Debemos recordar que una vez surgida la propuesta socialista o el socialismo real como muchos analista le llaman a la experiencia desarrollada en la URSS, el modelo capitalista mundial ya venía trabajando marcos conceptuales que contrarrestaran el avance del campo socialista. Para tal fin, trataron de interpretar los postulados marxistas, postmarxista e incluso los premarxistas […]
Debemos recordar que una vez surgida la propuesta socialista o el socialismo real como muchos analista le llaman a la experiencia desarrollada en la URSS, el modelo capitalista mundial ya venía trabajando marcos conceptuales que contrarrestaran el avance del campo socialista. Para tal fin, trataron de interpretar los postulados marxistas, postmarxista e incluso los premarxistas con el objeto de tergiversar la concepción misma de su significado.
De esta manera, buscaron la forma de entremezclar planteamientos netamente marxianos con posiciones conservadoras de la iglesia católica, puesto que desde la óptica religiosa se apela al humanismo o bien a la asistencia del más necesitado, pero manteniendo el sistema propagador del pauperismo social.
Podríamos afirmar partiendo de los estudios éticos de John Noonan, que los experimentos sociales han sido una gran escuela para el reacomodo del sistema capitalista mundial, ya que la teoría socialista centrada en la justa distribución de la riqueza tiene ciertas limitaciones al competir con la doctrina del liberalismo, porque es más difícil llegar a acuerdos sociales que abordar convenios exclusivamente económicos en los diversos estratos más pudientes.
Los manuales antisocialistas elaborados por las escuelas occidentales a principios de la década de los años veinte aún hoy exhiben elementos inamovibles que condenan la elección de otro sistema de desarrollo diferente al concebido por el modelo industrial. Estos preceptos pueden visualizarse siguiendo la línea discursiva de dichos textos donde exponen: «condenamos el Socialismo como sistema universal» (Noonan, 1947, p. 185).
Rechazan el Socialismo basados en tres premisas: a) el sistema es destructivo de la libertad; b) retira todo incentivo al trabajo diligente; c) imposibilita la distribución justa de los bienes.
Basado en estos tres aspectos desestima los principios de la teoría socialista, los cuales califica de engañosos aludiendo a Rousseau, pasando por Hegel, Marx y finalmente referenciando las encíclicas católicas alejadas de la verdadera interpretación materialista histórica.
Noonan, compara los argumentos marxistas (el empleador roba al trabajador el fruto de su trabajo, derroche en base a la competencia individual, imposibilidad de prevenir las depresiones periódicas) con los expuestos en su momento por los Papas León XIII y Pío XI en sus encíclicas 2 . Estos últimos señalaban que el sistema de la propiedad privada podía ser corregido, a diferencia del Socialismo que plantea la maldad inherente del sistema capitalista (los grandes negocios corruptores de las políticas).
En este sentido, educan sobre «la tesis de que el Socialismo está errado en todas sus formas» (Noonan, 1947, p. 184). Es así como el liberalismo (neoliberalismo) desacredita toda forma de organización comunitaria, limitándola sólo a casos de mínima expresión como por ejemplo comunidades religiosas, familiar o el alquiler compartido; un argumento muy ambiguo para quien desee defender su postura.
Para ser más específicos, todos aquellos tipos de organización integrados por el agrarismo o el sindicalismo, por sólo nombrar algunas, de acuerdo a esa tesis son rechazados porque están enmarcadas dentro del hecho de la colectivización de la ganancia entre los integrantes de una comunidad o la colectivización de la tierra. En otras palabras, estos teorizadores del capitalismo señalan: «la propiedad de la tierra es la esencia del sistema de la propiedad privada, la cual, como hemos demostrado es una institución de la ley natural» (Noonan, 1947, p. 185).
Llevan cerca de cien años, quizás más, tratando de justificar las nuevas formas de esclavismo con el uso del capital, las cuales se han acoplado según la correlación de fuerzas existentes, pactos y convenios. Asimismo en décadas posteriores, especialmente en la época de la postguerra (Segunda Guerra Mundial), afianzaron la idea del corporativismo cuyo objeto era crear un falso imaginario de colaboración de las clases sociales. Así lo afirman sus textos: «y su esencia es la cooperación de todas las clases del Estado, y no la guerra entre clases. Económicamente denominado por Belloc como distributismo… una difusión más amplia del control de la propiedad» (Noonan, 1947, p. 192).
Desacreditar el Socialismo desde el punto de vista ético fue fundamental en las primeras décadas del siglo XX para posicionarlo como una doctrina perniciosa para la sociedad. Se empalmaron varias teorías cristianas donde se manipuló a placer la ley natural de los derechos del hombre, pretendiendo argumentar que se debía tener ciertos derechos civiles, pero que no era igual en términos políticos. Para reafirmar dicha tesis apelaron a los estudios de Alexis Carrel 3 , quien aseveraba: «la igualdad de derechos entre los hombres es una ilusión y por tanto es absurda concederles el mismo poder electoral» (citado por Noonan).
En la actualidad el imperialismo se mueve con nuevos conceptos (teoría-acción) no muy diferentes a los explicados líneas arriba; la tarea se torna compleja mucho más aún cuando se cae en el terreno economicista porque la industria comunicacional ha evolucionado de forma sorprendente, no obstante, las bases primigenias planteadas por Noonan y otros teorizadores se mantienen.
No me queda otra cosa para el aporte a esta investigación, afirmar que ya el concepto de marketing político, se queda rezagado ante las exploraciones adelantadas desde el campo de la antropología para el estudio de ciertas sociedades y su posterior invasión. Se estudian los individuos para filtrar sus principios o costumbres culturales como si se tratase de un proceso simbiótico, con lo cual se detectan los focos sensibles a la transculturización; luego, si hay resistencia a los cambios se procede a tácticas más drásticas.
Especial atención merece la neuropolítica (digamos la neurociencia aplicada a la política), mediante la cual se estudia las relaciones de la conciencia, las actitudes y aptitudes de los activistas (ciudadanos), comprender cómo actúa el cerebro de los electores estimulados por los medios de comunicación. Aquí juegan un papel importante las imágenes, la semiótica, cómo se articulan las imágenes y con qué valores, cómo o de qué manera canalizar sentimientos con el objeto de redireccionar decisiones. Todos estos elementos abordados acá debe ser tema de preocupación a quienes gusta investigar sobre política, ya que el terreno explorado no es el mero convencimiento de una persona, sino que apunta a torcer los procesos conductuales de la sociedad cuando ésta ha tomado rumbos distintos a la hoja de ruta colonialista.
Base bibliográfica
Noonan, John. (1947). Ética General y Especial (5ta ed.). Chicago: Loyola University Press.
Otros autores consultados.
Hilaire Belloc. Prolífico escritor inglés sobre temas históricos. Las Cruzadas y el Sistema de Partidos son sus trabajos más conocidos.
Morris Hillquit. Abogado y activista político. Fundador del partido socialista norteamericano.
Henry George. Economista estadounidense. Plateaba que el suelo o la tierra pertenecen igualmente a toda la humanidad.
Notas
1 Análisis en base a los manuales éticos de John P. Noonan Jr., documentos de adoctrinamiento contra los gobiernos progresistas.
2 León XIII y Pío XI, nombre de sus Encíclicas: Immortale Dei, Rerum Novarum y Quadrigesimo Anno.
3 Man, The Unknown. Obra en la cual argumenta que los gobiernos deben ser dirigidos por grupos de élites.
Ramón E. Ángel, Licenciado en Administración y Magíster en Políticas Sociales. Colectivo @TenemosPatria .