Ha sido noticia en los últimos días. En Canadá se aprobó recientemente. Otro tanto hizo el Congreso en España. Para horror y escándalo de la jerarquía católica y el Vaticano. En España la jerarquía apoyó una gran manifestación. Para presionar al gobierno contra la aprobación del matrimonio homosexual. Nunca antes había sido tan activa. Gran […]
Ha sido noticia en los últimos días. En Canadá se aprobó recientemente. Otro tanto hizo el Congreso en España. Para horror y escándalo de la jerarquía católica y el Vaticano.
En España la jerarquía apoyó una gran manifestación. Para presionar al gobierno contra la aprobación del matrimonio homosexual. Nunca antes había sido tan activa.
Gran cantidad de obispos y religiosos participó en la manifestación. Hecho inédito. Días después decenas de organizaciones llamaron a una marcha contra la pobreza. La jerarquía no participó. Los pobres no son cosa de Dios. Tampoco prioridad de la Iglesia.
Curiosa concepción de la moral cristiana. Que millones de personas mueran de hambre, sufran enfermedades, preocupa menos que la superación de una moral anacrónica.
La homosexualidad es realidad humana. En 1974 la Asociación de Siquiatras de Estados Unidos la borró de la lista de taras. En 1990 lo hizo la Organización Mundial de la Salud.
En Nicaragua aún es delito. Una barbaridad que refleja su atraso. Amnistía Internacional la ha denunciado. Como único país latinoamericano que criminaliza la homosexualidad.
La libertad sexual es derecho humano esencial. Lo inmoral es criminalizarla