■ El galardonado defiende el periodismo, sobre todo el escrito, como género literario ■ El exilio tiene un aspecto positivo: abrevar en otras culturas, indica el autor de Violín y otras cuestiones
El poeta argentino Juan Gelman vive días de intenso trasiego desde su llegada a España, donde este miércoles será galardonado en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares con el Premio Cervantes de las Letras 2007, el considerado Nobel de la literatura en español.
En su primera y única rueda de prensa, el escritor manifestó su definición de poesía: «Es un árbol sin hojas que da sombra».
Gelman, quien viaja acompañado de su familia, incluida su nieta «Andreíta o Macarena», a quien encontró en 2000 tras una larga búsqueda después de que la dictadura de las juntas militares se la «apropió» tras matar a su madre -nuera de Gelman- y a su padre -hijo del poeta.
En cuanto a la importancia que le da al reconocimiento del galardón, que en esta ocasión se resolvió tras una reñida votación con otros grandes escritores latinoamericanos, como José Emilio Pacheco, Nicanor Parra y Mario Benedetti, Gelman señaló que «este premio, como para cualquier escritor o poeta en lengua castellana, significa muchísimo. Es el más preciado de la lengua, tiene un nombre que convoca por sí solo montones de cosas en relación con la lengua, y es el más prestigiado de la literatura castellana».
Los rostros de la verdad
Juan Gelman, nacido en Buenos Aires en 1930, publicó su primer poemario en 1956, Violín y otras cuestiones, con el que inició una profunda vocación poética que se intensificó con hechos tan dramáticos como el asesinato de su hijo por los militares, la ruta del exilio y la persecución política.
Él mismo se tuvo que dedicar a diversas actividades, desde la traducción hasta el periodismo, para sobrevivir en las distintas urbes que le acogieron, desde Viena y Roma hasta la ciudad de México, donde actualmente reside.
Al ser cuestionado sobre la influencia de su labor como periodista en su obra literaria, Gelman señaló que «el periodismo y la poesía son desde luego dos géneros distintos. Al periodismo siempre lo considero un género literario, me refiero desde luego al escrito. En mi caso, el trabajo que más me gustó desde siempre fue el de cronista, el de salir a la calle, hacer entrevistas y de ese modo entrar en contacto con aspectos del lenguaje al que normalmente no tendría acceso.
«De modo que me ha enriquecido como persona. Y además creo que en general la poesía le ha dado al periodista una cierta visión sobre el mundo. Como decía un viejo periódico uruguayo de provincia, la verdad es la única diosa que los hombres no quieren ver desnuda. Además, la verdad tiene distintos rostros y no es fácil lidiar con ella. La verdad de la poesía es diferente de la verdad del periodismo, o del tipo de verdades que se cuentan con una o con otro.»
Gelman insistió en que su vocación poética surge de una «necesidad» permanente, y que en algunos momentos ha intentado «romper los límites de la lengua».
Lastres en Argentina
-Pero, ¿qué es la poesía?
-Si esa pregunta es simple mi oreja izquierda es el jardín zoológico. Nadie sabe qué es la poesía, se la distingue por aproximaciones. Un poeta dijo que era la forma de apremiar a Dios para que hable. Un poeta mexicano, José Emilio Pacheco, dijo que es la sombra de la memoria. Es decir, hay miles de definiciones, precisamente porque es absolutamente indefinible. Yo podría proponer una: la poesía es un árbol sin hojas que da sombra.
Gelman también habló de su mayor compromiso en la vida: «la poesía, pero yo prefiero a la poesía casada que a la comprometida. A la poesía casada con la poesía». Asimismo, justificó que en su literatura esté presente el doloroso pasado de su país y de su propia familia, porque «no quisiera que vuelva a ocurrir lo que ocurrió. Además, porque son heridas que cuando no se cierran gangrenan a la sociedad».
En cuanto a su condición de exiliado, el poeta argentino señaló que «es desde luego algo brutal. A nadie le gusta ser expulsado de su país, además yo fui exiliado en circunstancias muy trágicas para Argentina. Luego repensé el exilio y considero que también tiene un aspecto que puede ser enriquecedor, que es la actitud del exiliado, que sin romper sus raíces ni su preocupación por lo que está ocurriendo en su país, se va enriqueciendo de otras culturas».
En cuanto a la situación política y social de Argentina, que vive duros enfrentamientos entre el gobierno y los grupos ganaderos por el abastecimiento de la carne, Gelman explicó: «Lo que sucede en Argentina, más allá del tema de los derechos humanos, hay una herencia de los gobiernos menemistas y de De la Rúa muy pesada desde el punto de vista económico. Argentina llegó a índices de miseria nunca vistos, en un país que en 1910 era la octava potencia mundial y cuya producción agrícola puede alimentar a 360 millones de personas. Ahora se está produciendo un enfrentamiento con los grandes terratenientes de nuestro país, que han conseguido formar un frente amplio de la derecha con los pequeños productores, que desde luego enfrentan una serie de problemas que todavía no están resueltos».
Injusticia con Paz
Al ser cuestionado sobre la situación de crispación que se vive en México y que este enfrentamiento haya impedido que se rindiera homenaje a Octavio Paz en el Congreso por el décimo aniversario de su muerte, el Premio Cervantes 2007 señaló: «Si quiere que le diga la verdad, no me parece justo y no voy a insistir en este tema, porque yo soy extranjero en México, y en el artículo 33 de la Constitución mexicana se prohíbe a los extranjeros inmiscuirse en los asuntos internos del país.
«Pero no me parece justo y no sigo la respuesta por las razones que acabo de exponer.»