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El autor del misterioso 'Atlas de la Creación' da la cara

Las rutas del creacionismo pasan por Estambul

Fuentes: El Periódico

El Vaticano, uno de los clientes de Harun Yahya

El pasado febrero, varios profesores de la Universitat de Barcelona (UB) recibieron un lujoso volumen de más de 700 páginas y cinco kilos titulado Atlas de la creación. No fueron los primeros. Antes, varias universidades europeas habían sido objeto de idénticos misteriosos envíos y de otros libros contrarios a la teoría de la evolución y firmados con seudónimo: Harun Yahya.

«Señores, la evolución no existe. Si hubiese existido estaría escrito en el Corán, la Biblia y la Torá». Lo dice Adnan Oktar, el hombre que se esconde tras el seudónimo. El viernes dio la cara en una rueda de prensa celebrada en un lujoso yate de ruta por el Bósforo.

En seis días

Oktar, líder de una extraña secta, comenzó a escribir sus diatribas en la década de los 80, cuando llegaron a Turquía los primeros libros de los creacionistas estadounidenses. Igual que sus colegas americanos, considera que el mundo fue creado por Dios en seis días y que el hallazgo de fósiles datados hace miles de años de criaturas existentes actualmente prueban que no ha habido una evolución.

«Esta es la táctica de los creacionistas: repiten los mismos argumentos simplistas en diferentes libros y muchas páginas de internet, y empaquetan su crítica a la ciencia en un bello envoltorio», explica Nalan Mahsereci, directora de la revista turca Ciencia y Futuro, que ha dedicado dos de sus números a refutar las tesis seudocientíficas de Oktar.

La fijación con el darwinismo del autor proviene de su propia frustración para entender la teoría: «El darwinismo es una cosa elitista, es tan difícil que solo los científicos pueden entenderla, lo que significa que es una manipulación», afirma Oktar, quien cursó Arte y Filosofía, aunque no finalizó los estudios y carece de formación científica. Pero esto no ha sido un obstáculo para escribir libros. «Para entender que no existe la evolución no hace falta formación académica», justifica. Y añade: «Lo que carece de base científica es el darwinismo».

Oktar se presenta ante la prensa, con un impecable traje blanco y un cinturón de hebilla de oro y motivos otomanos, flanqueado por sus seguidores, todos igual de repeinados. A pesar de que sus ideas puedan sonar extrañas y de haber pasado dos veces por la cárcel y una por el sanatorio mental, el escritor ha conseguido atraer, gracias a su oratoria, a un nutrido grupo de seguidores en torno a varias fundaciones.

Sin embargo, no se trata de una orden religiosa como las típicas tarikat musulmanas. A pesar de que Oktar actúa como predicador del islam, no se ven mujeres con velo a su alrededor y sus seguidores son, en su mayoría, jóvenes de familias ricas de Estambul.

Donaciones Privadas

¿De dónde sale el dinero para financiar los envíos de libros y las conferencias? La estricta normativa turca sobre las fundaciones religiosas audita los fondos de estas asociaciones, por lo que el dinero debe proceder de las donaciones privadas de sus seguidores. Algunos medios turcos denuncian que Oktar recibe dinero del potente Institute for Creation Research de los creacionistas de EEUU, algo que él desmiente.

«Cuando se hicieron las pruebas de ADN a Clinton para saber si había tenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky, ya no pudo negarlo. En cambio, ¿por qué se sigue negando la teoría de la evolución después de que miles de científicos independientes la hayan demostrado?», se lamenta A. Murat Aytekin, biólogo de la Universidad de Hacettepe.

En una época en la que el relativismo está en boga, los creacionistas como Oktar prometen seguir difundiendo sus teorías anticientíficas. «Continuaremos enviando libros a los países donde el darwinismo está más instalado y ya tenemos listas las versiones del Atlas de la creación en ruso y en chino», asegura.

El Vaticano, uno de los clientes de Harun Yahya

Siete millones de ejemplares de los diversos títulos de Harun Yahya han sido distribuidos gratuitamente y otros ocho millones vendidos en 150 países de todo el mundo. «No sólo enviamos libros a los musulmanes, sino que hay grupos cristianos y judíos que nos piden permiso para distribuirlos excluyendo tan sólo las referencias al Corán. Entre nuestros clientes figuran las iglesias ortodoxas de Rusia y Serbia o grupos del Vaticano», aseguró a este periodista Altug Eti, representante de Global Publishing, editorial que sólo publica textos de Oktar. La traducción al castellano de estos libros se realiza en Argentina.