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Cristián Flores Tapia, vocero de la comunidad Mauro

«Luchamos por los que nos arrebató Luksic»

Fuentes: Rebelión

Cristián Flores Tapia es vocero y dirigente de la comunidad maurina, que ha iniciado una lucha contra la Minera Los Pelambres, del grupo Luksic, una batalla por tierra, justicia y dignidad. Los habitantes de Mauro fueron despojados y engañados el año 2001, lanzados de su territorio por Andrónico Luksic, «el faraón de Chile», a un […]

Cristián Flores Tapia es vocero y dirigente de la comunidad maurina, que ha iniciado una lucha contra la Minera Los Pelambres, del grupo Luksic, una batalla por tierra, justicia y dignidad. Los habitantes de Mauro fueron despojados y engañados el año 2001, lanzados de su territorio por Andrónico Luksic, «el faraón de Chile», a un éxodo que aún continúa.

Actualmente, donde se ubicaba el Fundo El Mauro, en la Región de Coquimbo, está emplazado el segundo tranque de relave más grande del mundo, de propiedad del grupo Luksic -a través de Antofagasta Minerals S.A., división minera del grupo Antofagasta plc-, y un consorcio de empresas japonesas compuesto por Nippon Mining & Metals, Mitsubishi Materials, Marubeni y Mitsubishi Corp. «Partimos la lucha aproximadamente hace 18 años, cuando nos expulsaron de Mauro para que la Minera Los Pelambres construyera su tranque. Por eso fuimos erradicados, expulsados y esparcidos por cualquier parte», señala.

Mauro era un asentamiento campesino, una comunidad. Cuando los expulsaron vivían allí unas 200 personas de la agricultura, la ganadería, y el queso. «El queso y las cosechas, principalmente, eran nuestras fuentes de abastecimiento, y de eso subsistíamos. Éramos una comunidad cien por ciento autosustentable. Todo lo que consumíamos y de lo que vivíamos lo producíamos nosotros mismos», dice Cristián Flores. Agrega que en Mauro se daba prácticamente de todo: porotos, lentejas, chícharos, maíz, hortalizas, queso y leche de cabra, de vaca: «Éramos crianceros, vivíamos de los animales, y en grandes cantidades, porque se podían criar bastantes, pues Mauro era un campo muy rico en agua, tenía vertientes con abundante agua».

Mauro se ubica en la región de Coquimbo, provincia de Choapa y comuna de Los Vilos, casi deslindando con la región de Valparaíso. De cordillera a mar nacía el valle del Pupío. Ahí nacían las aguas que vertían al estero de Pupío, y que obviamente servían para toda la agricultura, hasta Los Vilos. Aproximadamente entre 60 y 70 kilómetros desde cordillera a costa. Un valle riquísimo: «Tenía microclima y se daba lo que se sembrara. En las cosechas de trigo, por ejemplo, duraban las trillas un par de meses porque era mucho lo que se producía, y todo al natural. No había tractores. Todo se sembraba con bueyes, caballos…», agrega.

Un valle mucho mejor que el de Elqui, dicen los lugareños, pues todavía no llegan plantaciones ni de paltos ni de otros monocultivos… «Lo más bonito que tenía Mauro era un bosque de canelos, chequenes, arrayanes, quillayes… Más de 70 hectáreas», dice. Todo eso fue arrasado por Luksic y su Minera Los Pelambres.

EL ÉXODO DE UNA COMUNIDAD

-¿Qué sucedió el año 2001? ¿Por qué sacaron a sus pobladores del lugar?

«Con la llegada de Minera Los Pelambres, nuestra vida, la de los comuneros maurinos, cambió radicalmente para siempre. Había gente que nunca salió de Mauro, que no conocía otra forma de vida. Éramos una comunidad que no tenía ninguna necesidad de salir afuera a trabajar, porque no nos faltaba de nada. Vivíamos del trueque. Lo que se cosechaba se compartía con los vecinos, o con quien fuera de la comunidad. Los animales se daban en media a los otros comuneros para que se fueran armando y fueran criando, y de esa forma nacían y crecían las familias… El 2001 la Minera Los Pelambres nos desalojó. Empezaron a llegar por primera vez muchos vehículos extraños y no se sabía qué realmente estaba sucediendo hasta que en un momento determinado la minera llamó a una reunión a los comuneros y les comunicó que ‘se habían hecho dueños de la tierra’ y que, ‘como eran los dueños’ teníamos que ‘salir de ahí porque de lo contrario nos iban a sacar y lanzar a la calle’. En ese tiempo, transaron con la gente adulta, la gente mayor, y los más jóvenes no podíamos estar en las conversaciones».

-¿Se podría decir que la minera engañó a la gente y compró el fundo de manera fraudulenta?

«Por supuesto. Todo el proceso de negociaciones fue fraudulento. Fueron abusivos, con muchas triquiñuelas, porque realmente el Fundo El Mauro no se podría haber negociado ni vendido de ninguna manera, pues los terrenos estaban en litigio… La minera ‘los compró’, de esa forma, e hizo que nos tuviéramos que ir. Dicen haberse hecho dueños, pues la minera ‘compró’ al que estaba litigando en nuestra contra, y se alió con el gobierno, con las autoridades regionales que en ese momento habían sido puestas por el presidente Ricardo Lagos… Ese fue el presidente que nos mató. Lagos recorría estos territorios en helicóptero y avionetas con Luksic, y fue quien le recomendó sacarnos. Bueno, con la necesidad que Luksic tenía de armar un tranque porque sabía que el yacimiento era altamente productivo, que tenía para explotar la mina unos cien años, y Mauro le servía para un tranque por aproximadamente cincuenta años… Como la mayoría de los maurinos eran analfabetos, creyeron todo lo que les dijeron, y los engañaron… En un principio, la minera dijo que ‘la gente tenía que salir del fundo pues ellos eran los dueños’ y no ofrecieron nada. Después, cuando hubo algo de resistencia, y la gente decía ‘como nos vamos a ir de aquí si no tenemos nada’, ‘nosotros somos los dueños’, ‘este fundo está en litigio’, les dijeron ‘que les darían tres millones de pesos a cada familia, pero para que se fueran’, y dieron ‘un plazo de unos pocos días’. Además, les hicieron ‘firmar unos documentos, un contrato’, diciéndoles ‘que llegaban a un acuerdo’. Pero lo que la gente estaba firmando sin saber, era que se desistían de los juicios. Fue el primer engaño. Los comuneros de Mauro no tenían idea de lo que le estaban firmando. El abogado que tenía la comunidad, Jorge Gamboa, se vendió. Llegó con los ejecutivos de la minera como abogado suyo también. ¿Así cómo se iba a defender la gente? Ninguna autoridad nos defendió. Todo corría a favor de ellos. Nos expulsaron y lograron su objetivo. Nos sacaron a todos. Fue una de las tragedias más grandes. Imaginarte que tenías que irte de tu tierra para no volver nunca más, y que los animales con los que la gente vivía, tuvieron que sacarlos en camiones, perdiendo muchos, otros se los trajeron caminando, arriando, era una injusticia muy grande, una injusticia total. Claramente era un engaño. De la forma en la que llegaron a sacar a la gente, con prepotencia, tampoco fue un trato digno. Minera Los Pelambres nos expulsó sin siquiera haber sido los dueños. Recién la minera, en el año 2008, se hizo ‘dueña’… Después, perdieron los juicios y tuvieron que pagar de nuevo. Pero a nosotros ya nos habían echado. La minera pagó 15 mil millones de pesos por nuestro campo a solo tres señores que eran ‘socios’ con el resto de comuneros de Mauro y que tenían los mismos derechos que nosotros. Solamente a ellos les pagaron y al resto nada… Pero nosotros hoy no alegamos por dinero. No nos interesa. Lo que queremos es volver a recuperar Mauro…».

-¿Los comuneros quedaron desperdigados?

«Sí. Cada cual se tuvo que ir a vivir donde pudo, con las pocas lucas que les dieron… Quedó gente en Caimanes, Rincón, Socavón, Las Cañas, El Tambo, Tahuinco, Punta Nueva, Camisas, Los Vilos, etcétera, en cualquier parte, desparramados por todos lados, y es una lástima tremenda porque esos no son nuestros territorios. Prácticamente vivimos como ovejas en corral ajeno. Da pena, rabia e impotencia la injusticia. Nuestra gente vive mucho peor porque la vida fuera de Mauro es diferente. Muchos ni siquiera tienen una luz para alumbrarse, sin trabajo, sin animales, sin cosechas… La minera no dio trabajo a nadie de la gente expulsada de Mauro».

-¿Toda la comunidad fue inundada?

«Y con miles de toneladas de relave, y ahora hay mucho más… Todas las casas, los lugares donde vivíamos están sepultados, todos… bajo millones de toneladas de tóxicos».

LAS GARRAS DEL FARAÓN

-¿Minera Los Pelambres fue sentenciada por la Corte Suprema a sacar el relave del lugar?

«Hubo unos juicios que se llevaron adelante y ganamos, no como maurinos, sino que con la comunidad de Caimanes, donde yo también fui vocero y dirigente. Nos tocó demandar a Minera Los Pelambres y a Luksic, porque el tranque no solo generó daños a la comunidad de Mauro, sino que a todo el valle del Pupío y obviamente a Caimanes, el pueblo más próximo al relave. Cuando la minera inundó el río El Mauro con su relave, afectó a Caimanes, y lo que ocurrió es que se secó el río… Y el agua que fluye está contaminada. Lo constató la Policía de Investigaciones de Chile mediante un estudio pericial ordenado por el tribunal. Según el informe de la Brigada de Delitos Medioambientales, el agua no es apta para consumo humano, ni riego, ni consumo animal… Sin embargo, la gente sigue consumiendo porque no tiene otra posibilidad… Además, la minera no sacó el relave. Una sentencia del año 2014, de la Corte Suprema, ordenó a Minera Los Pelambres ‘devolver el libre y natural escurrimiento de las aguas del estero de Pupío’, y que ‘si aquello no ocurría, tenían que demoler y erradicar el tranque’. Sin embargo, paradójicamente, la orden del máximo tribunal fue, después, ‘rectificada’ por un tribunal de primera instancia. Y luego, un tribunal inferior, la Corte de Apelaciones de La Serena, revocó la sentencia. Cuando la minera logró revocar el fallo ya los abogados de la comunidad se habían pasado también para el lado oscuro, el estudio Ossa y Compañía, integrado por Ramón Ossa, Sandra Dagnino y Roberto Arroyo. Eran de la comunidad y después se pasaron al bando contrario, con una suma de 3.400 millones de pesos que la minera les ofreció para pagarles los honorarios que les debíamos. Se pasaron para el lado de la minera, que tiene como costumbre corromper, si no es a dirigentes, a abogados, comunidades, instituciones, pero a alguien corrompe para echar abajo el muro que les ataja. Esas malas prácticas, de matones o porque tienen un saco con plata quieren hacer bailar a cualquiera… Pero es más complicado cuando se trata de derechos humanos. Cuando nos expulsaron de Mauro les dieron a las familias una supuesta ‘indemnización económica’ irrisoria, para que se fueran. Sabían que la gente tenía miedo. Dijeron que había una ‘orden de desalojo’, orden que nunca existió. Nadie se preocupó de que nosotros lo único que sabíamos hacer era vivir de la agricultura y la ganadería, y que afuera la vida iba a ser diferente porque no tendríamos tierra, agua, ni animales. No teníamos educación para laborar en otro tipo de trabajos. No estábamos preparados ni siquiera para trabajar en la construcción, pues en Mauro las casas se hacían de quincha y barro. Lo único que necesitaban era sacarnos luego para empezar sus faenas, incluso estaban atrasados con la construcción de la cortina del tranque. Hoy Minera Los Pelambres extrae cobre, oro, molibdeno, plata, uranio, de todo, y todo eso se va gratuitamente al extranjero, ni siquiera pagan un royalty como corresponde, no pagan impuestos, nada… Se perdió una comunidad, la destruyeron, mataron un valle completo, no pagan impuestos, y ganan 20 ó 30 millones de dólares diarios para el bolsillo de Luksic. ¡Saquen la cuenta cuánto es, cuánto se podría hacer por nuestros pueblos! Son más de 12 mil millones de pesos diarios… ¡Cuántas mineras como Los Pelambres hay en Chile! Se lo llevan todo gratis, se lo roban todo, y ¿qué es lo que dejan? Lo que jamás muestran: ríos secos, comunidades contaminadas, aguas contaminadas. Los bosques que generaban oxígeno para que estos valles pudieran verse verdes hoy están todos muertos. Arrasaron con todo… Más de 70 hectáreas de bosques milenarios fueron destruidas por la minera… Más de 500 sitios arqueológicos también, destruidos. Se los robaron, porque ahora los tienen ‘secuestrados’ en el fundo Monte Aranda. A ahí los tienen en una sala de exhibición, y los muestran como si fueran ‘sus trofeos’. Una pequeña parte de todo lo que había. ¿Habrá un diez por ciento de todos los sitios que destruyeron? Se llevaron piezas a La Serena, Santiago, y a otros países. Encontraron piezas arqueológicas que databan de más de tres mil o cuatro mil años, incluso huesos que tenían más de diez mil años».

-¿La minera hizo alguna obra de mitigación?

«No, no hicieron nada… Para la calle y si te he visto no me acuerdo.,. Ni siquiera pega le dieron a la gente… Por eso hoy nos estamos organizando».

MAURO SE LEVANTA

-¿Ustedes se organizaron en una asamblea?

«Sí. Ya estamos organizados para dar una pelea a muerte. Nosotros, los hijos, queremos recuperar Mauro, porque Mauro para nosotros era nuestro papá, nuestra mamá, nuestros abuelos, nuestra tierra. Yo a Mauro lo quiero como quiero a mis hijos, o como quiero a mis papás. Hoy, después de muchos años decidimos que la única forma en que creemos que vamos a recuperar nuestra forma de vida, nuestra comunidad y vínculos, recuperar a nuestros vecinos, es dando una pelea por nuestros propios medios, por nuestras propias manos, por eso estamos organizados como Asamblea Territorial El Mauro, y con ellos estamos avanzando, dando los primeros pasos como asamblea, en una lucha popular, y estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias…».

-¿Cuál sería una solución justa?

«Que nos devuelvan un campo igual o mejor que el que teníamos, con seguridad de agua, y ojalá dentro del Choapa, dentro de nuestro mismo valle, porque la tierra tira, la sangre tira. Uno nunca olvida sus raíces, y siempre quiere volver a la tierra, a la tierra de uno, la tierra que uno puede comer, que uno conoce. ¡Esta es mi tierra! ¡Nuestra tierra, aquí donde estamos! Somos fruto de esta tierra, porque aquí nos parieron… Estos malditos llegaron a engañar a la gente, engañar a nuestros viejos con artimañas. Sabían que nuestros viejos no tenían educación. Los hicieron firmar con el dedo. Los engañaron como quisieron. Los cuentearon como quisieron. Pero ahora nosotros estamos un poquito más despiertos, un poquito más preparados, y vamos a cobrar todo el daño que les hicieron a nuestros viejos. Ese daño se tiene que cobrar, aunque cueste sangre. Cuando estoy aquí en mi tierra me dan ganas de pelear al tiro, pero hay que estar preparados. No nos vamos a rendir, no nos vamos a rendir…».

-¿Quienes conforman la Asamblea Territorial El Mauro están dispuestos a luchar hasta conseguir una solución?

«Cuando decidimos iniciar esta lucha, una lucha popular, por nuestros propios medios, partimos con ese ideal. Llevamos aproximadamente un año y hasta el momento ninguno de los afectados ha cambiado su forma de pensar. Se mantiene firme la lucha por recuperar nuestro territorio».

-¿Y Minera Los Pelambres les ha ofrecido algo? ¿Ha conversado con ustedes? ¿Ha intentado dividirlos o comprarlos?

«Hace unos cuatro meses la minera conversó con nosotros, a través de sus ejecutivos: la gerente de asuntos púbicos, el gerente de relaciones comunitarias, y otros, y el último ofrecimiento respecto de nuestras demandas fue en dinero. Ofrecieron 30 millones de pesos para cada familia. Se informó a la Asamblea, y lógicamente pensamos que nuevamente es un ofrecimiento irrisorio, que no se condice con lo que estamos exigiendo, o sea, se quieren seguir burlando de nosotros. Lo que queremos es nuestra tierra, herramientas para trabajar, volver a producir como antes, volver a ser lo que éramos antes, porque sabemos que de esa forma también se puede vivir, se puede vivir tranquilo, vivir feliz».

-¿Lo que ustedes le exigen a la Minera Los Pelambres es un territorio donde reinstalarse como comunidad?

«Un terreno y que nos devuelvan todo lo que nos quitaron. Ellos llegaron allá a Mauro y nos quitaron la tierra, las casas, los animales, nos quitaron el agua, la calidad de vida, todo, entonces, eso mismo tienen que devolvernos ahora. Y eso ni remotamente son 30 millones por familia… Para las cantidades de dinero que gana la minera, el costo de devolvernos todo lo que nos quitaron no es ni lo que ganan en una sola hora de trabajo en la mina. Ganan entre veinte y treinta millones de dólares diarios. ¡Imagínate…! Ahora empezarán a producir, con el Proyecto Expansión de Minera Los Pelambres, el doble o triple de lo que sacan hoy, alrededor de 60 millones de dólares diariamente… ¿Un campo costará mil millones de pesos, las casas otros mil millones más? Hablamos de mucho menos de diez millones de dólares».

-¿Ustedes han visto algunos lugares con esas características?

«Sí, y tenemos visto algunos lugares donde nos satisfaría quedar. Nos gustaría que ese lugar tuviera a lo menos un cuarenta por ciento de seguridad de riego. Si el fundo El Mauro tenía 17 mil hectáreas, a lo menos queremos un campo que cuente con más de 15 mil hectáreas. Eso es lo que buscamos. Que nos devuelvan lo que nos quitaron. No estamos pidiendo que nos regalen nada».

-¿Cuántas familias están hoy agrupadas en vuestra asamblea?

«Unas cuarenta… Y no estamos pidiendo limosnas, ni un favor ni nada por el estilo… ¡Háganse cargo del daño que nos hicieron! Por ley no podían sacarnos de Mauro. Nosotros somos un pueblo originario y hay leyes que nos favorecen, pero nunca nos dijeron, después nos fuimos enterando… Jorge Gamboa fue el primer abogado que nos engañó. Al mismo tiempo era abogado de nosotros y de la minera, y se quedó calladito… Cuando la minera llegó a la zona, la gente se organizó y le hacía una cuota de diez mil pesos para pagarle todos los meses. La minera le ofreció mil veces eso, no tenía dónde perderse… Si hasta trató mal a la gente. Los maurinos no tenían idea de nada. Si nosotros estudiábamos hasta sexto básico, y muchos estuvieron cinco, seis años en primero básico por cabeza dura, no aprendían a leer… Y los hicieron firmar o poner el dedo, y para afuera… Después la minera perdió los juicios con los comuneros que salieron junto con nosotros y tuvo que pagar de nuevo, y ahí nosotros nos dimos cuenta que la tierra no era de ellos. Ahí se produjo la estafa de Minera Los Pelambres. Entonces, independientemente que la minera hoy tenga una ‘deuda legal’, por así decirlo, por el pago de la tierra, de 7 mil 500 millones de pesos con nosotros, no estamos pidiendo ese dinero, estamos exigiendo que nos devuelvan todo lo que nos quitaron».

¿DESARROLLO O DESTRUCCIÓN?

-¿Luksic se querelló en contra suya? ¿En qué quedó ese juicio?

«Sí, se querelló porque supuestamente ‘existía una asociación ilícita, por cortes de caminos, desórdenes públicos’, y ese juicio lo ganamos. De todas las acusaciones que nos hizo, nada era como él decía. Todas las pruebas que presentamos para demostrar que ellos habían hecho mal las cosas eran pruebas válidas. El juico fue el año 2012, en Ovalle. Luksic quería meterme preso, pedía 24 años de cárcel. Felizmente quedó en nada porque estos gallos tienen un poder sobre estatal, mandan hasta al presidente de la república, porque Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, han sido títeres de Andrónico Luksic…».

-¿Y las autoridades regionales, gobernadores, senadores, diputados, concejales, alguno se acercó a ustedes?

«También fueron títeres de las autoridades que mandaban de Santiago. Supuestamente, las órdenes llegaban de Santiago, y en la región las acogían no más. Ninguna autoridad regional nos apoyó. Todos apoyaron a la minera. ¿Por qué? Era obvio… ‘La minera iba a generar mucha plata’. Mucha, mucha plata, plata para… Andrónico Luksic. La plata no se ve en la comunidad. Dicen que supuestamente con los megaproyectos mineros en las comunidades llega el desarrollo, pero aquí lo único que se ha visto es destrucción, contaminación, ríos secos. No sé si eso se podrá denominar desarrollo».

-¿Han conversado con autoridades políticas de la región?

«No, todavía no, pero ya saben lo que sucede. Ninguna se ha acercado. Ni partidos ni grupos, nada. No nos interesa conversar con ellos porque son sinvergüenzas, van donde calienta el sol y donde hay plata… ¿Un diputado qué es lo que hace? Te dice que está a tu favor y, después, cuando la minera le ofrece plata, que le pagan su campaña, empieza a jugar al otro lado. Siempre han estado del lado de la minera, gobiernos de derecha y de izquierda…».

-¿Y alianzas con organizaciones sociales, sindicatos, movimientos políticos extraparlamentarios?

«Nada todavía… Es que nosotros vivíamos solos, aislados… En Mauro nos conocíamos solamente entre nosotros, y con alguna gente de Caimanes y de los campos vecinos con quienes nos visitábamos por los cerros pero de a caballo… Gente de afuera no conocíamos a nadie… Cuando nos expulsaron de Mauro, salimos a un mundo desconocido, diferente. En Mauro no había televisión, ni radio, ni teléfonos. Nos comunicábamos entre nosotros y con nuestros animales, con los pájaros, sabíamos qué hora era mirando las sombras que daba el sol en las piedras de los cerros».

COMUNIDAD ENFRENTA A MULTIMILLONARIO

-¿Para ustedes Mauro era un comunidad indígena?

«Sí, y hay muchos lugares con nombres mapuche: Pupío, Tahuinco, Polcura, Cavilolen, Cuncumen, Limahuida, etcétera. Había ‘pueblos de indios’ en la región, según lo que cuentan los historiadores. Yo me reconozco como indígena. Somos mapuche. Puede que estamos mezclados con diaguitas, pero somos ‘gente de la tierra’, y cuando eres gente de la tierra, eres indígena, originario. Somos los únicos que amamos la tierra sin razón, por sobre todo, la tierra, las aguas, los ríos, la naturaleza… Si a nuestros viejos allá en Mauro no les gustaba ni que ensuciáramos el agua con tierra. Supieran hoy como están sus tierras enterradas debajo de millones de toneladas de relaves, se morirían de nuevo… El estero de Pupío está completamente seco, y la poca agua que pasa está contaminada. Y cada vez va a ser peor. Será un valle invivible si no hacemos algo pronto e impedimos que lo sigan destruyendo, lo quieren matar para siempre. Por eso que es hoy cuando hay que pelear. Mañana será demasiado tarde. El tranque fue declarado, por estudios periciales, como una ‘obra ruinosa’. Puede caer en cualquier minuto. Por todo el pueblo de Caimanes hay ‘señales de evacuación’, en caso que el tranque caiga… Pero lo que mucha gente no sabe es que si cae, en menos de diez minutos arrasaría con todo a su paso. ¿Alguien tiene tiempo de arrancar en diez minutos? El tranque es una bomba de tiempo».

-Si pudiera hablar con Luksic, ¿qué le diría?

«Que nos devolviera lo que nos quitó, que fuera humano con la gente… Que fuera humano media hora con la gente de Mauro, y se sentara a conversar con nosotros, que escuchara el sufrimiento que hemos tenido por salir de Mauro, que sepa lo que se siente cuando te echan de tu propia tierra y te quitan todo lo que tienes, todo lo que te ha costado por generaciones… Lo que teníamos en Mauro fueron cien, doscientos y más años que nuestros abuelos conservaron esa tierra, sus animales, viviendas, bosques, aguas, con lo que nos criaban, con lo que éramos felices… Le exigiría a Luksic que nos devolviera todo lo que nos quitó, si no, no tendría ningún sentido conversar con él… Mauro no es único lugar donde Luksic ha hecho daño. Pero el daño más grande, en toda su historia, lo hizo en Mauro, con nosotros: nos mató en vida… Y esta lucha que iniciamos será hasta que consigamos lo que estamos buscando: tierra, justicia y dignidad, la que nos arrebató Luksic…. Andrónico Luksic jamás ha dado la cara. Nunca ha venido. Jamás lo hemos visto por acá. Nos gustaría conversar con él, saber si él es el ‘mala clase’ o sólo lo son sus peones. Nos gustaría verlo en carne y hueso y saber si realmente existe gente tan mala como para hacer las atrocidades que hicieron con nuestra gente, con nuestra comunidad».

(*) En el valle del Pupío, región de Coquimbo, Chile.

Fotografías: @mediActivista

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