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Mikis Theodorakis, La «Voz del Pueblo» que desde Grecia puso música a la Paz

Fuentes: ENcontrARTE

Existen muchas maneras de manifestar inconformidad ante la estructura de vida neoliberal que se ha venido implantando en el mundo y que, cada vez más lo ha ido transformando en un espacio sombrío, injusto, desigual, miserable y tristemente contaminado. Mikis Theodorakis encontró en la música un medio para expresar no sólo su descontento sino también […]

Existen muchas maneras de manifestar inconformidad ante la estructura de vida neoliberal que se ha venido implantando en el mundo y que, cada vez más lo ha ido transformando en un espacio sombrío, injusto, desigual, miserable y tristemente contaminado. Mikis Theodorakis encontró en la música un medio para expresar no sólo su descontento sino también el malestar de todo un pueblo que experimentó los azotes del egoísmo y la ambición humana: elementos fundamentales en la constitución del sistema-mundo moderno capitalista en el que vivimos hoy. Su mensaje al mundo lo convirtió en un símbolo de lucha por la democracia y contra todo aquello que se relaciona con opresión, violencia e injusticias sociales mediante una composición musical original y muy particular. Theodorakis marcó un precedente melódico en su país y en el mundo entero fusionando distintos géneros musicales con música popular griega, música emergida de sus raíces y cantadas al son de las más grandes creaciones poéticas griegas y universales. Autor de una música políticamente comprometida, «La voz del pueblo», como lo llaman sus compatriotas, desarrolló un concepto de música meta sinfónica que condujo a que sea reconocido internacionalmente como un genio de la música, siendo Mikis Theodorakis sin lugar a duda, el más grande compositor griego en vida.

Este hombre tan sensible y tenaz, seguramente con su hemisferio derecho -el creativo y abstracto- desarrollado a la enésima potencia, nació en una pequeña isla griega llamada Quíos un 29 de julio de 1925. Su padre fue funcionario del Ministerio del Interior, por lo que sus primeros años de vida transcurrieron en diversas ciudades de la provincia de Grecia como Mitilene, Giannina, Kefalonia, Pyrgos, Patras y, por un largo espacio de tiempo en Trípolis. Desde muy joven, Mikis demostró tener una atracción particular hacia la música; y aquellos distintos recorridos por la geografía nacional le permitieron al pequeño familiarizarse con las composiciones folclóricas y cánticos barrocos de la Iglesia Ortodoxa griega. Su entusiasmo era tal que comenzó a tratar de ejecutar sonidos sin saber tocar ningún instrumento ni haber tomado clase alguna. Fue en Pyrgos y en Patras que tomaría su primera lección de música, y en Trípolis, que formaría un coro con sus compañeros de estudio.

En la capital de Arcadia, en el centro del Peloponesio vivió Mikis su adolescencia. Allí, en el cine, escuchó por primera vez la Novena Sinfonía de Beethoven y seriamente decidió ser compositor. El propio Mikis comenta en una entrevista con la televisión griega sobre esa antigua película de Beethoven que, «La vi con mi padre. Quedé fascinado (…) Mi padre viajaba a Atenas por trabajo, así que le pedí que me trajera todo lo que pudiera encontrar sobre música en la capital. Así comenzó todo» 1 . Se puso a crear y a componer como poseído por una magia metafísica y ofrece así su primer concierto cuando contaba apenas con 17 años. También a esa edad, comienza su activa y larga lucha por la libertad de su gente. Trípoli fue ocupada por los italianos al iniciarse la Segunda Guerra Mundial y el joven Mikis se une a la resistencia, primero contra la Italia fascista y luego contra la Alemania nazi. Sus actividades políticas se hacen cada vez más comprometedoras. Ayuda a escapar a familias judías del holocausto alemán, siempre caminando por senderos muy riesgosos, y el 25 de Marzo de 1941 participa en la protesta masiva que se organiza para celebrar el aniversario de la independencia griega de Turquía.

Asimismo en 1941, compuso su primera canción, El Capitán Zacarías, inspirada en la invasión nazi-fascista que desintegraba al pueblo griego. Ésta se convirtió más tarde en el himno de la Resistencia Helena y aliento para la masa popular desconsolada. Después de eso fue detenido y torturado por las autoridades italianas en el año de 1943. Logra escapar a Atenas e ingresa en el Conservatorio de esa ciudad donde estudia composición y dirección musical inclinándose más que todo hacia la música clásica. Sin embargo, no abandona su militancia y se une a la EAM: (Ethniko Apeleutherotiko Metopo), «Frente de Liberación Nacional»: una de las fuerzas griegas de resistencia contra la ocupación de las tropas del Eje, en ese mismo año. Sus ideas izquierdistas lo llevan a trabajan mancomunadamente con el «Partido Comunista Griego» (KKE) y la organización más grande de la resistencia antifascista: el ELAS: (Ethnikos Laikos Apelevtherotikos Stratos), «Ejército Nacional de Liberación Popular».

Cuando la ocupación nazi finaliza, ya existía en Grecia un clima bastante tenso que provocaba fuertes enfrentamientos y acusaciones mutuas de terrorismo por parte de los extremos izquierdistas y conservadores. Tanto las alas de izquierda como las conservadoras del movimiento de resistencia se debatieron la dirección de la resistencia griega. Ambos reclamaban el poder; y la incapacidad de llegar a un mutuo acuerdo detonó un conflicto armado que enfrentó a la población conservadora y a las fuerzas armadas del gobierno monárquico -apoyadas por los EEUU y el Reino Unido-, contra los comunistas griegos, el ELAS, el KKE y la EAM. La guerra civil griega fue el primer caso de insurrección comunista tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que se ha considerado como el primer conflicto bélico de la Guerra Fría el cual se definió en dos etapas: cuando empieza a tomar forma, entre 1941 y 1944, y a continuación entre 1944 y 1946, cuando finalmente el gobierno monárquico que volvía del exilio se enfrenta de manera violenta -con apoyo de Inglaterra y Estados Unidos- a los de izquierda por el control del país. «Con la derrota de los comunistas, éstos iniciaron una campaña de hostigamiento y lucha armada contra el gobierno griego y fue declarado el estado de excepción para tratar de liquidar a los guerrilleros. Los gobiernos de Alexandros Papagos y Constantinos Karamanlís utilizaron a las fuerzas armadas para practicar el terrorismo de Estado, ilegalizaron el partido comunista e hicieron una fuerte campaña de propaganda anticomunista, provocando el exilio masivo de miles de personas en lo que fue el último episodio de la Diáspora griega» 2 .

Durante todos esos años Theodorakis vivió con un hilo en la voz. A causa de sus ideales revolucionarios fue perseguido por las autoridades monárquicas; muchas veces torturado y recluido en campos de concentración bajo deplorables condiciones y amenazas de muerte. Luego es deportado a las islas de Ikaria y Makronissos y, aunque su humanidad se mostraba debilitada, no deja de mantener contacto con la creación musical. Su primera Sinfonía fue compuesta en la prisión de la isla de Makronissos e incluso fue durante esos años que comienza a mostrarse interesado por la música folclórica y popular griega conocida como rebetika (música popular de los trabajadores). Cuando sale de prisión retorna a Atenas y en 1954 se gradúa en el Conservatorio de esa ciudad bajo la tutela de Fhiloktitis Economidis. Ese mismo año es merecedor de una Beca y logra viajar a Francia donde estudia Análisis Musical y Composición en la clase de Olivier Messiaen y de René Leibowitz conducido por Eugéne Bigot en el Conservatorio de París. El período parisino fue para Mikis un lapso de intensa creación artística. Su talento fue reconocido de inmediato y recibe sus primeros pagos por la composición de música de fondo para películas y música de Ballet. Mikis estudia intensamente la música occidental al tiempo que escribe diversas piezas sinfónicas y de cámara. En 1957 obtiene Medalla de Oro en el Festival de música de Moscú por su Suite Nº1 para piano y orquesta; y en 1959 compone el ballet «Antígona» para Ludmila Tcherina, el cual fue representado en el Covent Garden, así como algunas bandas sonoras para películas. Ese mismo año del 59 Darius Milhaud lo propuso para el premio «American Copley-Music» como Mejor compositor europeo del año.

Para ese momento Mikis tenía el aplomo de estrella internacional como compositor de música clásica. Fue entonces cuando el conocido poeta griego Yannis Ritsos le envía a Theodorakis una secuencia de poemas inspirados en la muerte de un joven trabajador tabacalero asesinado en una huelga llamados «Epitafios». Mikis le pone melodía con ritmos fusionados de música eclesiástica y folclórica griega, trasladando su mente y alma a sus raíces. Una vez en Grecia, Theodorakis inicia una contundente revolución en el ámbito musical helénico. A través de una música de raíz popular, logra introducir la poesía griega moderna en la psiquis de todo un pueblo. Compone decenas de canciones poniéndole música a los poemas de los premio Nóbel Yorgos Seferis y Odysseas Elytis que pasan a ser conocidos y aprendidos de memoria por todo el gentilicio griego. Funda asimismo la Pequeña Orquesta Sinfónica de Atenas, la Sociedad Musical de Piraeus, y realiza cantidad de conciertos en toda Grecia, marcando una referencia trascendental en las posteriores creaciones de los jóvenes compositores de su país.

Sus convicciones humanas y políticas lejos de amainarse se van fortaleciendo con los años. Su deseo de igualdad y justicia para todos los hombres lo acompañan día a día. En 1963 es asesinado en irregulares circunstancias el líder de izquierda Grigoris Lambrakis, para ese momento diputado del parlamento griego. Theodorakis sabía que los involucrados estaban relacionados directamente con el gobierno, las Fuerzas Armadas y el alto mando policial. Su indignación lo lleva a fundar «La Juventud Democrática Lambrakis» (Lambrakides) y es electo su presidente. Al año siguiente es elegido miembro del Parlamento Griego representando a la alianza de socialistas y comunistas EDA y es ese el año en que compone la música para la película de Michalis Cacoyiannis, Zorba el griego, interpretada por Anthony Quinn. El tema principal conocido como la «Danza del Syrtaki» se convierte en un éxito rotundo y en un importante símbolo de identidad de Grecia.

Mientras tanto, Theodorakis se transforma en un pacifista luchador por los derechos humanos a favor del desarme mundial. también en 1964, el polifacético músico dio a conocer al público su sueño esperanzador de lograr un acercamiento entre las partes combatientes en la guerra civil en forma de obra de teatro musical conocida como «La canción del hermano muerto». Sin embargo, su trabajo fue duramente criticado y avasallado por todos los flancos, demostrando la inconformidad y las amargas secuelas que aún quedaban entre los suyos.

Los esfuerzos de estados Unidos por extender sus tentáculos hegemónicos para conseguir el dominio absoluto del mundo dan lugar a una serie de conflictos que tocan diversos puntos del planeta. Un modus operandus para alcanzar el objetivo trazado fue la instauración de dictaduras de extrema violencia para desintegrar posibles focos zurdos y eliminar de raíz esos ‘peligros potenciales’. En el caso de Grecia, la Fuerza Armada es alentada a enfrentarse a lo que ellos llaman ‘amenaza comunista’ y ocurre lo que todos se temían, la implantación de una grotesca dictadura que mantuvo a Grecia en una angustia incesante desde 1967 hasta 1974. Un 21 de abril del 67 fue el día en que se desencadenó el golpe de Estado de los Coroneles. El coronel Georgios Papadópulos a la cabeza, la participación del General de Brigada Stylianos Pattakós y el coronel Nikolaos Makaresos, reunieron alrededor de 100 tanques en el distrito capital poniéndolos en movimiento al amanecer del 21 para tomar el Ministerio Nacional de la Defensa. Con la llegada de la Dictadura de los Coroneles, Theodorakis sabiendo que sería inmediatamente perseguido, pasa a la clandestinidad formando el Frente Patriótico y haciendo un llamado general de oposición al régimen. Efectivamente, con el Decreto de la Fuerza Armada Nº13, los Coroneles prohibieron que se escuchara o se tocara cualquiera de sus composiciones musicales o parte de ellas. No pasaron muchos meses para que Theodorakis fuera arrestado y enviado -en el 68- junto a su esposa Myrto y sus dos hijos, Margarita y Yorgos, a cumplir una pena de casa porcárcel en un remoto y aislado pueblo del Peloponesio. Pero incluso desde allí, Mikis se las arregló para contrabandear mensajes para la resistencia y partituras musicales hacia el mundo exterior. Al tiempo fue trasladado al campo de concentración de Oropos donde comienza a deteriorarse su salud de manera alarmante. Movimientos internacionales de solidaridad empiezan a conformarse en muchos países. Veintiún miembros de la Academia de Artes de Berlín (Berliner Akademie der Künste) enviaron una petición al ministro del Interior griego en la cual firmaron Igor Stravinsky, Boris Blacher, Pierre Boulez, Luigi Dallapiccola, Johann Nepomuk David, Paul Dessau, Wolfgang Fortner, Hans Werner Henze, Klebe Giselher, Ernst Krenek, Rolf Liebermann, Pepping Ernst, e.a. Bernd Alois Zimmermann; En Estados unidos, un Comité creado para su liberación encabezado por personalidades como Leonard Bernstein, Arthur Miller y Harry Belafonte y un Comité en la URSS a cargo de Dimitri Shostakóvich, lograron que en 1970 Theodorakis fuese liberado y su sentencia transformada en exilio y se refugia en París.

Mikis inmediatamente es invitado a dar conciertos alrededor del mundo y él, aprovechando la coyuntura, dicta conferencias, ofrece charlas y se encuentra con lideres políticos con el fin de restaurar la democracia y la paz en su país, además de ofrecer en sus conciertos la oportunidad a gentes de otras latitudes -kurdos, palestinos, chilenos- a expresar sus conflictos y posibles soluciones. En 1972, realiza una gira por Israel durante un mes dejándole un mensaje de paz al Primer Ministro israelí para el líder palestino Yasir Arafat. También visita Beirut, Suecia, Noruega y Dinamarca, siempre en su intento de trasmitir un mensaje pacifista y esperanzador. No obstante, en Grecia continúa a la cabeza el penoso fascismo, y Theodorakis, al fracasar en su intento de crear un Consejo Nacional de Oposición a la dictadura, llega a la conclusión de que la única esperanza de derrocar a al régimen sería con la formación de un gobierno civil presidido por el ex líder conservador Constantino Karamanlis. Un año después, la solución que parecía imposible se convierte en realidad. Bajo las presiones de los problemas internos, las protestas internacionales y, sobre todo, la tragedia de Chipre, el régimen militar se vio acorralado y termina solicitando a Karamanlis volver de París para entregarle el poder en julio de 1974.

Theodorakis regresa como un héroe. Es aclamado por todos y lo reciben diez mil personas en el aeropuerto de Grecia. En 1976, forma el «Movimiento para la Cultura y la Paz» y estuvo de gira dando conciertos y realizando debates por toda Grecia. En 1977 organiza en Creta una conferencia llamada «Cultura y socialismo» en la que participaron figuras como Francois Mitterrand y Roger Garaudy. En el 83, fue galardonado con el Premio Lenin de la Paz y continuó componiendo obras sinfónicas y conciertos corales ofrecidos especialmente en el extranjero. Terminó su primera ópera «Kostas Kariotakis-La metamorfosis de Dioniso», que se presentó en la Casa Opera de Atenas; y posterior al accidente en el reactor nuclear de Chernobyl, Theodorakis marchó a una gira por Europa dando conciertos para oponerse al uso de la energía atómica. Y así continuó Mikis trabajando por la paz, haciendo de mediador en el conflicto entre Grecia y Turquía hasta llegar a ser diputado en 1989 y luego ministro en el nuevo gabinete de su país. En 1993, se hizo cargo de la Orquesta Sinfónica y Coro de la radio griega. De gira con ellos, fue honrado por el Senado de los Estados Unidos por sus servicios a la cultura y la humanidad. Y en los años posteriores ofrece un sinfín de conciertos por la paz en distintos países del mundo.

«Theodorakis es conocido a nivel internacional por sus composiciones musicales tanto de películas como de ballets y canciones (…) Ha escrito y musicalizado varios oratorios (es justamente famoso el Canto General, de 1973, inspirado en el poema épico-social de Pablo Neruda); diez piezas sinfónicas; varias sonatas y más de 500 canciones. Ha trabajado además para el teatro componiendo los fondos musicales de las piezas Electra; Ifigenia; Las Troyanas; Antígona y Edipo, Rey. Ha realizado también las composiciones musicales de los ballet Los amantes de Teruel; Antígona y Orpheo y Eurídice. En 1991 estrenó Medea y en 1993 fue nombrado director musical de la televisión griega, apareciendo su último trabajo discográfico, Mikis Theodorakis on the Screen» 3.

 Entre sus composiciones músicales para películas cinematográficas destacan Emboscada Nocturna (Met by Moonlight) y Luna de Miel (Honeymoon) del director: Michael Powell de 1957 y 1959 respectivamente. Fedra (Phaedra) del director Jules Bassin en 1962; y Un abismo entre los dos (Le Couteau dans la plaie) de Anatole Litvak en el 63. Al año siguiente del Director Michael Cacoyannis realiza la música para Zorba, el griego (Alexis Zorbas), de 1964 y El día que los peces desaparecieron, (The Day the Fish Came Out), del 67. En el 69 compuso el soundtrack de Z, (Z) de Constantin Costa-Gavras y del mismo director en 1973 para la película Estado de Sitio (Etat De Siege). Ese mismo año musicalizó Serpico, (Serpico) del director Sidney Lumet y finalmente en 1975, la película Actas de Marusia de Miguel Littin.

Todas sus creaciones forman parte de la herencia inmortal de la música griega y sus contribuciones para la paz mundial lo hacen ver como un hombre que, aún en vida ya parece inmortal.

Fuente: http://encontrarte.aporrea.org/teoria/perfiles/134/a17597.html