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Laicismo republicano

Fuentes: La Cabaña de Babeuf

Cuando se aborda el crispado problema que para nosotros los españoles supone la cuestión del laicismo, se echa de menos la pacificación a que han llegado otros ciudadanos de otros sitios: los alemanes, los ingleses, los de países nórdicos a pesar de los violentos y enfrentados antecedentes de la cuestión en la historia de todos […]

Cuando se aborda el crispado problema que para nosotros los españoles supone la cuestión del laicismo, se echa de menos la pacificación a que han llegado otros ciudadanos de otros sitios: los alemanes, los ingleses, los de países nórdicos a pesar de los violentos y enfrentados antecedentes de la cuestión en la historia de todos ellos. Incluso entre nuestros vecinos de Francia, la polémica del laicismo, caballo de batalla de toda la historia de su República ya no es sentido como una polemos, una polémica, un combate, sino como una problemática sin interés candente y con cierto sabor rancio. Allí, en lo que al enfrentamiento con la Iglesia católica se refiere, y sin perjuicio de otras versiones reaparecidas de la confrontación ( islamismo) , parece que se han hecho ciertos los deseos de Jean Jaurès:

«Ya es hora de que el gran, pero obsesivo problema de las relaciones entre Iglesia y Estado se resuelva por fin, con el fin de que la democracia , desembarazada de él, pueda dedicarse enteramente a la inmensa y difícil tarea de la reforma social y de la solidaridad humana que el proletariado exige».

Tratar el asunto sin tanta pasión sería envidiable. Asi, es de admirar el tono de fina ironía, de sentido común y hasta de cierto humor, con que se expresaba ya Spinoza en 1670, en su Tratado Teológico -político:

» Quizá alguien me pregunte ahora: si la potestad suprema manda algo contra la religión y la obediencia que hemos prometido a Dios mediante alianza expresa ¿ habremos de obedecer al precepto divino o al humano?. Solo diré brevemente que hay que obedecer a Dios por encima de todo cuando tenemos una revelación cierta e indubitable. Ahora bien, la experiencia muestra más que sobradamente que los hombres se equivocan muchísimo acerca de la religión y que parecen rivalizar en fabricar ficciones según el ingenio de cada uno. Está, pues, claro, que, si nadie estuviera obligado por derecho a obedecer a la potestad suprema en lo que cada uno cree pertenecer a la religión, el derecho de la ciudad dependería de la diversidad de juicios y sentimientos de cada uno. Nadie, en efecto, que estimara que ese derecho iba contra su fe y superstición, estaría obligado a acatarlo, y, con ese pretexto, todo el mundo podría permitírselo todo.»

Es por ello que ese ultimo texto lo erigimos como cabecera de esta reflexión para «hacer pensar» que es la función que tienen los frontispicios

Precisamente Spinoza ha pasado a formar parte (recientemente) del elenco de los pensadores republicanos. Cuando hablo de republicanismo, me refiero al pensamiento que a su vez ha sido redescubierto como la teoría y filosofía política más importante hasta el XX, eclipsada y suplantada por el pensamiento único que atribuye todo al liberalismo, y que ha vuelto a reaparecer pujantemente. Este republicanismo se forma y suscita en torno a los momentos mas agudos de emancipación de los pueblos y autogobiernos históricos: Las ciudades italianas del renacimiento, la Revolución inglesa de 1688, las luchas de las republicas de los países bajos en mitad del XVII, la Revolución Americana, la Revolución Francesa,,, siendo sus herederos los grades movimientos populares obreros del XIX, XX. Es a este republicanismo al que en este texto voy a referirme cuado hable de republicanismos.

Precisamente, además, Spinoza lo escribe en tiempos de los movimientos de emancipación y autogobierno republicanos de los países bajos ( Ian de Witt se cuenta entre sus amigos) lo que no es de extrañar porque este republicanismo no lo construían teóricos académicos sino que viene de la experiencia de una praxis de lucha política Asi es el republicanismo desde Maquiavelo, los levelles y diggers, De witt, Rousseau , Robespierre, Jefferson,… todos ellos hijos y herederos una raíz común : la de las practicas republicanas mediterráneas primeras: la politeia de Grecia y la republica de Roma

Este acervo de pensamiento constituye una oportunidad de revivificar a la izquierda (o «refundar») posibilitando que la izquierda cese de mantener una posición conservadora de anteriores conquistas para articular- gracias a él- nuevas formulaciones de los ideales igualitarios que la han constituido siempre y remediando al tiempo la penuria ideológica característica de su situación actual.

Al enlazase los términos laicismo y republicano, no puede evitarse incurrir en una doble incoherencia. Por una lado se esta suponiendo que hay laicismos que no son republicanos pues en caso contrario no seria precisa añadir el adjetivo. Pero o obstante y a su vez ese adjetivo es ocioso porque todos sentimos que laicismo es la señal de identidad, algo así como el DNI del republicanismo con lo que añadir republicano al sustantivo laicismo seria ocioso. (1).

Pues bien, efectivamente, decir laicismo republicano parecería ser una redundancia. Porque los dos términos están forzosamente adheridos uno al otro hasta el punto de que el laicismo es quizás el buque insignia de la praxis republicana histórica. Este emblema, se une al de la educación, el segundo termino característico de lo republicano, (ver Montesquieu) . De ello entonces resulta que educación publica y laica es casi la señal de identidad de los regimenes republicanos más característicos, liderados por la concepción del republicanismo democrático y radical francés. (Jules Ferry, Combe,….).

Es por esta razón por lo que la Republica ha sido históricamente la «bestia negra» de la Iglesia Católica, su enemigo a abatir mas peligroso. Contra las republicas, «a la francesa», es decir la que promovía la secularización de la educación publica , la que asimilaba dos conceptos: laicismo y educación, la religión católica ha movilizado sus mas potentes armas. Bien haciendo aparecer vírgenes portentosas y ,sobretodo , mensajeras de tesis políticas, a pastorcillos de Lourdes y Fatima en las respectivas republicas laicistas de Portugal y Francia, hasta otro instrumento- mas sangriento, dado que el primero resultó poco eficaz- promoviendo nacionalcatolicismos genocidas en la Republica Española.

No es de extrañar por que el núcleo de laicismo y de Republica es el mismo: Para ambos, la moral se genera en la ley que los humanos nos imponemos a nosotros mismos y de esta manera creamos el orden esencial moral y social. Para legitimar la norma y la ley no es preciso acudir a fundamentación heterónoma, ajena a nuestro gobierno autónomo a nuestras conductas y nuestras sociedades, no es preciso remitirse ni a autoridad ajena, ni a Dios, ni a sus portavoces, ni a autoridad alguna ni a la naturaleza, somos nosotros mismos autónomamente – por nuestra libertad y el uso publico y compartido nuestra razon- los creadores de nuestra humanidad moral. (2)
Rousseau, quien de manera mas apasionada y clara subraya esto, es el enemigo mas odiado de la Iglesia y de la religión, por ser el mas apasionado. Kant, es el más temido por ser el su formulador mas riguroso. Ambos cuentan entre los más conspicuos representantes del republicanismo.

¿Que es pues lo republicano: como se define el terreno por donde trascurre la via especifia y distinta , para que podamos hablar de laicismo republicano?

Libertad:
La teoría política y social republicana se ha distinguido de otras practicas y concepciones políticas, ante todo , por su concepción de la libertad; la libertad en política no es el goce de la vida privada ausente de interferencias de poderes públicos o del ejercicio del libre arbitrio cuyo único limite sea la libertad de los demás( libertad negativa o libertad liberal).. La libertad empieza donde comienza la de todos.

Ante todo, la republicana libertad es autogobierno. Somos libres obedeciendo a las leyes que nos damos todos porque de esta manea nos obedecemos a nosotros mismos. Las normas se generan en la ley que los humanos nos damos a nosotros mismos y de esa manera creamos el orden moral y colectivo esencial. Somos colegisladores – por el uso de nuestra razón y libertad- de la la ley el orden social .Obedeciendo a la ley nos obedecemos a nosotros mismos.

En segundo lugar, la libertad es ausencia de dominación de unos por otros. Las relaciones de dominación no se generan en el gobierno, si es republicano, es decir de todos, sino en todo ámbito done hay poderosos y desiguales.

Por lo tanto, son esenciales condiciones sine-qua non del funcionamiento de lo politico.- La radicalidad democrática de toda ley y de toda norma. No debe haber espacio donde se juegue nuestra vida y nuestra conducta que no sea dirigido y participado por todos. Todo debe de ser republicano: en la política, en la empresa, en la casa, en toda cosa, en todo caso. .- La obsesión por la necesaria igualdad material y real para evitar vínculos de dominación que se generan en la desigualdad y la riqueza, Los afortunados son siempre dañinos por el hecho de existir.

Otra forma de expresarlo es la distinción entre la libertad de los modernos,- la traída por el pensamiento y la praxis politica liberal -y la libertad de los antiguos, que sigue siendo reivindicada por los republicanos. . La libertad de los modernos ( B.Constant), consiste en aquella. Es el ejercicio libre, sin interferencias de nada colectivo en nuestro libre arbitrio. Las relaciones, entre individuos, se hacen como pactos libres: y se revuelven en relaciones privadas . La oferta y la demanda, o los contratos civiles y mercantiles, son el paradigma de la relación política y social. Por eso el ejercicio de la política es hacer la menor política posible: delegar la responsabilidad de gobierno en otros que sean debidamente controlados para que no intervengan en las relaciones privadas tal como resulten del juego económico y social. La ciudadanía se define como una posesión de propiedades, y derechos individuales cuya protección es la única función del gobierno.

La libertad de los antiguos supone por el contrario que la acción política forma parte de la ética y el compromiso político de crear entre todos nuestro mundo de normas es parte del desarrollo de la personalidad. El terreno y ambito propio donde se realiza lo humano es lo político. No se puede delegar esa responsabilidad. Hay que participar siempre en lo común .Quien no quiera participar en política debe resignarse a que otros decidan por el. Hay una necesaria apelación al civismo y al compromiso político, una apelación al ejercicio de la virtud publica. La libertad es ese ejercicio libre a traves del que configuramos las normas que nos damos. La libertad es por lo tanto la participación en lo político, no la acumulación de derechos y utilidades individuales.

Los «antiguos» de B. Constant , los republicanos, reprochan a la exigencia de libertad de los «modernos» , que cuando piden ser libres de la interferencia del Estado, lo que están pidiendo es que ser libres para disfrutar de la fuerza ,de la propiedad y de las riquezas. A cualquier precio, incluso el de la dominación y el olvido de los que no poseen ni fuerza, ni propiedad ni riquezas.

Los peligros mayores
para el republicanismo vendrían, por consiguiente:

1.- De la interferencia de los poderes privados
, en las relaciones individuales, de lo que resulta dominación de unos por otros y la interferencia de los intereses particulares en la definición de lo común, que hace la corrupción, es decir que prevalezca la ventaja o el poder del particular sobre la definición del bien común llevada a cabo por todos.

2.- De la dominación de los poderosos sobre los débiles.
El estado, la Republica no es el problema sino parte de la solución. Su intervención tiene como finalidad asegurar la separación de los amitos público y privado de manera que en el ámbito privado no se produzca dominio de unos sobre otros y en el ámbito de lo público el poder sea expresión de la decisión de todos, de la voluntad general.

3.-De la abstención de los ciudadanos.
La democracia, la Republica, es un régimen que depende de la responsabilidad política de la ciudadanía. La política no es la actividad consistente en reclamar y dirigirse a instancias superiores, técnicas y ajenas a nosotros para que satisfagan nuestros derechos y necesidades, sino que la activad política somos nosotros mismos. La política no es la actividad de usuarios y de consumidores de derechos y beneficios sino participantes celosos de la igualdad, obsesionados por la ausencia de dominación y dispuestos a crear un orden social igual y justo.

4.- De la falta radicalidad democrática.
Donde la democracia se limita a voto y urna y mera representatividad delegativa, no existe republica sino monarquía de elegidos

Vemos que el republicanismo se opondría al liberalismo político en gran parte de sus frentes. El lema «más sociedad y menos Estado» es el que mejor resume la posición liberal. En efecto, el Estado es el problema, su actuación debe ser lo mas limitada posible y su control es la labor política esencial. Su abstención en las relaciones privadas, económicas sustancialmente, es esencial. Incluso la práctica política debe seguir el esquema práctica privada: contratos entre partes, intereses contrapuestos. Solo existirían individuos aislados, nunca bien común, lo ciudadanos no deben tener mas virtud que la de ser celosos de sus derechos, intereses, provechos y libertades particulares. La expresión es lucro, beneficio, derecho y provecho.

La formulación republicana no se aviene fácilmente con este esquema en que todo se expresa en el lenguaje de los derechos individuales como si feran propiedades y nada en el lenguaje del deber y del bien común. 
Por decirlo con palabras de Winstanley:

La monarquía se puede ejercer de dos maneras, por el gobierno de un rey o por el gobierno de los principios monárquicos.
Donde haya opresión de unos por otos o hay gobierno de la republica sino de un rey. Hacer trabajar a otros para uno solo s lo propio de os reyes El principio de la monarquía es la dominación y la desigualdad económica que la genera.)

Pasamos ahora del adjetivo al sustantivo. Hemos hablado de republicano hablemos ahora de laicismo. Hemos hablado del terreno por donde puede discurrir los caminos, hablemos ahora de los caminos. Porque efectivamente, esos terrenos diferentes dan lugar a caminos diferentes. Esencial mente yo distinguiría dos caminos, o dos formas enfoque del laicismo. Yo los llamaría, el enfoque republicano y el enfoque liberal. O el laicismo republicano y el laicismo liberal.

Para ilustrarlo mejor los llamaría respectivamente, al primero, el propio de Kant y al segundo el propio de Voltaire. El de Kant se basa en la noción de libertad como autonomía. El de Voltaire en la noción de libertad subjetiva.

Situémonos en el laicismo desde lo que estoy llamando enfoque Voltaire, o enfoque liberal, En este caso, en la libertad subjetiva, la voluntad se ve limitada por máximas personales, digamos que por cualquiera de las motivaciones racionales que pueden tener lugar circunstancialmente en una persona concreta. En este caso el acto de libertad aparece como una parte de la conciencia de un sujeto singular. Es el laicismo fundamentado o que tiene su eje de gravedad en la libertad de conciencia.

Situémonos desde de lo que estoy llamando enfoque Kant, o enfoque republicano En este caso, en la libertad como autonomía, la voluntad se ve limitada por máximas universales, o que superan el test de universalización. El test de universalización es una de las formulaciones del imperativo categórico de Kant: «Haz de manera que tu norma de conducta, que la máxima de tu voluntad , pueda ser erigida como norma de conducta para todos».

En este caso, la voluntad y la libertad de una persona tienen que contar con la libertad y la voluntad de los otros. Tiene que concebir una comunidad moral y autolegisladora de individuos libres. En ese caso el eje del laicismo es la autonomía como autogobierno. Ese autogobierno no puede alcanzarse individualmente. El peor enemigo de ese laicismo no seria el que me impida el libre juego de mi voluntad y mi arbitrio, mi libertad de conciencia, sino aquel que trate de imponerse a todos con la pretensión de ser la única ley, el que trate de atribuirse la definición de lo que es el interés general y el bien común.

La definición de laicismo republicano es una oposición a todo aquello que pretenda imponer su propia concepción del bien común por la fuerza no sometiéndose al criterio de lo convenido, deliberado por todos los participantes en discursos racionales. Una oposición a todo el que pretenda legitimar ese poder en un poder heterónomo que procede de otro sitio que no somos nosotros mismos democrática y republicanamente asociados.

La definición de lo que sea justo y bueno en el laicismo de la libertad subjetiva de conciencia corresponde a una conciencia prístina y tener esta cualidad es la condición de su legitimidad..- La definición de lo que sea justo y bueno en un laicismo republicano corresponde a lo convenido entre todos. Por lo tanto la democracia radical y la ausencia de dominación de unos por otros es la condición de la legitimidad del laicismo republicano.

Los enemigos del laicismo republicano serían quienes traten de imponerse con la pretensión de ser la unica ley y verdad incuestionable. Quienes traten de atribuirse exclusivamente la definición de bien común e interés general. Quienes quieran adaptar la ley y la norma a su dogma.

El protagonista del laicismo como libertad subjetiva de conciencia es el sabio, el técnico,.- El protagonista típico del laicismo como autogobierno es el demócrata. Esquemáticamente podríamos decir que la legitimación del adversario del laicismo se contiene en la afirmación de Benedicto XVI: «el hombre no puede decidir lo que es bueno y justo y lo que no lo es». El laicismo liberal replicaría: «Yo, en uso de mi conciencia y razón, decido lo que es justo y bueno». El laicismo republicano replica: «Es justo y bueno, aquello que es convenido por todos cuando ha sido acordado en condiciones de igualdad». En todo caso, el laicismo republicano no apela ni a dogmas que trasciendan, ni a «razón» que fundamenta, sino a «razones» que legitiman. No pretende tener razón sino dar razones.

Vemos en definitiva, que la contraposición de una y otra visión del laicismo se corresponde con la contraposición de las visiones de libertad negativa liberal o libertad positiva de los republicanos. Aquella consistía en dejar una esfera personal de no intervención de lo publico (mi conciencia), ésta es crear las condiciones políticas y económicas de no dominación y que nadie pretenda imponer su sola concepción de lo que es el bien común y el interés general y acepte el riesgo dela legitimación o deslegitimación de su poder por la voluntad general.
Podemos ver que en el laicismo de libertad de conciencia , el de Voltaire, el de las libertades subjetivas, es compatible y se puede imaginar perfectamente con que algunas personas sean libres y otras no , o unas disfruten de mayor libertad que otras. En el de laicismo como autogobierno , no puede alcanzarse individualmente. En aquel mi libertad termina cuando empieza la del oro. En éste, mi libertad comienza cuando comienza la de los demás. (3)

En el laicismo tipo Voltaire, el de la libertad de conciencia, el liberal, el camino es el de las soluciones biográficas a problemas sistémicos. En el laicismo republicano, la solución debe ser siempre sistémica y eso resuelve el problema biográfico y personal. En el laicismo republicano la solución apela a las vías políticas. En el laicismo liberal a las vías personales. Para el republicanismo, el laicismo no es un subproducto de la tolerancia y de la libertad individual sino es un acto político.

Es por esto que veo corto los vuelos del laicismo apelante meramente a la libertad de conciencia y del libre pensamiento. Porque puede llevar a callejones sin salida de la respuesta descarada de un fiel seguidor de una iglesia que apelar también a esa libertad de conciencia ,tan legítimamente como el laico, para oponerse alo que acordamos democráticamente entre todos. Es la objeción de conciencia del farmacéutico que niega la dispensación de condones, del medico de la seguridad social que rehúsa una operación legal de interrupción del embarazo, del de la familia que no quiere que sus hijos reciban la asignatura de educación para la ciudadanía en colegio publico. Es el callejón sin salida a que lleva el objetor de conciencia que obliga a sus hijas a llevar el burka al colegio,etc,etc

En efecto, cuando el laicismo no es una lucha por la autonomía, que exige una libertad universal , cuando no es un laicismo republicano que exige que nadie este bajo la dominación de otro, pueden darse objeciones de conciencia que recuerden la dominación de la mujer por el hombre, por ejemplo, la libertad subjetiva, y libremente aceptada , de llevar burka o de somterse a mutilaciones sexuales.

CONCLUSION : CONSECUENCIAS EN LA PRAXIS POLITICA

Lo que se ha expuesto no es de ninguna manera irrelevante ni un juego ocioso académico, como no lo es la diferencia entre la concepción republicana y la liberal de la construcción de una sociedad justa.

La primera consecuencia es: Que el Estado republicano laico, no puede limitarse a abstenerse de intervención en las esferas «domesticas», como pedirían los liberales, No puede limitarse a una neutralidad concebida como abstención sino que debe de ser activo y disputar con éxito y atacar a todo aquel que amenace el inalienable derecho de todos a definir republicanamente el interés general y la utilidad publica. El laicismo no es un subproducto de la tolerancia sino que es un acto político. Y si es necesario, destruir la raíz económica, social, cultural o domestica de aquellos poderes privados que pretendan que solo ellos la definen. Cuando los republicanos decimos Estado neutral, no queremos decir solamente estado aconfesional estamos diciendo estado activo, que no olvida su obligación republicana de intervenir frente a poderes privados y dominios particulares.

«Cromwell luchaba por la neutralidad del Estado cuando hizo que sus ironsides estabularan los caballos en las catedrales inglesas, la I Republica Francesa luchaba por la neutralidad del Estado cuando desamortizó los bienes de la Iglesia galicana, la Republica helvética luchaba por la neutralidad del Estado cuando expulsó a perpetuidad a los jesuitas en 1848, Juárez luchaba por la neutralidad de la incipiente Republica mejicana mejicana cuando expropio los bienes de la Iglesia , la I Republica española y la II francesa cuando expulsaron a los jesuitas en el ultimo tercio el XIX»(4)

La segunda consecuencia es la que podría llamarse : laicismo mas allá del laicismo y de lo eclesiástico: Puesto que el laicismo republicano no es el de la abstención neutra del Estado, puesto que no es de la simple libertad negativa de conciencia sino que se define como la acción colectiva para impedir que nadie , ningún poder domine sobre otro y que lo que sea el bien común , es lo que deben determinar todos republicanamente agrupados ….este laicismo no solo habla de Iglesias, sino que habla también de lucha contra los poderes que tratan de imponer una heteronimia ajena a lo convenido por nosotros mismos. Son los poderes que Roosevelt llamaba los «monarcas económicos» o Robespierre la «aristocracia de la riqueza». 

A este respecto quiero recordar una genialidad de Polanyi, el gran pensador del origen del capitalismo, cuando dice que el capitalismo liberal erigió la ideología del libre mercado, de su eficacia y de la optimización de recursos que de el provenían, con la misma fuerza de la trascendencia que si fuera un dogma religioso., sin ningún otro apoyo racional, empírico o científico razonable. Identificó asi la amenaza del mercado a la amenaza religiosa.

El laicismo así concebido es de la mayor actualidad. Porque a todos nos esta viniendo al pensamiento la amenaza que a la autonomía de las personas supone ese clero e iglesia tan poderosos el capitalismo financiero y sus lacayos. El laicismo republicano va entonces mas allá que el de la confrontación a las pretensiones de las iglesias y de los fundamentalismos religiosos. Esto se hace particularmente patente cuando observamos que en nuestro mundo solo 21 paises tienen un PIB mayor que el de las 21 primeras multinacionales privadas.
Por eso ese enfrentamiento con certezas religiosas institucionalizadas debe ir no solamente hacia ellas sino más allá, con la pregunta: ¿Como podrán sobrevivir democráticamente los Estados ante el desafío de unos poderes privados transnacionales enormes y dispuestos a disputar a cualquier Estado y a cualquier ciudadanía el derecho a definir democráticamente lo que es el bien público, la república?

Por eso ahora más que nunca, los republicanos debemos reivindicar que Laicismo, viene de la palabra griega laos.: el pueblo. El laicismo es entonces, la voluntad popular, la voluntad general, la Republica.

Notas:

(1).- Existen otros laicismos. Si. Pero ante todo quisiera salir al paso de distinguirlos todos ellos de otros, que NO SON verdaderos laicismos aunque se trata de hacerlos pasar por esta calidad. Me refiero a las posiciones que se suelen designar con LAICO Y LAICIDAD, en sus diferentes expresiones: somos laicos, reivindicamos lo laico, plataforma laica, política laica, ateneo laico, o bien plataforma de laicidad, observatorio e laicidad, etc, etc. Ya se que voy a ser polémico en esto, Mis excusas.En cualquier caso no quiero hacer de esto batalla polémica y lo digo como de pasada. Pero si alguien quiere hacer bandera de ello. Yo en ella.

Laico, en rigor es todo aquello que no es religioso. Personas laicas son las no consagradas a oficios divinos, (los seglares), por oposición a personas sagradas son las que han recibido esa condición ( el clero). Cosas laicas son las no dedicadas a los oficios religioso (una mesa, un vaso,), por oposición a cosas sagradas ( el altar, el cáliz). Esos términos no son sino expresiones estáticas de lo que es Por lo tanto se puede ser laico sin ser en absoluto laicista. Puede existir un laico , seglar partidario de la teocracia, y un cura, no laico, progresista y laicista que crea que no es en los dictados de un dios o de una iglesia donde se genera la ley y la norma que debemos seguir los humanos en nuestra visa colectiva sino que el orden social y político esencial lo creamos los humanos mismos de manera autónoma. En este sentido decir ateneo laico o plataforma laica es una redundancia porque cualquier ateneo o cualquier plataforma es laica salvo si la plataforma o el ateneo es un pulpito.

Laicidad tampoco es expresivo de lo que hablamos y no es laicismo. La laicidad es la cualidad que tiene lo laico. Este termino es muy del agrado de la Ilesia . En efecto, de la misma manea que la iglesia prefiere decir feminidad a feminismo, es preferible ser partidario de una laicidad que del laicismo. Feminidad deriva de una presunta naturaleza o condición femenina, (y ya sabemos para los que asi lo quieren distinguir, lo que significa: se atribuiría la feminidad a cualidades tales como la modestia, el cudiado de los niños, la maternidad, la coquetería,……lejos del peligroso feminismo. En igual posición se sitúa la laicidad con respecto al laicismo.
Quedémonos por lo tanto con laicismo, lamentando que esta posición sea critica con iniciativas que toman otro nombre: plataforma laica, observatorio de la laicidad.

(Me atrevería a decir, pero esto sería objeto de otro debate, que el laicismo es forzosamente anticlericalismo y que mas cerca del verdadero laicismo está el ser anticlerical incluso a la manera de sal gruesa como ha sido la vieja usanza, que el ser laico u observar la laicidad).

(2).- «Decir Republica cristiana es una contradicción en los términos. Cada una de estas palabras excluye la otra. El cristianismo no predica sino servidumbre y dependencia. Su espíritu es demasiado favorable a la tiranía para que no saque provecho de ello. Los verdaderos cristianos están hechos para ser esclavos. Lo saben y no les conmueve lo mas mínimo. Esta breve vida cobra un precio demasiado elevado a sus ojos»-J.J. Rousseau » El contrato Social»

(3).- No es inocentemente que he `puesto al campeón de la libertad de conciencia Voltaire, como ejemplo ilustrativo. Porque el campeón de esa tolerancia Voltaire no tenia escrúpulos en llevar una enriqueciad vida de especulador y de trafico de armas y replicar a Rousseau que «se fuese a vivir con los hotentotes» si quería que la riqueza fuese repartida con igualdad en la sociedad moderna porque en ella ya la propiedad estaba distribuida y no iba a haber cambios, o «eres ni esclavo o trabajas para mi mueres de hambre», argumenta Voltaire.

(4) Antoni Domenech en » Republicanismo y Democracia» comp.. Miño y Davila 2005

Fuente: http://republicadelosiguales.blogspot.com.es/2012/06/laicismo-republicano.html#more