El presidente criminalizó a los indígenas, estudiantes y otros sectores que se fueron sumando a las protestas, obviando dar respuesta a las reivindicaciones sociales de los sectores mayoritarios, y atacó directamente al líder de la Conaie Leonidas Iza.
El presidente de Ecuador, el banquero Guillermo Lasso, se salvó de ser destituido por el Congreso, horas después de haber suspendido negociaciones con Leonidas Iza, máximo líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), para poner fin a más de dos semanas de protestas por el costo de la vida.
Lasso tomó la decisión con la excusa de que un soldado murió y otros 12 uniformados quedaron heridos en enfrentamientos en la Amazonía, sin referirse a los cinco manifestante muertos y decenas de heridos y detenidos que dejara la represión de policías y soldados.
Luego de tres sesiones y 18 horas de debate, la Asamblea Nacional de Ecuador rechazó el pedido de destitución de Lasso. Con 11 abstenciones, 42 votos en contra y 84 a favor, la votación quedó muy cerca de los 92 votos requeridos para que la moción fuera aprobada. Ya el gobierno había suspendido el diálogo con los movimientos indígenas.
Para destituir al jefe de Estado y convocar inmediatamente a elecciones se requería el voto favorable de dos tercios de la Cámara: faltaron ocho votos. Las principales fuerzas políticas a favor de la salida de Lasso eran las bancadas de Unión por la Esperanza (Unes), cercanas al expresidente Rafael Correa; y un sector del movimiento indigenista Pachakutik, brazo político de la Conaie
Un segundo día de conversaciones entre la Conaie y una delegación del Ejecutivo Mientras, liderada por el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, fracasó este martes ante la ausencia de la representación oficial.
La Conaie lo acusó de «autoritarismo, falta de voluntad e incapacidad» y dijo que deberá responder por «las consecuencias de su política belicista». Cínicamente, Lasso dijo en un mensaje televisado que “El país ha sido testigo de todos los esfuerzos que hemos hecho para un diálogo fructífero y sincero. No vamos a negociar con quienes mantienen al Ecuador como rehén”.
En un último intento, el presidente de la Asamblea Nacional, Virgilio Saquicela, le pidió a Lasso que reconsidere su postura y vuelva a la mesa de diálogo. «Estamos a un pequeño paso de resolver el conflicto social que vive el país», aseguró.
Lasso, que arrastra un 17% de aceptación pero tiene el apoyo militar y de Washington, dijo que la ruptura del diálogo se debió a la muerte de un militar en un ataque a una caravana que el presidente atribuye sin pruebas concretas a los manifestantes.
El confuso episodio, que le sirvió al Ejecutivo para retirarse de las negociaciones, se da en el contexto de denuncia, realizadas por las organizaciones sociales, de policías infiltrados en las manifestaciones y de un ataque de los miembros de las fuerzas armadas que se movilizaban junto a la caravana que transportaba combustible.
El presidente criminalizó a los indígenas, estudiantes y otros sectores que se fueron sumando a las protestas, obviando dar respuesta a las reivindicaciones sociales de los sectores mayoritarios, y atacó directamente al líder de la Conaie Leonidas Iza.
«Ustedes merecen más que un oportunista como líder (…) Es un acto criminal jugar con la vida de inocentes. El país ha sido testigo de todos los esfuerzos que hemos hecho para entablar un diálogo fructífero y sincero», dijo Lasso, en el poder desde hace un año. «Por su engreimiento, cobardía e incapacidad tiene al borde de guerra civil. (…) Gradúese de demócrata, vamos a elecciones, y no siga llenándose las manos de sangre», respondió el expresidente Correa, actualmente asilado en Bélgica.
Luego del mensaje de Lasso, miles de indígenas volvieron a manifestarse en Quito. A su paso los comercios, que habían abierto luego de un lunes calmo, volvían a cerrar sus puertas. «Lasso no rompe con Leonidas, rompe con el pueblo», dijo la Conaie en su cuenta de Twitter.
Iza también rechazó la afirmación de que el movimiento indígena haya «sitiado» Quito. «Lo que ha sitiado a los ecuatorianos es la pobreza, la delincuencia, el narcotráfico. De tanta pobreza nuestras comunidades no tenemos más que luchar», advirtió.
La postura del gobierno de Lasso ante el ataque a la caravana, contrasta con el silencio ante las al menos cinco muertes de manifestantes por la represión de las fuerzas de seguridad, denunciaron organismos de derechos humanos.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, se sumó al discurso gubernamental y en redes sociales dijo “Otro estallido violento de la Conaie, la antítesis del Estado de derecho. La degradación conlleva a que pocos quieran imponer su voluntad. Una sociedad que no reacciona con la administración de justicia está condenada a vivir sufrimientos permanentes».
Por su parte, Iza reconoció que la negociación está en un «punto muerto» pero se mostró abierto a continuar dialogando.«¿Por qué retroceder si es que ya se ha avanzado bastante?», expresó trs ecordar que fue el elevado costo de vida alimentado por el incremento de precios de combustibles que empujó desde el 13 de junio a salir de sus comunidades a miles de manifestantes, que exigen medidas que amortigüen el golpe económico en la producción agrícola.
El Comité de Derechos del Niño de la ONU exhortó a las autoridades de Ecuador a cesar la violencia contra niños y adolescentes de parte de las fuerzas de seguridad en medio de las movilizaciones contra el gobierno. La entidad internacional también instó a una investigación de los incidentes de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía contra los niños.
* Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)