En los últimos años hemos presenciado en directo vía redes sociales y diversos medios de comunicación el genocidio del pueblo palestino a manos del sionismo israelí con el apoyo del imperialismo estadounidense, y de las potencias occidentales que no renuncian a sus sueños neocolonizadores. Y más en los últimos meses, una vez decretado el llamado “Plan de Pacificación y Reconstrucción” ideado por Donald Trump con la anuencia de Benjamin Netanyahu, mismo que busca establecer y “justificar legalmente” el proceso colonizador y de ocupación que han desplegado a gran escala en el territorio palestino, siendo que ahora la narrativa sionista e imperialista intenta por todos los medios ocultar la verdad, distorsionar los hechos y silenciar a las voces críticas que denuncian el genocidio.
Es por eso que la obra que nos reúne, La heroica lucha del pueblo palestino (Universidad de El Salvador, 2025), de Mauricio A. Dardón Velázquez, tiene como primer mérito acércanos a una historia que no inició el 7 de octubre de 2023, sino que data de muchas décadas atrás con más de 78 años de resistencia de Palestina por existir haciendo frente a la política colonialista de Israel que, a través del sionismo como expresión radical nacionalista judía, impulsado por la burguesía, encontró en el imperialismo el elemento central para la propagación de sus ideales que, sin duda, siempre han estado de la mano con el gran capital.
Ahora bien, decíamos que esta historia no inició hace dos años, y por eso resulta de suma relevancia esta obra, ya que, en siete capítulos el autor nos presenta una interpretación documentada; primero sobre Palestina y sus orígenes, y desde el capítulo inicial nos ayuda a comprender que la historia que tenemos enfrente no se reduce a una cuestión regional ni a la disputa por ser o no herederos de una dinastía vinculada a cuestiones puramente religiosas, ni mucho menos a un tema de “terrorismo contra civilización” como Occidente y sus medios de comunicación han difundido durante todas estas décadas. Y no, no es una cuestión simple, es un recorrido que inicia con los primeros asentamientos palestinos hasta darnos un poco de luz sobre el actual territorio palestino y las acciones genocidas conocidas por todos, las cuales lamentablemente han sido apoyadas por tantos gobiernos cómplices de la mayor atrocidad del siglo XXI.
Únicamente para nombrar un antecedente, en la obra en cuestión, se señala que los primeros pobladores de Palestina, según la hipótesis con mayor reconocimiento, datan desde el periodo neolítico, lo que nos lleva a recorrer periodos históricos largos como planteara Fernand Braudel en su interpretación histórica, y que en ellos se observan la complejidad del desarrollo social en la región, pues de esos primeros pobladores a la actualidad debieron pasar, entre otros hechos; la pérdida de control de Egipto de la zona, las invasiones de tribus israelitas, la fundación del Reino de Israel y su división en dos grandes partes, el dominio cristiano con la expansión del Imperio Romano, la posterior conquista musulmana de Palestina y la conversión mayoritaria de la población al Islam, y después las cruzadas cristianas y la conquista turca. Esto, sólo para ejemplificar el devenir histórico del territorio, y lo que bien resume en cuestiones religiosas el autor al señalar que “Palestina ha sido un extraordinario enclave sagrado para tres de las religiones monoteístas más importantes del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islam”.
El segundo capítulo, es una aproximación al desarrollo de las comunidades judías, mostrando la génesis y formación de los hebreros, posibilitándonos conocer y comprender un poco más a detalle el proceso de expansión y desarrollo económico de las comunidades judías en la Europa Occidental y Oriental, teniendo en cuenta el papel que el comercio jugó para la acumulación de capital, y esto puede notarse cuando el autor señala que: “La emigración de grandes grupos judíos a Europa Oriental evidencia claramente su carácter económico y pone de manifiesto del desarrollo desigual capitalista entre la propia Europa Occidental y Oriental”. El desarrollo de Occidente trajo consigo el empobrecimiento de grandes sectores de la población, el desarrollo desigual inherente al capitalismo forzó, en cierta forma, la migración que se aceleró por parte de los judíos, sin que esto signifique un desplazamiento total y/o un abandono de Occidente por los grupos judíos, pero que sí propició el asentamiento judío en la Europa Oriental, lo que representa una emigración que forma parte del reacomodo capitalista que impacta en la vida material y genera condiciones objetivas que posteriormente van a ser determinantes para las poblaciones en cuestión. Además, en esa línea del tiempo histórico, estamos justo en el contexto de la ruptura paradigmática que significó la conquista y colonización de América, pues este hecho reconstituyó incluso la forma en que se interpretaba al ser humano, y desde luego originó una gran acumulación de capital para Occidente. De igual forma, como dato relevante, es de notarse que la emigración judía a la Europa Oriental va a dar lugar a grandes asentamientos en países como Polonia, lo que no es menor, ya que la condición económica de estos sectores poblacionales judíos y su rápido incremento en el número de judíos emigrados, va a ser una de las causas-excusas de las agresiones que sufrirán durante la Segunda Guerra Mundial a manos del régimen nazi de Adolfo Hitler. Aunque no podemos dejar de hacer notar, que esa agresión nazi se revertirá para convertirse en la práctica que hoy denunciamos del sionismo israelí contra el pueblo palestino; una ironía y tragedia histórica.
Al respecto, vale la pena citar al autor cuando señala que: “mientras que en Europa Occidental el judaísmo vivía un proceso total de integración, en Europa Oriental el judaísmo vivía una época de violencia creada por las condiciones económicas y por el antisemitismo”, y, de manera particular, “la creciente emigración de judíos, sobre todo después de la Primera Guerra Mundial, a países como Alemania, Francia, Bélgica y Austria, hace tambalear la situación de los judíos asimilados de estos países y termina por sentar las bases del violento antisemitismo nazi”. Aunado a esto, el autor nos ejemplifica el incremento del antisemitismo y el surgimiento del sionismo, ya que este último se nutre en muchos sentidos de ese sentimiento de rechazo y desplazamiento, el carácter ultranacionalista del sionismo está, también, en la reafirmación de una identidad que vinculada a la política y al interés económico genera posiciones radicales que hoy repercuten en el mundo, como ya hemos podido constatar estos últimos años.
El tercer capítulo resulta, a mi juicio, fundamental para comprender la situación actual. En él nos presenta el autor el papel y la repercusión que tendrá el mandato británico y cómo se irán asentando las bases para el principio de la colonización sionista de Palestina. Es un capitulo medular en la obra, partiendo de él podemos comprender la reconfiguración geopolítica que va a impactar directo sobre Palestina, y es que ya estamos en el pleno desarrollo capitalista en la Europa Occidental y, como ya hemos mencionado, las guerras mundiales serán justo la expresión de las contradicciones del sistema a escala global. La gran acumulación de capital despertará las ambiciones más bizarras y en ese proceso se observa cómo la burguesía judía asentada en naciones occidentales propicia la emigración de capas poblacionales judías a Palestina, mismas que van a ser un factor de suma relevancia al desplazar la mano de obra árabe, garantizando de esta forma para la mano de obra judía el trabajo y un lugar en la cadena productiva, mientras la proletarización de la misma avanza posicionándose como eje de la economía en la zona. Y en este proceso no debemos olvidar que el sionismo en su plan original ya establecía como un elemento indispensable para alcanzar su meta la migración masiva judía a Palestina, y es ahí donde tiene importancia ese desplazamiento de la mano de obra de árabes a judíos, lo que, además, va a fortalecer el establecimiento de asentamientos y colonias judías en territorio palestino. Nótese pues, que el desarrollo capitalista, particularmente el desarrollo de los monopolios en la fase imperialista, será una catapulta para el avance sionista.
En este mismo capítulo, se analiza la relevancia de la Declaración de Balfour (1917) y la manera en que va cambiando el tablero geopolítico en el Medio Oriente, donde los ingleses tienen las manos metidas de lleno, y sus intereses se mezclan con el deseo nacionalista de los países árabes con quienes establece acuerdos que no serán cumplidos en su totalidad, y que con la Declaración de Balfour las aspiraciones sionistas sintieron el respaldo de, al menos, dos de las potencias imperialistas mundiales, desplazando la esperanza de las naciones árabes. Ante estos hechos, la respuesta de las naciones árabes no se hizo esperar y la desconfianza en relación con los ingleses se fortaleció, ya que vieron cómo sus intereses eran reducidos frente al avance sionista, lo que dará lugar a la Declaración de los Siete Árabes de 1918.
El autor hace bien en esbozar la situación en Palestina durante las dos guerras mundiales, ya que, tanto en términos económicos como políticos, la repercusión será visible y muy importante, siendo en esa etapa cuando el colonialismo que hoy se reconfigura tomó forma e incluso encontró supuestas “bases legales”, y también es en esa época cuando las naciones fueron definiendo su posición ante Palestina, la cual en muchos casos perdura. Como sabemos, primero surgió la Sociedad de las Naciones y luego la Organización de las Naciones Unidas, y como hoy conocemos bien, hace unos días en el seno mismo de la ONU el colonialismo encontró validación, incluso de Rusia y China, naciones que se disputan el control geopolítico de las regiones con Estados Unidos y sus aliados, y claro que esta determinación está suscrita a esos acuerdos entre potencias que estiran y aflojan sus intereses para garantizarse espacios de intercambio económico y poder político.
Es de notarse cómo Palestina es desplazada o puesta en la primera fila históricamente según la disputa de intereses imperialistas, algo que no puede continuar así, si el concierto de las naciones busca la armonía global; aunque sabemos que estos tiempos son de todo menos de armonía y bienestar geopolítico. Es en ese contexto cuando se da la partición del territorio palestino en dos con la resolución de la ONU en 1947, con la finalidad de establecer dos estados, Israel y Palestina, lo cual sabemos que no se cumplió a cabalidad, y que es el origen de la Nakba que en los últimos tiempos ha sido revivida por el sionismo. Pero también, es en este periodo cuando la resistencia palestina se resignifica y adquiere matices mucho más destacados por sus acciones y su oposición al colonialismo sionista-imperialista.
El cuarto y quinto capítulo nos acercan más a lo que hoy acontece y ofrecen luz sobre cuestiones que, por la propaganda mediática sionista, no siempre se ven en la dimensión adecuada. Primero, en el cuarto capítulo, el autor no muestra el expansionismo sionista que, a partir de la división territorial acontecida en la ONU, el Estado de Israel desarrolla toda una estrategia de guerra, exterminio, genocidio, etnocidio, desplazamiento y terrorismo, es decir, se despierta la maquinaria de destrucción sionista que, hasta la fecha, justo en este preciso momento, asesina palestinos y desangra sin un ápice de humanismo toda la historia palestina. Aquí, el tema de los refugiados toma relevancia y se convierte en un conflicto al interior del conflicto mayor, y también en este capítulo podemos comprender cómo los Estados Unidos va tejiendo sus intereses en común con el sionismo israelí. En segundo término, el capítulo quinto nos posibilita entender la resistencia palestina social y armada, su fortalecimiento en un contexto global de disputa entre el capitalismo y el socialismo, y cómo se da el surgimiento de la Liga Árabe, y en consecuencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que, con el tiempo, tomará forma como representante legítima de Palestina. Asimismo, el quinto capítulo ofrece una relación de las organizaciones, frentes y movimientos que surgen como parte de la resistencia palestina, la cual no se reduce a Hamas ni a lo que la propaganda sionista quiere hacernos creer al tacharla de terrorista. Muy al contrario, estos apartados dan sentido a la búsqueda de liberación de Palestina de la ocupación sionista y nos explican la multiplicidad de frentes de lucha que ha tenido desde hace décadas el pueblo palestino.
Es en el sexto capítulo donde se analiza el camino de Palestina como un Estado Independiente, con la declaración del Estado Palestino del 15 de noviembre de 1988 realizada por la Organización para la Liberación de Palestina, después de un periodo de radicalización de las confrontaciones armadas. Los acuerdos de Oslo son también presentados por el autor, permitiéndonos notar la manera en que territorios como Cisjordania y la Franja de Gaza fueron parte de esos acuerdos, lo que hoy ha sido devastado por la invasión sionista en estos dos años de cruel belicosidad. Dos espacios cuyo simbolismo va más allá de acuerdos políticos y que han sido sometidos a la barbarie, y donde habría que sumar a Jerusalén.
Esta sección también ofrece información sobre una cuestión necesaria de comprender, el conflicto interpalestino que, de igual forma, en los últimos años ha sido significativo y cuyas repercusiones son importantes de revelar con el análisis adecuado, pues es impropio pensar en que Palestina es un todo unificado y que la resistencia responde siempre de manera unificada en su totalidad. Hay antagonismo que no pueden obviarse, sin que eso signifique que el discurso sionista sobre la resistencia es verdadero. En este apartado del libro, se estudia el establecimiento, el 29 de noviembre de 2012, de Palestina como Estado Observador en la ONU, y se avizora lo que hoy es una verdad clara, la forma en que Estados Unidos dejó de ser un interlocutor válido para las naciones árabes y se convirtió en aliado del sionismo, llegando al grado de ser hoy el principal inversor en la industria de muerte sionista y ser quien, en la actualidad, ha diseñado junto a Israel el inhumano plan para convertir a Palestina en un resort bañado de sangre.
El séptimo capítulo, un agregado a la primera edición, trata los acontecimientos recientes: el incremento del genocidio y los delitos de lesa humanidad. Detalla el rostro de los sionistas y su estrategia presente, reflexiona sobre los acontecimos de 2023, mismos que son usados para “justificar” el genocidio, y presenta un análisis sobre las repercusiones del genocidio para Israel, Palestina, Estados Unidos y la comunidad internacional, así como para la Unión Europea (UE). A la vez, el autor visibiliza la posición de México ante el genocidio, entre otros hechos geopolíticos.
La obra no concluye, pues el proceso histórico estudiado sigue su curso, pero sí presenta un primer balance de los intereses colonialistas e imperialistas, considerando que, a pesar del llamado cese al fuego, el sionismo israelí continúa con el asesinato sistemático de palestinos. Acá el autor ofrece su posicionamiento claro, dejando ver la complicidad de Occidente en el genocidio, la voracidad imperialista de los Estados Unidos y de las potencias europeas, la crueldad inhuman del sionismo, la necesidad de repensar algunos organismos internacionales por sus límites de acción ante situaciones como las analizadas, la relevancia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Penal Internacional (CPI) a la hora de esperar un poco de justicia ante el genocidio, y también visibiliza la perdida costosas para Estados Unidos de su pretendida superioridad moral y económica al ser el principal cómplice del mayor crimen del siglo XXI. Todo esto, en un contexto de cambios e intereses geopolíticos que llevan a las naciones a modificar, matizar o incrementar su apoyo a Israel, sobre todo por la creciente solidaridad internacional con Palestina, ya que los pueblos de muchos países del mundo han expresado su rechazo al inhumano accionar de los gobiernos de Netanyahu y Trump, y se han manifestado en las grandes urbes por la libertad de Palestina.
Finalmente, me resulta relevante citar el párrafo con el que concluye la obra, palabras del autor con las que concuerdo: “Al igual que los vietnamitas, los argelinos y la población negra en Sudáfrica, que lucharon durante decenios para sacudirse el yugo de sus opresores y al final triunfaron, el heroico pueblo palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental habrá de triunfar en contra del colonialismo sionista de Israel y de los afanes expansionistas e imperialistas de Trump, hasta alcanzar el establecimiento de su Estado libre, independiente y soberano en su propio territorio y patria”.
Para nosotros, Palestina existe como pueblo y nación, con historia y cultura, que ha sabido desarrollar una permanente resistencia, y hoy, como ayer, tiene el absoluto derecho inalienable de defenderse ante los ataques continuos del sionismo y el imperialismo. La resistencia palestina es justicia y es dignidad humana. Palestina es hoy el mayor ejemplo de humanidad en el mundo.
Nota: palabras leídas durante la presentación de La heroica lucha del pueblo palestino, obra de Mauricio A. Dardón Velázquez, (Universidad de El Salvador, 2025), realizada en el Centro de Estudios e Investigaciones Sociales y Culturales “Efraín Calderón Lara”, en la ciudad de Mérida, Yucatán, el viernes 28 de noviembre de 2025.
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