1. He visto, desde hace muchas décadas, que la «corrupción» sólo se investiga y sólo busca castigarse en las políticas de Estado, en los asuntos públicos; jamás en los asuntos privados. Se responde que se hace porque el presupuesto y los asuntos que están en juego son los públicos y que -por el contrario- en […]
1. He visto, desde hace muchas décadas, que la «corrupción» sólo se investiga y sólo busca castigarse en las políticas de Estado, en los asuntos públicos; jamás en los asuntos privados. Se responde que se hace porque el presupuesto y los asuntos que están en juego son los públicos y que -por el contrario- en el sector privado cada quien cuida sus propios negocios. ¿Lleva eso a pensar que los del sector privado son muy honestos y los del público muy corruptos? ¿Ello explica que los grandes banqueros, los industriales, los poderosos comerciantes, los más grandes millonarios, no son corruptos y toda la enorme riqueza y propiedades que manejan nada tienen que ver con la corrupción? ¿No es corrupción explotar el trabajo de mil obreros, mal pagar tierras de campesinos, comprar empresas en quiebra y mil un cosas más como herencias de miles de millones?
2. ¿Los miles de millones de dólares de cientos de mexicanos de la lista de Forbes, encabezados por Slim, Salinas Pliego, Bailleres, Larrea, Hank, Servitge, Arango, poseedores de yates, aviones, helicópteros, gigantescas residencias, son muy legales, nada tienen que ver con la corrupción? Quizá por ello se ha dicho y repetido que se puede ser millonario sin ser corrupto. ¿Qué culpa tiene, cómo acusar al hijo, al nieto, a los demás herederos del expresidente Miguel Alemán Valdez de recibir fabulosas herencias de quien fuera el presidente (1946-52) conocido como el más corrupto de México? Los empresarios mexicanos nacieron y se desarrollaron cobijados de la sombra de la llamada revolución burguesa mexicana (1910-17). Se consolidaron como grandes ricos y sólo entraron a la política con el grito de México libre en 1982.
3. Me parece una bobada decir que ya no existen las posiciones políticas de izquierda y de derecha; que ahora todos se confunden por el vil oportunismo de muchos que se disfrazan para acomodarse dentro de los mismos gobiernos. El asunto es que las posiciones políticas no son de personas que se disfrazan según circunstancias sino conjuntos de ideas y principios que representan los intereses de una clase social. El comunismo, el socialismo, la izquierda radical, sólo podrán representar los intereses de los explotados, oprimidos, los pobres, los miserables, en lucha por la igualdad. Por el contrario el conservadurismo, la derecha, la reacción, representarán los intereses de los explotadores, de los grandes ricos y los empresarios.
4. La izquierda radical en todo el mundo, tiene que ser anticapitalista, es decir, tiene que luchar contra la explotación y por una sociedad igualitaria. Ser anticapitalista no es una simple frase o postura; significa ser consecuente combatiendo al capitalismo en todas sus manifestaciones sociales y privadas, donde éstas estén o se aparezcan. Ser socialdemócrata o de izquierda moderada es continuar con los vicios, manifestaciones, costumbres del capitalismo, aunque tratando de disminuir sus peores enfermedades. Por ello la izquierda ha sido reprimida y nunca ha avanzado; también por ello mismo la socialdemocracia ha logrado reformas leves, así como acomodos dentro del capitalismo durante más de un siglo.
5. La socialdemocracia o izquierda muy moderada de países como Francia, Italia, España, Reino Unido, Países Bajos han gobernado con sus diversos partidos periodos distanciados de 6, 8, diez años; en sus balances (Mitterrand, Renzi, González/Zapatero, Corbyn, Palme) demuestran que administraron el capitalismo parecido a lo que han hecho otros gobiernos de derecha o de centro. Aunque se piense equivocadamente que no, en esos países del más viejo capitalismo hay pobreza y miseria, pero un tanto silenciada por los agudos problemas del llamado «tercer mundo». En ningún lugar se ha podido destruir el capitalismo porque su resistencia ha sido terca; quizá todavía hay que luchar medio siglo más para que comience a derrumbarse.
6. Hace 200 años los pueblos del mundo luchaban contra el colonialismo; luego, hace 100 años, a fines del siglo XIX, la lucha fue antimperialista; hace 50 años combatimos contra la globalización, hoy se lucha contra el neoliberalismo. La realidad es que son distintas manifestaciones del capitalismo; su lado más alto, violento y brutal. Pero de manera global el capitalismo y su gran propiedad, su gran riqueza en pocas manos, la brutal explotación del trabajo, el consumismo, el individualismo, la competencia, deben desaparecer para dar paso a la igualdad política, económica y social. El problema no es desaparecer la corrupción sino el capitalismo y la enorme desigualdad que nació hace 500 años y aún sigue conservando su dominio.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.