M.H.: Quisiera conversar sobre la situación de Francia, se está tratando de implementar una reforma laboral que ha tenido un rechazo muy fuerte de más del 70% en las encuestas, pero sobre todo en la calle. Hubo una movilización importante de sectores estudiantiles y trabajadores. ¿Qué nos puede comentar al respecto? G.A.: Para comenzar hoy […]
M.H.: Quisiera conversar sobre la situación de Francia, se está tratando de implementar una reforma laboral que ha tenido un rechazo muy fuerte de más del 70% en las encuestas, pero sobre todo en la calle. Hubo una movilización importante de sectores estudiantiles y trabajadores. ¿Qué nos puede comentar al respecto?
G.A.: Para comenzar hoy (27.4) hay una huelga general ferroviaria que ha trastornado al país porque es un medio de transporte urbano. Pero desde finales de marzo hay movilizaciones de «noche en pie» enfrentando al poder y despiertos toda la noche discutiendo. Han tenido grandes manifestaciones, de un millón de personas, pero también más chicas y nunca ha cesado, continúan desde pequeños grupos de personas que se reúnen en una plaza, o miles de personas que se movilizan. Y no solamente rechazan la nueva ley que deja a libre albedrío de los patrones quitar los horarios, las condiciones de trabajo, incluso los salarios indirectos, sino también discuten la economía mundial, las perspectivas políticas. Son una minoría, pero es una minoría importante, porque es activa y tiene influencias. Sin embargo, no llega lamentablemente todavía a los suburbios donde están los sectores más pobres o marginales de la población que son los que serán más afectados por la ley, en particular los hijos de inmigrantes o la gente que no tiene papeles. No han podido movilizar esos sectores, porque el principal problema allí es acostarse temprano para ir a buscar trabajo a la mañana, ver cómo sobrevivir los días siguientes, están preocupados por encontrar trabajo, no por discutir la ley sobre el trabajo que no tienen. Hay una película muy buena «Mercí patrón» donde se muestra cómo funciona el capitalismo en una gran empresa, pero a un tipo que jamás ha tenido un patrón y que no está en una empresa no le interesa mucho.
Entonces, en los suburbios el movimiento cuenta con pequeños sectores que lo apoyan, por ejemplo, aquí en Marsella en los barrios marginales donde hay muchos inmigrantes árabes, es apoyado por las organizaciones de los inmigrantes, por los sindicatos, por los militantes de izquierda árabes, de la izquierda francesa, pero no encuentran el apoyo de la mayoría de la población, sí entre los estudiantes y, sobre todo, entre las clases medias ya relativamente afectadas, que tienen problemas pero todavía tienen trabajo y escuelas. En ese sector el apoyo es muy grande porque hay un repudio muy fuerte a las medidas reaccionarias de un gobierno cuyo ministro de Hacienda acaba de formar un partido de derecha.
M.H.: Estamos hablando de un índice de desempleo de un 10.5% que se duplica en el caso de la juventud. El dirigente de la izquierda socialista Gérard Filoche dijo que la reforma laboral es la más importante contrarrevolución en un siglo en Francia.
G.A.: Exactamente. Es un ataque absoluto contra la Constitución posterior a la liberación de Francia y del fin del nazismo y de un gobierno donde estaba como vicepresidente un comunista.
La liquidación de la Constitución, de los derechos de los trabajadores, de las leyes que aseguraban la estabilidad del empleo, es una amenaza gravísima a la jubilación y un ataque social que ha hecho que buena parte de las mujeres que habían conseguido empleo y participaban en la vida política por primera vez a partir del ´68, retrocedan y vuelvan al hogar para hacerse cargo de los viejos, de los enfermos, de los niños, etc. Ha conseguido un retroceso social brutal, un gobierno que se dice socialista, como es el de Hollande. Las próximas elecciones van a tener como resultado una apertura del camino para la derecha pura y simple.
M.H.: Este fin de semana Norbert Hofer, un xenófobo antiinmigrante, obtuvo en Austria el 35% de los votos y va a enfrentar en segunda vuelta al Partido Verde. La coalición de gobierno de socialistas y populares apenas sacó un 10%.
G.A.: Exactamente, porque los socialdemócratas a la cola de los socialcristianos que eran de derecha, activaron una política absolutamente de derecha, entonces para qué votar por ellos cuando se puede votar directamente por una derecha mucho más clara en todo lo que plantea, menos antiobrera, pero esencialmente antiinmigrante, racista, chauvinista, pero contra los austríacos no. Entonces, un sector de la clase obrera austríaca, sobre todo los sectores campesinos que antes votaban por los cristianos, pero también un sector de los trabajadores que votaban por los socialistas, votaron por la derecha y quedó el refugio de los verdes, que son liberales civilizados, no son solamente ecologistas, son proteccionistas de los derechos sociales, pero muy suaves. Yo espero que ganen los verdes.