Han pasado 205 años del natalicio de Carlos Marx (5 de mayo de 1818) y a la fecha entre sus muchas aportaciones teóricas es necesario regresar a textos fundacionales como El Manifiesto Comunista, que sintetiza pensamiento de Marx y Engels, donde se expresa la esencia del marxismo; la teoría de la realidad, la crítica de todo lo existente, el proyecto de emancipación y la interpretación práctica para la transformación del mundo.
El Manifiesto es ante todo un llamado a la acción, a la transformación de la sociedad capitalista explicada casi en su totalidad de detalle en la obra de Marx y referida de manera concreta en el documento programático, las razones del porqué es necesario superar al capitalismo están ahí en las páginas de El Manifiesto, pero tanto Marx como Engels siempre fueron prudentes en describir la sociedad futura comunista, dibujan algunas líneas a seguir y algunos aspectos necesarios para dejar atrás la explotación y opresión capitalista, más no plantean un molde estático y dogmático, como se ha querido decir tergiversando sus postulados, desde luego, lo anterior llevado a cabo por los intelectuales al servicio del capital.
La vigencia de El Manifiesto es la misma de Marx, un pensamiento tan abierto y dialéctico, que fueron justamente, Marx y Engels, los primeros en cuestionar algunos postulados de El Manifiesto, y rectificarlos a lo largo de su obra posterior, baste para comprobarlo, leer lo diferentes prólogos que escribieron para las muchas ediciones que se hicieran, ellos mismos superaron y contribuyeron con una aguda crítica sobre aquellos aspectos que ya era necesario desarrollar o dejar atrás.
El Capital, la obra cumbre de Marx, publicado su primer tomo en 1867, revela la especificidad de la explotación en el capitalismo y examina las formas de justificación ideológicas, el fetichismo y demás ilusiones que genera para poder funcionar. Es una obra clara escrita para contribuir al movimiento obrero que convulsionaba el mundo, busca proporcionar claridad en la lucha, pues enumera, desenmascara y explica el orden del capital, su naturaleza antagónica, destructiva e inhumana. Con claridad expone Marx los motivos y razones por las cuales es inútil la ilusión de que el capital puede ser reformado, mejorado o humanizado, y que para ello el Estado habría de contribuir, El Capital es la obra demoledora de la razón del capitalismo y la luz anunciadora de la necesidad de la construcción de otra sociedad de carácter socialista.
La crítica del capital y de la economía política que expone Marx en El Capital, revierte la manera de interpretar políticamente que los economistas burgueses usaban a las categorías con que explicaban el modo de producción, dándoles el grado de eternas e inmutables, queriendo dar lugar a la creencia de que el capitalismo es la expresión y culminación de la naturaleza humana. Marx con su aguda mirada pone de cabeza toda la lógica explicativa burguesa y da lugar al profundo análisis a favor de los oprimidos. Marx explica cada uno de los elementos fundamentales del capitalismo, las formas de explotación, la enajenación, el carácter del trabajo, el plusvalor, las crisis, la operación totalizante del capital que impone las condiciones materiales de vida, además de las culturales, políticas y tecnológicas que garanticen la producción de mercancías.
Ahora bien, El Capital como toda la demás obra de Marx, establece las bases para la comprensión y crítica de los fundamentos primordiales del capitalismo, dando lugar a la posibilidad de generar proyectos revolucionarios que superen las condiciones de vida en la actualidad, pero sin importar la gran obra que nos legó, en nuestras manos está profundizar el estudio y la lucha contra el capital, buscar las formas de superar la explotación y superar cada una de las laceraciones hoy vigentes contra la humanidad.
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