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Entrevista a Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista

«Llegó la hora de democratizar el Parlamento»

Fuentes: El Siglo

En medio de la histérica campaña mercurial (pero no exclusiva de ese diario, por cierto) el Secretario General del Partido Comunista, Lautaro Carmona, explica con calma los alcances y proyecciones de un eventual pacto entre la Concertación y el Juntos Podemos Más. ¿Cuál es el avance del acuerdo para un pacto instrumental entre la Concertación y […]

En medio de la histérica campaña mercurial (pero no exclusiva de ese diario, por cierto) el Secretario General del Partido Comunista, Lautaro Carmona, explica con calma los alcances y proyecciones de un eventual pacto entre la Concertación y el Juntos Podemos Más.

¿Cuál es el avance del acuerdo para un pacto instrumental entre la Concertación y el Juntos Podemos?

Los últimos días de enero tal como estaba previsto se pronunciaron consecutivamente los partidos de la Concertación, incluyendo al Partido Demócratacristiano que lo hizo en un contexto de una reunión bilateral con el Partido Comunista, en la que nos confirmaron que la Concertación como tal está dispuesta a avanzar para construir un acuerdo con vistas a las futuras elecciones parlamentarias, acuerdo que tiene por fin constituir una especie de bloque, de pacto, contra la exclusión. El acuerdo fue que ahora cada una de las coaliciones, la Concertación por su parte y nosotros en el contexto del Juntos Podemos Más tenemos que ver la fórmula concreta que debe tomar el acuerdo con vistas a que sea eficiente y efectivo en conseguir el objetivo de romper la exclusión.

En eso se ha trabajado esencialmente en cada partido y también a nivel de Juntos Podemos Más, viendo que los primeros días de marzo tengamos ya construida una opinión como coalición y obviamente como partido, y seamos capaces de avanzar con toda la intensidad y toda la prontitud que es aconsejable si queremos que esto cumpla con los objetivos.

¿Qué impacto esperan que tenga el acuerdo?

Es bueno reiterar que el sostén que va a darle mucha fuerza al acuerdo está directamente vinculado al debate que se haga en el Congreso cuando se reponga el proyecto de ley que el ejecutivo envió el año pasado, que indica que cualquier lista que alcance un 5% en la votación parlamentaria debe tener a lo menos 5 parlamentarios electos. Esta discusión que se dio el año 2008, a pesar de la mayoría favorable que había tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, dado el resquicio del quórum calificado, el derecho a veto que se ha guardado la derecha por herencia de Pinochet, no fue posible transformarla en reforma constitucional.

Si la derecha insiste en seguir actuando según los dictámenes pinochetistas, hechos para excluir al Partido Comunista, nosotros estamos anunciando de forma muy transparente y con legítimo derecho acciones de carácter político con la Concertación para buscar otro mecanismo que consiga romper con la exclusión.

Para describirlo mejor ¿cuál es la forma que tomaría esa acción política?

Este es un acuerdo entre dos coaliciones distintas que no se proponen anular su identidad, este es un acuerdo entre la Concertación y el espacio de la izquierda donde está el Partido Comunista que se representa en el Juntos Podemos, por consiguiente el propósito, aun cuando no se ha construido específicamente la forma que va a tomar el acuerdo, es que estas identidades no se invisibilicen y esto debiera significar que el acuerdo marcha por la vía de una lista común con una suerte de sub-pacto de la Concertación y otro del Juntos Podemos.

Es claro que en los lugares en que las influencias electorales de ambas coaliciones sumadas permiten doblar y dejar a la derecha sin representación, el camino tiene que ser por la vía que no se dispersen las influencias electorales.

En los que no hay posibilidad clara de doblaje hay una pregunta abierta, todo indicaría que hay que tomar en cuenta las limitaciones que tiene la ley electoral que permiten sólo pactos electorales de carácter nacional, que no pueden ser distintos luego en el plano local. Pero eso es parte del debate.

¿Se ha pensado en ambas cámaras o sólo en diputados?

La posibilidad de un acuerdo está mucho más avanzada en el plano de los diputados, pero es evidente que este es un tema que también tiene un alcance senatorial y si uno lo estudia también es factible a lo menos de intentar un doblaje en alguna circunscripción. Entonces ese es un debate que también está dentro de las tareas que cada partido tiene, antes de llegar a formularse como coalición y luego ya en el acuerdo Concertación – Juntos Podemos.

¿Está sujeto este posible pacto a la aprobación o no en el Parlamento de la reforma al sistema binominal?

Podría haber relación entre lo que pase en el Congreso y el acuerdo, dependiendo de cómo se entiende ya con más tranquilidad esta convergencia, de cuales son las argumentaciones que la hacen necesaria, de qué propósitos se pueden llegar a alcanzar del punto de vista incluso de los llamados quórum calificados. Se trata de un espacio de posibilidades que se abre y que debemos analizar desde el punto de vista de los avances que pudiesen representar.

¿Qué podría significar este acuerdo en términos de proyección política?

Yo creo que hay dos cosas que son de suma importancia, la primera es que es una de las batallas más significativas en contra del pinochetismo, lo digo así porque terminaría de ubicar en el lugar justo de la historia lo que ha sido la lucha por romper la fobia anticomunista que estuvo en la motivación del golpe de estado. Estaría abriendo un nuevo espacio en el proceso de recuperación democrática plena de las instituciones y del conjunto de la sociedad chilena. Y eso es algo que toca el interés de la mayoría de la población y particularmente a los trabajadores, puesto que siempre ha estado vinculado a las causas democráticas de mayor amplitud.

Es evidente que esto constituye una herramienta que acerca y hace factible que las grandes demandas de los trabajadores, del pueblo mapuche, de las dueñas de casa, de los intelectuales, de los estudiantes y de los distintos sectores del país se representen en proyectos y propuestas de ley especificas y concretas, propuestas entre otros por esta representación que la izquierda alcanzaría en el Parlamento. Esto más aun si es que logramos acercarnos a vencer los llamados quórum calificados, estos derechos a veto que tiene la derecha y que impiden las reformas constitucionales, por una parte, pero por otra el que muchas de las causas que el pueblo requiere representar en ley, son leyes de mayoría simple y por consiguiente habría una votación que garantizaría que esas leyes existieran.

Esto abre una dinámica muy distinta entre la lucha legitima de los distintos sectores sociales y particularmente sindical y de los trabajadores, con la lucha parlamentaria. Habría una relación de mutua influencia, una dialéctica que debiera favorecer a los intereses de la gente en su inmensa mayoría, entre la lucha – social sindical y la electoral – parlamentaria. Eso sería derechamente entrar a un estadio distinto, de otra calidad en lo que son los propósitos históricos que tiene nuestro pueblo y para el cual nosotros queremos ser altamente contribuyentes.

¿Qué opinión le merece el golpe que ha acusado la derecha por la posibilidad de este pacto?

Yo creo que los distintas editoriales de El Mercurio, las entrevistas y las columnas que formulan voceros de primer nivel de la derecha chilena manifestando gran inquietud por una parte respecto de la potencialidad que se abre respecto de un acuerdo entre la Concertación y el Juntos Podemos, que incluyen al Partido Comunista, superando la etapa en que también gastaron una suerte campaña del terror respecto a las repercusiones y qué significa la incorporación de los comunistas o de la izquierda, a un acuerdo conjunto con la Concertación. Son todas afirmaciones que toman en serio el riesgo real que le implica a la derecha chilena una eventual convergencia de este tipo y que develan por sí mismos la profundidad democrática que tiene una batalla como esta.

Creo que aquí cabe bien ese dicho: «Dejad que los perros ladren porque es señal de que avanzamos», entendiendo que la batalla en que queremos avanzar es la batalla, como dije antes, por recuperar plenamente la democracia en Chile y que es eso lo que se está manifestando en histeria, pánico, en campañas de caricaturas y descrédito que lleva adelante la derecha con el fin de abortar un posible acuerdo. La derecha toma nota de que una convergencia en este plano, donde cada uno legítimamente reivindica su identidad, pero pone en el centro temas que son de interés común, temas de interés de mayoría, les es inmensamente peligroso a sus propios intereses.

¿Y las criticas desde la izquierda ?

Lo que hasta la fecha ha surgido son ciertas formulaciones que representan una falta de trabajo en la interacción que lógicamente, por una responsabilidad histórica debe tener la izquierda. Yo tengo confianza y optimismo en que la izquierda va a tomar y vivir este tiempo con el mayor rigor de la responsabilidad que tiene con el movimiento popular. Y quiero quedarme con las formulaciones que en ese contexto se han dado, que hablan de que tenemos voluntad para, por sobre la diversidad construir una propuesta unitaria y única en el plano programático, que va a ser nuestra carta de navegación. Yo creo que más allá de legítimos alcances la lucha por finalmente romper el anticomunismo constitucional que ha llevado a que el partido comunista ya larguísimos años se encuentra fuera de la representación parlamentaria, a pesar de su apoyo electoral, a pesar de su vinculación con la lucha social y sindical, esa batalla por romper con aquello va a contar con la compresión y la contribución activa de todos aquellos que en posición de izquierda sienten que llegó la hora de democratizar el Parlamento, que llego la hora fruto de una lucha amplia para que los comunistas y las fuerzas que han estado excluidas lleguen al parlamento. Por eso las reuniones que tenemos en el seno del JPMás son reuniones históricas que serán la fuerza con que cuenta la izquierda para ganar la batalla electoral, tanto en lo presidencial como en lo parlamentario.

Es importante que las fuerzas electorales que por lo demás constituyen partidos que se han legalizado en el contexto del JPMás, tengan un intercambio intenso, vinculándose en lo que son las articulaciones que esta organización de izquierda tienen a nivel comunal haciendo una relación de mucha calidad teniendo en cuenta la opinión de la base de la influencia político social del Juntos Podemos que es una señal de que los propósitos de darle forma una articulación mayor van por buen camino. Y tanto para lo que será la Convención Programática de marzo como para estos desafíos de la definición presidencial el enfoque único y unitario en la batalla parlamentaria es un aporte que va a ser incidente, un aporte que nos permite interactuar con otros sectores, pero que ya abre el espacio que el pueblo requiere para avanzar y ganar tiempo en la batalla. De la misma forma creo que es importante para el JPMás y la izquierda las definiciones que ha tomado la CUT, de convenir con las coaliciones que han llegado al Parlamento Social y Político un esfuerzo común para romper la exclusión.