En lo que va de año, se han hecho públicos varios episodios por los que se ha tenido pruebas de algo ya conocido: la pretensión de los gobiernos de EEUU por subvertir el orden político y social en Cuba. El primero de estos casos saltó a la luz pública el pasado mes abril; se trató […]
En lo que va de año, se han hecho públicos varios episodios por los que se ha tenido pruebas de algo ya conocido: la pretensión de los gobiernos de EEUU por subvertir el orden político y social en Cuba. El primero de estos casos saltó a la luz pública el pasado mes abril; se trató entonces de una conspiración que involucraba de manera directa a la Agencia Internacional de EEUU para la Ayuda al Desarrollo (USAID -instalada ya en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria para operar «humanitariamente» con los pueblos del continente africano) y que consistía en la creación y puesta en práctica de una red de mensajes a móviles, cuyo objetivo era favorecer la desestabilización interna del país. La red no dio el resultado previsto- más bien, al contrario-, pero su conocimiento público destapó otras tramas contra la Revolución Cubana. Así, este agosto, sabíamos de otro programa del gobierno de Barack Obama que implicaba, esta vez, a jóvenes latinoamericanos, los cuales viajaban a Cuba como parte, supuestamente, de brigadas de apoyo a proyectos de salud y que, en realidad, tenían la misión de identificar y captar a posibles activistas políticos contrarios al gobierno cubano.
El grupo de jóvenes agentes subversivos -en torno a doce, provenientes de Costa Rica y Perú, entre otros países- fueron usados en este programa de la USAID a un precio de menos de seis dólares la hora.
Ambos proyectos, el de la red Zunzuneo y el de los jóvenes «ojeadores de la subversión» en Cuba, datan del año 2009, y no dejaron de aplicarse en el país, aún después de la detención del contratista Allan Gross (de la Creative Associates International, filial de la USAID), condenado a pena de prisión mayor tras probarse que había introducido en Cuba tecnología ilegal, bajo las órdenes del gobierno de EEUU.
La razón de Los Cinco
Los dos casos revelados son sólo una de las caras de la agresión permanente con la que los distintos gobiernos estadounidenses han intentado derrocar a la Revolución Cubana.
El bloqueo económico, financiero y comercial de EEUU contra Cuba lleva aplicándose más de 50 años, incluso con repercusiones extraterritoriales (sanciones a terceros países y empresas que comercien con la isla) prohibidas por las leyes internacionales.
Las acciones terroristas son otro de los rostros de la política yanqui para acabar con el gobierno revolucionario cubano. Desde 1959, han muerto más de 3500 personas, víctimas de los ataques directos (invasión de Playa Girón) o las bombas colocadas en aviones, embajadas y hoteles de Cuba -la última de ellas, el ciudadano italiano Fabio Di Celmo, que fue asesinado por la explosión de un artefacto, en el hotel Copacabana de la capital cubana, donde se hospedaba, el 4 de septiembre de 1997.
Un año más tarde fueron detenidos Antonio Guerrero, René González, Ramón Labañino, Fernando González y Gerardo Hernández, cinco revolucionarios cubanos que cumplían en EEUU la misión de vigilar desde dentro a las organizaciones mafiosas que habían cometido estos atentados y planeaban decenas de acciones criminales más, en suelo cubano, que fueron abortadas gracias a la información recabada por estos luchadores antiterroristas.
Sometidos a un juicio, el más largo de la historia de EEUU, plagado de irregularidades procesales y violaciones de derecho, Los Cinco fueron injustamente condenados a penas que alcanzan las dos cadenas perpetuas. Dos de ellos, tras cumplir sus penas de prisión, ya han podido regresar a Cuba, pero tres -Antonio, Ramón y Gerardo- aún están presos en cárceles de EEUU.
Dieciséis años después del arresto de Los Cinco, durante los cuales los grandes medios de comunicación han guardado un oscuro silencio sobre el caso, las conspiraciones antes citadas demuestran que la agresión contra Cuba ha cambiado su forma, pero no ha cesado ni un sólo día.
En este contexto, la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos condena cualquier expresión de la política imperialista e injerencista de EEUU contra el gobierno revolucionario de Cuba y contra la soberanía del pueblo cubano.
Igualmente, denunciamos el papel de las corporaciones mediáticas imperialistas, que callan sistemáticamente o emplean la doble moral a la hora de informar sobre Cuba y su proceso revolucionario.
Reclamamos al presidente Obama la libertad de los antiterroristas cubanos aún prisioneros en territorio estadounidense y afirmamos que mantendremos en alto la bandera de la solidaridad con Los Cinco hasta lograr que regresen a Cuba, con su familia y con su pueblo.
Reafirmamos nuestro apoyo incondicional e internacionalista a la Revolución Cubana, en la convicción de que ésta representa la lucha sostenida contra el sistema capitalista y el imperialismo, opresores y explotadores de los pueblos.
Con Cuba y su Revolución
¡LIBERTAD PARA LOS CINCO!
Viva la solidaridad internacionalista entre los pueblos
Nota:
La imagen adjunta pertenece a la acción organizada por la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos (www.plataformacanariasolidaridad.blogspot.com) y desarrollada este 12 de septiembre, en Las Palmas de Gran Canaria, exigiendo nuevamente a Obama que libere ya a los revolucionarios cubanos presos en EEUU.
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