Recomiendo:
1

Entrevista con Alberto Acosta

«Las posibilidades de sobrevivencia del vandalismo neoliberal en Ecuador se agotan»

Fuentes: Vía conectados

«La situación de los sectores populares, particularmente en el campo, es cada vez más deplorable. Y de una lectura de estas condiciones y contradicciones se puede inferir las múltiples y justificadas razones para la movilización indígena-popular,» señala Alberto Acosta

La situación en Ecuador esta cada día mas tensa, represión creciente, masivo despliegue militar en las calles, corte de caminos, desabastecimiento, 5 muertos, cientos de heridos y detenidos, varios desaparecidos, son algunos de los hechos que enmarcan las protestas de la Movilización Nacional convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), con el respaldo de decenas de organizaciones populares del campo y de la ciudad. Esta presión popular forzó al gobierno, a los 15 de las protestas, a sentarse a conversar como un primer paso para el diálogo.

Los planteamientos de solución propuestos por la CONAIE sintetizan el objetivo a lograr. Así, el listado de las diez demandas presentadas son centrales en este momento político, en tanto abordan cuestiones medulares. Sin embargo, el presidente Guillermo Lasso se negó sistemáticamente al diálogo propuesto por los indígenas. Su respuesta fue la represión. Es más, el viernes 24 de junio, en mensaje a la nación, dijo que “el Gobierno nacional usará todos los recursos legales que la ley le faculta para enfrentar a los vándalos y criminales”, refiriéndose a supuestos infiltrados en la manifestación e insistiendo que detrás de la movilización se fragua un golpe de Estado.

Los detonantes para la movilización popular son múltiples. Todos justificados. En desigualdad Ecuador se sitúa en el tercer lugar en América de sur. Su región amazónica y la región andina con mayor presencia de población indígena son las más desiguales y pobres en el propio país, justo desde donde parten gran parte de estas manifestaciones. A modo de ejemplo puntual, el Ecuador lidera en América del Sur el nivel de desnutrición crónica infantil con un 27%, realidad lacerante que llega al 38% a nivel rural y en la mayoría de cantones con mayoría de habitantes indígenas supera el 50% y en algunos casos el 60%.

Teniendo como telón de fondo este contexto conversamos con el economista, académico, quien fuera presidente de la Asamblea Constituyente del Ecuador en los años 2007-2008, Alberto Acosta.

–—  Muchas gracias por recibir a vía conectados don Alberto, usted es crítico de este Gobierno ¿cómo ve las acciones del presidente Lasso? ¿Se esta haciendo cargo real de las demandas populares durante estas manifestaciones?

El gobierno de Lasso se caracteriza por su indolencia. No es el responsable de todos los problemas que aquejan al Ecuador. Eso es evidente. Pero, salvo un éxito inicial con la campaña de vacunación contra el Covid, su gestión parece ausente de las crecientes angustias de la población. Y no solo eso, sin minimizar las enormes dificultades que arrastra este país andino, salta a la vista la incapacidad del gobierno para atender mínimamente las necesidades represadas en términos de salud, educación, servicios públicos seguridad ciudadana…

En esta ocasión a diferencia de otras oportunidades, cuando se produjeron estallidos sociales, como sucedió en octubre del 2019, Ecuador cuenta con importantes ingresos fiscales. La reserva monetaria internacional ha alcanzado los mayores niveles de toda su historia económica dolarizada. Los ingresos petroleros son cuantiosos, sobre todo por efecto de la guerra de Ucrania. Así, las recaudaciones fiscales han registrado niveles nunca antes vistos. Pero, simultáneamente, la inversión pública ha caído de forma aparatosa.

Tratar de “poner la casa en orden” en cuando al manejo fiscal por la vía de una ortodoxa política económica ha agudizado las múltiples complejidades que se acarrean desde hace rato, más aún en una economía que está estancada desde el año 2015 y que ha sufrido los embates de la pandemia.

En este entorno la situación de los sectores populares, particularmente en el campo, es cada vez más deplorable. Y de una lectura de estas condiciones y contradicciones se puede inferir las múltiples y justificadas razones para la movilización indígena-popular.

Por las declaraciones del mandatario se puede pensar que está individualizando a Leonidas Iza como el responsable de trabar los avances en las conversaciones con los movilizados, incluso el máximo dirigente fue detenido a días del comienzo del Paro Nacional.

En su negativa a un diálogo efectivo, es decir con resultados, Lasso procura centrar sus ataques en la cabeza del presidente de la CONAIE. Es una vieja táctica del poder, agravada por la imposibilidad de entender que el movimiento indígena no es un partido político y que Iza tampoco es una suerte de emperador o caudillo; él responde a organizaciones con profundas raigambres comunitarias. Sus decisiones no son verticales. La construcción de consensos desde abajo resulta casi imposible de comprender a quienes detentan el poder, más aún a un banquero-presidente.

Por otro lado, al dirigir todos los dardos contra Leonidas Iza, se personaliza en él “el enemigo”, “el indio salvaje”, “el indio vago”, al “indio terroristas”, claras expresiones de racismo existente y exacerbado con fuerza en este tiempo.

–-  Aunque no es el momento más difícil que ha pasado Ecuador, desde el 2014 el país se ha visto estancado en lo económico y social, esto se acentúa durante la pandemia y como hemos visto en América el ánimo ciudadano ya no es el mismo con sus representantes ¿Que es lo que hoy traba una salida Institucional a las Movilizaciones en el país? cómo se puede caracterizar el periodo que provoca este alzamiento de comunidades indígenas, en que momento esta Ecuador.

Como dejé anotado anteriormente, los problemas son múltiples y muchos de larga data. Pero esas dificultades se agradaron en estos últimos años por la creciente sumisión a las exigencias del FMI, en definitiva, de los acreedores de la deuda externa. Recordemos que, en el gobierno anterior, en plena pandemia, cuando literalmente la gente se moría en las calles de Guayaquil, el régimen prefirió atender el servicio de dicha deuda y no las urgencias de la salud.

Desde que se suscribió la última carta de intención con el FMI en el 2019, hasta ahora el empeño ha sido la austeridad. Incluso, por esa razón se cerró la Empresa Nacional de Correos, para mencionar un caso de una lista muy larga de entidades del sector público cerradas o abiertamente debilitadas. Y en la misma línea neoliberal el gobierno alienta más y más los extractivismos minero, petrolero y agroforestal, al tiempo que se dispone a introducir nuevos y más profundos mecanismos de flexibilización laboral. Igualmente aspira a suscribir en su período unos diez TLCs, aprovechando que ya quedó la puerta abierta cuando Rafael Correa suscribió uno con la Unión Europea.

Es preciso tener en cuenta lo anterior para comprender los estrechos márgenes de maniobra que tiene Ecuador sujeto a este tipo de imposiciones. A esto se suma la insensibilidad social del gobierno. Sus visiones aperturistas y liberalizadoras priman sobre cualquier otra consideración. Así, para cumplir con esos cometidos no escatima esfuerzos. Y en ese entorno los reclamos populares no tienen una real cabida. No solo eso, son rechazadas las propuestas de los indígenas y otros grupos porque se los considera “atrasa-pueblos” al no sumarse al sendero del progreso y del desarrollo… tal como sucedió en el gobierno de Correa.

Esto explica porqué el gobierno de Lasso no quiere abrir la puerta a un diálogo efectivo. Ya en junio del 2021 el movimiento indígena trató de abrir dicho espacio de conversaciones. En agosto se insistió. Incluso hubo una reunión a alto nivel el 4 de octubre de dicho año. Pero el diálogo no se concretó. Fueron esfuerzos infructuosos. Y ahora, cuando apenas empezaba la movilización, el gobierno procedió a detener al máximo representante de la CONAIE. A reglón seguido desató una serie de acciones represivas. Así se han ido postergando las posibilidades de una salida rápida y democrática a estos sucesivos conflictos.

–– Parlamentario de la UNES iniciaron el proceso de destitución contra el presidente, ya tienen 47 de las 46 firmas necesarias. ¿Está de acuerdo con la medida? UNES dijo para ser precisos; “Señor Lasso, en sus manos está la responsabilidad histórica de parar esta masacre» ¿Hoy la solución al conflicto pasa por la destitución de Lasso?

UNES, el partido del expresidente Rafael Correa, juega sus cartas de acuerdo a sus intereses, no en línea con las demandas del movimiento indígena y popular. Realmente este grupo progresista no está sintonizado con los reclamos del movimiento indígena y popular. Basta ver su accionar en estos días de creciente conflictividad. No solo que no ha apoyado los planteamientos de la CONAIE, sino que UNES ha dado señales contradictorias. El día jueves 23 de junio, Correa, prófugo en Bélgica, llamaba a recolectar firmas con el fin de viabilizar el proceso previsto en la Constitución de revocatoria del mandato. Y al día siguiente su bancada comenzó a trabajar por la revocatoria del mandato presidencial desde la Asamblea Nacional.

La destitución de Lasso, que está siendo procesada en la Asamblea, conlleva un peligro: marginar o por lo menos minimizar la lucha por los 10 puntos de la CONAIE. Dicha destitución, por lo demás, no asegura un cambio de rumbo. Lo único que cierto es que se podría abrir la puerta para nuevas elecciones presidenciales y de asambleístas.

—- Por otro lado ¿cómo se gobierna? en este mundo en crisis, América Latina viene saliendo de un periodo importante de revueltas y alzamiento importantes,(Chile, Perú, Colombia) pero los problemas no dan paso a la tranquilidad, desempleo, inflación (sólo se salva Bolivia) y la pobreza reducida a inicios de la década avanza.

La primera tarea para empezar a cambiar es comenzar a entender las diversidades, asumirlas y procesarlas en clave de transiciones orientadas a cambiar las estructuras de sociedades patriarcales, coloniales, oligárquicas y extractivistas. En línea con esas consideraciones es indispensable superar los caudillismos, construyendo vigorosas estructuras democráticas desde espacios comunitarios para ir repensando y cambiando el funcionamiento del Estado. Hay que desplegar estrategias posextractivistas, tanto como propuestas de transformación energética desde abajo, con criterios sociales y ecológicos, entendiendo a la energía como un derecho no como una mercancía. La misma reflexión vale para la soberanía alimentaria, que no puede ser confundida con la seguridad alimentaria. La salud y la educación demandan por igual cambios profundos, asumiéndolas como un derecho humano y nunca más como una mercancía y peor aún como un privilegio. Todo esto demanda, por igual, asumir a la Naturaleza como sujeto de derechos, aplicándolos como un primer paso para una gran transformación civilizatoria.

—- Para finalizar agradecemos la oportunidad y nos gustaría saber cuál es la visión más central para esta nueva Latinoamérica(…) de ganar Lula en Brasil el único presidente de derecha seria Guillermo Lasso

El gobierno de Guillermo Lasso se derrumba. La movilización indígena y popular le tiene contra las cuerdas. Sea cual fuere el desenlace en el corto plazo, las posibilidades de sobrevivencia del vandalismo neoliberal en Ecuador se agotan.

Esperemos que esta nueva ola de progresismos supere todas sus taras o al menos algunas de ellas. Y que entienda que los pueblos de América esperan cambios profundos, no simples parches al sistema capitalista como lo que intentaron en la primera ola progresista. Eso demanda asumir el reto en clave de transiciones que tendrán que ser simultáneamente feministas, decoloniales, ecologistas y socialistas. La senda del progreso y el desarrollo, lo hemos visto hasta la saciedad, es un camino sin salida. Requerimos un cambio de rumbo.https://viaconectados.cl/2022/06/27/entrevista-con-alberto-acosta-presidente-de-la-asamblea-constituyente-2007-2008-paro-nacional-ecuador-y-la-intervencion-del-gobierno/