Es imprescindible una reconstrucción crítica, balanceada, honesta de los proyectos del independentismo puertorriqueño de las pasadas seis décadas,
Sale hoy una noticia con declaraciones de Paul McCartney en la que dice que fue Jonh Lennon el causante de la disolución del grupo de rock, tan o más famoso o influyente que Mozart o Beethoven (1). ¿Y que tienen que ver los Beatles con la historia y renovación del patriotismo preguntarán ustedes? A eso voy.
Resulta que los Beatles sentaron tendencia mundial en la música y también en las ideas y preferencias de multitudes juveniles en la década de los 60 y 70 e incluso hoy. Fue un grupo humano, un proyecto histórico cultural concreto humano que impactó como el más grande meteoro a una era. Las generaciones del patriotismo y de otras tendencias de esa era estuvieron influidas por aquel grupo y aquella totalidad.
Y es curioso que las causas de la disolución de un cuarteto sea objeto de debate más de 40 años después. Así de difícil y complejo es la reconstrucción de la historia. La historia sí fuera perfecta e inmaculada debería ser imagen de espejo, eco, tatuaje, huella exacta de los acontecimientos del presente. Pero es imposible reconstruir cada evento del pasado, así como del presente, desde la forma que chocaron o chocan los átomos hasta los sentimientos de cada humano. Por eso la función del pensamiento en todas sus disciplinas es intentar aproximarse humildemente al pasado y al presente para incidir y transformarlo para bien, éticamente, correctamente.
Los Beatles nos impactaron, a mí me impactaron, todavía influyen en el presente. Y es motivo de reflexiones y proyectos culturales la historia y causas de disolución de este grupo de rock.
Y entonces le pregunto a los integrantes de mi generación y de diversas generaciones: ¿porqué no se examina con pensamiento crítico y ético los movimientos, partidos, periódicos, grupos culturales y múltiples proyectos del patriotismo? El problema con la narrativa apologética es que empalaga, se convierte en novela color de rosa, se desprestigia, porque la vida no ocurre así. Pero reconstruir la historia es difícil. La censura, la mezquindad humana, las pasiones pueriles, los intereses y egoísmos pululan en cada lugar. Imaginen a un aspirante a historiador que intenta reconstruir la historia de un partido o proyecto como tesis doctoral y se lanza al ruedo, al mundo, a su cometido. Los intereses particulares, prejuicios, formación de los protagonistas, testigos, supervisores de tesis, y del propio historiador, entre otros factores, incidirán en el producto de tesis final.
Hace falta, es imprescindible una reconstrucción lo más crítica, balanceada, honesta, ética posible de los proyectos del independentismo de las pasadas seis décadas, hasta el día de hoy inclusive. La tendencia independentista pretende ser la vanguardia, la representación con decoro más sublime y firme de una nacionalidad poderosa.
La reconstrucción de su historia para el beneficio de las generaciones futuras no puede ser bagazo insulso, aperitivo empalagoso, cuento de hadas. Debe ser crónica brava y lo más precisa posible de lo ocurrido. Hay mucho por hacer. Invito a los viejos a colaborar con las nuevas generaciones, a decir todas las verdades, en sus recuentos y memorias. Lo mismo deberían hacer los Beatles vivos.
(1) Paul McCartney asegura que John Lennon fue el responsable de la separación de The Beatles – El Nuevo Día
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