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La situación de la educación en la actual crisis capitalista y la pandemia

Fuentes: Estudiantes por la Causa Popular

La pandemia del coronavirus y la pandemia del capitalismo han agudizado las crisis existentes en todos los aspectos de la vida de la clase trabajadora y el pueblo. El saldo que ha dejado este modelo de barbarie no es menor, precarización de la vida, sobreexplotación, saqueo de recursos naturales y enriquecimiento en favor de las potencias imperialistas es parte de la agenda que se ha instalado en la actual y prolongada crisis capitalista.

El terreno de la educación no ha sido la excepción de los escenarios de reconfiguración de esta crisis[1], cientos de millones de estudiantes en todo el globo no pudieron seguir estudiando telemáticamente, el factor común que unifica a las y los estudiantes que desertaron de los centros educativos tiene directa relación con las diferencias de clase, donde queda en evidencia que las y  los estudiantes ricos y acomodados siguieron sus aprendizajes con todas las necesidades de estudio garantizadas, mientras que las y los hijos de la clase trabajadora y el pueblo han tenido que afrontar el estudio telemático con precarias herramientas de acceso tecnológico y nulos espacios dentro de sus hogares destinados al estudio. Esta pandemia sólo dejo en evidencia la extrema diferencia entre la educación que reciben las y los ricos y la educación que recibimos el resto del pueblo desde siempre.

En países imperialistas el escenario de acceder a la educación telemática es abismantemente distinto a los países dominados por estas potencias, con bombo y platillo los países con capitalismos desarrollados se han jactado de tener las condiciones sanitarias[2] (distanciamiento social, reducción de estudiantes por salas, limpieza y desinfección, sofisticados equipos de medición de temperatura y CO2) para reabrir centros de estudios, también así ya han cubierto la implementación de tecnologías y servicios para realizar clases telemáticas.

Toda esta maquinaria de implementación de nuevos métodos de acceso educativo profundiza aún más las lógicas mercantiles de educación. Existe un patrocinio corporativo de transnacionales de la tecnología y las comunicaciones en la cruzada por retomar las clases, impartiendo clases telemáticas a través de empresas ligadas al imperialismo norteamericano como lo son Google, Microsoft, Zoom, Blackboard Collaboratte y tantas otras agencias que se han enriquecido ofreciendo servicios para subvertir las barreras que ha impuesto la crisis pandémica a través de los confinamientos y las cuarentenas.

Educación de mercado en Chile

El modelo educativo en Chile se encuentra cooptado por el proyecto de la burguesía, quienes han encontrado en la educación un terreno de negocios para seguir enriqueciendo sus bolsillos y profundizar su sistema de dominación y explotación. El mercado es el factor que condiciona el comportamiento de las instituciones educativas, por tanto, la formación educativa integral solo llegará a los sectores que tengan para pagar, marginando al estudiantado popular. Aquello se manifiesta por ejemplo en los puntajes obtenidos en pruebas como el SIMCE o PTU, donde las y los estudiantes de sectores acomodados, hijos e hijas de la burguesía, estarán por sobre los puntajes obtenidos por el estudiantado de colegios públicos, rurales y marginales.

Otro caso, tiene que ver con las formas en la que se materializa la educación de mercado a través de un complejo entramado de financiamiento que delimita la condición de quienes pueden pagar acceden a los mejores servicios educativos y quienes no pueden hacerlo acceden a las migajas que dejan los programas de subvención estatal a través de becas (la falsa gratuidad de la educación superior por ej.) y las escasas instituciones públicas que ofrecen educación gratuita.

Respecto al financiamiento de la educación es preciso mencionar que la subvención escolar mediante el sistema de vouchers, en donde se financia a los sostenedores (particulares subvencionados y Servicios Locales de Educación SLE) calculando el promedio de asistencia de las y los estudiantes. Bajo esta lógica los establecimientos compiten en pruebas estandarizadas para obtener más puntajes y con ello más matrículas. La estructura de financiamiento vía vouchers es miserable, como por ejemplo pudimos evidenciar durante este periodo de pandemia, al haber tenido un periodo tan corto de clases presenciales[3] y además atendiendo a un creciente aumento de la deserción escolar que repercutió de inmediato en una baja en los recursos de los establecimientos que son financiados bajo esta lógica.

La burguesía ha sabido sortear sus dificultades en el terreno de la educación como bien saben hacerlo las y los capitalistas; sacando el máximo provecho a la situación de dificultad, mercantilizando aún más las lógicas educativas, ampliando la cobertura estudiantil descaradamente, priorizando la labor de la educación telemática en vez de la presencialidad, justificando así el despido de millones de trabajadores y trabajadoras de la educación en el mundo que han sido reemplazados por plataformas virtuales.

En cuanto a la profundización de las lógicas desiguales en el terreno del acceso educativo, si ya teníamos una situación grave en términos de desigualdad previo a la pandemia, las clases telemáticas profundizan aún más esta situación. Los centros de estudio de menores recursos, además de no poder implementar todos los dispositivos para realizar clases online, poseen altas tasas de deserción estudiantil[4] y de inasistencia a clases a propósito de tener estudiantes que no tienen las condiciones mínimas para conectarse en sus hogares, entre otras.

En casos de estudiantes que pueden acceder a las clases, los aprendizajes han sido mínimos o nulos, pues tener habilidades de autoaprendizaje y espacios para el estudio en la educación que recibimos las y los pobres, es una realidad que no existe más que en algunos casos donde se resalta el espíritu tan deseado por las clases dominantes, donde se premia y resalta el mérito y resiliencia de estudiantes excepcionalmente destacados que contra viento y marea igualmente siguen conectándose a clases[5], pues claro, son pobres y además se sacan la mugre estudiando, convirtiéndose en íconos ejemplificativos para la burguesía en sus ideas de meritocracia y superación.

Y por si no fuera poco, reconocemos un gran sector del pueblo que vive en condiciones de extrema precariedad, invisibles para la sociedad por lo cual no son merecedores de educación, hablamos de tantas y tantos niños, adolescentes institucionalizados por el estado que literalmente son un foco de negocio en distintas y lamentables dimensiones.

Como estudiantes clasistas, debemos luchar sin cuartel por acabar con la mercantilización de la educación, impulsar el pliego de demandas de las y los estudiantes hijos de la clase trabajadora y en conjunto con las demás organizaciones del pueblo en lucha, enfrentar al capitalismo monopólico para terminar definitivamente con la sociedad de clases y construir una sociedad libre de explotación y opresión.

Es urgente convocar a otros y otras estudiantes combativos que se reconozcan como clase, unir fuerzas e instalar la necesidad de articulación clasista. La juventud popular tiene la responsabilidad de empujar los procesos de transformación, tiene las condiciones materiales para enfrentar la lucha y si esta es de manera colectiva, con conciencia de clase podrá ser aporte real para construir un nuevo orden, dejando atrás el viejo estado y edificando una sociedad donde se acabe la propiedad privada y toda forma de explotación y dominación.

¡A barrer con la educación de mercado!

¡A luchar por una educación al servicio de la clase trabajadora!



[1] 1200 millones de estudiantes dejaron de estudiar presencialmente en mayo de 2020, según la CEPAL en Latinoamérica 165 millones de estudiantes tuvieron que dejar de estudiar presencialmente: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45904/1/S2000510_es.pdf .

[2]https://www.france24.com/es/francia/20210317-francia-pol%C3%ADtica-apertura-colegios-pandemia-excepción

[3] Existen liceos donde se realizó una especulación proyectiva con la asistencia de los primeros días de marzo del 2020, para así bajo estos paupérrimos datos especulativos financiar el resto del año escolar.

[4] Hasta el año pasado en Chile existían más de 186 mil menores y jóvenes de entre 5 y 21 años que abandonaron el sistema escolar, y las cifras entregadas este lunes por el Ministerio de Educación reflejan que otros 39.498 niños y niñas no se matricularon en ningún establecimiento este año. Gob.cl – Artículo: Ministerio De Educación Entregó Detalles De Cifras De Deserción Escolar 2021 (www.gob.cl)

[5] Recordemos las noticias que admiraban a estudiantes que se subían a los árboles para acceder a internet: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-la-araucania/2021/03/23/sube-al-cerro-con-una-carpa-para-tener-senal-en-sus-clases-la-historia-de-yazunari-en-pitrufquen.shtml