Hoy nos detendremos en entender ‘la política’, diciendo de entrada que es la organización armoniosa del convivir nacional. El papa Francisco nos aclara sobre el asunto cuando dijo a las organizaciones sociales en Bolivia (2015): “La política no es un asunto de los ‘políticos’… Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio”.
Esta reflexión del papa Francisco nos invita a diferenciar la política como servicio del Bien Común de la ‘politiquería’ de la mayoría de nuestras autoridades elegidas que utilizan su puesto para enriquecerse descaradamente. Mientras no salgamos de esa generalización cómoda para no implicarnos más, diciendo: “La política es sucia”, seguiremos siendo cómplices de la corrupción de los malos políticos e indiferentes para un cambio en nuestro país.
Recordemos primero que la organización política nos incluye a todas y todos por ser parte del mismo país, y no sólo los que participan de las estructuras nacionales y locales. El Estado, apoyado por la policía y el ejército, está conformado por cinco poderes encargados de velar por la convivencia ciudadana: el legislativo con 137 asambleístas; el ejecutivo con el presidente, el vicepresidente y los ministros; el judicial con jueces, fiscales, Defensorías, Corte suprema y Corte Constitucional; el social con el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social; y el electoral con el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal de Contencioso Electoral. Nos guía y obliga a todas las y los ciudadanos la Carta Constitucional que la ley suprema de la nación: Por ejemplo, expone nuestros derechos en 72 artículos y los defiende si los conocemos y así lo exigimos. Si funcionaran adecuadamente, estos distintos espacios políticos defenderían nuestra dignidad, colaborarían a nuestro bienestar y conformaríamos una democracia participativa para nuestro beneficio general. Las organizaciones sociales, como dice el papa Francisco, serían el medio para logra más democracia, porque ésta consiste en expresar nuestras mayores necesidades, incidir sobre los métodos a utilizar para resolverla, participar en la realización de los proyectos, controlar y fiscalizarlos resultados.
El Pueblo de la Biblia durante la travesía del desierto organizó la participación de su gente mediante grupos para que tomaran decisiones afín de resolver los problemas que surgían entre ellos. Eso se llama la subsidiaridad que hace la democracia más efectiva. Una vez en Canaán-Palestina en tiempo de ‘Los Jueces’, tuvieron un gobierno colectivo compuesto de los líderes de las 12 tribus, llamados ‘Jueces’ o ‘Sabios’. Las decisiones que concernían a todos se tomaban en Asambleas generales de las tribus. Según el biblista brasileño Carlos Mesters, ‘Los Jueces’ o Líderes de las tribus seguían unos 7 principios políticos: 1. La igualdad y equidad se fundamentaban en la hermandad por ser todos hijos del Dios de Abraham y Sara. 2. La tierra era de Dios que la regalaba a cada familia, por eso no se compraba ni se vendía. 3. La organización descentralizada comenzaba por los clanes que eran unión de familias y las 12 tribus que eran uniones de clanes. 4. Las leyes que daban identidad se resumían en 10, llamadas los ‘10 mandamientos’: Era su Carta Magna que defendía la organización igualitaria. 5. La educación llegaba a todas las familias mediante una escritura simplificada. 6. La defensa contra los invasores de tierra era la tarea de los varones adultos que se unían al nivel de la tribu y entre tribus cuando era necesario. 7. Los sacerdotes no tenían propiedades: Vivían del diezmo (10% de lo que las familia producían en el año) y celebraban la memoria del éxodo de Egipto para mantenerla viva. Pero la llegada de los reyes por el año 1.000 antes de Cristo destruyó esta organización participativa. Los Profetas y los Sabios se encargaron de mantener vivo el proyecto de Moisés y Sara.
En su tiempo Jesús criticó continuó en la línea de los Profetas y los Sabios: Criticó duramente las autoridades de su tiempo tanto judías como romanas: “Los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos.” Por seguir a Jesús y mantener su organización fraterna e igualitaria, los primeros cristianos tuvieron que enfrentar las persecución del imperio romano esclavista: Lo calificaban de “bestia” que terminó vencida.
Hoy las alternativas al imperio del neoliberalismo existen, por ejemplo, gracias a la resistencia y protagonismo de los indígenas del continente. Par ellos, según su cosmovisión del Bien Vivir, el consenso comunitario es superior a la democracia. Nos enseñan también que una vida individual y colectiva respetuosa de la naturaleza y seguidora de su sabiduría es fuente de la armonía y de la justicia social.
Es bueno recordar una frases llamativas sobre la política. Ya en 1927, decía el papa Pío 11°: “La política es la forma más elevada de la caridad”. El gran profeta brasileño, monseñor Pedro Casaldáliga, proclamaba: “Si yo no me implico en política, no me implico en justicia ni en amor fraterno”. Y monseñor Desmond Tutu, obispo anglicano de África del Sur, se sorprendía: “No sé qué Biblia están leyendo quienes dicen que la Biblia no tiene dimensión política”. Concluyamos con el papa Francisco: “Al no atacar las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo… La inequidad es raíz de los males sociales”. En su carta “Todos somos hermanos y hermanas” nos indica los 4 caminos para lograr la meta del Reino que es la Hermandad universal: “La fraternidad sin frontera, la amistad social, el amor político y una espiritualidad liberadora”.
Actualmente en nuestro país los movimientos sociales son los espacios más adecuados para entender la política, confirmar los partidos y su candidatos, y encontrar los caminos participativos para transformar realmente la organización de nuestro país. ¿Cuándo saldremos de nuestro individualismo, consumismo y pasividad para ser actores del país que soñamos y necesitamos?
Pedro Pierre: Sacerdote diocesano francés, acompaña las Comunidades Eclesiales de Base (CEB ) urbanas y campesinas de Ecuador, país adonde llegó en 1976.
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