Miami.- El 12 de septiembre se conmemoró siete años desde que nuestros 5 compatriotas: Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René fueran injustamente encarcelados por orden directa de la Casa Blanca -la Casa Blanca desde donde gobernaba Bill Clinton no George W. Bush-, como hace dos años confesó la entonces Consejera para Asuntos de Seguridad Nacional, […]
Miami.- El 12 de septiembre se conmemoró siete años desde que nuestros 5 compatriotas: Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René fueran injustamente encarcelados por orden directa de la Casa Blanca -la Casa Blanca desde donde gobernaba Bill Clinton no George W. Bush-, como hace dos años confesó la entonces Consejera para Asuntos de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
En un discurso hace unos meses, el presidente cubano, Fidel Castro, explicó detalladamente cómo, entre 1997 y 1998, las más altas instancias del FBI, de mil maneras, insistieron en reunirse con autoridades cubanas para entre ambas partes dar fin a las campañas terroristas que desde territorio norteamericano dirigen y financian organizaciones de la extrema derecha cubano-americana. Fidel también explicó en esa ocasión cómo el FBI, después de que altos funcionarios de ese Buró se reunieran en La Habana con sus homólogos cubanos, en vez de utilizar la tan deseada información para dar fin a esas campañas terroristas, la usaron para encarcelar a los 5, quienes habían obtenido gran parte de esa información infiltrados en las organizaciones terroristas de la extrema derecha cubano-americana en Miami.
Sólo gobiernos, como los de Estados Unidos, debidos a monstruos por ellos creados pueden actuar de manera tan impúdica. Y los gobiernos de Estados Unidos por las últimas cuatro décadas se han debido a los monstruos que son los terroristas, y las organizaciones que los apoyan y financian, de la extrema derecha cubano-americana.
Si verdaderamente entonces hubo un sector de los servicios especiales estadounidenses interesado en dar fin a esas organizaciones terroristas, indiscutiblemente, los monstruos, sus aliados, y cómo la Casa Blanca de Clinton valoró sus prioridades políticas en el patio, le ganaron esa partida.
Si escandaloso fue arrestar a quienes en Miami combatían al terrorismo, fue inmoral acusar a los 5 de delitos por ellos nunca cometidos –como el de conspiración para cometer espionaje contra los Estados Unidos y el de conspiración para cometer asesinato–, y entonces someterlos a un juicio en Miami plagado de las más inverosímiles violaciones procesales. Además de hacerles sufrir, en el transcurso de los siete años y días que llevan presos, a largos períodos de oprobioso confinamiento solitario con los fines de humillarlos y hacerles desistir de sus inquebrantables compromisos con la justicia y con la Patria.
Tan es así que el 9 de agosto pasado el Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito con sede en Atlanta, en decisión unánime, anuló su juicio y sus condenas y, anteriormente, en junio pasado, el Grupo de Trabajo de la Comisión de Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en parte compuesto por especialistas de países europeos aliados de Estados Unidos, también unánimemente, declaró ilegales su juicio y el mantenerlos confinados.
Es por todo eso que se hace imprescindible exigir su inmediata libertad. Los 5 no pueden seguir presos indefinidamente. Son siete años el tiempo que el gobierno estadounidense, a través de procesos declarados ilegales y nulos por sus propios tribunales, han arbitraria y aviesamente violado su libertad. Nuestra consigna debe ser: ¡Ni un día más!, hasta que finalmente se logre hacer justicia.
A la fiscalía federal se le concedió treinta días adicionales, hasta el 29 de septiembre, para decidir si impugnará o no la decisión del Tribunal de Apelaciones. Si la fiscalía decidiera no impugnarla, como es el parecer de muchos especialistas, entonces ésta tendría otros seis meses para decidir si va o no a un segundo juicio. Súmense otros largos meses adicionales, que se podrían convertir eventualmente en años, en los varios y dilatados recursos disponibles a ambas partes, antes de que se llegue a una decisión final sobre los 5.
¿Y todo ese tiempo, seguirían presos los 5? No puede permitirse semejante violación de derechos, semejante violación de la justicia. ¡Ni un día más!, será nuestra consigna en la lucha por su liberación.
*Andrés Gómez es director de Areítodigital