fuego por la dictadura de Pinochet. Es el Chile que siguen poniendo de rodillas ante las empresas transnacionales y las nacionales que se enriquecen a costa del saqueo de nuestras riquezas naturales y de la sobreexplotación del pueblo trabajador, incrementando su dependencia. Es el Chile de una salud, educación y vivienda para ricos y otra para pobres. Es el Chile de la impunidad patronal y los abusos contra los trabajadores, con las prácticas anti- sindicales, los sueldos de hambre, las exigencias de flexibilización laboral. Es el Chile de la exclusión de los trabajadores, generando una enorme masa de desocupados, mientras los ricos se enriquecen aumentando en más del doble sus ganancias año a año. Es el Chile de la represión a los que luchan, como recientemente a los trabajadores portuarios de Iquique. Es el Chile de la impunidad para los violadores de los DDHH. Es el Chile de la nueva aristocracia, con privilegios para los políticos patronales, con mecanismos de exclusión como el sistema binominal. Es el Chile de la justicia para ricos, con persecuciones y juicios con testigos encapuchados contra el pueblo nación mapuche. Es el Chile de los patrones, los militares, los policías y los políticos patronales intocables, como el caso Spiniak demostró una vez más, o como vimos también en los casos coimas y corrupción. Es el Chile sirviente de los intereses imperialistas, como el envío de tropas a Haití y la condecoración que esto le mereció a Cheyre por el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, como los TLC, como la organización de la APEC, demuestran. Este es el Chile de la democracia para ricos de los patrones y sus políticos patronales de la Concertación y la derecha, con todas sus instituciones, la Justicia, el Parlamento, las FFAA y Carabineros, todos bendecidos por la Iglesia.

En este «proyecto país», ninguno difiere en nada. ¿Por qué hablar entonces de «proyectos país»? Porque hay algo que está muriendo. Hace ya poco más de dos años desde estas páginas venimos señalando la tendencia sostenida a lo que llamamos una crisis política e institucional de esta democracia para ricos, a un agotamiento lento y controlado del neoliberalismo en Chile. El comienzo de un fin de ciclo. ¿Cuál? Que esta democracia para ricos se ha venido sosteniendo fundamentalmente (no únicamente) en que la Concertación logró hacerse aparecer como «amigos del pueblo» para evitar que las justas demandas del pueblo trabajador se manifestaran en su organización, en su lucha, haciendo valer sus derechos e intereses en la vida política nacional. Para esto contó con una derecha inicialmente débil. Y con la ayuda de la izquierda del régimen, como el PC llamándolos continuamente a votarlos o a hacer acuerdos y pactos. Pero esta función de la Concertación en la democracia para ricos, comenzó gradualmente a hacerse más difícil. Las propias crisis internas de la este conglomerado, el comienzo del fortalecimiento de la derecha, la lenta pero persistente recomposición de las luchas y las organizaciones del pueblo trabajador, explican las dificultades crecientes de la Concertación para contener las luchas del pueblo trabajador presentándose como amigos del pueblo. Cuando hablan de proyectos país, hablan de revitalizar esta función de la Concertación. Es una necesidad objetiva de la política chilena hacer esfuerzos para posar como amigos del pueblo. Por eso las expulsiones- congelamientos- renuncias en el PS (ver CcC n° 71). Entonces, lo que está en juego para los políticos patronales es: ¿cómo mantener esta democracia para ricos? ¿con los métodos de choque de la derecha (ver CcC n° 61 y 65), o con la pose de amigos del pueblo de la Concertación que busca los mismos objetivos pero mediante el llamado diálogo social, etc? Pero como esa función de la Concertación es una exigencia objetiva de la política chilena, la derecha intenta actuar en el mismo terreno. Los métodos de choque que se desplegaron en el caso Spiniak y que recuerdan que son todos hijos de la dictadura, les dificulta esta tarea. Pero las elecciones son una buena oportunidad para volver a intentarlo. Los inicios de la emergencia de una latente nueva «cuestión social» empuja en esta dirección.

Las municipales y la emergencia de una nueva «cuestión social»

La llamada presidencialización, entonces, pone en juego los proyectos país. Esto quiere decir que en las municipales es esto lo que se está discutiendo: la respuesta a una emergente nueva «cuestión social». Por eso la derecha intenta arrebatar las banderas de la desigualdad social, supuesto monopolio de la Concertación, golpeando en los problemas del desempleo y la crisis social (que llaman el problema de la delincuencia o la inseguridad ciudadana). No es una simple disputa electoral por capturar votos, aunque también sea esto. Es cómo se preparan para prevenir, contener e impedir que el pueblo trabajador tome en sus manos sus problemas y busque resolverlo con sus métodos y de acuerdo a sus propios intereses y derechos. Y esto es lo nuevo en estas municipales, como round preparatorio para las presidenciales. Esto es lo que los intelectuales a sueldo de los patrones llaman «el divorcio entre la elite y las masas».

¿Y por qué los políticos patronales lo discuten en las municipales? Porque el circo electoral que montan, permite prometer hoy lo que no van a cumplir mañana. Mientras en la derecha se llenan la boca con los problemas que padece el pueblo trabajador, problema generado por los patrones y estos políticos patronales, sus planes de gobierno apuntan a nuevos ataques contra el pueblo trabajador. En el Boletín Temas Públicos n° 694 del Instituto Libertad y Desarrollo de la UDI, proponen las siguientes medidas para que el Gobierno aplique ya el año que viene: flexibilización laboral, renunciar a la indemnización, legislar para que se puedan pactar rebajas salariales, que el salario mínimo sea sólo a partir de los 24 años, endurecer las medidas de represión contra la delincuencia, flexibilizar el trabajo docente como vía para mejorar la educación, etc. Es decir: aumentar la sobreexplotación del trabajador. Ahora en medio de la campaña, uno de los hombres de Lavin, propuso rebajar los impuestos a los ricos. La Concertación, en medio de la campaña, denunció que se quiere favorecer a los ricos.

Pero esta Concertación, que quiere aumentar su diferenciación de la derecha en tiempos de elecciones, y revitalizar su función de posar como amigos del pueblo, es la que gobierna, legisla e implementa estos planes patronales de nuevos ataques a los trabajadores que la derecha propugna. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Que la derecha lo quiere implementar en una política de choque cuanto antes, y la Concertación, con sus diálogos sociales, en el tiempo. La emergencia de una nueva «cuestión social» está presente en las elecciones y marca en gran parte la «agenda» de los políticos patronales. No para resolverla a favor del pueblo, sino para que el pueblo trabajador no la tome en sus propias manos y las resuelva con sus propios métodos y en justo beneficio de sus derechos e intereses. No para resolverla, sino para poder seguir avanzando en sus ataque al pueblo trabajador, con flexibilización laboral, sometimiento a los dictámenes imperialistas, etc.

¿Y porque esta lenta emergencia de una nueva «cuestión social» no estalla en luchas como las de los pueblos hermanos de Bolivia, Argentina, etc? Muchas son las razones. Una de ellas, que los patrones y los políticos patronales, mantienen la iniciativa, y se apropian de parte de las justas demandas del pueblo trabajador. Por eso, la legislación contra los salarios de 1$ de los explotadores de las grandes tiendas y otros, por eso la rebaja de horas sin rebaja salarial prometida por Lagos a la CUT a pesar de la resolución de la Dirección del Trabajo. Por eso, las reformas cosméticas a la Constitución, en todos los puntos que no afectaban los mecanismo fundamentales de esta democracia para ricos salvo en el que creen (lo creen no más) podría afectarlos: el binominalismo. Por eso las promesas parche de 180 mil empleos (precarios, con salarios de hambre, y que pueden imponer por la desesprecaión del desempleo, profitando de este verdadero drama social) prometidos por Lagos. Pero no es la única razón. Y tampoco alcanza. También, deben recurrir a la represión, a la criminalización de la pobreza, a medidas ejemplificadoras preventivas y a la intimidación. Todo esto, lo vimos en este último mes. La criminalización de la pobreza se ve en las exigencias de mayor represión, hablando del problema de la delincuencia y la seguridad ciudadana, en vez de hablar de una verdadera crisis social por el desempleo, los salarios de hambre, etc. La represión, en la brutalidad contra los portuarios de Iquique, los empleados fiscales, las detenciones de estudiantes por manifestarse, etc. Las medidas ejemplificadoras, en la amenaza de expulsión a los estudiantes de la UFRO por tomarse la sede de una de sus facultades, injusta medida desproporcionada que no puede ser más que una advertencia a todo el movimiento estudiantil de las medidas que podrían sufrir en caso de luchar por sus demandas. La intimidación a las amenazas y persecuciones que se blanden contra todos los que nos estamos organizando para repudiar el festival de los ricos de la APEC. Y todo coronado por la formación de la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia) para perfeccionar las tareas de inteligencia y contrainteligencia. Pero tampoco todo esto es suficiente.

La emergencia de una nueva «cuestión social», las luchas de los trabajadores y las municipales

La emergencia de una nueva «cuestión social» no se debe sólo al saqueo de nuestras riquezas naturales, a la sobreexplotación del trabajador, ni al agotamiento- lento y controlado- del neoliberalismo en nuestro país. Se debe a que los trabajadores empiezan un lento y difícil proceso de recomposición de sus organizaciones y sus luchas. En estos últimos días, los portuarios de Iquique en una batalla campal enfrentaron a la Marina y Carabineros en defensa de sus derechos, y hubo paros parciales de solidaridad en 6 puertos de todo el país después de la brutal represión, y la solidaridad de los tripulantes y camioneros de Iquique, con un acuerdo solidario de apoyo mutuo en sus luchas y demandas. Los empleados fiscales realizaron un paro y anuncian otro. Los trabajadores de la Dirección del Trabajo. Los profesores resisten activamente el proceso de evaluación que introduce la flexibilización (gracias al dirigente de FSD Pavez). Anuncian un paro los trabajadores de la Salud. Y también trabajadores de empresas privadas, como en estos momentos los de Fideos La Europea, y recientemente los de Indalum del poderoso grupo Luksic. Los estudiantes de la educación media se movilizan contra nuevos ataques del gobierno. Y se preparan numerosas actividades de repudio contra la APEC. Los trabajadores desocupados organizados, anuncian movilizaciones exigiendo soluciones para el problema del desempleo.

Algunas de estas luchas se pueden explicar por las elecciones municipales, aprovechando los trabajadores, con sabiduría, estas situaciones en que los políticos patronales pueden prometer y hasta resolver parcialmente problemas con tal de asegurarse votos. Pueden explicarse también por los procesos de elecciones sindicales. Pero responden también a la continuada ofensiva patronal. Y al debilitamiento de la Concertación para poder posar como amigos del pueblo. Aún son luchas aisladas y defensivas. Pero los trabajadores van comenzando a incidir en la vida política nacional. Uno de sus mayores obstáculos son los actuales dirigentes sindicales de la Concertación como Arturo Martínez, o de la izquierda del régimen, el PC, que le cubre las espaldas por izquierda. Por eso, el PODEMOS no es una alternativa. Porque mientras denuncia para las elecciones a la Concertación, cogobierna con ella en la CUT. Además que llama a bloques antineoliberales que incluyen e empresarios medianos y pequeños, que son tan o más explotadores que los grandes. De estos dirigentes sindicales no vamos a volver a mencionar que cancelaron el anunciado 2° Paro Nacional. Pero sí podemos decir que, inmediatamente después de las recientes elecciones de la CUT, Arturo Martínez volvió a manifestar que está dispuesto al diálogo social (excepto el tema de la flexibilización laboral). O, frente a la APEC, reclamó por la necesidad de que se incorpore un «capítulo social», en vez de denunciar este festival de los ricos. En esta municipales, como primer round para las presidenciales, lo que está en juego son los proyectos país de la Concertación y la derecha, las mejores formas que discuten los políticos patronales para mantener esta democracia para ricos. Por eso llamamos a no votar, votar en blanco o anular. Y también está en juego si la emergente nueva «cuestión social» será usurpada por los políticos patronales, o será tomada por los trabajadores para resolverla con sus propios métodos en beneficio de sus derechos e intereses. Para esto último, es necesario construir un nuevo partido de trabajadores revolucionario, sin diálogos sociales, ni una izquierda del régimen que los sostenga.