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"Bajo el subcontrato ni el gobierno respeta nuestros derechos"

Lo único que queda es luchar

Fuentes: Correo Semanal

Enviando carabineros a matar jóvenes mapuches en el sur y rechazando la contratación de los trabajadores mineros en Codelco, eso esta haciendo el gobierno mientras cambia y cambia ministros. Este espectáculo del gobierno y los medios de comunicación para desviar la atención y chutear para adelante los problemas, sólo dan cuenta de lo poco y […]

Enviando carabineros a matar jóvenes mapuches en el sur y rechazando la contratación de los trabajadores mineros en Codelco, eso esta haciendo el gobierno mientras cambia y cambia ministros. Este espectáculo del gobierno y los medios de comunicación para desviar la atención y chutear para adelante los problemas, sólo dan cuenta de lo poco y nada que Bachellet respeta los derechos laborales de millones de trabajadores, así como el desprecio que este gobierno muestra por las reivindicaciones territoriales que los comuneros mapuches están dando en el sur contra las forestales y dueños de fundo, que amparados en la propiedad privada, siguen saqueando y lucrando en tierras que fueron robadas a los habitantes mapuches y campesinos del sur.

La dirección de Codelco además de desconocer los acuerdos a los que llegó con los trabajadores subcontratistas el año pasado, gracias a las movilizaciones, ahora también esta desconociendo la ley de subcontratación. La fiscalización de la Dirección del Trabajo determina que cerca de 5000 trabajadores de las empresas contratistas deben pasar a ser empleados de planta de Codelco.

Hay que decir que la dirección de Codelco además de Pablo Arellano tiene entre sus directores a dos ministros; de Hacienda Andres Velasco y de Minería, la recién salida Karen Poniachick (que fue despedida en pleno y con mucha gratitud por los grandes empresarios de la CPC).

Codelco se ha ido de negativa con la ley de Subcontratación y contrató abogados para evitar cumplir la orden de la Dirección del Trabajo y para ello no encontró nada mejor que contratar a un equipo jurídico encabezado por un ex director de la Dirección del Trabajo en la época de dictadura; Alvaro Pizarro, abogado de la CPC, jefe del área laboral de la SOFOFA, director del Instituto Libertad y Desarrollo (que la derecha tiene para «mejorar» las políticas de la Concertación) y ademas este señor es abogado de D&S, empresa que con la cadena de supermercados LIDER, tiene más de 150 razones sociales o RUTs para hacer su negocio y de esta forma no cumplir con los minimos derechos laborales que tienen los trabajadores.

La defensa jurídica de Codelco deja claro para quien esta gobernando Bachellet

A través de la prensa y los medios de comunicación el gobierno dice que Codelco no esta en condiciones de internalizar a los trabajadores subcontratistas porque esto aumentaría los costos de producción. Pero los 308 millones de dólares que significa poner en regla los contratos y las condiciones de 5000 trabajadores, no son nada comparado con los 25 mil millones de dólares que el año pasado sacaron de ganancia y del país las empresas privadas de Cobre.

Sigue habiendo una falta de respeto hacia los trabajadores y un desprecio absoluto, cuando las leyes -tarde mal y nunca- favorecen sus condiciones económicas y laborales. El gobierno de Bachellet se niega a poner en practica una ley que incluso ha sido promulgada en su actual administración. ¿Cómo se entiende esto? ¿Cómo puede un gobierno por un lado aprobar una ley mediocre para regular el trabajo bajo sub contrato y luego cuando el organismo encargado de fiscalizar tal ley determina que tienen que pasar a planta tal cantidad de trabajadores, el directorio de Codelco -funcionarios designados por el mismo gobierno- deciden rechazar tal medida legal?

Que manera de pisarse la cola este gobierno y los empresarios, que son los que primero violan la ley, su propia ley, y después andan acusando, satanizando, interponiendo querellas y mandando a reprimir cuando los trabajadores -que no tienen ley propia que los beneficie- usan la movilización y la huelga para defender un trabajo y contrato decente que garantice condiciones mínimas para ellos y sus familias.

Este gobierno no tiene ningún respeto por la mayoría de los que laboran bajo el régimen de subcontrato, por lo tanto tenemos que ser los trabajadores los que nos hagamos respetar. Empezando por apoyar las demandas de los mineros subcontratados, hay que ganar esta lucha y para esto la negociación debe ser entre los trabajadores de todos los sectores. Ya esta comprobado que cuando se negocia con el gobierno son los empresarios los que finalmente ganan. Negociar con la Concertación es una táctica que sólo beneficia los intereses de los grandes empresarios, ellos tienen miedo de que los trabajadores sean reconocidos con contratos decentes. En la Concertación no hay espacio para que las demandas de los trabajadores sean resueltas, a los dirigentes y partidos concertacionistas, sólo les interesa mantenerse en el poder para seguir recibiendo los beneficios que dan los puestos del Estado.

Tenemos que hacernos respetar y el respeto lo vamos a conseguir cuando los trabajadores seamos capaces de levantar organizaciones sindicales y políticas independientes del gobierno y de las direcciones de los actuales partidos, aunque se hagan llamar de «izquierda». Los partidos tradicionales de izquierda que formalmente existen, principalmente PS y PC, sólo sirven para instalarse como mediadores y para negociar acuerdos que finalmente son desconocidos.

El PS y el PC lamentablemente ya dejaron atrás cualquier intención seria de ponerse al lado de los trabajadores, siendo parte del gobierno uno y apoyando (su dirección) al gobierno el otro, francamente es bien poco lo que se puede esperar ya de estas organizaciones. Cada vez que los trabajadores se movilizan muchos de los dirigentes políticos y sindicales de estos partidos adoptan rápidamente un lenguaje radical para ponerse a la cabeza y terminar negociando con el gobierno, pero una vez que pasa el temblor, ellos vuelven a sentarse en sus sillones y oficinas a disfrutar de los privilegios económicos y sociales que se consiguen siendo parte de la burocracia estatal, parlamentaria, sindical y partidaria.

Es necesario preparar y organizar una huelga general

El problema del sub contrato es una lucha que tenemos que apoyar todos, especialmente los que en todas las ramas de la economía estamos sometidos a este sistema de trabajo. Hoy son los trabajadores mineros, pero mañana serán los del comercio, la educación, la salud, la pesca, la agroindustria, la construcción, las forestales etc., todos tenemos que salir a la calle a exigir que se respeten y se mejoren nuestras condiciones de trabajo.

Hay que discutir y preparar el terreno para llevar a cabo en los próximos meses una huelga general exitosa que ponga en su lugar a los empresarios que siguen pagando mal y maltratando a los trabajadores. En esta tarea los trabajadores mineros y sus dirigentes mas comprometidos con sus compañeros, son los que tienen la misión de hacer un llamado a los demás sectores.

Esta tarea también le corresponde a los activistas y organizaciones políticas de la izquierda revolucionaria que no están coqueteando y negociando con la Concertación ni menos con la derecha, es decir, los que simplemente están defendiendo los derechos y mejores condiciones de vida para nuestra clase.

A la preparación de una gran huelga general, debe sumarse la necesaria discusión para sentar las bases de una nueva organización política de la clase trabajadora. Ya que cualquier concesión o ley en beneficio de los trabajadores es rápidamente enterrada, como ya lo están experimentando los trabajadores mineros subcontratados. La ausencia de un verdadero partido de trabajadores se nota en lo que esta haciendo Codelco hoy con sus trabajadores.

El llamado a apoyar la lucha de los mineros tiene que concretarse en acciones para organizar y preparar una huelga general exitosa para Marzo y en esto la tarea de comenzar a construir una nueva organización de la clase trabajadora debe estar presente. Los trabajadores somos capaces de romper con las políticas y leyes neoliberales que defiende el gobierno y la oposición de derecha y en esto cualquier intento por seguir dándole respiración y aire progresista a un gobierno que aplica a punta de represión en las tierras mapuches del sur o en las minas de cobre, es simplemente traicionar los intereses de la clase trabajadora chilena, que unida y con un programa de transformación socialista, será invencible.

El país y el planeta necesitan que la clase trabajadora redistribuya la riqueza, de una manera sensata, que logre mejorar las condiciones de vida de los pobres, que revierta el daño medio ambiental y logre instalar una alternativa socialista y democrática de gobierno. Un gobierno de los trabajadores es posible y Juntos Podemos.

Andrés Aravena (Socialismo Revolucionario, Comité por una Internacional de Trabajadores, CIT)