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Entrevista a Malime sobre Miguel Hernández

«Los medios oficiales no tienen ningún interés en mostrar el origen obrero de Miguel, sólo en usar políticamente su poesía quitándole el mensaje popular clasista»

Fuentes: Rebelión

Colaborador y amigo de rebelión, «Malimé» inició su acción política organizada en el CAUM, el Club de Amigos de la UNESCO, hace más de medio siglo. En 1966, después de la formación de la Comisión Obrera en la empresa donde trabajaba, formó parte de la dirección de las CC.OO. clandestinas, antifranquistas y anticapitalistas. Militó en […]

Colaborador y amigo de rebelión, «Malimé» inició su acción política organizada en el CAUM, el Club de Amigos de la UNESCO, hace más de medio siglo. En 1966, después de la formación de la Comisión Obrera en la empresa donde trabajaba, formó parte de la dirección de las CC.OO. clandestinas, antifranquistas y anticapitalistas. Militó en el Partido Comunista de España hasta su expulsión por Santiago Carrillo, entonces secretario general del Partido, en 1969, lo que sin duda dice mucho del espíritu crítico del compañero Malimé.

Él mismo ha contado una arista de la historia del CAUM que merece (y debe) ser rescatada: un grupo fascista les envió en 1980, un año antes del golpe, un paquete bomba cuando celebraban su Asamblea General, un regalo-trampa que estuvo a punto de provocar un desastre. Menos mal, son palabras del propio Malimé, «que solo explosionó el detonador, lo que provocó que la compañera Lola perdiera la vista y Luis Enrique una mano». Su propio hermano se salvó por los pelos: unos momentos antes que abrieran el paquete había salido de la secretaria del CAUM, el lugar donde explotó el artefacto.

Podríamos empezar, si le parece, por su vinculación, digamos familiar, con Miguel Hernández. Creo que su padre nació en 1910, como el autor de Vientos del pueblo, y que también era oriolano como él. ¿Se conocieron?

Si te parece nos tuteamos, aunque no nos conozcamos personalmente, dadas nuestras coincidencias antisistema y la confianza que de ello se deriva.

De acuerdo, es un honor para mí.

Mi familia paterna era de Orihuela. Mi padre era unos meses mayor que Miguel, nació en abril de 1910. La hermana de Miguel, Elvira se casó con el primo hermano de mi padre, el tío Paco. Lo que les permitió mantener esa relación natural familiar que se reafirmó por sus coincidencias políticas en defensa de la República antes y durante la Guerra Civil luchando en el bando republicano.

Finalizada la guerra civil la mayoría de mi familia paterna se vino a vivir a Madrid, incluida la tía Elvira tras la muerte de su hermano, que durante unos años vivió en la calle Cartagena, muy cerca de nosotros y los otros hermanos de mi padre que vivíamos entre las calles Iriarte y Cartagena.

Tú mismo me enviaste hace unos días una fotografía de celebración de un Primero de Mayo, acaso de 1935, en el Casa del Campo de Madrid. Podríamos reproducirla aquí si te parece. ¿Quiénes aparecen en la foto?

Por supuesto que se puede publicar la foto, que sacó mi padre celebrando con la clásica tortilla un primero de Mayo en la Casa de Campo de Madrid.Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

En ella, empezando por la izquierda, en primer lugar aparece descalzo Miguel. Detrás su hermana, la tía Elvira; a continuación su marido, el tío Paco, primo hermano de mi padre. Luego el tío Ramón, hermano mayor de mi padre, que según me comentó mi padre fue comisario político durante la guerra civil. Luego la que fue su novia y que aunque no llegaron a casarse la consideramos la tía Encarna, que vivió algunos años en la casa de mi tía abuela Manuela en la calle Iriarte ya en Madrid, que está a continuación de ella. Luego su hija Carmina, y a continuación su hermano Paquito, que fue colaborador de un periódico socialista en Orihuela, y que desapareció, unos días antes de la sublevación militar fascista. Su cuerpo nunca apareció, se cree que los fascistas le asesinaron e hicieron desaparecer su cuerpo. Finalmente la niña, la prima Elvirita, hija de la tía Elvira y el tío Paco ya al lado de su tío Miguel.

Miguel Hernández se casó con la hija de un guardia civil. ¿Cómo llevó la familia de su esposa, y su misma esposa, su militancia comunista?

Ni mi padre, ni mi tía Elvira nunca nos hablaron de su relación con la familia de la esposa de Miguel, por lo que no podemos decir nada. Lo que sí nos contaba la tía Elvira era que, en aquellas difíciles condiciones, fue la única que se atrevió a visitarle a la cárcel de Alicante y llevarle la pequeña ayuda que la era permitida.

Déjame preguntarte sobre los últimos días de Hernández. ¿Cómo fue detenido?

Considero necesario algunos comentarios previos para situarte sobre aquellos momentos familiares, y se pueda comprender y relacionar viejos tiempos de la infancia y los de ahora que me permiten contestar a las preguntas.

Desde luego, hazlos por favor.

Mi padre, mi tía Elvira y los demás miembros de mi familia, incluido yo, no éramos intelectuales como tampoco lo fue en un principio Miguel. Eran gente trabajadora con poca formación cultural. A Miguel se le consideraba por su relación familiar, no por el conocimiento de su poesía. Esa foto sintetiza la relación familiar que les unía, más que la intelectual.

Contestar a preguntas sobre el entorno cultural y político de mi familia resulta difícil. El miedo existente tras el fin de la guerra civil también contribuía a que no se hiciesen comentarios críticos.

Sólo recuerdo los comentarios que en mi infancia y con mucha clandestinidad me hacía mi padre, contándome alguna batallita personal durante la guerra civil. Cómo, por ejemplo, llegó incluso a encararse con el Campesino, cuando estando de guardia le llamó al orden por incumplir las ordenanzas militares. Y cómo en nuestra pequeña casa, por la noche a través de la radio Marconi con onda corta que teníamos oíamos la Pirenaica, radio Praga y radio Moscú, lo que me influyó personalmente ya en mi niñez a ser en alguna medida antisistema.

De mi familia, gracias a aquellas vivencias que me trasmitió mi padre, lo que viví personalmente al tener que dejar la escuela franquista a los 12 años para ponerme a trabajar y poder ayudar a la débil economía de una familia obrera con cuatro hijos de la que era el hermano mayor, es la que me ha permitido valorar aquella pequeña información familiar, implicarme en la lucha política y adquirir los limitados conocimientos ideológicos y políticos que tengo.

Pero esa explicación de mi vida personal, mi formación comunista, el trabajo clandestino en el partido y las comisiones obreras, el trabajo en la INTER en la comisión de propaganda, en mi casa con la multicopista donde tiramos las octavillas llamando a las movilizaciones, la edición de UNIDAD, que era el órgano de la Inter, FORJA, de la comisión del Metal, mi expulsión del PCE en 1969 cuando intenté criticar el libro de Carrillo `Después de Franco ¿Qué?, y otras muchas más experiencias como fueron mi viaje a Moscú en 1967 o a Cuba en 2006 invitado a las III Jornadas sobre la obra de Carlos Marx y los desafíos del Siglo XXI, requieren de una entrevista personal aparte que si lo consideras podemos hacer.

De acuerdo, de acuerdo. Tomo este compromiso para una ocasión no lejana. Se está conmemorando este año el centenario de su nacimiento. Oímos voces de familiares de su mujer, de Josefina Manresa, pero apenas nada de sus propios familiares. ¿Por qué?

Pienso que los medios oficiales no han tenido ningún interés en conocer el origen familiar obrero de Miguel, sólo instrumentalizar políticamente su bella poesía, quitándole en todo lo posible el mensaje popular clasista que trasmite la foto que sacó mi padre. La familia obrera de Miguel no tiene ninguna resonancia. Por otro lado, de alguna forma la familia de la esposa de Miguel, que se sepa, nada crítica con el sistema, trata de protagonizar y rentabilizar el centenario de su muerte.

Déjame preguntarte por un familiar de Hernández, también suyo, Joaquín Arnal Castillo, que fue piloto militar fiel a la Segunda República, y que al finalizar la guerra emigró a la URSS donde murió durante la II Guerra Mundial. ¿Puede explicarnos esta historia?

Joaquín Arnal Castillo no tuvo ninguna relación directa con Miguel, a no ser la que se establezca a través de mi relación personal con ambas familias por ser sobrino segundo de Elvira, y por casarme con Victoria, hija de Joaquín y Carmen, quien, por cierto, al casarse en un aeródromo militar que se creó durante la guerra civil en Sariñena que desapareció después, y al ser casados por el teniente coronel Reyes, no figura su enlace matrimonial en el archivo militar por lo que no tiene derecho a pensión de viuda militar.

Joaquín efectivamente murió durante la II Guerra Mundial en la URRS. Por lo que nos cuenta mi suegra que vive con nosotros desde hace varios años, es un tema un tanto complejo y con cierto misterio.

Joaquín conducía un camión militar en los Urales, cerca del rio Tierik, con nefastas consecuencias al incumplir una orden militar que prohibía recoger a gente civil. Recogió a dos ancianos que caminaban por la carretera con la desgracia de que en aquella carretera tan accidentada volcó y murieron los dos ancianos, lo que le supuso ir a la cárcel.

Su mujer, dado que Joaquín durante la guerra civil española en su avión y en varias ocasiones había transportado a Dolores, intentó a través de la Pasionaria que intercediera para que fuese perdonado y liberado, cosa que Dolores se negó a realizar. En las evacuaciones carcelarias de Joaquín durante la guerra se perdió la pista por lo que se desconoce cómo y donde murió.

En mi visita a la URSS con motivo del 50 aniversario de la Revolución rusa, ante la invitación que nos hicieron los sindicatos soviéticos a las CC.OO., tuve la oportunidad de visitar a Dolores en su casa de Moscú. Aproveché para comentarla que estaba casado con una hija de Joaquín Arnal, me sorprendió su tajante cambio de tema diciéndome que no conocía a Joaquín.

Permíteme ahora hacerte algunas preguntas sobre el poeta y la poesía. ¿No es casi un milagro que un pastor como él llegase a ser un gran poeta y eso ya muy joven?

Esta pregunta daría lugar a entrar en un tema muy poco desarrollado sobre la dialéctica materialista, cuando dogmáticamente se separa la materia espíritu de la materia física visible y tangible.

Cada uno, desde cierta disposición heredada genéticamente, de los conocimientos adquiridos y dependiendo del medio en que nos desenvolvemos, podemos actuar de una u otra forma, podemos llegar a expresar poesías tan impactantes como las de Miguel. Cómo recogiendo su sensibilidad espiritual que marcó su vida, pudo con los necesarios términos culturales adquirirnos expresar esos sentimientos tan profundos con tanta objetividad y comprensión sobre todo para las gentes que sentimos como él e incluso para los que no procediendo de su clase y sensibilidad social, la reconocen y de alguna forma la sienten.

Esto que digo de alguna forma lo experimento en mi propia persona cuando desde mi escasa formación académica y, sobre todo, con mi pobre dominio del lenguaje, trato de exponer conceptos filosóficos y políticos complejos con un deficiente vocabulario mal expresado, lo que a algunos intelectuales ‘marxistas’ les induce, por esa osadía, en vez de ayudarte a corregirte, a verte con cierto desprecio, mirándote por encima del hombro. Esos intelectuales se consideran seres superiores a los obreros y desde su pedestal académico con su gran oratoria nos trasmiten grandes cosas que no conducen a nada. O sí que conducen, como sucedió con Carrillo en su defensa de la transición controlada por la burguesía ‘democrática’, con su tesis etapista, primero la democracia, luego el socialismo.

¿Cómo fueron sus relaciones con otros grandes poetas republicanos? Pienso en Neruda, en García Lorca, en Cernuda, en Alberti.

Desconozco esa relación histórica desde la relación personal. Creo que los que les une es su sensibilidad hacia el pueblo sometido y explotado que cada uno a su manera trata de expresar a través de su poesía.

¿Qué te parece más destacable de la poesía de Hernández?

La emotiva sensibilidad de su material espíritu hecho realidad material a través de su lenguaje.

¿Hay algún poema de Hernández que sea tu preferido?

Hay uno que me impresionó mucho, un poema que recuerdo dedicado a los cobardes.

    Hombres veo que de hombres sólo tienen, sólo gastan el parecer y el cigarro, el pantalón y la barba.

    En el corazón son liebres, gallinas en las entrañas, galgos de rápido vientre, que en épocas de paz ladran y en épocas de cañones desaparecen del mapa.

    Estos hombres, estas liebres, comisarios de la alarma, cuando escuchan a cien leguas el estruendo de las balas, con singular heroísmo a la carrera se lanzan, se les alborota el ano, el pelo se les espanta. Valientemente se esconden, gallardamente se escapan del campo de los peligros estas fugitivas cacas, que me duelen hace tiempo en los cojones del alma. (…)

También sería bueno reconocer sus crónicas de guerra, que eran noticias con gran fondo poético.

Su poesía, ¿es una poesía comunista? ¿Hay que ser comunista para leer a Hernández?

Considero que su fondo solidario y crítico con el medio que nos domina, puede considerarse comunista. No creo que sea necesario ser comunista para leer a Miguel, lo que lógicamente no podemos esperar es que los ‘grandes’ intelectuales al servicio del orden establecido recomienden leer su poesía.

De los poemas que se han escrito sobre Hernández y poesía, dime alguno que te conmueva, el que más te conmueva.

Lo siento, no he leído prácticamente nada de los poemas que se hayan podido escribir enalteciendo la figura de Miguel. Espero poder conocerlos, si alguien me los hiciera llegar, los que más concuerdan con el comentario crítico que se desprende de este comentario entrevista que hacemos me permitiría definirme y opinar.

¿Crees que su poesía sigue vigente? ¿No ha sido tocado por el tiempo y el devenir histórico?

Hoy más que nunca, ante tanta barbaridad ejercida por los animalados oligarcas imperialistas que dominan el mundo, la poesía de Miguel es de extrema actualidad y necesitada de publicitar hasta donde podamos llegar.

¿Es conocido suficientemente entre los jóvenes españoles?

Creo que no es conocido lo mínimo imprescindible, no solo entre la juventud, sino entre la gente adulta alienada y confundida por el pensamiento dominante.

Finalmente, ¿qué opinión te merecen los actos oficiales que se están preparando con ocasión del centenario?

Me parecen una instrumentalización intelectualoide y política que nada va a hacer para que su obra se popularice y se distribuya entre el conjunto del pueblo, empezando por llevarla a los centros donde se imparte el conocimiento, estudiarla en las escuelas de primer, segundo grado y universitario.

¿Cómo deberíamos recordar a Hernández en tu opinión? ¿Cómo merece ser recordado?

Como el poeta del pueblo trabajador, del pastor poeta que todos somos por nacer en las familias explotadas y que desde esa realidad social supo superar los condicionantes materiales y espirituales que el medio le impuso, para finalmente ser reconocido en el mundo progresista, incluso por los grandes intelectuales que poco hacen por contribuir a acabar con el caótico mundo que padecemos.

¿Quieres añadir algo más?

Agradecerte tu sensibilidad y tu trabajo que tanto contribuye al conocimiento de aspectos tan necesarios como los que haces con tus entrevistas, que nunca hará la prensa oficial al servicio del sistema.

En este sentido es de resaltar la entrevista que realizaste al psiquiatra y ensayista Guillermo Rendueles ‘Sólo una forma de vida en lo común permiten escapar a las miserias del individualismo’.

Gracias por tus palabras y por tu generosidad, querido amigo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.