Durante la última etapa del franquismo y gran parte de la transición a la democracia, la influencia del marxismo en una parte de los economistas españoles, facilitó el desarrollo de marcos conceptuales muy ricos, donde la dimensión histórica adquiría un especial protagonismo. La progresiva hegemonía del neoliberalismo provocó una vuelta al pensamiento neoclásico o de […]
Durante la última etapa del franquismo y gran parte de la transición a la democracia, la influencia del marxismo en una parte de los economistas españoles, facilitó el desarrollo de marcos conceptuales muy ricos, donde la dimensión histórica adquiría un especial protagonismo. La progresiva hegemonía del neoliberalismo provocó una vuelta al pensamiento neoclásico o de esquemas positivistas, al que la izquierda intentó anteponer un tibio pensamiento institucionalista o enfoques derivados del posmodernismo, que desembocaron en un abandono del marxismo.
La crisis actual pone de relieve la insuficiencia de estos marcos teóricos para poder abordar con un mínimo rigor la realidad económica española actual en toda su dimensión, lo que reabre el debate de la recuperación de los enfoques marxistas o estructuralistas en el debate económico y social actual.
Los días 27 y 28 de este mes de noviembre, la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) organiza en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), las jornadas Historiografía, Marxismo y compromiso político en España. Del franquismo a la actualidad, en la que se reunirán más de un centenar de científicos sociales, y que contará con la participación en su clausura del prestigioso historiador Josep Fontana.
Con dicho encuentro se sientan las bases para la recuperación y actualización de los estudios e investigaciones realizados a finales de la década de los setenta y principio de los ochenta del siglo XX, verdadera época dorada en el debate económico español, y cuya relevancia se encuentra en ser los debates académicos que tenían lugar en el momento del tramo final de la lucha contra el franquismo, así como el inicio de la crisis de la década de los 70 y de la inserción plena de la economía española en la globalización a través de la entrada en la CEE (hoy UE), hechos sin los que no se podría entender la crisis actual en nuestro país.
Uno de los grandes temas de debate se centraba en la caracterización de la economía española. Como bien expone Albert Recio, en esos momentos se debatía en qué medida se trataba de una economía capitalista desarrollada o, por el contrario, era una economía que conservaba rasgos semifeudales, cuáles eran las fuerzas económicas más dinámicas y cuáles las más retrógadas. No se trataba de un mero debate retórico, tenía importantes connotaciones políticas. El tipo de evolución socio-política o las mismas propuestas de cambio dependían de una parte de esta evaluación.
Para unos, el régimen franquista representaba los intereses de una oligarquía retrógada, que frenaba las fuerzas productivas y que, por tanto, justificaba la formación de una amplia alianza interclasista que acabaría por derribarlo e implantaría un modelo económico de economía mixta a la europea. Para otros, en cambio, el franquismo representaba un modelo dictatorial compatible con la modernización y el crecimiento económico capitalista, una variante del modelo de capitalismo monopolista que, con mayor o menor radicalismo, dominaba en la mayor parte de economías capitalistas. Entre los partidarios de este análisis predominaban las posturas inscritas en proyectos políticos de orientación anticapitalista.
Este debate intelectual produjo una serie de trabajos orientados a analizar en qué consistía el capitalismo español, quiénes eran sus actores principales, cuáles eran sus mecanismos de poder. Algo que en la actualidad no existe, al predominar los estudios y debates sobre aspectos relacionados con la microeconomía o estudios de caso concretos y parciales, que restan profundidad conceptual y abandonan cualquier empeño de tomar nuestra realidad social desde su dimensión estructural. Esto repercute de manera negativa en la izquierda, la cual sufre una desconexión entre una propuesta política elevada (proceso constituyente) con un programa económico menor.
Es necesario que la izquierda tome el debate y la investigación en el campo de la economía, y lo sitúe a la altura de otros campos de las ciencias sociales. Es necesario partir de reconocer la imposibilidad de investigar las características del capitalismo español en nuestros días, sin hacer una profunda incursión en el campo de la historia de la formación de ese capitalismo y de cómo se ha gestado la dominación de las relaciones de producción capitalistas en nuestro país.
De este estudio se desprenden un continuo histórico que va desde el Antiguo Régimen al capitalismo contemporáneo, marcado por una «transición dependiente» hacia la construcción de un capitalismo periférico, verdadero proyecto central del bloque de poder formado por el capital extranjero y los sectores rentistas nacionales, que con sus variaciones y transformaciones, sigue vigente en nuestros días.
Quisiera dedicar este artículo al profesor Francisco Javier Braña, Catedrático de Economía por la USAL, que junto con otros académicos iniciaron una serie de investigaciones que son ahora recuperadas por una nueva generación de investigadores, que partimos de la necesidad de estudiar los principales problemas del desarrollo de la economía española desde una dimensión histórica y estructural.