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Palabras a la luz de la rabia de nuestros muertos “por” la tormenta Tropical Ida en El Salvador

Los pobres y la crisis climática

Fuentes: Rebelión

Este fin de semana, llovió sin para en el pulgarcito de America. Un huracán, que llego al Salvador como tormenta tropical, dejo hasta el momento 136 muertos, mas de 10 000 damnificados y el 40% de la producción nacional de granos básicos perdidas. El desastre que veíamos por TV hace unas semanas en Filipinas, se […]

Este fin de semana, llovió sin para en el pulgarcito de America. Un huracán, que llego al Salvador como tormenta tropical, dejo hasta el momento 136 muertos, mas de 10 000 damnificados y el 40% de la producción nacional de granos básicos perdidas.

El desastre que veíamos por TV hace unas semanas en Filipinas, se hizo real en al carne de este Pueblo Centroamericano. Las llamadas «zonas de vulnerabilidad» se multiplicaron por miles, generando un desastre previsible (¿se le puede llamar a eso tragedia?), que no por eso deja de desangrar a este Pueblo.

Con al «Digna Rabia» que esto nos genera (la mucha bronca que nos nace a la vida y a la lucha), nos preguntamos: ¿Cuál es la verdadera tragedia? ¿la tragedia del cambio climático y sus consecuencias? O ¿la pobreza y desigualdad que lleva a miles a vivir en lugares infrahumanos?¿Cuál es el Signo de este tiempo, que nace de la cruz una vez mas encarnada en los marginales de hoy?

Sin mucho conocimiento, ni tiempo para «reflexionar» (ya hay y habrá especialistas que darán sus in-entendibles palabras que nada dirán a nadie), nosotros CREEMOS que hay una VERDAD que se impone de esta REALIDAD, con las tumbas todavía frescas…

No queriendo entrar en el debate de que fue «causa y consecuencia», que estuvo antes «el huevo o la gallina», solo daremos nuestra sencilla palabra: TODOS LOS MUERTOS SON POBRES (ningún rico vive en al barranca de un río en un casa de cartón o en una ladera con techo de chapa… ningún rico pasara hambre por la perdida de «los cultivos de subsistencia» de los campesinos).

Y con esto, solo nos sale decir, entre nuestra bronca y nuestros muertos, que el signo de este tiempo siguen siendo los Pueblos Históricamente Crucificados (como decía el hace 20 años asesinado, Padre Ellacuria), que son los pobres enterrados por los deslaves de estas lluvias torrenciales.

Ni castigo divino, ni desastre natural («furia de la naturaleza» titulaban los medios burgueses de siempre)… lo que hoy sucedió es nuevamente: el desastre de la pobreza. Generada sistemáticamente por al inhumana doctrina Neoliberal capitalista, que condena a las mayorías populares a LA MUERTE.

Y algunos nos llamaran simplistas, y otros dirán que nos falta eso que llaman «capacidad de análisis»… pero nosotros les pediremos humildemente que miren hacia abajo, donde se siente el dolor y donde fluye la sangre de nuestros muertos, y ahí les recordaremos la sentencia de un artesano errante de Palestina que también cargo con los muertos de su historia: aquí tendrán su castigo los que devoran la vida de los pobres (Mc. 12, 38-40).

Y No podrán mirar para otro lado, los que solo tienen palabras de consuelo, pero que nunca ponen los muertos…

 Paciente Rabia… Tierna Rabia…

Ya despunta el sol que secara nuestras chozas, y las manos estrechadas hoy para «salvarnos», prometen no soltarse cuando nos caliente nuevamente este sol centroamericano.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.