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Izkia Siches, primera mujer presidenta del Colegio Médico de Chile

«La salud está muy grave»

Fuentes: Rebelión

Izkia Siches Pastén (31 años), la primera mujer en presidir el Colegio Médico de Chile, nació en Arica y siendo una niña, su familia emigró a Santiago. Recientemente elegida presidenta del Colegio Médico obtuvo 6.197 votos, 53,1%, dando un golpe a la cátedra. La lista Colegio Médico Vamos por Más, cercana a la Nueva Mayoría […]

Izkia Siches Pastén (31 años), la primera mujer en presidir el Colegio Médico de Chile, nació en Arica y siendo una niña, su familia emigró a Santiago. Recientemente elegida presidenta del Colegio Médico obtuvo 6.197 votos, 53,1%, dando un golpe a la cátedra. La lista Colegio Médico Vamos por Más, cercana a la Nueva Mayoría -encabezada por Sergio Rojas y Lorenzo Naranjo-, logró 2.971 votos, 25%; mientras Fuerza Médica, de derecha -liderada por Pablo Araya y Jorge Tisné-, alcanzó 2.562 votos, 21,9%.

Izkia Siches fue presidenta del centro de estudiantes de Medicina Occidente de la Universidad de Chile, dirigenta de la Federación de Estudiantes (Fech), y miembro del Senado Universitario. Militó en las Juventudes Comunistas y hoy es independiente de Izquierda. Fue presidenta del Regional Santiago del Colegio Médico.

Izkia Siches quería trabajar en un hospital público y postuló al San Juan de Dios, donde trabaja hasta ahora. También atiende en el Consultorio Dr. Avendaño de Lo Prado. «Los últimos años he alternado entre la atención primaria y el nivel hospitalario. Eso me ha permitido conocer que en la atención primaria tenemos una deuda enorme», señala.

¿Participa del Frente Amplio como se ha dicho?

«No, y lo desmentí. A pesar que valoro los movimientos y fuerzas políticas que están apareciendo, en la elección del Colegio Médico nos respaldaron comunistas, democratacristianos, socialistas, gente de la Nueva Mayoría, del Frente Amplio e independientes. Atribuir nuestro triunfo al Frente Amplio, sería una mezquindad».

¿Cuál es su concepción del médico?

«Me gusta mucho un ‘médico social’, alguien que se involucra. Trabajo en Lo Prado, en un consultorio que atiende a Lo Prado, Pudahuel y Cerro Navia, población muy vulnerable. El consultorio tiene muchas limitaciones, y no involucrarse en los problemas sociales y de salud, es impensable. A Salud siempre le afectan todos los determinantes sociales: medioambiente, pobreza, desigualdad, transporte, etc. Entonces, ¡cómo no vamos a ser actores sociales! También me gusta lo del profesionalismo. Creo que sí hay que ser ñoño y saber mucho, quizás no el último paper , pero sí ser muy responsable en lo académico… Y el tema ético, cuestionarse la profesión, no dejarse influenciar por el mercado, ni la industria farmacéutica, las lucas; creo que el sector público es un ambiente más protegido».

¿Qué propuestas tiene la nueva directiva? ¿Por qué ganó su lista?

«Se sumó el contexto político nacional, el hastío, las instituciones en su peor momento. Hemos causado impacto en los medios porque soy joven, mujer, de Izquierda y porque logramos ganar con gran participación y respaldo. Algunos postulantes llevaban más de treinta años como dirigentes, y un porcentaje importante participó en la mesa directiva de los últimos seis años, con gran cuota de poder.

Nosotros no nos sentíamos representados por ellos. Fuimos organizándonos en torno a médicos como los residentes, jóvenes con quienes nos formamos en la atención primaria, generales de zona, los que estamos más insertos en la realidad social y que necesitábamos que el Colegio se la jugara por nuestros temas. Constituimos la lista Oxigenar el Colegio Médico. La idea fue incorporar nuevos dirigentes, sumar miradas y un rol más activo del ‘médico social’. Proponemos dotar no solo remuneracionalmente sino cualitativamente la carrera pública, para que sea un lugar de desarrollo profesional. Los médicos no se van del sector público solo por las lucas. A veces hay malas condiciones, frustraciones, te aburres de lidiar con la miseria y no poder solucionarla. Peleas con el administrador de turno para gestionar los recursos, y aunque a veces sale más barato gestionar con fondos públicos, se prefiere comprar servicios. ¡Esto no tiene ni pies ni cabeza! Se malgastan recursos y eso es frustrante cuando ocurre todos los días. Queremos una gestión más democrática. Que los médicos sean actores, que participen del debate. Sé que hay muchos médicos de derecha que están por la defensa y fortalecimiento del sector público, que entienden que en otros países es algo básico».

 

LA CRISIS DE LA SALUD

¿Qué problemas tiene el actual sistema de salud?

«Hay una brecha social muy grande, la vemos cotidianamente. Yo tengo que poner la cara a los pacientes para explicarles que su enfermedad no se puede tratar. Siento la crisis, y la vivo todos los días. Un gran porcentaje ve insatisfechas sus necesidades de salud. No tenemos la capacidad para dar respuesta a los beneficiarios de Fonasa.

En el Hospital San Juan de Dios y en la atención primaria, palpo la realidad. Nadie me va a contar cuentos. Me toca ver cómo se aplican las políticas públicas, quizás planificadas con la mejor intención pero que finalmente no funcionan. Para resolver los temas de salud, el país tiene que elaborar una respuesta social organizada.

Como Colegio Médico nuestra prioridad es fortalecer la salud pública y recuperar la ética de la profesión. Se necesita aumentar la capacidad hospitalaria y mejorar su gestión. Los contratos de concesiones son buenos para los privados pero muy malos para el Estado. Vemos en la TV el colapso de los servicios de urgencia, largas listas de espera, no cumplimiento de patologías GES y no GES, gente que necesita soluciones, como la decisión política de crecer como sector público con más camas hospitalarias, más centros de atención familiar y articular la red. Estamos bajo los estándares en cuanto a médicos y camas.

La población lo padece en los servicios de urgencia. No existe rotación, los niveles de ocupación de nuestros hospitales son altísimos, casi el 102%, o sea, hay sobredemanda. Eso hace que los pacientes tengan que esperar por una cama en los servicios de urgencia. Además, hay problemas estructurales, de recursos humanos, faltan pabellones y hospitales, existe una deuda gigantesca en tecnología. Se podrían hacer interconsultas virtuales, no tenemos ficha médica electrónica, no existe correlación en los exámenes desde la atención primaria al nivel terciario.

Los pacientes se adaptan a nuestro sistema de salud que es perverso. Faltan más recursos en la atención primaria y en cómo financiar hospitales. Obviamente, hay que crecer y disponer de más presupuesto, y también redistribuirlo mejor. Mejorar el engranaje entre la atención primaria y el nivel secundario y terciario. Se debiera fortalecer la atención primaria, pero siempre estamos al tres y al cuatro. Los doctores intentan curar un cáncer pero no previenen la obesidad.

Otro asunto es la modernización, cosas tan sencillas como la infraestructura, para que efectivamente la gente sienta que va a un lugar digno y de calidad, y que no tiene que gastar más plata en una consulta privada o en comprar fármacos».

Hay pacientes que mueren en lista de espera…

«No sé si es directa la causalidad. Pero no son necesarias las cifras para entender que sí hay mucho tiempo de espera, que hay gente que muere esperando porque no tiene dinero. Al decir que hay que desmenuzar las cifras no es que le quite valor al problema de fondo. Ese problema existe y nos tenemos que hacer cargo. Pero no se resuelve vía GES, tampoco en los titulares del diario, sino analizando el problema y transparentándolo. Cuando empiezan las pugnas gobierno-oposición, se pierde el tema de fondo, que es que no hay cómo hacer bien las cosas si la derecha no permite reformas. No sé cómo va a quedar conformado el próximo Parlamento, y si la derecha logrará comprender que más allá de las percepciones ideológicas en salud hay que reordenar algunos factores para responder a las necesidades de la población».

Los recursos se los llevan los privados…

«En nuestro programa está que las sociedades médicas hay que regularlas. Hay que hacer un plan para traspasar estos profesionales a la modalidad institucional, porque los médicos del sector público, haciendo la misma labor, reciben distintas remuneraciones. Muchos de los recursos que destina el Estado a salud pública van a los privados por la compra de servicios. Hay distorsiones en el sistema. Nos corresponde trabajar para hacer modificaciones que sean efectivas y se apliquen rápido. No podemos esperar cuatro años más, otro gobierno que postergue la reforma a las Isapres. Como en el sector público no pueden pagar honorarios por mucho tiempo, y no contratan, empujan a los médicos a crear sociedades. Como no les pueden pagar por horas, porque nadie va a trabajar por eso, se crean las famosas sociedades y se abre una caja de Pandora de la compra de servicios. Es como ir privatizando por dentro los hospitales.

En algún momento se dieron cuenta que con lo que se pagaba en un año por arrendar un escáner, por ejemplo, se podría comprar uno».

 

PARTICIPACION Y CAPACITACION

¿Cuál es su opinión sobre el aborto?

«Mi opinión ya no es relevante, porque mi rol ahora es de vocería. Intentaré representar ese cargo más que a mis posiciones, que las tengo muy claras. Existe división en los médicos sobre la despenalización del aborto. Nosotros debemos incentivar la participación, tanto estructural como hacia temas ciudadanos: qué opinamos sobre la marihuana y el alcohol, la ley de tabaco, el aborto, las concesiones. Ser sujetos más activos e involucrados con el Chile real».

¿Y sobre el Examen Unico Nacional de Conocimientos de Medicina, Eunacom?

«Mide los conocimientos de los médicos titulados en el extranjero. Sostengo que siempre hay que estar abierto a analizar el instrumento, no el concepto, porque es necesario. Comparto la idea de fiscalizar el test, para que ningún colega sienta que la prueba es una barrera de ingreso. Necesitamos a los médicos más capacitados. No hay que quedarse solo en el Eunacom, sino en una formación continua. Pero nadie se hace parte en seguir formando a estos médicos. Solo con esos conocimientos uno no hace mucho en la atención primaria. Hay desafíos asistenciales, pero muchos médicos no quieren trabajar en el sector público, y se entiende el Eunacom como una barrera. Se ha avanzado en eso, el Colegio entendió que la calidad era el tema de fondo. Los mecanismos siempre son analizables para que sean pertinentes, la administración del examen, todas esas son propuestas que salieron de nuestro Colegio. Los colegas formados en el extranjero son bienvenidos, tenemos el desafío de encontrar mecanismos que nos den transparencia para garantizar calidad, porque tampoco podemos poner a cualquier colega a atender si no tiene los conocimientos».

Publicado en «Punto Final», edición Nº 879, 7 de julio 2017.

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