«Devuélveme las estrellas de la infancia, para que pueda emprender, con los pájaros pequeños el camino del regreso, al nido donde tu aguardas» Mahmoud Darwish Hoy, 12 de septiembre de 2014 hace 16 años que tres de los Cinco cubanos continúan presos políticos en los EE.UU. Llevo en esta lucha más de diez años, sin […]
Mahmoud Darwish
Hoy, 12 de septiembre de 2014 hace 16 años que tres de los Cinco cubanos continúan presos políticos en los EE.UU.
Llevo en esta lucha más de diez años, sin cansarme, sin titubear y no solo por mi conciencia, son ellos mismo, los Cinco los que nos regalan sus fuerzas.
Ayer estuve en el primer día del X Coloquio por la Libertad de los Cinco cubanos y contra el Terrorismo y fue como «cargar mis baterías». En el mundo, es un momento aterrador, entre guerras, contaminaciones, egoísmo y cinismo. A veces, parece que nosotros, «los buenos», no podemos vencer, que poco a poco el materialismo y el poder destructivo son los que gobernarán el planeta. Pero no, por suerte siempre un rayo de luz nos llega para confirmar que todo no está perdido. En el camino, dejamos compañeras y compañeros…que se trasladaron a un mundo paralelo para protegernos y ayudarnos. Un día como hoy no podemos olvidar quienes lucharon con nosotros hasta su muerte, como Leonard Weinglass, el padre y el hermano de René, las madres de Ramón y Gerardo. Y como no recordar a mi hermana querida Celia Hart Santamaría, que nos abandonó el 7 de septiembre de 2008, dejando un vacío enorme. Extraño no poder preguntarle nuevas estrategias para la libertad de nuestros hermanos y no poder leer más sus artículos tan iluminantes. No es la primera vez que hablo de ella por tratar el tema de los Cinco…es que su alma no se puede dividir de las de mis hermanos prisioneros políticos, y no puedo permitir que tampoco olvidemos el legado de Celia. Tony la llamaba «mujer ejemplo» y le recordaba una y otra vez que «tu corazón late aquí junto al mío, al nuestro. Sigue escribiendo luchando y amando».
Pero no pudo seguir, un destino cruel le robó su tiempo… y por eso también hay que sumar más gente, tocar más puertas para lograr la libertad.
Ayer fue un día de energía positiva, yo se que Celia estaba allí, llegó en espíritu al evento, y también todos los delegados que hablaron en la asamblea nos regalaron fuerzas para seguir. No se pongan celosos los otros, pero seguramente la más fuerte y dulce fue Wafy Ibrahim, revolucionaria y coordinadora del Comité Libanés de Solidaridad por la Liberación de los Cinco Héroes, que nos recordó que Palestina y los Cinco tienen el mismo enemigo genocida, que hay que derrotar, por eso nos mostró un video hermoso de un expreso palestino que deseaba la libertad para sus hermanos cubanos y enviaba sus palabras con las olas del mar, esta inmensidad que sana dolores y levanta el alma. Es hermoso ver como un pueblo en lucha, un pueblo que buscan desaparecer de la faz de la tierra sepa acordarse de otros que sufren.
Las lágrimas fueron muchas, pero no de tristeza, sino de amor, como dice mi amiga Karla Lara, cantante hondureña, «yo observaba la escena y me secaba las lágrimas porque tanto amor no me cabe en el cuerpo y se me desborda por los ojos, ¡no se otra forma de explicarlo!».
Otro momento muy fuerte fue cuando los hijos de los Cinco contaron como vivieron estos 16 años, estos momentos tan duros que nadie podrá borrar. Aylí Labañino dijo que la frase «¡ya está allí!» es una forma de despedirse de los Cinco, que saben que más temprano que tarde saldrán libre y me pareció muy linda y prometedora. Siempre Aylí, agradeciendo la solidaridad internacional, recordó que ella, para entender como contar sus experiencias con su padre en las charlas por los Cinco, llegó a saber que tenía que quitarse el corazón, ponerlo en las manos de los presentes y así tocar sus almas, tocar las cuerdas emocionales para que interiorizaran el dolor.
Y no solo el dolor, sino las emociones, la fuerza, la resistencia, la moral de estos Cinco hombres: el enemigo yanqui sabe que no tiene la razón, que el proceso fue una farsa, no puede mirar mis hermanos a los ojos.
En el panel de reunión de los parlamentarios, donde se encontraban personas valientes como las asambleístas María Augusta Calle, de Ecuador, y Justa Pérez, de Nicaragua, estaba también Maruchi, la hermana de Tony, que recibió una llamada de él mientras trabajaban. Nunca había escuchado la voz de Antonio en vivo, nunca había tenido el privilegio de percibir su fuerza y alegría mientras agradecía por el trabajo de la solidaridad… una vez más son ellos mismos, los Cinco, los que nos alientan, los que nos hacen latir más rápido el corazón y principalmente, nos comprometen.
¿Y como no comprometerse cuando, después de escibirle a Tony que estaba en la sala y había escuchado su voz, el mismo afirmó: «Si hubiese sabido que estabas allí te hubiera saludado directamente»? Y termino con Celia, una y otra vez: «como ocurre cuando la verdad se tiene por aliada, la comunicación oportuna debe ser nuestra arma de combate. Decirlo, y decirlo en todos los idiomas, y decirlo en canción y en verso y en novela y en música; gritar esta verdad en manera apasionada. ¡Los Cinco deben ser excarcelados!».
Ida Garberi es columnista de Cubainformación
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