En entrevista telefónica desde Veracruz, Patricio Ortiz (1965) habla de la campaña No + Sangre: «El caricaturista Eduardo del Río –Rius– fue quien lanzó esta iniciativa, Rius es una persona muy querida y un intelectual muy reconocido, lo que permitió que hasta los medios de comunicación más cerrados le abrieran un espacio y lo invitaran […]
En entrevista telefónica desde Veracruz, Patricio Ortiz (1965) habla de la campaña No + Sangre: «El caricaturista Eduardo del Río –Rius– fue quien lanzó esta iniciativa, Rius es una persona muy querida y un intelectual muy reconocido, lo que permitió que hasta los medios de comunicación más cerrados le abrieran un espacio y lo invitaran a conversar sobre la campaña No + Sangre. Una vez que los medios se dieron cuenta de lo que pasó, nunca lo volvieron a invitar, pero el ‘daño’ ya estaba hecho, la campaña prendió y después la gente la hizo suya». El epílogo de No + Sangre lo escribió el poeta Javier Sicilia junto al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Autor de los cómics: Los Miserables, La Corporazzione, El Nuevo Vulgarús, Hombre-Man, La Enchilada Completa, y cofundador de las revistas: El Chahuistle y El Chamuco; Patricio impulsó a sus colegas caricaturistas para incursionar en una editorial: «Puedo decir que gracias a mis libros ‘originales-piratas’ -concepto de mi invención-, hice muchísimos nuevos amigos. Algo muy importante es que gracias al primer libro que edité, animé a mis compañeros y socios, y pronto El Chamuco se convertirá en editorial. Empezaremos con el nuevo libro del caricaturista Rafael Barajas El Fisgón sobre el narcotráfico, que ya está en producción; también tenemos un libro inédito del maestro Rius sobre aforismos y otros materiales gráficos en proyecto».
MC.- ¿Cuándo te diste cuenta de tu vocación caricaturesca?, ¿quién fue tu mayor influencia en el humor gráfico?
PO.- Dibujé desde muy chico. Es más, no puedo recordar algún momento en que no dibujé, seguramente existe, sólo que no lo recuerdo. Definitivamente en la escuela lo único que hacía era dibujar. Mi primera influencia fuerte fue un compañero del trabajo de mi papá, llamado Roberto, que hacía historietas para campesinos, eran manuales de monitos con cosas técnicas que fueran comprensibles en el ámbito rural. Él fue mi primer maestro de dibujo y caricatura.
MC.- ¿Cómo definiste tu trazo?, ¿los personajes grotescos y gordinflones pertenecerían a la oligarquía?; en cambio, ¿los miserables serían flaquitos y entrañables?
PO.- No necesariamente. En mi trabajo no hay malos muy malos y buenos muy buenos. Los gordos abundan porque así es en la vida real -mis personajes han ido subiendo de peso con el incremento de las tasas de obesidad- y algunos de los directivos que aparecen en «La Corporazzione» son flacos y con cara de ave de rapiña, tipo el señor Burns de los Simpsons.
MC.- Los caricaturistas impulsaron la campaña «No + Sangre», ahora el poeta Javier Sicilia encabeza un Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad; ¿imaginaron que lograrían semejante impacto mediático?, ¿cuál sería el epílogo de No + Sangre?
PO.- No imaginamos que el impacto mediático sería tan grande, pero es comprensible que así fuera porque mucha gente en nuestro país está: «Hasta la madre». El caricaturista Eduardo del Río –Rius– fue quien lanzó esta iniciativa, Rius es una persona muy querida y un intelectual muy reconocido, lo que permitió que hasta los medios de comunicación más cerrados le abrieran un espacio y lo invitaran a conversar sobre la campaña «No + Sangre». Una vez que los medios se dieron cuenta de lo que pasó, nunca lo volvieron a invitar, pero el «daño» ya estaba hecho, la campaña prendió y después la gente la hizo suya. Nuestra tarea es darle continuidad, y en eso estamos; afortunadamente tenemos la revista El Chamuco y eso ayuda mucho.
MC.- La poesía vive entre el lenguaje simbólico y abstracto, haciendo crítica social, al igual que el humor gráfico; ¿cuántos puntos de encuentro existen entre poesía y caricatura?
PO.- Yo creo que muchos y que tienen nombre en específico. Pienso, como referentes inmediatos, en Ahumada -de La Jornada– y en Boligán -de El Universal-, ambos son poetas gráficos. Pero debe de haber muchísimos más.
MC.- Una de tus grandes preocupaciones son las migraciones, recuerdo una contratapa de «La enchilada completa», cuando los personajes se alegran de encontrar a la «Border/USA», en lugar de «Los Zetas» o de la policía mexicana; ¿cómo explicarías a lectores latinoamericanos el sistemático secuestro de migrantes en México?
PO.- Es muy fácil y muy terrible. El Instituto Nacional de Migración es una institución del Estado mexicano, pagada con nuestros impuestos, que se encarga de secuestrar a los migrantes centroamericanos y entregarlos a las organizaciones criminales para que extorsionen a sus familiares, que ya se encuentran en los Estados Unidos viviendo el sueño americano. Una vez que pagan, imagino que los agentes les dan un salvoconducto para que lleguen a salvo a la frontera. Comparados con los de la migra mexicana, los de la «Border Patrol» parecen una organización humanitaria.
MC.- Cambiando de tema, los moneros tomaron las riendas administrativas de la revista El Chamuco, algo me contó «Helguera» sobre los plagios que sufrieron durante las sociedades con varios editores usureros; ¿los cuadernos de dibujo son menos demandantes que los libros contables?, ¿cómo les va en su experiencia de microempresarios?
PO.- Por increíble que parezca, todo indica que resultamos buenos empresarios (risas). La revista estaba en una situación financiera muy delicada cuando tomamos la administración, pero hemos ido enderezando las cosas poco a poco. La situación no deja de ser difícil, básicamente porque somos una revista con la que nadie se quiere anunciar, pero los lectores fieles, que son miles, nos mantienen a flote. Tenemos ahora una administración muy confiable, lo que resulta un gran alivio, y nadie le está metiendo mano al cajón, lo que también es algo que nunca nos había ocurrido en el pasado.
MC.- ¿Por qué le están apostando a la autoedición de libros?, ¿El Chamuco publicará las Obras Incompletas de Patricio?
PO.- Mi experiencia con las editoriales grandes no ha sido muy buena e imagino que su experiencia conmigo tampoco (risas). Por un lado, no le ponen atención a los libros, a menos que sean un best seller -y a veces ni a esos-, la distribución es mala, una vez que las librerías regresan los libros los encierran en las bodegas y nadie los vuelva a ver. Yo hice el experimento de imprimir un libro por mi cuenta: el Tomo I de Los Miserables, en una edición bastante rudimentaria, y aproveché la revista, Internet y el servicio postal mexicano para armar una red alternativa de venta. Ha funcionado muy bien pues he vendido varios centenares de libros, que cuestan la mitad de lo que costaban los que hice con las grandes editoriales, y a los que, en vez de ganarles el 10%, les gano el 70%. Lo mejor de todo, sin embargo, ha sido el contacto directo con los lectores, he recibido verdaderas joyas por correo electrónico: algunas muy chistosas y otras muy emotivas. Puedo decir que gracias a mis libros «originales-piratas» -concepto de mi invención-, hice muchísimos nuevos amigos. Algo muy importante es que gracias al primer libro que edité, animé a mis compañeros y socios, y pronto El Chamuco se convertirá en editorial. Empezaremos con el nuevo libro del caricaturista Rafael Barajas El Fisgón sobre el narcotráfico, que ya está en producción; también tenemos un libro inédito del maestro Rius sobre aforismos y otros materiales gráficos en proyecto.
MC.- He visto cápsulas de tu autoría, sobre el Vicentenario (1810-2010) y otros cómics; ¿continuarás con la animación digital de Los Miserables?, ¿incursionarás en algún proyecto de largometraje?
PO.- Mi sueño y aspiración es seguir haciendo animación. No es fácil, requiere muchísimo tiempo y nadie la quiere pagar. Pero seguiré insistiendo, mi meta es aprender la mecánica de varios programas especiales para animación, y seguir haciendo cosas poco a poco, animaciones cortas. Creo que pensar en hacer un largometraje, por ahora, es un suicidio; mientras no tenga la seguridad de que la película me quede como Persépolis, prefiero no hacerla. Porque cuando vi la película argentina Boogie El Aceitoso casi me muero de la decepción y del coraje.
MC.- El 20 de mayo, en el marco de la FIL Xalapa 2011, se realizó el primer Encuentro de monos, moneros y otras monerías; ¿qué debatieron mano a mono?, ¿habrá una segunda edición?
PO.- El Encuentro de monos, moneros y otras monerías de Xalapa (Veracruz) fue un éxito rotundo, a tal grado que el auditorio universitario nos quedó muy chico y cientos de personas se quedaron afuera. Ya me dijeron que para el encuentro del próximo año contaremos con un foro al aire libre, para que todos puedan asistir. Efectivamente, habrá un segundo Encuentro de moneros, espero que podamos hacer también una buena exposición de monos y que contemos con material de animación para proyectar. Mi idea es que el encuentro sea tanto de monos como de animación, para que eventualmente podamos organizar en Xalapa un festival de animación.
MC.- Finalmente, cada año la FIL Guadalajara organiza el Encuentro Internacional de Historieta; pero si tú pudieras hacer un Encuentro Internacional de Caricaturistas en Xalapa, ¿a quién invitarías?, ¿con qué monero te gustaría tomar la alternativa?
PO.- Mi lista de invitados del más allá serían: Iván, monero español ya fallecido, que me ha hecho llorar de risa tantas veces; El Negro Fontanarrosa, mi gran héroe; Carlos Dzib, gran monero yucateco; también Don Martín y Abel Quezada, a quien le rogaría que me enseñe a pintar como él. Y de los vivos, a todos mis compañeros del Chamuco, por supuesto a Sergio Aragonés, Al Jaffee, Marjane Satrapi, Forges, Palomo y Quino. ¿Qué tal ves mi lista?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.