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Los trabajadores secundaron el paro nacional convocado por la CUT

Fuentes: La Nación

Bastaron tres piedras que salieron del grupo de manifestantes que estaba en la calzada norte de la Alameda, casi esquina Portugal, para que el carro lanzaaguas de Carabineros comenzara la dispersión de una de las cuatro marchas que convocó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en Santiago. Los dirigentes de la multisindical preveían que el […]

Bastaron tres piedras que salieron del grupo de manifestantes que estaba en la calzada norte de la Alameda, casi esquina Portugal, para que el carro lanzaaguas de Carabineros comenzara la dispersión de una de las cuatro marchas que convocó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en Santiago.

Los dirigentes de la multisindical preveían que el recorrido más difícil de completar sería el que iniciaba su camino en Plaza Italia por Alameda hasta Arturo Prat, para después llegar hasta el Paseo Bulnes por calle Tarapacá.

Esto porque la Intendencia Metropolitana rechazó autorizar ese trayecto y optó por cortar todo intento de movilización por la principal arteria capitalina en la esquina que alberga la Casa Central de la Universidad Católica.

En ese lugar, a tempranas horas, ya estaban instaladas dos filas de vallas papales que protegían a un doble cordón policial que a simple vista se veía imponente, pues estaba acompañado por vehículos disuasivos y buses de carabineros.

Así que la idea de la CUT chocó de lleno con la orden de la fuerza policial, por lo que luego de unas cuantas escaramuzas, el grueso de la manifestación acató la orden de Carabineros y enfiló por Portugal en dirección a calle Curicó, lugar por el cual llegaron al Paseo Bulnes.

EL RESPALDO DE ANDRADE

La convocatoria, que los organizadores estimaron en 30 mil personas en Santiago y 135 mil en todo el país, tuvo un invitado de lujo: el ex ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, que se alineó con la multisindical y respaldó el llamado a que «la crisis no la paguen los trabajadores».

El ahora postulante al Congreso fue el primero en «abrir los fuegos» ante la idea que evalúan las cúpulas empresariales con respecto a solicitar al Gobierno un congelamiento del salario mínimo durante este año.

«Es la forma que tienen muchos de entender que a través de los trabajadores es por donde hay que asumir el costo de la crisis. Ésa es la peor manera. Además es una medida absolutamente antieconómica porque para enfrentar la crisis se necesita demanda y la demanda son los trabajadores. No me extraña, (porque) a ellos nunca les ha gustado el salario mínimo», planteó Andrade.

La «pedida» empresarial también fue desechada por el Gobierno. El subsecretario del Trabajo, Mauricio Jélvez, coincidió con el impacto que tiene el aumento salarial en el seno de los hogares.

«El reajuste del salario mínimo tiene que tener como base el reajuste del IPC; congelar el sueldo mínimo sería generar un deterioro en el poder adquisitivo de las familias, por lo cual considero que dicha alternativa es poco atendible».

Más tajante fue la respuesta del presidente de la CUT, Arturo Martínez. «Son patudos y sinvergüenzas, todavía quieren más. Los que tenemos que pedir somos nosotros, ellos son los que tienen que entregar, devolver parte del trabajo que por años los trabajadores les han dado para su enriquecimiento. Si están pidiendo eso es que no están escuchando nada. El clamor de Chile es más justicia social, un sueldo mínimo decente, que esté sobre la línea de la pobreza», planteó.

Respecto de la convocatoria, Martínez destacó la participación de los trabajadores y adelantó que en los próximos días entregarán un petitorio al Gobierno donde explicarán «el pliego de peticiones» de los trabajadores de Chile.

«Esperamos una respuesta de verdad. Esta movilización no va a pasar desapercibida, porque busca respuesta a los problemas de los trabajadores», enfatizó.

En tanto, el líder de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Raúl de la Puente, señaló que el paro tuvo una convocatoria del 90% entre sus asociados.

«Fue el servicio público el que principalmente hizo la fuerza, pues sabemos la situación de los trabajadores del sector privado, donde es difícil hacer una paralización».

Cuentas alegres en la CUT

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) se jugaba más que su poder de convocatoria en el llamado a movilización fijado para ayer. También estaba en cuestión la realización de marchas masivas en tranquilidad para posicionarse como un referente válido en su anhelo de incluir a dirigentes sindicales en las plantillas de las próximas elecciones parlamentarias.

Por eso, lo de ayer fue considerado por la multisindical como un éxito, puesto que, salvo escaramuzas aisladas, la marcha terminó con un saldo de 46 personas detenidas y con escasos destrozos en la vía pública, esto luego de congregar a 30 mil personas en Santiago y 135 mil a lo largo del país, según sus cálculos.

A la hora de la evaluación, la CUT envió un recado a aquellos que votaron en contra de la llegada de dirigentes sindicales al Congreso, al señalar que están en condiciones de entrar a la arena política porque «el país cuenta con un sindicalismo organizado y responsable».

Además, lograron desinflar la idea que ronda en las cúpulas patronales con respecto a congelar el salario mínimo en este año de crisis puesto que el Gobierno, en voz del subsecretario del Trabajo, Mauricio Jélvez, se negó tajantemente a discutir «una alternativa que limita el poder adquisitivo de las familias».

Esta opinión fue compartida por otro referente del mundo laboral: Osvaldo Andrade. El ex ministro del Trabajo afirmó que «no le extrañan» estas peticiones del empresariado, pero afirmó su confianza en que se hará caso omiso de la idea.

En regiones también marcharon

El movimiento de la Central Unitaria de Trabajadores en todo el país fue contundente. Según el desglose por ciudades entregado por la multisindical, la movilización tuvo su peak en Temuco y Valparaíso con 17 mil y 15 mil trabajadores adheridos, respectivamente.

En las principales ciudades del norte como Arica (4.000), Iquique (2.500) y La Serena (7.000) la movilización fue importante, mientras que en el sur las regiones del Maule (8.500) y del Biobío (13.000) también aportaron lo suyo. Al cierre de esta edición, se esperaban actos en las localidades en que existen faenas mineras, como Calama y Rancagua.

Arturo Martínez aprovechó la evaluación de la jornada para mandar mensajes, al señalar que «el sindicalismo hoy está en condiciones de entrar a la arena política y queremos decir al país que cuentan con un sindicalismo organizado y responsable, que es capaz de salir a la calle con tanta gente y no provocar los desordenes que algunos esperaban» y apuntó a las autoridades al señalar que «a los que tienen que escuchar queremos decirles que lo hagan pronto, no esperen que este país entre en un proceso que nadie sabe dónde termine, porque los abusos que se están cometiendo en muchas empresas, el desprecio que mucha clase empresarial siente por los trabajadores, los va a llevar a una confrontación inevitable. Háganlo ahora, es el momento».