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Los jóvenes abuelos del 68

Fuentes: Rebelión

Hace 50 años en 1968 se inició algo nunca visto hasta ese momento en la historia de la humanidad. En diferentes partes del mundo (Alemania, EU, Francia, Checoslovaquia, Polonia, México, Argentina, Chile, Uruguay y otros) los jóvenes mayoritariamente universitarios de esa época salieron a las calles y a las plazas públicas a manifestar y denunciar […]

Hace 50 años en 1968 se inició algo nunca visto hasta ese momento en la historia de la humanidad. En diferentes partes del mundo (Alemania, EU, Francia, Checoslovaquia, Polonia, México, Argentina, Chile, Uruguay y otros) los jóvenes mayoritariamente universitarios de esa época salieron a las calles y a las plazas públicas a manifestar y denunciar su inconformidad ante un mundo viejo y autoritario, lleno de injusticias, falta de libertades, hipocresías y mentiras.

Las generaciones nacidas en los cuarenta y cincuenta del siglo pasado que hoy rondan los setenta años vivieron intensamente esos momentos quedando marcados de por vida por los ideales que identificaron al movimiento hasta nuestros días. La justicia, la igualdad, la solidaridad, el respeto a las diferencias sexuales, ideológicas y culturales fueron sus demandas. Entre los factores presentes que incidieron en la época están: La guerra de Vietnam, la Guerra Fría, el auge de la teoría Marxista y la Revolución Cubana con Fidel Castro y el Che Guevara (asesinado el 9 de octubre de 1967 en Bolivia).

En cada país en donde se manifestaron las protestas, predominaron diferentes motivaciones. Estas partían inicialmente de exigencias locales menores, para posteriormente escalar a grandes demandas sociales. Las protestas de los jóvenes en Europa y en Latinoamérica tienen ciertas coincidencias pero también grandes diferencias. Los jóvenes latinoamericanos eran abiertamente antinorteamericanos, pro cubanos, con la figura del Che Guevara y la teoría Marxista como emblema de rebeldía.

En EU (Berkeley) en el 68 los jóvenes cuestionaron la obligatoriedad del servicio militar y la guerra de su país con Vietnam (demandas pacifistas de la contracultura), en el Mayo francés protestaron contra el patriarcado (a favor del feminismo y la igualdad sexual), la sociedad de consumo y contra la destrucción de la naturaleza (demandas ecológicas). Los jóvenes de esa época tenían una nueva forma de ver el mundo (algunos pocos fueron seducidos por el poder y se cambiaron de bando) y querían vivirla de esa manera. Sus propuestas principales pegadas en carteles fueron «Prohibido prohibir», «La imaginación al poder», «seamos realistas, pidamos lo imposible», «Inventemos un mundo nuevo».

(Fdz. Buey, Fco. Entre mayo del 68 y la guerra de Vietnam. El viejo Topo. 15 Mayo 2018)

En todos los países donde se registraron protestas se reprimieron a los jóvenes con golpes, gases lacrimógenos y breves encarcelamientos, pero sólo en México fueron salvajemente masacrados. El movimiento inicia el 22 de julio de 1968 con la brutal intervención de la policía capitalina en un pleito sin importancia entre preuniversitarios del Politécnico Nacional y de una prepa particular incorporada a la UNAM donde fueron tomadas las instalaciones de ambas escuelas por las fuerzas armadas. En pocos días el movimiento estudiantil escaló a una magnitud nunca antes vista, con 100 escuelas en huelga y una dirección nacional que sumaba las principales instituciones de educación superior, en este movimiento participaron estudiantes de la UNAM, del IPN, profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas de la Ciudad de México (Bellinghausen, Hermann. En el principio fue el futuro. La Jornada. 30 marzo 2018). El 2 de octubre de 1968 (concluye el movimiento) en la plaza de las 3 Culturas de Tlatelolco en la Ciudad de México en una gran concentración (5 mil manifestantes) fueron asesinados por el ejército mexicano. Cientos de jóvenes, obreros y amas de casa (entre 300-500, cifras no oficiales) y alrededor de 2 mil personas fueron encarceladas. Los medios de comunicación dominados por el régimen mintieron a la población siendo muy pocos los que criticaron abiertamente al régimen. Las masacres de estudiantes continuaron y el 10 de junio de 1971 el llamado jueves de Corpus en la ciudad de México, los Halcones, una división del ejército, atacó una manifestación pacífica de estudiantes y pueblo que les acompañaba, para exigir la libertad a los presos políticos y apoyar a compañeros universitarios de la UNL de Monterrey en huelga por la supresión de la autonomía de la institución y la drástica reducción de presupuesto, el saldo fue de entre 75-125 asesinados y más de 300 heridos algunos de gravedad (de acuerdo a testigos oculares).

Consecuencias:

*Estos movimientos detonaron una transformación democrática, con un gran impacto en lo político, social, cultural y religioso (Barranco, Bernardo. 1968, año crucial para los católicos. La Jornada 1 de octubre 2008).

* Se lograron importantes conquistas laborales.

*Nace el movimiento feminista en los años setenta.

*Se logran cambios legislativos en materia de libertad sexual y reproductiva.

* Nace la Teología de la Liberación como consecuencia del progresismo católico desatado por la reunión de Medellín, Colombia en agosto de 1968.

*Por la cerrazón del régimen después del 68 se propició la radicalización entre conservadores (extrema derecha) y progresistas (extrema izquierda) y a la formación de grupos guerrilleros en Latinoamérica: en Argentina, Los Montoneros (1970-1980); Uruguay, Los Tupamaros (mediados 60-princ.70); Colombia, El M19 (1970-1990); y México, La Liga Comunista 23 de septiembre (nace el 15 de marzo de 1973-1983) integrada por jóvenes comunistas de diez organizaciones clandestinas y católicos activistas del MEP (Movimiento de estudiantes y profesionistas católicos). Todos estos movimientos son perseguidos y reprimidos en la llamada guerra sucia que se expande por todo el continente (Ramirez Cuevas, Jesús. Liga Comunista 23 de Septiembre, Historia del exterminio. La Jornada suplemento Masiosare. 28 marzo 2004).

*Como contra parte surge el Plan Cóndor entre 1970-1980 con golpes militares en el cono sur del continente dirigido por EU-CIA-Henry Kissinger para instalar el neoliberalismo y la globalización con gobiernos fascistas, asesinando y desapareciendo a miles de opositores.

La aplicación del neoliberalismo en el mundo ha traído como consecuencia, la cancelación de las conquistas antes logradas viviendo hoy en peores condiciones de las que se vivían en los años sesentas, con más desigualdades, más pobreza, más muertes; siendo los jóvenes las principales víctimas.

Los jóvenes del 68, hoy abuelos siguen manteniendo la frescura del ayer, al crecer sus esperanzas, por el despertar de la consciencia de la lucha de clases de la mayoría del pueblo en las pasadas elecciones (que oficialmente votó el 53% por AMLO, siendo la cifra real cerca del 70% sin fraude), lo que parecía imposible ya se logró, ahora hay que consolidar el poder del pueblo. Es el momento oportuno para derrotar a la burguesía rapaz y asesina que agazapada, espera para continuar el exterminio. Para alcanzar lo anhelado, hay que luchar tenazmente, respaldar, presionar o rebasar a López Obrador si éste se desvía del camino trazado por el pueblo.

Que vivan los jóvenes de ayer y hoy, que vivan los jóvenes asesinados y desaparecidos que lucharon por crear una sociedad mejor, porque ellos representaron y representan lo más bello y noble de nuestra especie en la búsqueda de la equidad, la justicia social y el amor por los demás.

La Rebelión de los Abuelos

Queridos nietos míos

les voy a contar la historia de los

jóvenes que hace cincuenta años

intentaron cambiar el mundo

porque no fueron indiferentes

al dolor

a la pobreza

a la injusticia

despertaban de su sueño infantil

con anhelos de libertad y rebeldía

pedían una sociedad igualitaria y justa

Cuba, Fidel y el Che fueron sus iconos

cantando con Gabino Palomares, Amparo Ochoa

Mercedes Sosa, Violeta Parra, Victor Jara

quisieron hacer una revolución

pero pronto llegó la represión criminal

una llovizna de muerte los cubrió

Tlatelolco se llenó de sangre

de muertos, de silencio sepulcral pero

ni los soldados

ni la cárcel

ni el tiempo

lograron matar sus sueños, sus anhelos

sus esperanzas, de crear un mundo mejor.

Que vivan los estudiantes de ayer y hoy

que vivan los niños, que viva la fraternidad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.