Para subrayar el nivel de la corrupción, con una falta absoluta de cualquier principio ético, Shakira y Piqué se muestran a sí mismos como filantrópicos, tienen fundaciones caritativas para lavar su imagen de evasores.
En estos días la prensa rosa llora por la separación de la pareja ideal, la formada por el futbolista del Barcelona Gerald Pique e Isabel Memabarat Ripoll, alias Shakira. Miles de páginas virtuales e impresas, programas de televisión y de radio chismosean sobre los entretelones de esa separación sentimental y, de paso, se llenan la boca exaltando la fabulosa fortuna que acumulan estos dos personajes. Resaltan que cada uno de ellos es un símbolo del éxito, de los empresarios del espectáculo que, supuestamente, a punta de patadas en el campo de futbol y de gritos destemplados en los coliseos habrían amasado, entre ambos, una fortuna de 300 millones de euros. Muy pocos mencionan el origen de esas riquezas y los mecanismos ilegales y delincuenciales para limpiar sus capitales y evadir impuestos. Este el punto que destacamos en este artículo.
LOS NUEVOS RICOS Y LOS PARAISOS FECALES
Las filtraciones de los Panamá Papers y Paradise Papers confirmaron el comportamiento delincuencial de ricos y famosos, entre los que se encuentran futbolistas, cantantes, escritores, junto con empresarios y políticos del mundo entero. En esos papeles aparece Shakira, la cual trasladó “sus activos musicales, derechos intelectuales y marcas”, valorados en 31,6 millones de euros, a una sociedad ficticia con sede en Malta, aunque ella señala que su residencia está en Bahamas, pese a que vive en Barcelona. No se necesita mucha imaginación para saber que la finalidad de esta falsa información apunta a lavar millones de euros a nombre de compañías ficticias para evadir el pago de impuestos. Esas compañías offshore, empresas radicadas en países distintos del domicilio fiscal de sus administradores, se usan para esconder dinero, en los paraísos fiscales, a los que el sociólogo Göran Therbon ha denominado paraísos fecales. Sí, porque en ellos se depositan los dineros procedentes del robo, el crimen, los sobornos y la evasión fiscal.
En este terreno la cantante tiene una amplia trayectoria, puesto que recientemente y luego de años de investigación la Fiscalía Española la acusó de seis delitos, la llamó a juicio por la evasión de 14.5 millones de euros, y solicitó una pena de cárcel de 8 años. No se está hablando de una evasión circunstancial, sino de un comportamiento permanente de la destemplada cantante, al punto de que la inspectora que la investiga señaló que Shakira organizó un “imperio mundial” para realizar fraudes fiscales, con una estructura de 14 empresas que no poseen “medios naturales o humanos”, es decir, que son de fachada para transferir sus millonarias ganancias sin pagar impuestos.
Su expareja, el futbolista Gerard Pique no se queda atrás en cuanto a delinquir se trata. Las autoridades tributarias de España señalan que el futbolista ha sido una especie de testaferro para gestionar el capital de Shakira, recurriendo a maniobras turbias, mediante sociedades ficticias que se crearon para evadir impuestos en el Paraíso Fecal de Andorra. La diversificación de inversiones de su expareja se hizo a través de su empresa Kosmos Global Holding, que gestiona a un club local de Andorra y es el principal promotor de la Copa Davis de Tenis. Pique lavó euros de Shakira, para que esta no pagara impuestos, mediante la compra de un equipo de futbol de segunda división en Andorra.
Pero las cosas no paran ahí, puesto que el fisco español le impuso a Pique una multa de 2.1 millones de euros por evasión fiscal de sus derechos de imagen. Al mismo tiempo, el futbolista del Barcelona está involucrado en el sucio negocio de trasladar la supercopa de España a Arabia Saudita, a cambio de una coima de cuatro millones de euros.
Casi en forma sincrónica a su publicitada separación ‒que puede ser otra maniobra para evadir impuestos‒ los dos miembros de la “Pareja Ideal”, con una diferencia de pocos días, han tenido que sentarse en el banquillo de los acusados por delitos fiscales: ella citada a un próximo juicio con una hipotética condena de cárcel (algo que seguramente nunca sucederá por aquello de ser una delincuente de cuello blanco) y él condenado a pagar una multa de dos millones de euros por simular la cesión de sus derechos de imagen en 2008, 2009 y 2010, una acción que fue “al menos, culposa o negligente», señaló la Audiencia Nacional. Para darse cuenta de la magnitud del fraude solo por ese concepto de derechos de imagen los jueces demostraron que Piqué registró esos derechos por un monto de 3000 euros por un lapso de veinte años, una cifra insignificante si se tiene en cuenta que Nike le pagó 70 mil euros solo por un año.
LA MAGNITUD DEL ROBO FISCAL
En España, el robo fiscal alcanza la cifra de 60 mil millones de euros, y el 72% corresponden a grandes empresas y fortunas, entre las que se encuentran las de la pareja ideal de marras. Para darse cuenta de lo que esto representa, es una cifra mayor que el presupuesto de salud, que es de 57 mil millones de euros.
Cuántas escuelas, hospitales, bibliotecas, mejoras en infraestructura podrían realizarse con el dinero que evaden los viejos y nuevos ricos. Al respecto, recordemos que la evasión de los 14.5 millones de euros por parte de Shakira corresponde a 61 mil millones de pesos colombianos.
Mientras los ricos evaden impuestos, los pobres y trabajadores deben cancelar elevadas tasas impositivas y una élite corrupta ‒que representan de maravilla nuestra pareja ideal‒ atesora grandes cantidades de capital, producto del fraude, la evasión, el robo, la piratería financiera…
Para subrayar el nivel de la corrupción, con una falta absoluta de cualquier principio ético, Shakira y Piqué se muestran a sí mismos como filantrópicos, tienen fundaciones caritativas ‒para lavar su imagen de evasores‒ y son presentados por los gobiernos, entre ellos el colombiano, y sus medios de desinformación como ejemplos dignos de imitar para las nuevas generaciones, porque encarnan la imagen de juventud, belleza, éxito, fama que caracterizan al capitalismo realmente existente. Una de las principales características de este sistema es la desigualdad, que no es solamente una diferencia de rentas e ingresos entre ricos y pobres, sino algo que mata, porque mientras unos roban, evaden y atesoran en los paraísos fecales, la mayor parte de habitantes de la tierra sufren y mueren como resultado de la privatización y mercantilización de la salud, la educación, la cultura, el deporte…
Ese sistema, que se basa en la máxima de Bertolt Brecht “la comida para nosotros y la moral para vosotros”, se sustente en el engaño, la mentira y la simulación, disfrazados como libertad de mercado, éxito y triunfo de los más aptos. Al respecto, no sorprende que Shakira tenga un comportamiento despreciable como lo comenta una nota periodística: “En la sede de la Agencia Tributaria Shakira aportó gastos de luz, agua y televisión por cable de la casa de Nassau. Resultó que esos servicios los pagaba una empresa y no los consumía ella, sino los empleados que cuidaban la finca”.
En síntesis, una multimillonaria famosa y consentida miente, para ocultar que incurre conscientemente en el fraude fiscal, a costa de la vida y la salud de millones de seres humanos. No por casualidad el Waca Waca, canción oficial del Mundial de Sudáfrica de 2010, en el que comenzó el romance de la pareja ideal, dice en uno de sus versos “ahora vamos por todo”. Y lo han cumplido porque durante los doce años de idilio el verdadero amor de la pareja ha sido el billete, acrecentado por el fraude fiscal de los cónyuges con el que se han cobijado tan tiernamente.
Publicado en papel en El Colectivo No. 77, Medellín, agosto de 2022
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