El tema pasó a ser candente y es una buena oportunidad para los medios de comunicación para sacar comentarios, entrevistas y ponerse como los defensores de una supuesta cultura conservadora del país. La noticia de la aprobación del matrimonio civil igualitario por la Corte Constitucional ha de haber sorprendido a más de uno y las […]
El tema pasó a ser candente y es una buena oportunidad para los medios de comunicación para sacar comentarios, entrevistas y ponerse como los defensores de una supuesta cultura conservadora del país. La noticia de la aprobación del matrimonio civil igualitario por la Corte Constitucional ha de haber sorprendido a más de uno y las reacciones opuestas a la decisión no se han hecho esperar, en particular de parte de las autoridades de las Iglesias católica y evangélicas conocidas por su fuerte tradicionalismo.
Mientras tanto ¡la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y la ONU felicitan al Ecuador por su decisión de defender los derechos de todas y todos! Me llama siempre la atención que se dé tanta importancia a todo lo que se refiere a la sexualidad; me parece una actitud de cristiandad medieval y de búsqueda de poder. Jesús ha tan poco hablado del tema… Si se dedicara igual tiempo y actividad a la búsqueda del Reino de Dios, cuya importancia es primera, «absoluta» en palabra del papa Pablo 6°, muchas cosas cambiarían en Ecuador.
Entiendo que hay que diferenciar ‘sexo’ y ‘género’. El sexo tiene 2 expresiones: masculina y femenino. El género se refiere a cómo se asume uno: es una categoría sicológica que depende de cada persona. Ahora la homosexualidad es otro aspecto de la sexualidad. Leí que hasta una tercera parte de los seres humanos tenemos tendencias homosexuales, pero que no se expresan efectivamente. En cuanto a la ‘ideología de género’, les dejo con el comentario de una amiga: «No existe ideología de género. Lo que sí no existe son derechos en igualdad de género».
Por lo que es de la Iglesia católica, los estudios sobre este tema, expuestos en internet en particular en un libro de John Boswell, nos revelan que, en el primer milenio de nuestra era, había, ¡oh sorpresa mayor! bendiciones de los ministros católicos por estas «bodas de la semejanza». Así de sencillo y sorprendente. ¿Por qué se ha satanizado la sexualidad y hasta la mujer…? También podemos comentar en la Biblia sobre la ‘amistad amorosa’ entre David y Jonatán. ¿Estamos los cristianos particularmente preparados legal y bíblicamente para dar criterios sobre estos temas? Creó que es más bien el papel del estado de regular las relaciones entre las y los ciudadanos. Por supuesto que podemos aportar nuestros puntos de vista, pero estos no pueden basarse únicamente en una tradición que ha sido demasiada manipulada y pervertida. Generalmente no prestamos suficiente atención a los descubrimientos y progresos de las distintas ciencias humanas que deben ser en estos casos una referencia obligada. ¿Por qué querer imponer puntos de vista en nombre de alguna religión? Prefiero que nos quedemos en dar un testimonio de vida -incluso de vida sexual- de manera individual y colectiva, sin aducir que tenemos la verdad total.
Miremos los países que han reconocido jurídicamente los ‘matrimonios civiles igualitarios’ que son unos 26: ¿se estarían hundiendo en situaciones desordenadas social y sexualmente? Es bueno recordar la frase del papa Francisco: «Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?». Esto nos trae a la memoria la de Jesús en el episodio de la mujer adúltera que las autoridades religiosas de su tiempo querían lapidar: «El que esté sin pecado eche la primera piedra». El documento papal resultado del Sínodo sobre la familia nos da una clara orientación: «Los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales han de ser acogidos con respeto y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta». En 2013, cuando Francia aprobó el matrimonio igualitario, un obispo escribió que, ‘dentro de unos pocos años, se dirá que con esta legalización se estuvo haciendo el reconocimiento de un derecho más».
Para confirmar la grandeza y belleza de la sexualidad volvamos a leer el libro bíblico del ‘Cantar de los cantares’ que es un himno al amor físico. «Para muestra un botón» que es el primer versículo de dicho ‘canto’: «¡Que me bese con los besos de su boca! Tus amores son un vino exquisito, suave es el olor de tus perfumes…
Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/200529