El viceministro de Industria e interventor de la Dirección de la Propiedad Intelectual, Ing. Walter Bogarín, aseveró ayer que los mayores responsables del caos en la Dirección de Propiedad Intelectual son los propios agentes (abogados) que presentan sus solicitudes plagadas de irregularidades y que, curiosamente, «corrían», probablemente gracias a funcionarios también sin escrúpulos. Afirmó que hasta que se intervino esta dependencia, el 12 de diciembre del año pasado, todo el proceso seguía intacto.
Dijo esto ante la denuncia hecha por el Colegio de Agentes de Propiedad Intelectual, de que la intervención, aparte de llevarse a cabo violando las leyes y la propia Constitución Nacional, ha paralizado absolutamente todo el proceso, con graves perjuicios para los agentes y los propietarios de las marcas y los modelos industriales.
Entre las irregularidades detectadas y están dando mucho trabajo a la intervención hay cartas vencidas o que vencen en 60 días, de expedientes del 2005, pero mientras no tengan la carta poder en forma no les vamos a firmar. «No acreditan que representan a alguien, y en esas condiciones cómo una oficina pública va a reconocer la acción de un abogado que dice representar a alguien y que no lo comprueba con un documento; eso hace a la seriedad jurídica, a la responsabilidad profesional del agente; sencillamente, presentan solicitudes y no tienen poder», aseveró.
Añadió que otras documentaciones se presentan con derecho propio, pero no está presente la cédula de identidad. Dijo que hay en este momento 24 títulos y modelos industriales presentados que, por el sistema de trabajo anterior, hubieran sido aprobadas, pero que rayan en la irresponsabilidad y riñen con el sentido común. «No se puede pretender dar modelos industriales que están en el mercado hace 20 ó 30 años, con el objetivo de extorsionar a la gente. Estos títulos los hemos revocado y estamos en gestión jurídica de revocar otros que fueron concedidos de la misma forma. Eso molesta a mucha gente, porque le tocamos sus intereses», sostuvo.