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Entrevista a Guillermo Almeyra, La Jornada (México)

«La socialdemocracia alemana ha renegado de todo su pasado, incluso del reciente»

Fuentes: Rebelión

Mario Hernandez (MH): Nos adelantamos una semana porque los próximos miércoles 25 y 1º de enero vamos a enviar programas grabados por las festividades. Luego Ud. se va a México. Guillermo Almeyra (GA): A mediados de enero. MH: Pienso que nos va a traer muy buena información porque están pasando hechos muy graves en ese […]

Mario Hernandez (MH): Nos adelantamos una semana porque los próximos miércoles 25 y 1º de enero vamos a enviar programas grabados por las festividades. Luego Ud. se va a México.

Guillermo Almeyra (GA): A mediados de enero.

MH: Pienso que nos va a traer muy buena información porque están pasando hechos muy graves en ese país.

GA: Espantosos.

MH: Nada que ver con el México que Ud. conoció.

GA: Claro que no.

MH: Me interesaba retomar un tema que en su momento conversamos y si mal no recuerdo Ud. había puesto en duda la posibilidad de un acuerdo, de una coalición entre Angela Merkel (AM) y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), sin embargo, para el tercer período de gobierno de AM se ha formado una super-coalición de la que va a participar el SPD con 6 carteras, entre ellas la de Economía y Energía. ¿Qué pasó?

GA: Yo creía ingenuamente…

MH: Todavía le daba un crédito al SPD.

GA: Exactamente. Creí que todavía tenían un mínimo de lógica. La vez anterior que se habían unido con los Demócratas Cristianos y la derecha cristiana bávara les había ido como en la guerra. Posteriormente, habían perdido el electorado que los había castigado, una cantidad importante de electores. Creí que por lo menos el reflejo de conservación iba a predominar, pero resulta que la transformación ideológica de ese partido ha sido tremenda, al extremo que se ha ido de la Internacional Socialista, de la cual el SPD era uno de los fundadores, porque la consideran, aunque integrada entre otros por el Partido Sionista Socialista Mapam, demasiado izquierdista, entonces han formado una Internacional Liberal.

Ideológicamente hay muy poca diferencia, prácticamente ninguna, con la derecha. Han renegado de todo su pasado, incluso del reciente.

El hecho que se haya ido una parte de su ala izquierda, De Linke, los sindicalistas sobre todo, también ha influido en la falta de resistencia a la alianza con la Merkel que les ha dado algunos cargos realmente incineradores, por ejemplo, Trabajo. Han conseguido la promesa de un salario mínimo que en Alemania no existe, pero sabemos muy bien que aunque exista en casi todos los países, eso no impide en lo más mínimo ni la explotación ni la crisis para los trabajadores.

También se harán cargo de Energía donde probablemente tengan que producir nuevamente energía atómica porque no pueden depender del petróleo que no tienen y lo importan de Rusia o Azerbaiján, ni pueden sacar suficiente energía de las no renovables. Les han dado carteras que son secundarias y la Democracia Cristiana mantiene Finanzas que es la que decide sobre el sentido general de la economía.

MH: Allí continúa el mismo ministro que ha llevado adelante todas las reformas estructurales que están teniendo lugar en la eurozona.

GA: Es el verdugo de Grecia.

Bachelet tiene que preguntarse qué significa que el 58% no haya votado

MH: Donde no falló su pronóstico fue en cuanto a la 2ª vuelta en Chile ya que aumentó la abstención. De todos modos, me interesaba conocer su opinión sobre los que llamaría los tres pilares programáticos de la candidata ganadora: la reforma del sistema educativo, la nueva Constitución y la reforma impositiva.

GA: Este gobierno de Michele Bachelet (MB) va a ser un poco más radical que el anterior y más de ella que de los partidos que la apoyaron como sucedió en el anterior donde limitaban su accionar. Tiene un poco más de margen de maniobra.

Ella tiene que estar preguntándose, como todo el mundo en Chile, qué significa que la mayor parte del electorado no haya votado. El 58% no votó, quiere decir que MB que sacó el 63% representa solo al 30% de los chilenos. Son muchos más los que se abstuvieron que los votantes.

La derecha está hecha pedazos. Ya no tiene ninguna justificación para ser moderada, en cambio tiene que ver las movilizaciones que se van a producir y ya están anunciadas. Es probable que tenga que hacer una política un poco más radical que en su administración anterior.

Está muy contenida por la composición del Parlamento porque aunque tiene mayoría se ve obligada a negociar con la derecha que está sobre-representada. Para los cambios constitucionales necesita los 2/3 de los votos y el Partido Socialista con sus aliados no los tiene.

En esa negociación hay bastante margen para echarle agua al vino, hablando de Chile. La derecha va a conseguir algunas leyes más conservadoras. Del otro lado está incluso el Partido Comunista que es muy apto para luchar por reformas dentro del régimen y está desesperado por mantenerse dentro del gobierno y por aparecer en el próximo gabinete que se conocerá en enero.

Hay un margen para una diferenciación con los movimientos que querrán soluciones inmediatas y pesarán en la calle acompañados por estudiantes, obreros e indígenas que siguen en pie de lucha y el gobierno alegará un mandato que le permita obtener los 2/3.

En ese tire y afloje pueden salir algunas cosas. Una reforma de la educación por etapas, no exactamente la que piden los estudiantes, la universidad gratuita, laica y estatal, no en forma inmediata, pero puede haber un período de transición y una reforma tributaria muy discutida. Lo que será muy difícil es la reforma de la Constitución, quizás se puedan conseguir algunos cambios en la Ley electoral que deja afuera a la inmensa mayoría de los chilenos y no le conviene a nadie, por lo menos a más de la mitad de los ciudadanos. Ese será el tire y afloje permanente durante este gobierno.

La policía debe ser controlada por la comunidad

MH: En nuestra última comunicación quedó pendiente un análisis del motín policial en nuestro país.

GA: Creo que muchos de los que analizan posibles soluciones piensan en abstracto, por ejemplo, creen que la sindicalización de la policía podría evitar el tipo de policías como La Bonaerense, la neuquina o la salteña o las torturas en las penitenciarias, etc., etc.

La policía en Argentina, por razones históricas, no es la de Suecia o Suiza, que de todos modos son organismos de represión, pero dentro de una relación de fuerzas con la sociedad que las limita y contiene.

Existen sindicatos policiales en Italia y Francia. Por ejemplo, en Francia participa en represiones brutales, incluso con muertos a palos. El que entra en la policía no es un trabajador común, no se recluta simplemente entre los desocupados aunque hay muchos que optan por entrar porque les dan salarios más altos.

También es una construcción ideológica, un instrumento de represión que se recluta en los mismos medios que lo hace el narcotráfico. Uno mira las fuerzas de represión y su rotación en otros países, sobre todo en América Latina, y ve los lazos que existen con el narcotráfico.

El año pasado en México entre ejército y policía desertaron alrededor de 200.000. Son los que se pasan con armas y bagajes, especialmente los cuerpos especializados en la represión, al narcotráfico. Los Zetas en México son gente que se formó en la policía. Entonces, el problema es otro. No puede haber solo un cuerpo de represión bien pago y sindicalizado, como si fuera una corporación de trabajadores cualquiera, sino que hay que poner el acento en la relación entre quién ejerce la función y la sociedad.

En México, en algunos lugares, existen las llamadas policías comunitarias. En algunas zonas rurales eligen a los policías e incluso a sus jefes y los controlan. Los mismos vecinos les pagan el salario. Tiene que haber un control de parte de la comunidad para que no sean chupados de entrada por el narcotráfico y sean solamente instrumentos de represión del poder ejecutivo o estatal. Fuerzas de represión y nada más.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.