Con la conciencia y dignidad de RAFAEL PILLADO.
“siempre es posible luchar, incluso en las peores condiciones”
Memoria para comprender. Memoria para crear Democracia.
Con el calor del recuerdo, bajo el símbolo que tiene el 10 de Marzo para la Clase Trabajadora y para la Memoria Democrática, deseamos en estas breves líneas, rendir homenaje principal a Rafael Pillado Lista, recientemente fallecido (el 20 de febrero), y, de su mano, surgirá el aliento de la voz poética de Rafael Bárez (Poemas del diez de marzo), otra de las personas represaliadas y encarceladas por su participación el 10 de Marzo de 1972 en los acontecimientos de Ferrol. No podemos traer todo a la llama del presente, solo aquello que permite la iluminación de un escenario que nuestros adolescentes gallegos, por ejemplo, ignoran.
Las reclamaciones de los trabajadores empezaron a perfilarse mediante asambleas desde el 11 de febrero de 1972. La reclamación principal era un convenio laboral que non fuera perjudicial para los trabajadores de Bazán: reducir su jornada de 12 horas a 8 horas; no hacer horas extras obligatorias; reclamar un aumento de sueldo de 2.500 pesetas; tener derecho a huelga y libertad sindical. En respuesta, como muy bien recuerda Rafael Pillado, el 9 de marzo los jefes despiden a varios representantes sindicales. Después de que los trabajadores se manifestaran en contra, la policía entró esa misma tarde para desalojarlos a palos de la explanada de Bazán. Entonces, después de estar en vela toda la noche, los trabajadores de Bazán deciden llevar a cabo una gran concentración el 10 de marzo para presionar y pedir el reingreso de los despedidos. La factoría está cerrada. Entonces, optan por conseguir el apoyo de los obreros que están levantando el futuro polígono de Caranza y se encaminan también a conseguir el de los obreros de Astano, en la orilla de Fene. Es en el regreso, en la confluencia entre a Ponte das Pías y la Avenida de Castilla cuando se produce el ataque mortal de la policía franquista.
Las balas matan a Amador Rey y a Daniel Niebla, y provocan decenas de heridos.
“Te hicieron Hombre y te hicieron Historia
se mataron un poco con tu muerte,
Amador, Daniel, el 10 de marzo”
No se conforman con eso, sino que se produce una persecución y detención de todas aquellas personas consideradas responsables de la protesta con el fin de intentar acabar con el movimiento obrero organizado. Cerca de 100 personas serán encarceladas, entre ellas, por citar solo algunas, Rafael Pillado, Rafael Bárez, Vicente Álvarez Areces, Manuel Amor Deus, José Riobó, Julio Aneiros, Fernando Miramontes, Sari Alabau y José Torregrosa. Y unas 160 serán despedidas. Rafael Pillado pasará 47 meses (32 meses en A Coruña y 15 en Carabanchel), casi cuatro años, en la cárcel, saliendo el 5 de febrero de 1976. Es entonces cuando salen también José María Riobó y Manuel Amor Deus, lo que se conoce como los ‘últimos de los 23’. Y recuérdese que nadie ha sido juzgado por los asesinatos.
“Es esperanza, miedo, amor;
es también odio.
Enseñarme el infierno
y apagarlo,
hablar de libertad,
solo palabras. Ellos no me la dan,
me la han quitado,
se la han quitado a todos”
La vida de Rafael Pillado no fue fácil. Nace un 12 de junio de 1942 en la costa lucense, de donde se tienen que desplazar su madre y el para estar cerca del padre, detenido por su militancia comunista y encarcelado en el castillo de San Felipe, en la entrada de la Ría de Ferrol. Es en este lugar en donde se le realiza el emocionado y hermoso homenaje de despedida el 25 de febrero. Esos años, como el mismo deja escrito en sus memorias, fueron años de muchas estrecheces, de mucha penuria y hambre, además de sufrir la represión de los franquistas.
Con 15 años empieza a trabajar en el astillero ferrolano de Bazán, y tres años más tarde, con 18 años, en 1960, se afilia a las Juventudes Comunistas. En 1966, como reconoce en una entrevista, ganan las elecciones en Bazán, usando el sindicato vertical como trampolín para la creación de Comisiones Obreras. Todo, por supuesto, organizado en clandestinidad para reivindicar non sólo mejoras para la clase obrera, sino para luchar contra la dictadura franquista.
Esto es lo que Rafael Pillado declaraba a Marcos Pérez Pena, periodista del medio digital Praza Pública (traducimos del gallego):
La represión y la vigilancia eran agobiantes. Tú tenías que hacer tu trabajo, en mi caso en Bazán, y después aprovechar determinados momentos, como ir al baño, o ir a buscar herramientas, para establecer contactos, recoger ideas y propuestas de otros compañeros. Había mucho trabajo sindical, en una empresa que tenía unos ocho mil trabajadores, y después, cuando salías a las seis de la tarde, te ibas a la otra empresa de la comarca, a una reunión clandestina con compañeros. Todo eso suponía un gran esfuerzo, burlar a la policía y vigilar que no te siguiesen. Yo, cuando voy a la cárcel, en el año 72, mi hija tenía dos años, pero yo la conocí, en realidad, en 1976, cuando salí de la cárcel, porque hasta ese momento yo salía muy temprano, cuando ella dormía, y regresaba a casa muy tarde, cuando ya dormía. Y como yo muchos otros compañeros tenían ese compromiso.
Este fragmento demuestra el compromiso de una persona que no finaliza con la llegada de la democracia, sino que se prolongó hasta el final. Su pensamiento adquiere siempre una dimensión colectiva, de relación comprometida. Así veía la contribución de sus memorias:
Están pensadas para hablar del presente y del futuro, para enseñarles a las nuevas generaciones que los valores que defendimos siguen de actualidad, el valor de la solidaridad, mostrando como fuimos construyendo la organización de los trabajadores, empresa a empresa, y como trabajábamos procurando objetivos colectivos, no individuales.
Pudo cambiar de siglas políticas en la persecución del cumplimiento de su ideal humano y social. Pero no mudó la esencia de su compromiso, siempre valiente hacia lo que consideraba justo. Así, desde la Asociación Fuco Buxán de Ferrol no dejó nunca de luchar, por ejemplo, contra la instalación de la planta de gas de Reganosa en Mugardos, en el interior de la ría de Ferrol.
Y así, hasta el último aliento. Como consecuencia de las nefastas políticas constructivas de la dictadura franquista, con financiación de la Banca de la familia March, el amianto se convierte en uno de los materiales más empleados en todo tipo de instalación y construción (más de 3000 productos se elaboraron con este agente cancerígeno) con monopolio de la empresa Uralita SA. Recuérds que su prohibición no se dará hasta el año 2002. La exposición al amianto, a las fibras del asbesto, puede derivar en un cáncer, como así fue en el caso de Rafael Pillado, que falleció en un año desde el diagnóstico por un mesiotelioma maligno. Mantuvo su dignidad hasta el final denunciando y llevando a juicio a los responsables. Juicio que, por cierto, aunque no en la medida que él lo deseaba, ganó Rafael Pillado.
Durante el día de su fallecimiento, y al día siguiente, estuvimos especialmente atentos al telediario de la televisión pública gallega, para ver si se ofrecía una pequeña crónica sobre Rafael Pillado. De forma no sorprendente, aunque si indignante, no se hizo mención a su muerte. Sí a la de un futbolista.
Por eso, no dudamos de que estamos en un país que ignora -o es indiferente- el dolor sobre el que se cimentó esta democracia, siempre débil y titubeante. No solo se silencian trayectorias ejemplares como las de Pillado, sino que se blanquean y estimulan los actos y los discursos de una fuerza política que presume de su herencia franquista. Frente al silencio, los que somos de izquierdas debemos enarbolar la memoria para comprender, para crear Democracia.
“Y los poemas se acaban
¡Qué tristes los poemas!
¡Qué pobre yo, si otra cosa no tengo!
En esta noche con olor a libertad,
no puedo dormir.
Pienso”
El 10 de marzo de este 2023 bien merece un recuerdo encendido de Rafael Pillado como ejemplo de esa clase trabajadora por la que luchó toda su vida. Siempre con la visión de unir y desarrollar elementos de solidariedad entre los obreros. Rompiendo, así, la disgregación y la atomización propias de estos tiempos de capitalismo salvaje neoliberal.
Finalizamos este homenaje con una de sus enseñanzas: no seamos contemplativos hacia el presente, enfrentémonos a él.
“ser libre es no rendirse,
cambiar el escenario de la lucha;
es preñar el futuro con simiente
de saber quiénes somos, dónde vamos”
Brión, 10 de marzo de 2023
Xabier Ron Fernández es docente y comunista gallego.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.