1. No tengo duda de que Rafael Correa es un académico y político muy habilidoso que obtuvo la presidencia de Ecuador al iniciarse 2007 con el enorme apoyo de partidos y organizaciones de izquierda y progresistas, pero pasados un par de años cambió de posición. No se olvide que Correa en 2007 era -junto a […]
1. No tengo duda de que Rafael Correa es un académico y político muy habilidoso que obtuvo la presidencia de Ecuador al iniciarse 2007 con el enorme apoyo de partidos y organizaciones de izquierda y progresistas, pero pasados un par de años cambió de posición. No se olvide que Correa en 2007 era -junto a Hugo Chávez y Evo Morales- conformaba el trío de gobiernos antiimperialistas que proclamaban los profundos cambios constitucionales y el «socialismo del siglo XXI». Pero pronto Correa fue convencido por el capitalismo internacional de que Ecuador para modernizarse debería abrir sus puertas al capital internacional urgido de petróleo, de minería, de agua, de tierras y que el país poseía mucho. Desde entonces comenzó a «pensar en grande» y sus viejos aliados, encabezados por los indígenas de la CONAIE, el Movimiento Popular Democrático (MPD), un partido de izquierda que aglutina a la Unión Nacional de Educadores (UNE), comenzaron a abrir los ojos.
2. La CONAIE (La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador) ha sido acusada por Correa de aliarse «con partidos de derecha y grupos económicos» como las cámaras de comercio para evitar su reelección en 2013, aunque aún no define su candidatura. Correa tiene el respaldo de otros sectores indígenas y su popularidad, según algunas encuestas, es alta. Humberto Cholango negó de manera rotunda que la CONAIE conspire contra Correa y responsabilizó al gobierno de eventuales hechos violentos. «Jamás nos vamos a prestar para intentar un golpe de Estado», aseguró. La CONAIE -con un enorme prestigio en América Latina- participó en la caída de los presidentes Abdalá Bucaram en 1997 y Jamil Mahuad en 2000. Correa es el gobernante que más ha durado en el cargo desde 1996, período en el cual Ecuador ha tenido ocho mandatarios, tres de ellos derrocados.
3. Algunas consignas de la marcha -a la que se han unido profesores y estudiantes- que partió de El Pangui, en la provincia amazónica de Zamora Chinchipe (sureste), y finalizará el 22 de marzo en Quito, tras un recorrido de unos 700 km, son: «No queremos inversión si es para la destrucción», «El agua no se vende, el agua se defiende», «Correa Minero, el agua está primero» fueron plasmados en carteles. La «marcha por el agua, la vida y la dignidad de los pueblos» es para protestar contra políticas del gobierno que «afectan a los indígenas» y «violentan» la Constitución de corte socialista promulgada por Correa en 2008, dice la CONAIE. Exige que el Congreso -donde el oficialismo tiene el mayor bloque- apruebe leyes para regular el manejo del agua y redistribuir tierras, rechaza la minería a gran escala y denuncia la «criminalización de la protesta social», el cobro de nuevos impuestos y los despidos de burócratas.
4. El gobierno firmó el primer contrato minero a escala industrial con la china Ecuacorriente para explotar cobre en Zamora Chinchipe. La Conaie y el Ejecutivo intentaron reconciliarse a fines de 2009, pero los indígenas rompieron el diálogo acusando a Correa de ejecutar un programa neoliberal solapado. En mayo de 2010, la organización protestó durante diez días en Quito en rechazo a un proyecto que votaría la Asamblea sobre el manejo del agua, logrando un compromiso legislativo para consultar a los aborígenes. Los indígenas, que dicen ser la tercera parte de los 14.5 millones de ecuatorianos, aseguran que esa iniciativa les quitaba el control del líquido vital en sus pueblos y favorecía a mineras y embotelladoras. Pero el gobierno sostiene que el objetivo de la Conaie es acaparar el manejo del agua y denuncia que la marcha busca desestabilizarlo, emulando la movilización indígena de 2011 en Bolivia contra un proyecto carretero del presidente Evo Morales.
5. El presidente Correa, en una concentración en la Plaza de la Independencia señaló que hay que resistir pacíficamente. Inició concentraciones el 8 de marzo para decirles a los asistentes: «aquí estamos y esta revolución no la detiene nada ni nadie!». También instó a sus seguidores a «continuar movilizados hasta el 22 de marzo» y superar con creces a sus detractores. ¿Puede olvidarse aquel 30 de septiembre cuando Correa acusó a policías descontentos de quererle dar un golpe de Estado? Parece que Correa en vez de recuperar aquellos principios democráticos y de escuchar las demandas que adoptó en las elecciones de 2006 y comenzó a aplicar los dos primeros años, ahora está decidido a enfrentar a todos los que protestan contra su gobierno. ¿En dónde quedó aquel presidente antiimperialista que junto a Chávez, Morales, Castro, Ortega, estaba dispuesto a construir una gran oposición al saqueo imperial y contra las bases militares yanquis?
6. En México, desde las izquierdas, tenemos muchas experiencias de marchas de profesores, de campesinos, indígenas y obreros. El EZLN, López Obrador, los electricistas, Sicilia, la APPO, los profesores, etcétera, han realizado dos o tres semanas de marchas en las carreteras del país para luego llegar a la ciudad de México en medio de grandes recibimientos, aplausos y alegrías. Esto quiere decir que en México hay un enorme colchón político que impide que las marchas terminen en choque tal como parece que se prepara en Quito para el próximo 22, y ha sido practicado por el mismo Correa aquel 30 de septiembre. Sería realmente un crimen condenable si Correa llegara a reprimir la marcha en cualquier día de estos o los espera el 22 para inventarles cualquier cosa contra ellos. Eso nos advierte que debemos estar muy atentos a esa gran marcha de 700 kilómetros de los indígenas y aliados exigiendo justicia.
7. No tengo duda de que la marcha se hará cada vez más grande y la Plaza de la Independencia de Quito es muy pequeña para resistir a más de 20 mil indígenas que llenarán todas las calles de acceso. Lo que debe hacer Correa es reflexionar seriamente y deshacerse de sus consejeros yanquis y ecuatorianos que lo han llevado a traicionar sus viejos principios y los compromisos con los electores que lo llevaron al gobierno en 2006. Espero que Chávez, Morales, Castro, Ortega, se acerquen a él para orientarlo y obligarlo a rectificar con el fin de que su política neoliberal y «modernizadora» la tire en el caño del drenaje antes que el pueblo ecuatoriano lo expulse a él del gobierno. Durante estos diez días los ecuatorianos van a tomar partido y seguramente lo harán por los indígenas, profesores y estudiantes que han decidido salir a la calle a luchas por sus derechos. ¡Alto a la represión! ¿Viva la lucha de los pobres del campo!
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