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Las luchas del pueblo

Fuentes: La Discusión de Chillan

La ténica de control de masas utilizadas por los medios de comunicación social neoliberales, prefiere huir de los contextos, de las líneas de la historia y se concentra, con evidente exageración, en el cosismo temático, que les permite «discutir» cada día un nuevo tema, impidiendo ver el fondo, las formas y demorando de ese modo, […]

La ténica de control de masas utilizadas por los medios de comunicación social neoliberales, prefiere huir de los contextos, de las líneas de la historia y se concentra, con evidente exageración, en el cosismo temático, que les permite «discutir» cada día un nuevo tema, impidiendo ver el fondo, las formas y demorando de ese modo, el «darse cuenta» colectivo..

El inicio del neoliberal en el Chile del 73 puede entrar en una fase conclusiva, en el Chile del 2005, con nuevos actores sociales y nuevas formas de organización y participación…

El neoliberalismo se define a favor de la especulación de la industria financiera, por la acumulación de riqueza y poder, por su desprecio a la calidad del medio ambiente. Con ello hace día a día más inestable los «ordenes sociales internos» de gobernabilidad y estabilidad en que basa su existencia.

Como ha caracterizado a los ciclos absolutistas y de fuerza, hacen grandes inversiones en infraestructura, las que no logran superar los efectos de la distribución de la riqueza ni asegurar un «largo plazo» de estabilidad social; la generación de exclusión e injusticia siempre termina por fortalecer a los movimientos sociales desde su debilidad objetiva hacia nuevos y más potentes protagonismos. Se les derrota, pero no se les vence.

América Latina tiene nuevos actores sociales, como es el caso de los «piqueteros» en Argentina, se suman en muchos de nuestros países nuevas agrupaciones de jóvenes, incluso con formación profesional, que buscan legítimamente los modos de «abrir una ventana» al cielo neoliberal que los margina, en esa línea se encuentran al mismo tiempo, los movimientos de los pueblos originarios, haciendo posible incluso la modificación actual de nuestras fronteras.

El proceso de creciente proletarización de los llamados «sectores medios» es otro fenómeno que se suma, para potenciar el tiempo de lo que viene.

Vivimos tiempos de una fuerte movilización social, distinta a las formas antiguas y que prefiere más la lucha directa y concreta para lograr sus objetivos, como ha sucedido en Bolivia, Argentina, Ecuador y empieza a tomar sus formas en Chile.

El modelo se mueve del absolutismo, al militarismo activo,usando para ello las «banderas de la lucha» contra la «delincuencia», el «terrorismo» y el «narcotráfico», como si ellos fuesen efectos ajenos a su propia responsabilidad.

Los capitalistas criollos temen a las grandes transnacionales, buscan ahora el apoyo ciudadano para defender sus intereses, se sienten curiosamente unidos al mismo pueblo que han ninguneado y excluido.

Pero prefieren la línea de comunicación indirecta, no tienen valor para expresar temores ni fuerza para invitar a los trabajadores del campo y la ciudad a crear una nueva relación y un nuevo trato, insisten en esconder la realidad en temas menores, que distraen, que dificultan el darse cuenta de la comunidad en su conjunto.

Las elecciones en Chile, país en dónde se inició el proceso neoliberal en América Latina, ofrece un espectáculo penoso, sin argumentaciones de fondo, olvidando deliberadamente la historia, marginando la verdad y tratando con imprudencia la inteligencia del pueblo.

Hace falta un nuevo referente, que permita ver a la derecha en sus tres opciones,dos de propietarios: Lavín y Piñera;una de mera administración, la Concertación con Bachelet; y dejar que la historia que viene de cuenta de las nuevas formas de organización y acción de las luchas del pueblo.