El recuerdo de Manuel Vázquez Montalbán reunió ayer en el Saló del Cent del Ayuntamiento de Barcelona a 19 autores que compartieron con el catalán la afición literaria por la intriga policiaca. Los escritores, participantes en el primer encuentro sobre novela negra europea, rindieron homenaje a Montalbán en un acto al que se sumaron el […]
El recuerdo de Manuel Vázquez Montalbán reunió ayer en el Saló del Cent del Ayuntamiento de Barcelona a 19 autores que compartieron con el catalán la afición literaria por la intriga policiaca. Los escritores, participantes en el primer encuentro sobre novela negra europea, rindieron homenaje a Montalbán en un acto al que se sumaron el alcalde de Barcelona, Joan Clos; la consellera de Cultura, Caterina Mieras, y el editor de las obras de Carvalho, José Manuel Lara, presidente del grupo Planeta.
El concejal de Cultura, Ferran Mascarell, recordó que esas jornadas, que acaban hoy en el Centre de Cultura Contemporània, se plantearon inicialmente como un encuentro de detectives de ficción encabezados por Pepe Carvalho. La muerte de Manolo –el 18 de octubre del 2003– dio al traste con la idea y la transformó en lo que ha sido: debate de autores a la búsqueda de identidad para la novela negra europea.
El homenaje de ayer –frío y en exceso académico– tuvo al final, y por boca de Clos, una buena noticia para los amantes del género literario: un velado compromiso de continuidad. «Me gustaría que el encuentro se repitiera –dijo el alcalde–, veremos si hay fuerza para ello».
EL ESPACIO SIDERAL
Tres autores tomaron la palabra. Francisco González Ledesma recordó «al amigo, al periodista, al conspirador y al escritor», y al hombre que le ayudó a descubrir que en cada rincón de la ciudad «hay una pequeña patria». El griego Petros Márkaris se definió como alumno de Montalbán —«aprendí de él a mirar el pulso de la ciudad con sarcasmo, e ironía»— y afirmó que los temas tratados en el encuentro «están en las novelas de Carvalho». La italiana Donna León se refirió a la quema de libros, hábito frecuente de este detective, para concluir que «sólo los grandes autores pueden resumir en una frase la esencia de la vida».
Lara habló de su relación con Montalbán como editor, amigo y lector y le recordó como «introvertido, difícil a veces, que nunca buscó ser el chico más divertido de la reunión», y la consellera le convirtió en «símbolo de la conciencia democrática». Anna Sallés, esposa del escritor, dio las gracias a todos y aseguró que las cenizas de Manolo «están en alguna parte del espacio sideral satisfechas por esta reunión en torno a la novela negra».