México ha cambiado muchos en el último mes. En las últimas semanas se realizaron dos reuniones que han transformado la relación entre México-Estados Unidos. El gobierno empresarial-militarizado de Trump tiene como designio que el gobierno de México asuma las tareas impuestas por la «seguridad interna» de EEUU. El encuentro anual entre el Comando Norte y […]
México ha cambiado muchos en el último mes. En las últimas semanas se realizaron dos reuniones que han transformado la relación entre México-Estados Unidos. El gobierno empresarial-militarizado de Trump tiene como designio que el gobierno de México asuma las tareas impuestas por la «seguridad interna» de EEUU. El encuentro anual entre el Comando Norte y el Comando Sur de las Fuerzas Armadas Estadounidenses ocurrido durante la Conferencia de Seguridad de Centroamérica, celebrada el 26 de abril, en Cozumel Quintana Roo, incorporó a México en las tareas de defensa de la estrategia estadounidense. Por otra parte, la reunión sostenida en Washington D.C., entre los secretarios norteamericanos John Kelly y Rex Tillerson y los secretarios mexicanos Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray homologó la seguridad mexicana a la seguridad estadounidense.
Una cifra record de armamento
El 6 de abril de 2017 la general Lori J. Robinson sostuvo audiencia en el Senado en la que reveló información importante respecto al contenido de la reunión a celebrarse en los siguientes días en Cozumel. La general se ufanó de que la colaboración entre el Comando Norte y las secretarías de la Defensa y Marina en México ha avanzado hacia una alianza estratégica institucional, que incluye, dijo, el apoyo estadounidense para que las Fuerzas Armadas mexicanas puedan resolver la crisis de seguridad interna, la colaboración bilateral en materia regional y «la capacitación» para que México pueda asumir responsabilidades globales. La ex-profesora de la Escuela de Armas y Combate Aéreo presumió en su intervención que México aceptó ser anfitrión del encuentro anual de los Comandos Norte y Sur. Afirmó que se realizarán ejercicios para mejorar la interoperabilidad entre las fuerzas armadas de ambos países; además aseveró EEUU ha vendido mil millones de dólares de armamento, un record que incluye la venta de helicópteros UH60 Black Hawk y vehículos terrestres multipropósito. La piloto con 900 horas de vuelo afirmó que se trabaja con varias agencias para reforzar la vigilancia de las fronteras de México con Guatemala y Belice. El maestro artillero Sargento Cesar Huezo, dijo, es el responsable del Destacamento del Teatro de Seguridad de las Fuerzas del Norte y ha aprovechado su experiencia en áreas como e inteligencia naval, enfermería militar, reconocimiento con vehículos ligeros, para capacitar a 8 mil marinos mexicanos en habilidades de combate. Las relaciones de cooperación entre ambos países han dado un salto cualitativo que ha permitido que México juegue un rol de liderazgo entre las fuerzas armadas de la región. Estamos ayudando para que tanto la Secretaría de la Defensa como la SEMAR se alisten para participar en las Operaciones de Paz de Naciones Unidas.
La reunión de Washington: injerencia legislativa y electoral
La reunión en Washington también provocó una mutación en las relaciones bilaterales. Durante la misma el canciller mexicano Luis Videgaray señaló que aunque México prefiere una negociación trilateral del TLCAN, habrá algunos aspectos que pueden ser orden bilateral y dijo: «hay ciertos sectores mexicanos que tienen un estatus especial y eso es meramente bilateral entre México y Estados Unidos». En clara referencia al capítulo sobre energéticos del tratado, se confirma la idea de que la renegociación busca fundamentalmente incluir a los energéticos mexicanos como un componente sujeto al libre comercio y consecuentemente que las resoluciones de conflictos entre empresas petroleras trasnacionales y México, se resuelvan en los tribunales privados trasnacionales del Grupo Banco Mundial. Por su parte el Secretario de Estado, Rex Tillerson dijo: » sabemos que el Congreso mexicano está punto de aprobar una ley para incautar las propiedades y los activos de las personas arrestadas por narcotráfico…nosotros hemos alentado a México a aprobarla». Esta declaración muestra una preocupante tendencia a un intenso cabildeo estadounidense en el Congreso Mexicano y un confesa injerencia en el diseño de las leyes de México.
Otra pista de la actitud injerencista que precedió la reunión de Washington la brinda el hecho de que el 5 de abril, durante una audiencia del comité de Seguridad del Senado, John Mc Cain espetó al Secretario de Seguridad Interior, John Kelly: «Tenemos un problema con México. Hay mucho sentimiento antiestadunidense en México. Si la elección en México fuera mañana, probablemente se obtendría a un antiestadunidense de ala izquierdista como presidente de México… eso no puede ser bueno para Estados Unidos», a lo que John Kelly respondió, «no sería bueno para Estados Unidos, ni para México»). Por otra parte durante una ponencia en la Universidad la reunión de Washington, John Kelly, aseveró que México es un gran aliado de EEUU que deportó a 160 mil centroamericanos el año pasado antes de que avanzaran más allá de 160 kilómetros al norte de la frontera con Guatemala, según reportó Jesus Esquivel, en «México sufre por el gran consumo de drogas en EEUU» (Proceso, 18/abril/17). Las diversas declaraciones de los funcionarios muestran que el gobierno de Estados Unidos está intensificando las presiones para que México se haga cargo de las tareas de la «seguridad interna» de Estados Unidos, y no ha encontrado ninguna resistencia por parte del gobierno mexicano, por lo que la defensa de la soberanía deberá correr a cargo de los ciudadanos y los movimientos populares.