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En el cumpleaños de Luis Eduardo Aute

«La política ha muerto», Podemos y Carmena son «Giralunas» (soles disidentes)

Fuentes: Rebelión

Con ocasión del cumpleaños de Luis Eduardo Aute (13 de septiembre de 1943, Manila, Filipinas) vamos a recordar un hermoso texto suyo «El Giraluna» (1) neologismo recreado por nuestro aedo para referirse a «los disidentes», a «los antisistema», a los que no tiran la toalla y son capaces de ver la otra cara de las […]

Con ocasión del cumpleaños de Luis Eduardo Aute (13 de septiembre de 1943, Manila, Filipinas) vamos a recordar un hermoso texto suyo «El Giraluna» (1) neologismo recreado por nuestro aedo para referirse a «los disidentes», a «los antisistema», a los que no tiran la toalla y son capaces de ver la otra cara de las cosas, de indagar desde «la otra orilla». Pero, antes de incursionar en esa bella, valiente y provocativa narración del autor de «Al Alba» (que no debe ser leída por los castos ojos de «los y las vírgenes»), veamos un vídeo de «nuestro querido animal», grabado en junio de 2015 – catorce meses antes de que sufriera un infarto que le alejó de los escenarios (el 8 de agosto de 2016), en el que, desde su «siempre viva sabiduría», nos dice -con fundamento que abre el firmamento- que «la política ha muerto» (el dinero, a su juicio, es la apocalíptica bestia que se come todo, incluyendo las almas y las ideologías), y que Podemos y Manuela Carmena son un poco «Giralunas» (soles disidentes) porque no aceptan el orden establecido y no han sido sometidos por el Leviatán que se alimenta, insaciable, a todas horas, día y noche, de sangre y metal. 

Un fuerte abracadabrazo, Javier Cortines

 

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Comencemos con el video sobre «la muerte de la política», los «Giralunas», y otras cosas que apremia volver a escuchar de Aute, quien amó y ama a las mujeres hasta los tuétanos (de los huesos y el alma), y que siempre tuvo sus ojos muy abiertos para captar y penetrarse de la Belleza donde quiera que hiciese su epifanía en este planeta de destino incierto. Para ver entrevista pinchar en este enlace: «Aute, indómita disidencia».

«El giraluna»

Como todos sabéis nada existe en el universo sin su contrario, (bueno, casi todo) hasta dios tiene su contrario (que es el Papa) y ojo que he dicho su contrario, no su enemigo. El enemigo de dios es el demonio, pero su contrario es el Papa (o mejor El Vaticano). Pero hay una cosa que no tiene contrario o al menos no mucha gente lo conoce, que es el Girasol, nadie ha visto un Giraluna. Cuando trato de imaginar un Giraluna pienso que debe ser un Girasol disidente, un Girasol que tiene su propia personalidad y que no quiere hacer lo que hacen sus hermanos girasoles que, cuando cae la tarde, se empiezan a humillar todos muy obedientes, mientras él permanece, erguido, tieso, mirando hacia arriba, esperando tal vez que aparezca la Luna.

Todas las noches el Giraluna se despertaba cuando el resto de sus hermanos dormía, y se estiraba para poder ver a su querida Luna. Una noche la Luna salió en el cielo, llena, magnífica, y se dispuso a contemplar el mundo. Dirigió su vista hacia un grandioso campo de girasoles que dormían plácidamente, todos menos uno. A la Luna le extrañó ver a un Girasol despierto y entonces se acercó al campo de girasoles y allí estaba, erguido y tieso como siempre, El Giraluna. Sorprendida la Luna quiso posarse frente al extraño Girasol para verlo mejor y se colocó justo encima de él para sorpresa del Giraluna que, muy orgulloso, sonrió satisfecho de haber conseguido su objetivo: que la Luna brillara para él.

Entonces la Luna, sorprendida del tesón de aquel Girasol disidente y revolucionario, quiso hacerle dos regalos, el primero fue convertir a aquel Girasol en la flor más hermosa jamás vista sobre la faz de la Tierra, para ello cambió el color de su tallo verde en un blanco brillante, casi fluorescente. Sus pétalos se transformaron en un color gris perla llenos de brillo y su centro se tornó azul, un azul nunca visto hasta entonces. El segundo regalo que le hizo fue que, poco a poco, la Luna fue girando sobre sí misma, girando y girando hasta mostrar a nuestro Giraluna su cara oculta.

Desde aquel día cuando, por la tarde, el sol se acuesta a lo lejos, en la raya del horizonte, a los girasoles se les dobla la cabeza de tan cansados como están, de estar todo el día mirando y mirando al Sol. Y se duermen como plomos. Los Giralunas son algo muy diferente. Los Giralunas nacen solos y siempre son una sorpresa.

Hay muy poca gente en el mundo que haya podido ver, o escuchar a un Giraluna. Los Giralunas viven de noche y en secreto, cuando todo el mundo duerme. Ni siquiera los girasoles que crecen a su lado, y a esas horas duermen como troncos, se enteran.

Un día el Giraluna de nuestra historia le pidió a la Luna que le contara por qué había sido tan buena con él si él había obrado contra la naturaleza intrínseca de los girasoles. Entonces la Luna se acercó al oído del Giraluna y le dio tres razones:

– Por tener criterio propio.

– Porque tuviste fe.

– Porque nunca perdiste la curiosidad.

Nota

-1- «El Giraluna» es un libro con texto e ilustraciones de Luis Eduardo Aute. Fue publicado en 2011 por Ediciones la Galera. Incluye un CD con la canción «Giraluna».

Blog del autor: http://m.nilo-homerico.es/reciente-publicacion/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.