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Entrevista a Joaquín Miras Albarrán sobre Praxis política y estado republicano. Crítica del republicanismo liberal

«Las revoluciones más radicales se han hecho siempre a partir de problemas reales, concretos»

Fuentes: Rebelión

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano. Nos habíamos quedado en la conversación entre Lenin y Pestaña. Tu comentario por favor. No conocía esta conversación. Creo que señala el […]

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano.

Nos habíamos quedado en la conversación entre Lenin y Pestaña. Tu comentario por favor.

No conocía esta conversación. Creo que señala el problema. El triple problema, sobre el que hemos ido discurriendo durante toda esta entrevista -la historia ha de servir para orientarnos ahora y explicarnos lo que vivimos-. El de las élites a la busca de un lugar al sol; el de la impaciencia política; el de la política no entendida como cambio del hacer en la cotidianidad y por tanto que la propia política debe ser elaborada de otra manera, a partir de pautas que permitan que sea la propia gente la que portagonice el hacer político, y que en caso de tener que delegar en personas para ejecutar tareas -como es el caso: una reunión internacional-, estas personas no sean sino los sirvientes de sus comitentes. Por lo demás, no creo que en la CNT las cosas -las «cosas»: las relaciones entre cuadros y base, entre CNT y Fai, por ejemplo- fuesen muy distintas.

Sobre las elites, porque seguro que siempre hay gentes dispuestas a apoderarse de toda buena causa para medrar. Me hace gracia, ahora, que en la jefatura de las nuevas fuerzas políticas, y también en los parlamentos e instituciones políticas españolas, bueno, ahora son parlamentarios, concejales, etc, furibundos radicales autonomistas; autonomistas, no del «estado de las autonomías», sino del «autonomismo antiestatista»…y que incluso han adquirido su ascendiente haciendo valer, precisamente, ese tipo de críticas contra el comunismo… esta nota que escribes nos puede servir para juzgar lo que en buena medida está ocurriendo en el momento presente, en las nuevas fuerzas políticas emergentes. Lo declarativo no sirve. Si no existe un sujeto social que controle a los delegados a los comisariados, éstos pueden acabar haciendo lo que declaraban rechazar.

Has insistido mucho en esta idea.

También sobre la impaciencia, porque esas cosas ocurren cuando la «política por arriba» no es expresión de un movimiento de masas real, organizado, con capacidad de control sobre sus delegados, que haga que sus mandatados respondan e imponga la rotatividad de cargos políticos. Cuando se hace de la necesidad virtud, y a falta de fuerzas que expresen movimientos sociales, y que sena capaces de corresponder a las necesidades y expectativas propias, se apoya la creación «ex nihilo» de una nueva fuerza, a partir de individuos ailsados que se ofrecen. pretende lograr voluntaristamente, con medidas organizativas lo que no se alcanza como resultado de un ascenso de la lucha real organizada, con el ascenso de la democracia.

Y nos indica que ya la misma política debe ser elaborada de otra manera si queremos que tenga otros resultados, que la cotidianidad de la política debe fundamentarse en otra cultura, ya desde el presente.

En estos días he leído una entrevista muy interesante, muy importante, hecha al camarada Manolo Monereo sobre las tensiones internas que se están dando en Podemos, y el acoso contra Pablo Iglesias…

Fue en diciembre creo.

Sí, en diciembre de 2016. En un foro de debate en el que se ha discutido esta entrevista se acusaba a Monereo -y a Podemos- de que esa fuerza política no incluía en sus bases la noción del socialismo.

Yo soy comunista. Pero para mí, que he vivido ya varias experiencias políticas, el problema no es de primeros principios. Respecto de los principios, quiero traer aquí una idea de un amigo, que aparentemente no responde al asunto: las revoluciones más radicales se han hecho siempre a partir de problemas reales, concretos. Y las gentes, de entrada, han pretendido siempre las opciones más asequibles: pan, paz, tierra. Hasta la fecha -y somos un ser histórico e impronosticable, cierto-, las revoluciones más radicales se han hecho a partir de fines «reformistas». Por decirlo de una forma llamativa: no es así, no hay fines reformistas y fines revolucionarios, hay proyectos de masas, fines de masas.

No está mal lo que señalas. Habría que tomar nota. Mirando hacia el pasado y hacia el futuro.

Y luchas de clases. Frente a esos fines concretos, también la palabra «el socialismo» puede ser un «significante vacío», de esos que le gusta a Errejón. O un proyecto que solo en un estadio de proceso de lucha de masas posterior pueda plantearse: pueda ser elaborado y asumido por la experiencia social de las subjetividades organizadas, a la luz de la capacidad de poder de control sobre la realidad, surgido de la lucha de masas, que se le revela a la propia consciencia experiencial de las subjetividades en lucha. «los comunistas no proclaman principios especiales a los que quisieran amoldar el movimiento proletario… Las tesis teóricas de los comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o descubiertos por tal o cual reformador del mundo».

Digamos que, si hemos de definir el problema, el que trasparece tras la charla entre Pestaña y Lenin, y -esto es muy importante: «lo más,: lo más importante- en el malestar y la protesta que Monereo expresa en su entrevista, es lo que en la vieja jerga nuestra se denomina el «método organizativo». Dice Monereo que es terrible que el debate que se produce con el fin de desgastar y cargarse a Pablo Iglesias -y estoy de acuerdo con esta valoración, de eso se trata- no es un debate de proyecto, de programa, sino «de método», mediante el que se pretende acusar al que va a ganar el congreso, de ser antidemocrático. Sí, pero esto es así, porque Podemos se ha construido como un partido que en lo organizativo ha asumido la estructura piramidal. Por ello el debate es entre grupos que ocupan puestos de poder, que aspiran a seguir en ellos, a ser o seguir siendo cargos públicos, cargos internos; y donde los que son «in péctore» los perdedores -supongo que sí se puede ser ganador, e incluso, papable, «in péctore», pues también se puede ser «in péctore» derrotado, «descalabrado»-. Un debate como el que él señala es un debate entre élites que se disputan el mendrugo, un debate interior, propio de fuerzas dominadas por elites profesionales de la política.

Todo esto suena muy viejo, muy visto.

Es lo propio, lo típico de ese tipo de fuerzas. Monereo dice que eso, ese tipo de debate no interesa a nadie. Hombre, a alguien sí que le interesará, sí que le está interesando; los debates no son giros lingüísticos que se hablan solos a sí mismos. Pues, creo que lo interesante del intercambio entre Lenin y Pestaña, va de esto.

Por lo demás, Lenin ya sabía de esto. Taibo puede consultar el discurso de Lenin a la conferencia del partido de Moscú en la que Lenin preanuncia la NEP, o Nueva Política Económica, para ver cómo caracteriza al partido: cinco mil cuadros comunistas que ocupan los aparatos de estado y no son capaces de garantizar el suministro de pan… cito de memoria. Lenin habla «con cuidado», pero la política que elige es la de «desapoderar» a los «apoderados» y poner el asunto de la producción y distribución de los garbanzos en manos de la sociedad. O sea, eso es lo que él piensa y valora, lo que concluye de la experiencia, de haber depositado el asunto político en manos de elites… Por cierto, que también Lenin dice que el socialismo será algo a alcanzar, un cambio vinculado a una transformación de ethos, de cultura de masas, transformación que solo puede venir de las experiencia y de la práctica de las mismas. Todo esto son textos, notas, intervenciones de Lenin que elabora en el mismo periodo de la conversación con Pestaña.

Me quedan cosas pendientes de estos días. Permíteme preguntarte algo más. Una entrevista con Albert Garzón de noviembre de 2016 (en esta la referencia: http://politica.elpais.com/politica/2016/11/24/actualidad/1480011497_610254.html ; y éste su titular: «No estoy de acuerdo con las tesis de Íñigo Errejón». El líder de IU y coportavoz de Unidos Podemos se declara crítico con el populismo de izquierdas» mereció un comentario tuyo en Espai Marx: «Gracias. Muy interesante».

Te pregunté por este «muy interesante», por dónde estaba su interés y tu respuesta fue esta:

«Querido Salvador: me han reenviado tu pregunta, durante esta mañana, sábado (26 de noviembre) y la he podido leer ahora. Espero saber hacer que mi respuesta te llegue. Me interesa el hecho de que, parece, se abre una reflexión teórica de más fondo que lo habitual, no centrada en las «ventanas de oportunidad electoral». Ni en los rapapolvos a las beatas que no siguen al líder -dicho sea con toda la respetuosa irreverencia debida a Anguita-. Construir sujeto social parece que va a ser una de las propuestas del debate. Esta idea adolece de abstracción. Con todo, que el centro de la política, según lo plantea Garzón, sea la cotidianidad, el hacer cotidiano de los militantes en sus mundos de vida, y que lo institucional sea considerado algo subsidiario; y que lo sociopolítico no sea confundido con institucionalismo municipalista, con política institucional de proximidad al «cliente», etc. es importante: me refiero a lo expresado por Garzón en su entrevista última. Respecto de lo de Errejón, de sus réplicas, pues es un discurso vacío y falaz: ojalá hace 40 años los comunistas hubiésemos estado haciendo eso que él dice que es viejo. No me impresiona su anticomunismo, incluso resulta divertido. Como todo ese anticomunismo de autonomistas, libertarios de última generación etc. que habían desarrollado su parroquia previa a base de reproducir un discurso anticomunista -«totalitarista»- pero que se han lanzado sobre los puestos institucionales, electorales, etc, -representación- poder-, instituciones-burocracia- panóptico- como las moscas se lanzan sobre el cubo de leche recién ordeñada… tanto leer a Ángel Pestaña para acabar de Prietistas…

Y vuelvo sobre Garzón. En sus frases de Garzón intuyo -no se puede escribir otro término- un saber diferenciar entre asambleas de electores y movimiento sociopolítico. Desde luego, una vez el asunto así formulado, es solo – es «aún»- puro ectoplasma, y puede acabar, perdona el mal gusto del ejemplo, como el «espíritu del 12 de febrero», como una pura aparición para las frías noches de algún invierno…pero Garzón parece querer abrir un debate a otro nivel… Un abrazo».

¿Me dejas que incluya tu reflexión en esta entrevista?

Por supuesto, de acuerdo. Ya lo has hecho.  

Hay más. Este comentario de Errejón sobre sus diferencias con Garzón: «Él es del Partido Comunista, yo de Podemos», publicado 25/11/2016. Rechaza pedir «declaraciones de la renta» a los votantes de Podemos e insiste en que la mayoría se logra sumando a gente muy diferente. El portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, ha admitido este viernes que tiene diferencias con su compañero de grupo, el coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Gazón». También ha sido comentado por ti:

«Parece que por fin se abre un debate que no es sobre el papel celofán del envoltorio. Es interesante. Que Errejón tenga que recurrir a lo de «viejuno», «recetas de 40 años» «aprendimos de 15M» -ahora no dice «aprendimos de Laclau…»- y «son comunistas». Esto es estar a la defensiva». ¿Lo puedo incluir también?

De acuerdo también.  

Te recuerdo también otra reflexión tuya de Espai Marx. Lo hemos comentado también a lo largo de estas entrevistas:

«Lo que he anotado antes sobre «Realitatät» versus «wirklichkeit» es la llave para leer El Capital de Marx precisamente. Desde el capítulo sobre la mercancía, el arranque, que «de repente» -según comentaristas, pero de repente nada- se mete a decirnos que la mercancía es un fetiche. O sea, Marx toma a Ricardo que es un economista objetivo que elabora sobre economía como resultado del trabajo. Y dice: donde tú me hablas de todo eso observándolo como si fuese entidad natural, desde el Entendimiento, o sea, como Realität, y como cosas hechas naturales, «mercancías» -ding-, yo te digo que te equivocas, que eso es Wirklichkeit, autoactividad nuestra. Y a partir de ahí, para seguir ese hilo, «adelgaza» aún más , entra aún más en la micro descomposición del proceso y dice, NO es «trabajo», es praxis humana objetivada, -sache-y lo que coagula es actividad, praxis, autoidentidad sujeto objeto. Ahí ya estamos ebn la clave porque de lo contrario, estamos todavía con Ricardo, y no sabemos a qué viene que el libro no se titule, como los de Ricardo, economía política, sino que se titule Crítica de la economía política. Radicaliza la indagación en las categorías económicas hats volver a convertirlas en auto identidad humana, en actividad humana. No es cierto que ponga «sobre sus pies» a Ricardo. Es tal como nos recuerda Nando que dice Labriola: la traducción e s otra, es levantarle el dobladillo de los pantalones hacia arriba.

Es decir, mostrar lo que hay debajo. La frase esa que Labriola nos recuerda que está mal traducida, es de Marx, y él se la aplica a Hegel. Pero Marx la toma del mismo Hegel, es un homenaje a Hegel, es del prólogo de Fenomenología del E, y Hegel la aplica al utilitarismo ilustrado. Esto es lo que hay en el inicio de EC. Eso, y más: nos dice que capital y mercancía surgen a la par, no la mercancía históricamente antes del capital: el despliegue de la mercancía da a la vez los dos «momentos», M-D-M y M.»

¿Lo incluimos también? Son nociones importantes… De hecho, puestos en ello déjame añadir una cosa.

Aunque tal vez estemos abusando de los lectores, si a ti te parece bien, de acuerdo.  

Mejor. Lo dejo para la próxima conversación ya es suficiente por ahora. De nada en demasía.

Como quieras.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.